Grandeza cero…
Pobre
realidad. Dibujo: Pablo Temes
El no
debate en el Congreso puso en evidencia la pobreza de los legisladores.
© Escrito por Nelson Castro
el domingo 28/10/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Los hechos de
violencia ocurridos
en la Plaza del Congreso el miércoles pasado tuvieron el aire de lo
insurreccional. Y esto hay que subrayarlo. Habría sido muy malo
para la vida institucional de la Argentina que los violentos hubieran alcanzado
su cometido, que era impedir que la Cámara de Diputados sesionara. De haberlo
logrado, se habría instalado en el país un peligroso precedente: el de la
violencia como metodología "válida" para imposibilitar el
funcionamiento del Poder
Legislativo. De
ahí surge el grado de irresponsabilidad del kirchnerismo y sus sectores
afines de querer legitimar estos actos de verdadero vandalismo político que
nada tienen que ver con el inalienable derecho a protestar que garantiza la
Constitución.
Confianza.
Cuando durante el episodio
de la 125 –para poner un ejemplo ilustrativo– los sectores del ruralismo se
manifestaron en aquella histórica sesión del Senado del 17 de julio de
2008, lo que buscaban no era impedir que la Cámara Alta sesionase
sino que se rechazara la iniciativa. Lo hicieron de manera vehemente,
pero pacífica y fue esa actitud de no violencia la que le terminó dándole a esa
movilización a su fuerza.
Algo absolutamente
diferente y peligroso fue lo que sucedió el miércoles. La idea de Macri huyendo de la Casa Rosada en helicóptero es algo
con lo que lamentablemente todavía fantasean en el kirchnerismo duro. No parece
importarles mucho las consecuencias nefastas que eso traería. Si hoy en
día la Argentina es poco confiable para la inversión productiva –única manera
de combatir en forma genuina la pobreza– imaginemos cuánto menos lo sería tras
un nuevo trauma institucional.
Kirchneristas duros
fantasean aún con la idea de Macri huyendo en helicóptero.
El Presupuesto al que le
dio media sanción la Cámara de Diputados es malo. Pero no malo por sus
objetivos sino por sus números y por su significado. Ese Presupuesto
representa el fracaso del plan económico impulsado por el Gobierno. Todo lo que
trae éste es recesión y penuria. Marca la absoluta dependencia
del país del FMI y, por
ende, es producto de la desfinanciación causada y agravada por la escasa
confianza que hay acerca del presente y del futuro político de la Argentina.
El tema de la confianza es
clave. Esto explica porqué el impacto de este acuerdo, que en un país más
ordenado habría sido muy positivo, en el nuestro no lo ha sido. En cualquier
otro momento, al anuncio del FMI hecho el viernes habría seguido una caída muy
fuerte del riesgo-país y una suba muy significativa de los títulos públicos y
de las acciones de las empresas. Sin embargo, lo que se ha visto fue un efecto
muy limitado porque este pequeño avance que significa el acuerdo está sujeto al
cumplimiento del Presupuesto. Y eso genera dudas.
Vidal tiene dos frentes
internos: con Macros Peña y con Nicolás Dujovne.
Incógnitas.
Y una de las mayores dudas
respecto de esto las plantea la compleja problemática de la provincia de Buenos
Aires porque, de alguna manera, la observancia de las pautas del Presupuesto
significa ponerle un cerrojo financiero muy fuerte a la Provincia, lo
que lleva directamente a acotar seriamente las posibilidades de reelección
de María
Eugenia Vidal. El
panorama de lo que se vive en el conurbano bonaerense –que es el que decide la
elección– es definitivamente malo. Las necesidades de comida se han
acentuado dramáticamente. Los comedores comunitarios y parroquiales
no dan abasto.
Sin la actualización del
Fondo de Ayuda, el manejo de esta situación se complica. Concretamente, lo que
faltan son unos 25 mil millones de pesos. Por eso la gobernadora –que conoce
muy bien esa realidad– tiene a funcionarios de su cercanía trajinando ese
territorio a fin de que nada se desmadre. Las encuestas arrojan una
caída fuerte de su imagen y esto la complica, sobre todo porque en la Provincia
la elección se define en primera vuelta, independientemente de cuál
sea el porcentaje de votos obtenidos por el que sale primero. Hoy por hoy, esos
guarismos son favorables a Cristina Fernández de Kirchner, dato que complica a Vidal. Y a Macri.
Por eso el enojo de la gobernadora
con Marcos Peña no cesa, más
allá de lo amigables que, sobreactuando, se han mostrado estos últimos días.
No es el único frente
interno de Vidal. Otro –que no es menos importante– lo tiene con Nicolás Dujovne. Es un enojo que se remonta al borrascoso fin de semana
de comienzos de septiembre cuando parecía que la suerte del ministro de
Hacienda estaba echada y el Presidente le dijo a Carlos Melconian: "Preparate que el lunes vas vos a los Estados
Unidos a hablar con el FMI". Esa
decisión de Macri respondió a un pedido conjunto de la gobernadora y de Horacio Rodríguez Larreta. Las voces del Palacio coinciden en afirmar que
Dujovne le adjudicó esa solicitud a Vidal, por lo que en su entorno están
convencidos de que el hoy reempoderado ministro ha dispuesto el recorte
presupuestario de la Provincia a modo de vendetta.
Por todo esto, Vidal
mantiene y cuida los aceitados vínculos con Sergio Massa. Si no llegan los aportes del Fondo de Ayuda se piensa
en buscar nuevas fuentes de financiamiento. Y para eso se necesita la
aprobación del Parlamento provincial por una mayoría especial. Y eso lo da el
acuerdo con Massa.
Así las cosas, la Argentina
es una incógnita. Es lo que se preguntan quienes viven en el país y quienes lo
ven desde afuera. Es notable la gigantesca falta de la dirigencia política. Hay
sectarismo en parte de la oposición. Hay sectarismos en el oficialismo. En
muchos casos, a unos y a otros lo único que los une es el espanto hacia el
otro. La palabra diálogo es eso: solo una palabra en boca de muchos desprovista
de hechos. En 1939, en una conferencia en la ciudad de La Plata, José
Ortega y Gasset pronunció una de sus más famosas frases, que vale la
pena recordar: "¡Argentinos a las cosas, a las cosas!
Déjense de cuestiones
previas personales, de suspicacias, de narciscismos. No presumen
ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se
resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y
preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de
tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su
curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos
de lo personal".
Producción periodística:
Lucía Di Carlo.
(Fuente: www.perfil.com). El
periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad
intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras
notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente
comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario