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sábado, 15 de noviembre de 2025

La historia prohibida del contador de los K que contó todo… @dealgunamanera...

La historia prohibida del contador de los K que contó todo…

Víctor Manzanares. Fotografía: Cedoc

Los relatos de Víctor Manzanares son increíbles: bolsos en avión, coimas a jueces y el robo a los que robaron.

© Escrito por Carlos Claá el sábado 15/11/2025 y publicado en la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Cuando Víctor Manzanares empezó a trabajar con el matrimonio Kirchner, conoció a una pareja con más ambiciones políticas que recursos económicos. El rico era él, que venía de una familia con sobrado patrimonio. Ellos no tenían demasiado, pero Néstor acababa de convertirse en intendente de Río Gallegos y soñaba en grande.
 

Manzanares vio de cerca, y ayudó a acrecentar, el patrimonio que el matrimonio fue incorporando a través de la política, hasta llegar a recibir bolsos de coimas por entre dos y tres millones de dólares por semana que venían de Buenos Aires para colocar en distintas inversiones.

Fue el primero que cayó en desgracia con la causa Los Sauces, en 2017. Fue detenido y sintió la traición. Cristina Kirchner le hizo llegar un mensaje: “De ahora en más te manejas con la plata de tu familia. Yo soy una vieja jubilada y embargada”. Supo que estaba sólo y por eso, al año siguiente, decidió hablar.

A través del testimonio de arrepentimiento del contador Manzanares y de la investigación que el fiscal Carlos Stornelli pudo realizar, que llevó a más de 20 funcionarios y 65 empresarios al banquillo de los acusados en un juicio oral que marcará un hito en la Justicia, es que se conocieron decenas de historias insólitas de guita negra. Escenas pornográficas de millones de dólares robados al Estado durante el kirchnerismo.

El inversor. La declaración como imputado colaborador de Manzanares fue valiosa para la causa en cuanto el contador aportó datos que, hasta allí, se habían escapado del expediente: aparecieron nombres de sociedades y bienes que estaban en otros países.

Manzanares lo sabía porque había sido el encargado de negociar con compañías internacionales esos acuerdos. “Los bolsos llegaban a Río Gallegos en el avión presidencial e iban a parar a la casa de los padres de Néstor”, reconstruye su abogado, Roberto Herrera, de acuerdo a las declaraciones de su defendido. “Un par de esos bolsos, calculale entre dos y tres millones de dólares, le llevaban a ‘Polo’ (tal como le dicen a Manzanares) para que invierta. Así, todas las semanas”.

Entre las compañías que metió en el expediente, apareció el nombre de San-Up, una empresa de capitales franceses, líder en el mercado de nebulizadores e instrumentales para el cuidado de la salud. Manzanares la negoció a pedido de Muñoz y en nombre de un testaferro, Carlos Cortez, y la terminaron adquiriendo por 34 millones de dólares: tres veces el valor de tasación del mercado. En una década la justicia comercial terminaría decretando la quiebra. Como esas, varias.

La zona de influencia del contador era la Patagonia. No solía viajar a Capital Federal y conocía las historias de la plata por lo que le relataba Daniel Muñoz, ex secretario de Néstor y Cristina, que terminó la era K con propiedades en Nueva York y Miami y sociedades en otras partes del mundo.

Pocas veces acompañó a los Kirchner a Buenos Aires. De las más recordadas fue la de 2009, cuando Néstor le pidió que fuera a arreglar con el juez Norberto Oyarbide su primera causa de enriquecimiento ilícito. El contador se juntó con el magistrado e hicieron que le cierre el blanco. El expediente se cerró en tiempo récord.

Ventajeros. El fiscal Stornelli pudo avanzar más con la investigación. Y se encontró con el relato de más escenas disparatadas, como el “mexicaneo” entre compañeros de la investigada asociación ilícita.

El dinero debía terminar todo en el mismo lugar: el departamento del matrimonio Kirchner en Juncal y Uruguay o la Quinta de Olivos. Pero en el camino había quienes se tentaban con el botín. “Se robaban entre ellos”, indicó el fiscal.

De acuerdo a su investigación, incluso mandaron a confeccionar bolsos más chicos, para que faltaran 10 mil dólares de cada uno sin que los jefes se dieran cuenta del detalle. “Es que contaban por bulto. Era tal el volumen, que era imposible contar los billetes con la maquinita”, dijo Stornelli.

Las historias de “mexicaneos” incluyeron a Oscar Centeno, el chofer y autor de los cuadernos que iniciaron esta investigación. En un viaje, el conductor del vehículo se le animó a Roberto Baratta, mano derecha de Julio De Vido: “Acuérdense un poquito de los pobres, nosotros también puchereamos”, le rogó.

El funcionario tuvo un gesto que le despertó mucha bronca. Le regaló un bolso, pero vacío. Las escenas incluyen intrusiones a domicilios y hasta asesinatos que quedaron bajo un manto de sospecha, como el del secretario Fabián Gutiérrez. “Hubo varios robos en casas de distintos secretarios”, contó Stornelli. Y agregó: “Hacían pozos en el patio y rompían paredes”. El tesoro era tan grande que la búsqueda era incesante.

El juicio oral por la causa Cuadernos ayuda ahora a revivir historias increíbles de los millones de dólares del desfalco al Estado durante el kirchnerismo. Los robos de los robos. La corrupción en su máxima expresión.




lunes, 22 de septiembre de 2025

Milei Hnos: el factor psicológico… @dealgunamanera...

 Milei Hnos: el factor psicológico…


Junio 2022 – Septiembre 2025. Hace tres años que medios como Noticias y PERFIL explican una red psicológica que hoy derrama consecuencias económicas y políticas. Fotografía: CEDOC - Perfil.

Quienes votaron a Milei lo hicieron movidos por angustia y esperanza, pero para explicar el cuadro actual vale recordar al empresario que en una reunión le dijo “sos el Presidente, no podés decirnos que quien decide es el Jefe, tu hermana...” . "Los que no entienden son ustedes, ella es Moisés", contestó Milei.

© Escrito por Gustavo González, Presidente y CEO de Editorial Perfil, el domingo 21/09/2025 y publicado por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Samuelson y sus libros educaron a generaciones de economistas. El célebre Nobel de Economía, al que hoy nuestro Presidente calificaría de “zurdo h.d.p.” porque no creía en la destrucción del Estado, solía decir que “con tantos locos, ser cuerdo es una locura”.

Durante los dos años de gestión de alguien que, como Milei, se reconoce loco (“pero no boludo”), es posible que cierto establishment político, empresarial y mediático haya considerado “una locura” no alinearse con él, en medio de una oficialitis generalizada. Lo habrán hecho por sentirse parte de ese clima festivo que ronda los primeros tiempos de cada gobierno, o por creer que ir en contra de esa corriente mayoritaria hubiera puesto en riesgo sus intereses.

Quienes votaron a Milei lo hicieron movidos por dosis similares de angustia y esperanza. Pero quienes dedican su vida a analizar la realidad, porque de ello depende el futuro del país y el suyo propio, son responsables de haber fingido demencia todo este tiempo.

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O creyeron que naturalizar la locura los salvaría o leyeron mal la realidad. O ambas cosas. Porque, como ocurre siempre en estos casos, terminarán siendo ellos los chivos expiatorios cuando la sociedad cargue las culpas en cuerpos ajenos. Puede que ahora intenten despegarse de lo que ayudaron a construir, pero se recordará cuánto aplaudieron al poder de turno.

Empresario: “Vos sos el Presidente. Entendé que no podés decirnos que quien decide es el Jefe, tu hermana”

“Psicología única”. Hace apenas tres meses, Martín Varsavsky (*), uno de los empresarios que desde el principio aplaudió a Milei, escribió un revelador texto sobre la “psicología única” del jefe de Estado. Allí contó encuentros en donde notó en este hombre “una intensidad que, lejos de ser un defecto, es la clave de su éxito”: “Su personalidad agresiva, casi volcánica, es al mismo tiempo su motor y su escudo. No es diplomático: es una fuerza disruptiva (…) En la era del eufemismo, Milei es literal. ¿Brusco? Sí. ¿Necesario? También. Es una anomalía que encajó perfectamente en una coyuntura histórica que exigía cirugía mayor”.

Link: 
Los Varsavsky y la Argentina

Lo que Varsavsky explica en palabras cuidadas y con espíritu celebratorio, es lo que se oyó estos años en la intimidad del círculo rojo: “El tipo está loco, pero es el loco que hoy se necesita.”

El eufemismo de “la psicología única” para describir la “personalidad agresiva, casi volcánica” de Milei, implica que –si la Argentina necesitaba que la gobernara un “loco”– habría que haber contemplado en la ecuación el riesgo de inestabilidad que eso significaba. Y que tanto se evidencia en su gestión.

El país de los Milei se convertirá probablemente en un caso de estudio de cómo las psicologías de dos personas pueden constituir un factor clave de la política y la economía de una Nación.

Secuelas. Por un lado, la crueldad y paranoia del hermano mayor se traduce en un destrato constante hacia las víctimas del ajuste. También hacia quienes fueron sus aliados políticos, sospechados de supuestas deslealtades y conspiraciones varias: desde la vicepresidenta y funcionarios propios hasta Mauricio Macri y los gobernadores.

Ese comportamiento generó este creciente resentimiento social y político.

Social, de la mano de sectores como el de los jubilados, universitarios, empleados públicos o el de la discapacidad, molestos no sólo por ser afectados directos del ajuste sino por la forma ofensiva con la que se los trata. Son los que hacen oír su voz en protestas cada vez más masivas, y en recitales, canchas y redes sociales.

Y resentimiento político, de parte de dirigentes que fueron humillados y que ahora huelen la sangre de la debilidad oficial y ya no confían en nuevas promesas.

A las particularidades presidenciales, se le agrega la psicología de una hermana menor que toda su vida entendió y contuvo la vulnerabilidad del primogénito. Previo al ingreso a la política, esas cualidades le alcanzaban para acompañar la soledad y la congoja de alguien que había sido tan abusado.

A cambio, Karina ejerció sobre su hermano el poder que le dio ser “imprescindible” para él. Ella lo convenció (o se convencieron juntos) de que la necesita para comunicarlo con su fallecido perro Conan y con Dios.

El Jefe. Ese calificativo nació mucho antes de la llegada de los Milei a la Rosada. Sólo que, a partir de entonces, ser el jefe del Presidente implica ser la verdadera Presidenta.

Quienes trataron con ambos desde el comienzo, reconocen las particularidades psicológicas de esa relación.

Un importante empresario que mantenía un vínculo cordial con Milei cuenta que, tras el balotaje y antes de asumir, le organizó una reunión con otros empresarios. Fue en el Hotel Libertador, perteneciente a Eduardo Elsztain, uno de los hombres de negocios que más alienta a este Gobierno.

Para sorpresa de los presentes, ante algunas de las preguntas de los empresarios, él respondía: “Eso lo tengo que ver con el Jefe” o “Me parece bien, hay que hablarlo con el Jefe”.

Al finalizar, el organizador del encuentro se acercó a Milei y le dijo: “Con todo respeto Javier, vos sos el Presidente. Entendé que no podés decirnos que quien decide es otra persona.”

Milei se lo quedó mirando y le respondió: “Los que no entienden son ustedes. Ella es Moisés.”

Hoy, hasta dentro del Gobierno hay funcionarios que dicen, medio en broma medio en serio, que Javier es el ministro de Economía de Karina. La realidad es que son dos hermanos llevados a gobernar por una mayoría social (más el sustancial apoyo de aquel establishment) que los eligió para romper con todo lo conocido.

Milei: “Los que no entienden son ustedes. Ella es Moisés.”

Además de las cuestiones pscicológicas, los predecibles problemas que sobrevinieron desde el primer día fueron ocasionados por no contar con la mínima experiencia en la materia ni con equipos preparados para afrontar tamaño desafío.

Poder bicéfalo. Recién ahora se acepta que esa es la estructura de poder bicéfalo que gobierna al país. Una explosiva combinación de inexperiencia de gestión con desequilibrios emocionales de cierta magnitud.

Era razonable suponer que los Milei (motivados por el extremismo ideológico y un designio místico, y cebados por una historia personal que los volvió impiadosos y agresivos) no serían los más indicados para generar confianza y previsibilidad. Es lo que medios como Noticias y PERFIL advierten desde que ellos comenzaron a transitar sus carreras políticas.

Pero es un paso en falso más de una lección que no se termina de aprender. No habrá cambios sustanciales y de largo plazo sin acuerdos que incluyan a mayorías sólidas y permanentes, y a sus representantes políticos.

Como ya quedó demostrado en la historia argentina, un núcleo social duro de un 25%-30% conducido por un liderazgo extremo y dogmático, puede ser suficiente para llegar al poder. Para lo que nunca servirá es para garantizar las transformaciones profundas y duraderas que se necesitan.

 

 

sábado, 17 de mayo de 2025

Torturador y violador: quién es Alberto González, el mentor de Victoria Villarruel… @dealgunamanera...

Torturador y violador: quién es Alberto González, el mentor de Victoria Villarruel…

Alberto González y Villarruel. Fotografía: Cedoc.
Tiene dos condenas a perpetua y una por delitos sexuales. Massera lo condecoró. Trastienda de su relación con la Vice.

© Escrito por Juan Luis González el sábado 23/03/2024 y publicado por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



Dos chalets idénticos. Tienen dos cuartos, un baño y una cocina. Pero no están pegados, sino que se encuentran en rincones distintos de la base naval de Zárate. Por eso es que, cuando tocaba día de visitas, había que coordinar bien la logística. Quién hacía la comida, quien conseguía bebida, en qué casa se juntaban.


Alfredo Astiz entraba en lo de Alberto González como lo que eran: viejísimos conocidos. Fueron compañeros de la “promoción 100”, la que comenzó sus estudios en la Escuela Naval en 1968. Unos años después se volvieron a cruzar, pero en la Escuela de Mécanica de la Armada (ESMA).

Ahí ya no eran jóvenes estudiantes, sino dos engranajes centrales de esa maquinaria sangrienta por la que pasaron cinco mil personas y sólo pocos sobrevivieron. Durante la dictadura habían tenido chispazos: ambos se enamoraron al mismo tiempo de la misma mujer, una montonera de 20 años secuestrada en la ESMA. Fue González quien se impuso en esa pulseada: no por decisión de ella, que fue sistemáticamente violada y torturada por él.

Hoy tienen otros problemas: cuando asumió Néstor Kirchner, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final fueron anuladas, y se reactivaron los juicios por crímenes de lesa humanidad. Astiz y González cumplen prisión preventiva por secuestros, torturas y desapariciones forzadas.

Escena 

Sin embargo, piensa el primero mientras abre la puerta de González, la base de Zárate no está tan mal. De hecho, les permite recibir a quien quieran para pasar una velada amena, como la que está a punto de protagonizar. En eso estaba su cabeza cuando Victoria Villarruel sale de la cocina y le dice que se siente, que la comida está por salir.

Es el año 2005 y Astiz, mientras come, escucha la idea de González de crear una asociación civil que hable de “los otros muertos” y de contar “la memoria completa”. Villarruel, sentada al lado del anfitrión, toma nota en silencio. 

Identikit


Alberto Eduardo González nació el 26 de octubre de 1950 en la Capital Federal, hijo de Francisco Alberto y de Inés Edith Di Lorenzo. “El Gato”, como lo llamaban en los años de plomo, es capitán de Corbeta de la Armada retirado y profesor de historia naval. Pero esa no es toda su biografía.

También fue oficial de inteligencia del Grupo de Tareas 3.2.2 de la ESMA, que comandaba su compinche y padrino Jorge “El Tigre” Acosta, otro de los represores más famosos y temidos de los años de plomo, y que tenía entre sus miembros a Astiz. González estuvo en ese cargo y en ese lugar entre el 1 de marzo de 1977 y el 17 de mayo de 1979.

Ese grupo de tareas no es uno más, sino que tiene un lugar central en las páginas más tristes de la historia argentina, al ser parte de lo que se conoció como “los vuelos de la muerte”. En los fundamentos de la condena a cadena perpetua a González por crímenes de lesa humanidad, la Justicia describe así a este grupo:

“Desarrollaba las operaciones de carácter ofensivo; es decir, salir a detener a personas sospechosas -según ellos- de vincularse con la 'subversión' o las 'organizaciones terroristas' y procesar los datos. Dichas operaciones ofensivas comprendían el ciclo de detención, interrogatorio, alojamiento y resolución final del caso; esto es, secuestro, tortura, privación de la libertad en un centro clandestino de detención y muerte o desaparición forzada”.

González tenía un lugar destacado en esta maquinaria sangrienta. Al menos de eso estaba convencido Emilio Massera. El 12 de septiembre de 1978, el comandante en jefe de la Armada le entregó una distinción en “honor al valor del combate” para “premiar los hechos heroicos” en “operaciones reales de combate”.

No era para menos. Es que si bien “el Gato” participaba del armado de los secuestros y de los operativos en sí, su terreno era otro. Su reino era “el sótano”, el rincón más terrorífico de la ESMA. Ese era el primer lugar adonde los militares enviaban a las personas secuestradas para la tortura, donde había celdas minúsculas en las que se mantenía bajo condiciones inhumanas a los detenidos. “El sótano” era también lo último que miles vieron: ahí se volvía a enviar a los desaparecidos antes de ser asesinados.

En ese pedazo de infierno, el que movía los hilos era Alberto González, quien tenía, como decían en la ESMA, “los casos” a su cargo. “Su rol específico consistía en la obtención de información por intermedio de la tortura y la planificación del uso de esa información”, dice el fallo en el que se lo condenó.

En ese lugar tuvo la desgracia de caer Silvia Laybarú, una chica de 20 años, embarazada de cinco meses, que era miembro de Montoneros. De ella fue quien se enamoraron González y Astiz, pulseada en la que el primero se impuso a la fuerza. Lo que cuenta Laybarú es un relato escalofriante: “El Gato” no sólo la violaba en la ESMA, sino que, en un trance en el que mezclaba una fenomenal violencia con el hecho de haber desarrollado sentimientos hacia ella, la raptaba del sótano para llevarla a su casa. Ahí repetía esa operación, pero con otra vuelta macabra, que involucraba a su entonces esposa. Eso sucedía mientras la hija de dos años de ambos estaba en el cuarto de al lado.

“Al principio lo tomaba como parte de la tortura, pero siempre tuve claro que el hecho de haber sido obligada a participar de los juegos eróticos de esta parejita me hizo ver muy claramente que lo que estos tipos estaban haciendo no tenía absolutamente nada que ver con la lucha antisubversiva. Porque, ¿en qué sirve ser violada por la esposa de un oficial a la lucha antisubversiva? ¿qué tiene que ver esto? Ellos, tan cristianos, tan éticos... ¿para qué servía ser violada por la esposa de un marino?”, dijo en un reportaje en el diario Perfil, que acompañó el adelanto del libro que escribió Leila Guerreiro sobre ella y su historia, “La llamada”.

González hoy cumple tres condenas a cadena perpetua. En la causa ESMA II por su rol en la desaparición de 86 personas, en la causa ESMA III por otras 789 víctimas y, finalmente, por la violación de Laybarú y de otras dos mujeres. El 15 de agosto de 2021 la Justicia convirtió a González en el primer condenado por delitos sexuales de toda la dictadura militar. Pero “el Gato” no es sólo eso. También es el mentor de la vicepresidenta.

El lado oscuro. “De todos los ex ESMA con los que Villarruel se podría haber metido, González es el peor”, dice el periodista Uki Goñi, autor de “El infiltrado”, el libro sobre Astiz que fue central en el juicio en el que se los condenó a ambos, y en el que “González Menotti”, otro de sus apodos, aparece bastante.

Villarruel conoció a González a través de otra persona que estaba “orgullosa” de haber participado en la “lucha contra la subversión”, como decía, y que también fue premiado por ese labor: era Eduardo, su padre. Villarruel senior y González compartían su amor por la historia (en democracia, “el Gato” estudió esa carrera en la Universidad de Belgrano, el mismo lugar donde, curiosamente, se recibió Javier Milei). A ambos les gustaba en especial la historia naval. En 1989, cuenta el periodista Ricardo Ragendorfer, a González lo nombraron jefe de investigaciones del Departamento de Estudios Históricos de la Armada. La influencia de González en Villarruel hija es mucha. “Es cómo mi segundo padre”, dice ella en su intimidad.

Así lo cuentan también varios testimonios. “Lo conocí por Villarruel. Fuimos juntas al penal y él me mostró el libro que estaba escribiendo, que luego firmó Victoria”, contó Cecilia Pando, otra mujer de este mundo militar. Acá se cruza otra historia: en off y en on, muchos apuntan a que los libros que la vicepresidenta publicó como suyos (“Los llaman jóvenes idealistas” y “Los otros muertos”) no fueron de su autoría.

“Alberto formó a Victoria y escribió los libros que ella firmó como propios”, aseguró Segundo Carafí, uno de los líderes del partido NOS de Juan José Gómez Centurión, en el cual Villarruel tuvo un breve paso y al cual están afiliadas su hermana y su madre. A este comentario en redes lo secundó Nicolás Marquéz, uno de los ideólogos preferidos del Presidente. En privado, el escritor del “libro negro de la nueva izquierda” es más crudo: asegura que la relación entre Villarruel y González era la de una pareja.


Otra persona importante del grupo de familiares de militares presos dice lo mismo, pero con el grabador apagado. “Varias veces fui a visitar a Alberto a la cárcel, y estaba escribiendo esos libros. Victoria sólo iba cuando no estaba la esposa de Alberto”. Esta persona da un paso más allá. “El Celtyv (la fundación de Villarruel) fue obra de Alberto. Idea de él, que desde siempre está con esa idea de contar toda la película”.

Cerca de la vicepresidenta afirman que los libros fueron de ella, mientras que dicen que prefieren no hacer declaraciones sobre el vínculo con González. Es verdad que hay un dato que no deja de ser curioso: Villarruel publicó dos libros de cientos de páginas, pero no se destacó nunca por escribir artículos.

























Presente 

De la base naval de Zárate, a González lo trasladaron a Marcos Paz y luego a Ezeiza. Ahí está detenido hoy, en el complejo VII, con Astiz y otros genocidas. 

Villarruel mantiene contacto con él, incluso hasta el día de hoy. Es algo que afirman familiares de los presos detenidos allí y también dos ex colaboradores de ella. “Ante cualquier duda, de cualquier tema importante, Victoria se comunica con él. Es una especie de guía para ella”, aseguran.






sábado, 25 de enero de 2025

28 años sin José Luis Cabezas... @dealgunamanera...

28 años sin José Luis Cabezas

José Luis Cabezas. Fotografía: CEDOC

El aniversario de su asesinato sirve para recordar por qué el poder suele terminar enfrentado con este oficio y por qué algunas cosas, a pesar de los años, no cambian.


© Publicado por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Se cumplen 28 años del asesinato de José Luis Cabezas. Cada aniversario de su muerte, en estas casi tres décadas es especial. Los días anteriores y posteriores al 25 de enero, la fecha del crimen, muchos vuelven sobre la figura de fotógrafo de esta revista para recordar los momentos oscuros de la historia Argentina, pero también los grandes pilares del periodismo: la pulsión por informar de la manera más objetiva y neutral que se pueda, en especial contando todo eso que el poder, político o económico, no quiere que se sepa.

La trama detrás del crimen de Cabezas es, justamente, esa. Por un lado, quien entonces era una de las personas más ricas y poderosas del país, Alfredo Yabrán, y del otro, un reportero gráfico decidido a echar luz en esa oscuridad.


Cada año se homenajea a Cabezas con esta tónica. Pero también es verdad que cada aniversario tiene su particularidad, su propio contexto, que hace que el recuerdo del fotógrafo no cambie de intensidad, pero sí de significado. Este enero encuentra al periodismo en un momento delicado. Se podría decir que de riesgo. El gobierno de Milei eligió a esta profesión como uno de sus grandes enemigos.

Y a las descalificaciones diarias, con un tenor de agresividad que jamás un presidente argentino había tenido, le sumó amenazas y aprietes. Otra vez, de manera nada casual, el blanco predilecto de esos ataques es esta editorial, que mantiene al momento del cierre de esta edición cuatro juicios con el Gobierno.

El aniversario de Cabezas, el único periodista asesinado en democracia, sirve para recordar por qué el poder suele terminar enfrentado con este oficio y por qué algunas cosas, a pesar de los años, no cambian. Y tiene también otro significado, quizás el más importante: es un recordatorio para nunca bajar los brazos."


José Luis Cabezas: la Sociedad Interamericana de Prensa insta a mantener viva su memoria. 

A través de la campaña "Voces que reclaman justicia”, la SIP recordó el asesinato del reportero gráfico que conmocionó al país hace 28 años.
 

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) realizó un comunicado en el que insta a mantener viva la memoria del reportero gráfico José Luis Cabezascuyo crimen conmocionó a la Argentina hace 28 años.

José Luis, que trabajaba en NOTICIAS, fue asesinado el 25 de enero de 1997 en la localidad de Pinamar. “Su homicidio se convirtió en un símbolo doloroso de la historia del periodismo argentino y generó numerosas manifestaciones en las que se mostraba la imagen del reportero gráfico acompañada con la frase ‘No se olviden de Cabezas’”, dice el texto de la SIP.    

"Reafirmamos nuestro compromiso para mantener en la memoria pública casos como el de José Luis Cabezas, que marcó un punto de quiebre en el ejercicio del periodismo libre en la Argentina”, 
indicó el vicepresidente segundo de la entidad y presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la entidad, Carlos Jornet. Y agregó: "Seguiremos reclamando por justicia y verdad por los periodistas víctimas de violencia”.   

La Sociedad Interamericana de Prensa es una entidad sin fines de lucro dedicada a la defensa y promoción de la libertad de prensa y de expresión en las Américas. 
Está compuesta por más de 1.300 publicaciones del hemisferio occidental; y tiene sede en Miami, Estados Unidos.  

Su campaña, 
“Voces que reclaman justicia”, tiene como objetivo resaltar y mantener vigente la memoria de los periodistas asesinados en las Américas, recordar su trabajo periodístico y continuar exhortando a las autoridades a poner fin a la impunidad que rodea a la mayoría de estos crímenes, mediante la búsqueda de justicia.  

En su comunicado de este 2025 por el homicidio de Cabezas, indicaron
: “El crimen, perpetrado por la banda Los Horneros por presunto encargo del poderoso empresario postal Alfredo Yabrán, desnudó aparentes vínculos entre este y el entonces presidente Carlos Menem”. Y continuó: “Yabrán nunca fue juzgado; se suicidó el 20 de mayo de 1998 luego de que se ordenara su arresto. Los demás acusados por el crimen —varios policías, miembros de Los Horneros y el jefe de la custodia de Yabrán— fueron condenados a prisión perpetua, aunque luego sus sentencias fueron reducidas. 
Ninguno de los condenados continúa en prisión”.



domingo, 6 de noviembre de 2022

Lula da Silva y el giro al centro que le dio la victoria… @dealgunamaneraok...

 Lula da Silva y el giro al centro que le dio la victoria… 

Si bien al principio la elección mostraba arriba a Jair Bolsonaro, a lo largo de la jornada Lula logró imponerse como ganador. Fotografía: CEDOC

El centro logró vencer a uno de los polos ideológicos en Brasil, pero el gobierno de Lula estará sitiado por una oposición fuerte.

© Escrito por Claudio Fantini el domingo 06/11/2022 y publicado por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

 

Aunque la izquierda lo tuvo como candidato, Luiz Inacio Lula da Silva no llegó a esta elección como candidato de la izquierda. En ésta pulseada electoral lo que él representó fue mucho más allá de su partido. Fue el candidato de una mitad de Brasil que expresa, a grandes rasgos, la cultura liberal-demócrata. En ese Brasil centrista muchos rechazan a Lula, pero es mayor el rechazo que sienten por el autoritarismo caricaturesco de Jair Bolsonaro.

 

Intentando capitalizar de manera oportunista el resultado de la elección en Brasil, regímenes y liderazgos izquierdistas de la región proclaman que ha ganado la izquierda. Por sus fobias raciales, sexuales y sociales, las derechas duras y los conservadurismos recalcitrantes proclaman lo mismo que la izquierda oportunista: “En Brasil ganó el izquierdismo”.

Podrán inundar las redes vomitando desprecio a quienes opinen lo contrario, pero lo ocurrido en Brasil es
 un reñido triunfo del centro (no el “centrao”, que en Brasil es un enjambre de partidos entregados al negocio político) contra uno de los extremismos en alza de este tiempo: el conservadurismo oscuro.

En un país partido al medio, ganó la mitad que defiende las diversidades, el Estado secular y la democracia. 
La otra mitad es el Brasil conservador, hoy guiado por políticos y pastores evangélicos para quienes la mitad liberal-demócrata es el “enemigo” que quiere destruir la familia, la tradición y la propiedad.

El Brasil liberal-demócrata tiene como mayor exponente a
 Fernando Henrique Cardoso. El lúcido ex presidente parece entender mejor que Lula que el país se partió en los mismos términos que se está partiendo el mundo, y considera que Bolsonaro expresa en Brasil lo que Vladimir Putin se ha lanzado a liderar a escala mundial: el conservadurismo religioso, sexual y cultural, que es nacionalista, enemigo del cosmopolitismo y de las diversidades, y partidario del regreso a las tradiciones como antídoto contra la globalización.

Al conservadurismo antiliberal que lidera Putin, 
en Estados Unidos lo encarna Donald Trump, en Turquía Reccep Erdogán y en Europa el húngaro Viktor Orban, el italiano Matteo Salvini y los franceses Marine Le Pen y Eric Zemmour, entre otros; mientras que en Latinoamérica tiene como mayor exponente a Bolsonaro.

Lula percibe lo que Cardoso entiende en profundidad. El economista liberal que inició un ciclo virtuoso como ministro de Hacienda de Itamar Franco y luego lo consolidó como presidente en dos períodos consecutivos, entendió también que el popular Lula da Silva era la figura capaz de unificar tras de sí la porción liberal-demócrata en la batalla crucial contra el conservadurismo reaccionario que avanza a paso redoblado en Brasil y buena parte del mundo.

A pesar de su mediocridad intelectual y discursiva,
 Bolsonaro sacó ultraderechistas del closet, debilitando a la centroderecha. A millones de brasileños que se auto-percibían conservadores de centro, les activó el instinto ultraconservador, haciéndoles brotar sus fobias más oscuras.Como ocurre con las feligresías de izquierda, los que adhieren con fervor de secta a Bolsonaro no ven siquiera la perversidad de aparecer tras 46 horas de silencio con un mensaje confuso respecto al reconocimiento del resultado, mientras su gobierno anunciaba la transición, por lo tanto reconocía que habrá traspaso de poder. 

Huntington acierta sobre el choque de culturas. Pero se trata de un conflicto intracultural. Dentro de cada cultura, el tradicionalismo conservador embiste contra modernidad liberal.
 Lula tiene el instinto de la cultura liberal-demócrata, que es cosmopolita, secular y pro-diversidad, pero no lo racionaliza en sus discursos. De haber entendido el rol de su liderazgo en este choque, sus gobiernos no habrían tenido la política regional demagógica de coquetear con la izquierda autoritaria que lideraba Hugo Chávez.

Después de su segundo mandato,
 Fernando Henrique Cardoso respaldó sutilmente la llegada de Lula a la presidencia, entendiendo que Brasil necesitaba un “Felipe González”, o sea un izquierdista que no aplicara el dogmatismo marxista sino el pragmatismo socialdemócrata para dar garantías de capitalismo.

A esta altura del proceso democrático, 
la lucidez de Cardoso le permitió ver más allá de las poses de Lula. También fue capaz de ver, más allá de la mediocridad intelectual y de la personalidad desequilibrada de Bolsonaro, el trabajo de aglutinar el conservadurismo que se encontraba disperso y sin líderes unificadores.

Cardoso vio que detrás del liderazgo esperpéntico de Bolsonaro, había un trabajo meticuloso entrelazando a la derecha militarista, el conservadurismo religioso y los grupos con fobias sociales, raciales y sexuales. 
El más prestigioso exponente de la centroderecha y del liberalismo de matriz progresista entendió que Lula debía encabezar la crucial batalla electoral. Por eso se lanzó de lleno a respaldar su campaña.

La centroderecha brasileña tiene excelentes dirigentes. 
Todos apoyaron a Lula porque entienden que es el líder más competitivo para representar el centro e impedir la consolidación de un conservadurismo autoritario que desmantele el sistema liberal-demócrata en un segundo mandato de Bolsonaro. La misma batalla se ve en urnas europeas y en el avance del trumpismo embistiendo contra la centroderecha y los  socialdemócratas en Estados Unidos. Una batalla que también se libra con armas y está desangrando a Ucrania.

No hay uniformidad en los bloques
. En la vereda del nacionalismo conservador-religioso que encabeza el presidente ruso hay liderazgos que se autoperciben de izquierda y que han producido avances en el terreno del feminismo y la diversidad sexual en cuanto percibieron que era un terreno políticamente fértil. Pero lo que comparten con Putin y regímenes oscurantistas como el iraní, es confundir antiimperialismo con antinorteamericanismo, además de la cultura autoritaria que desprecia a la democracia liberal.

Muchos exponentes de izquierdas autoritarias en Brasil y otros países apoyaron a Lula, igual que hubo demócratas que apoyaron a Bolsonaro. Pero en la pulseada que se libró en las urnas del gigante sudamericano, 
el líder del PT representó lo que está en su naturaleza y no en sus poses. Por eso volvió a encabezar una amplia coalición que va desde la centroderecha a la centroizquierda, expresando fundamentalmente el centro. En definitiva, lo que está situado en las antípodas de un extremo del arco político no es el otro extremo, sino el centro.