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domingo, 4 de febrero de 2018

El entramado político y económico detrás de Araucaria Energy S.A. @dealgunamanera...

El entramado político y económico detrás de Araucaria Energy S.A.


La empresa que lleva adelante la instalación de la Termoeléctrica no cuenta con antecedentes en el campo energético. La firma aparece asociada a fondos de inversión y estudios de abogados vinculados a funcionarios del gobierno nacional.


© Escrito por Mauro Perna el martes 21/02/2018 y publicado por el Bisemanario EL Civismo de la Ciudad de Luján, Provincia de Buenos Aires, República Argentina.

Araucaria Energy S.A., la empresa que lleva delante la construcción de una planta termoeléctrica en Luján, no cuenta con antecedentes en proyectos de producción energética. Su incursión en este campo va de la mano de dos socios estratégicos: la reconocida multinacional alemana Siemmens -que además de fabricar las turbinas aporta su experiencia técnica- y Stoneway Capital, que aportó el financiamiento necesario para concretar las inversiones.

Además, tras comprar a principios de este año el 51 por ciento de Stoneway Capital, se suma al conglomerado de empresas So Energy, que ya participaba en el mercado energético argentino a través de las centrales instaladas en Rio Tercero (Córdoba) y Salto (Buenos Aires).

Emergencia energética

A pesar de que en Luján el desembarco de la empresa trascendió a la opinión pública hace apenas dos semanas, cuando el Concejo Deliberante aprobó la rezonificación del predio donde se erige la planta casi finalizada y con un plazo perentorio para empezar a operar, el marco político que impulsó la instalación de la central termoeléctrica comenzó a desplegarse apenas seis días después de la asunción del presidente Mauricio Macri.

El 16 de diciembre de 2015, el Ejecutivo Nacional declaró la Emergencia del Sector Eléctrico Nacional e instruyó al Ministerio de Energía y Minería para que elabore “un programa de acciones necesarias en relación a los segmentos de generación, transporte y distribución de energía eléctrica, con el objetivo de adecuar la calidad y seguridad del suministro, en condiciones técnicas y económicas”.  

En este contexto, el 22 de marzo de 2016, la Secretaría de Energía Eléctrica, dependiente de la cartera que conduce Juan José Aranguren, a través de la Resolución Nº 21, delegó en la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) “la convocatoria a inversores ajenos al Estado Nacional, para que manifiesten su interés en la instalación de nueva oferta de generación vinculada al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), la que deberá estar en condiciones de aportar potencia para el próximo período estacional de verano y los subsiguientes de invierno mayo-octubre 2017 y verano-noviembre de 2018”.

Un mes más tarde, el 25 de abril de 2016, Araucaria Energy S.A. fue creada por Jorge Alejandro Nuñez y Tomás Nuñez, ambos con domicilio en el Piso 15 de la Avenida Libertador 498 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -domicilio compartido por varias empresas, entre ellas Sideco Americana S.A., la legendaria empresa de la familia Macri, ubicada en el Piso 18-. La firma se creó con un capital inicial de tan solo 100.000 pesos, una cifra inverosímil para una empresa con vocación de transformarse en un jugador de peso en el mercado energético.

Concluida la evaluación técnica y económica de los oferentes -con un total de 24 grupos empresarios-, entre junio y julio de 2016 CAMMESA quedó autorizada a “iniciar las tratativas tendientes a concretar la suscripción del Contrato de Demanda Mayorista (CdD), con cada una de las empresas cuya oferta haya resultado elegida”. Entre ellas figura Araucaria Energy, con la instalación de cuatro centrales termoeléctricas en Matheu, San Pedro, Las Palmas y Luján.

Financiamiento

La oferta presentada por Araucaria Energy fue aceptada por CAMMESA, pero el financiamiento necesario para llevar adelante las inversiones todavía no estaba asegurado. Sin embargo, Araucaria estaba obligada, como requisito para firmar los contratos, a entregar al ente gubernamental  una garantía de 78 millones de dólares.

“La garantía fue otorgada por AES Internacional, una entidad financiera de Dubái, que posee un capital de apenas 4 millones de dólares, situación que fue denunciada por quien aparecía entonces como apoderado de Stoneway Energy, Álvaro Campins Camejo, un venezolano controversial, con procesos judiciales abiertos tanto en su país como en otros países de América Central por estafas y corrupción. Lo hizo a través de un mail que envió el 17 de enero a los directivos de CAMESSA”, relata Gabriela Cerruti en su portal digital Nuevas Voces, una de las pocas periodistas que ha investigado el armado de empresas de energía ad hoc para participar en las convocatorias lanzadas por el Ministerio de Energía.

“Pero en lugar de cancelar el contrato, CAMMESA decidió otorgar un plazo a los socios locales de Stoneway Energy para conseguir un nuevo aval. Fue entonces cuando se presentó la nueva empresa como parte del contrato y cuando apareció Norberto Quintana ofreciendo el bono de deuda en el exterior, que finalmente se colocó en febrero”, completa la ex legisladora porteña y dirigente de Nuevo Encuentro.

Project bond

Los “proyect bonds” o “bonos para proyectos” son un instrumento financiero utilizado para solventar inversiones en grandes obras de infraestructura, especialmente en las áreas de transporte y energía. Como herramientas, constituyen una alternativa al tradicional financiamiento bancario, ya que los recursos obtenidos provienen directamente del mercado de capitales. Fue la opción elegida por Araucaria Energy para afrontar la construcción de las cuatro centrales termoeléctricas.    

La empresa controlante de Araucaria Energy, Stoneway Capital, colocó un bono internacional por 500 millones de dólares, luego de realizar un “road show” en Nueva York, Los Ángeles, Boston, Londres, Ámsterdam y Paris. La noticia fue destacada por el diario especializado en información económica Ámbito Financiero el 17 de febrero de 2017, que definió la colocación del bono como la consolidación de “la vuelta de la Argentina a los mercados de capitales”.

“Esta transacción constituye el primer ‘project bond’ en Argentina tras más de dos décadas, el último había sido emitido por IEBA en 1992 durante las privatizaciones. Los fondos serán aplicados para la construcción de 4 plantas de Energía térmica ubicadas en las localidades bonaerenses de Matheu, Luján, Las Palmas y San Pedro, generando más de 600 puestos de trabajos directos y 1300 indirectos”, agregaba el matutino, en tanto señalaba que, “por encima de los 500 millones de deuda, Siemens y Stoneway Capital aportaron 136,5 millones de dólares como capital a riesgo”.

Estudio de abogados

En la operación también participó como asesor el estudio Holland & Knight, un destacado bufet de abogados con sede central en Nueva York y oficinas en más de 20 ciudades estadounidenses, además de sucursales en México, Colombia y Reino Unido. A través de su página web, el 28 de febrero pasado Holland & Knight anunciaba que había “asesorado al desarrollador de energía Stoneway Capital Corporation en la obtención de un project bond de 500 millones de dólares”, proveyendo el financiamiento para el “desarrollo, obtención, construcción y operación de cuatro plantas generadores de ciclo simple en Buenos Aires, Argentina”. 

Asimismo, añade, “la transacción también incluyó un crédito prendario de 115 millones de dólares de Siemmens Financial Services y una inversión de capital adicional de SoEnergy International Inc., un desarrollador de energía con base en Florida”.

La participación de estudios de abogados es una norma en este tipo de operaciones, garantizando su seguridad jurídica a cambio de jugosas comisiones. En este sentido, hasta el pasado mes de junio, Holland & Knight ya había intermediado en 6 de las 17 colocaciones de bonos de deuda de distintas provincias; a saber: Tierra del Fuego, Chubut, Mendoza, Buenos Aires y Salta.

El problema con Holland & Knight es que entre sus abogados se cuenta Norberto Eladio Quintana, hermano menor del actual secretario de Coordinación Interministerial de la Nación, Mario Quintana, uno de los hombre de confianza del presidente Mauricio Macri. Esto le valió al ministro una denuncia penal por parte de Gabriela Cerruti por el delito de “negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas”, causa que se tramita ante el juez Sebastián Ramos y la fiscal María Paloma Ochoa, que fue quien dio impulso a la investigación.

En su portal, Cerruti explica con detalles los fundamentos de su denuncia: “Norberto Quintana es directamente quien se encarga en aquel estudio (Holland & Knight) de las colocaciones de bonos”, afirma. De hecho, el propio bufet detalla en su página que “los socios de Holland & Knight Norberto Quintana, Stephen Double y la consultora Lara M. Ríos lideraron el trabajo para llegar a este acuerdo y representan a Stoneway Group/Araucaria Energy, en este tema”.

Por parte del Estado, “Mario Quintana fue quien participó en el trámite de autorización de estos bonos provinciales lo que hace que su hermano Norberto gane sumas millonarias en concepto de comisiones y honorarios profesionales, en contraposición a lo que indica la Ley de Ética Pública”, amplía Cerruti, subrayando que entre las principales funciones de la cartera explicitadas en su página de presentación figuran la de colaborar “en la gestión del financiamiento externo y las relaciones con los organismos multilaterales de crédito”.

So Energy

El 18 de enero de 2017, nuevamente Ámbito Financiero daba cuenta de las últimas noticias en materia de adquisiciones de empresas. El portal refería que “So Energy International compró recientemente el 51 por ciento de Stoneway Energy (Stoneway Capital Corporation), compañía controlante de las subsidiarias Araucaria Energy S.A. y SPI Energy S.A.”.

“La adquisición mayoritaria se valuó en el orden de los 200 millones de dólares, y es estratégica para la compradora, que triplicó de esta forma la construcción de nuevas centrales en el país. Con esto, el grupo tendrá un total de 6 nuevas plantas bajo la Resolución 021/2016 ubicadas en Matheu, Luján, Salto, Rio Tercero, Las Palmas y San Pedro. Así, se convierte en la segunda firma extranjera más importante en la generación de energía en Argentina”, completaba.

Además, indicaba que “el total de las Centrales están siendo construidas por Siemens que forma parte minoritaria de Stoneway Energy, y que también hará la operación y mantenimiento de las plantas durante los próximos 10 años. De esta manera, Stoneway está altamente comprometida con el país a largo plazo, y asume el desafío sobre la necesidad de bajar los costos que tiene el sistema energético”.
“Su equipo está poniendo todos los esfuerzos para llevar adelante las propuestas más eficientes, así como lo han hecho en la "Manifestación de Interés" de la Resolución 420/16 de la Secretaría de Energía de la Nación en donde se presentaron más de 100 proyectos el pasado viernes 13 de enero”, concluía.

Laberinto financiero

No es fácil rastrear información sobre Stoneway Capital, una de las empresas controlantes de Araucaria Energy. En su página web se presenta como “una compañía privada de Nueva Brunswick, Canadá, con oficinas centrales en Buenos Aires, Argentina. Nuestro propósito es construir y operar -a través de de nuestras dos subsidiarias indirectas argentinas, Araucaria Energy S.A. and SPI Energy S.A.-, plantas de energía de ciclo simple que utilizarán combustible diesel o gas natural para proveer electricidad al mercado eléctrico mayorista de Argentina”.

Sin brindar información sobre la historia y experiencia de la compañía en el rubro energético, solo se menciona a sus dos socios -Araucaria Energy y el flamante So Energy- y se brindan detalles de los únicos cuatro proyectos en marcha: San Pedro, Luján, Matheu y Las Palmas.

Una vez más, es Cerruti quien ayuda a arrojar luz sobre la procedencia de la compañía. “José Irusta Cornet, Rogelio Eduardo Nores y Jorge Alejandro Nuñez -este último, que en calidad de presidente inició el trámite en la Municipalidad de Luján-, dueños en los papeles de las compañías de energía Araucaria y Spi Energy que ganaron la construcción de cinco centrales termoeléctricas por 2.400 millones de dólares y colocaron un bono de deuda privada por otros 500 millones de dólares, están lejos de ser expertos en el tema. Vinculados al mundo de la televisión y de los negocios, ya vendieron los contratos ganados, luego de haberse quedado en el medio con jugosas comisiones, y de haber hecho crecer así los fondos de inversión que comparten con el ministro de Finanzas, Luis Caputo”.

“Irusta Cornet, Nores y Nuñez compartían cargos y acciones en distintos fondos de inversión, como Araucaria Capital, pero a medida de la licitación del campo energético crearon el año pasado dos empresas, Araucaria Energy y Spi Energy, y una ‘controladora’ con sede en las Islas Vírgenes, Stoneway. Con esos nombres y sin ningún antecedente en el área energética ganaron la construcción de cinco centrales termoeléctricas. Con la licitación ganada y usando como intermediario al estudio del hermano del vicejefe de gabinete, Mario Quintana, emitieron un bono por quinientos millones de dólares. Ahora, vendieron el contrato a la empresa colombiana So Energy y subcontrataron a Siemens para que lleve adelante las obras”, advierte.

Y agrega: “Fondos de inversión ligados a funcionarios del gobierno crean empresas ad hoc para quedarse con contratos y licitaciones, emiten deuda privada, revalorizan las empresas a partir de las licitaciones ganadas y venden los contratos amparados en cláusulas previstas en la misma licitación”.

Araucaria Energy

Santiago del Sel, la cara visible de Araucaria Energy, tal como lo denomina el portal La Política On Line, confirma en una entrevista que la empresa fue creada especialmente para participar en el sector energético a partir de las posibilidades que abrió la convocatoria del gobierno nacional. 

“Surge a partir de un grupo de argentinos que viven aquí y en Estados Unidos, que comenzaron a estudiar demandas de energía de Argentina a partir de distintos escenarios, tanto del estancamiento que veníamos, como ante un gran salto para recuperar más de diez años sin inversión. Ese análisis coincide con el cambio de Gobierno y la nueva política de Macri y Aranguren de convocar al sector privado para diversificar la matriz energética y los operadores”, señala.

Para concretar sus objetivos “se fueron atando los socios del proyecto, como Siemens en la parte de ingeniería y So Energy, una empresa tradicional de Colombia que ahora la controlan capitales norteamericanos y por último la pata más compleja: el financiamiento. Se decidió entonces emitir un bono que se cerró en febrero de este año a diez años, con el que se levantaron 500 millones de dólares en los mercados internacionales y fue el gran éxito de la operación. Ese bono significó que Argentina volviese al ruedo de lo que se llama financiamiento de proyectos, que hace veinte años no se lograba. Se dio entonces un buen análisis de la oportunidad, con un adecuado contexto político y regulatorio, con socios de tecnología de punta y el componente financiero”.

Por último, ante una pregunta del medio, del Sel admite que el grupo “surge como una firma con experiencia en colocación de bonos y mercados financieros y va mutando a empresa de energía. Nuestro foco está puesto en el sector energético, que es lo que requiere el país. En seis meses cuando comencemos a operar, nos convertiremos en un grupo generador de energía”, concluye.



domingo, 18 de noviembre de 2012

Reportaje a Alieto Guadagni... De Auna Manera...


"El que bajó la palanca en el apagón fue De Vido"…

Cortes. "Que no funcione la electricidad no es una cosa puntual: aquí lo que hay es un problema estructural."

Ex secretario de Energía y director del Banco Mundial, habla de los “sabotajes” y los cortes de luz de la semana pasada, y advierte sobre el estado deplorable del sector y la situación de YPF.

El doctor Alieto Guadagni ha sido secretario de Energía, secretario de Industria, embajador en Brasil y, entre otras ocupaciones, director del Banco Mundial en representación del Cono Sur. Esta noche, entonces (ya con la energía eléctrica recobrada), observamos cómo anochece sobre Buenos Aires y nuestras preguntas van hacia los orígenes de la crisis energética que nos agobia.

—Mire, a mí esto no me sorprendió. –explica Guadagni–. No conozco los detalles, pero le repito que no me sorprendió por una razón muy sencilla: el sistema de distribución de electricidad del Gran Buenos Aires que está a cargo de Edenor y de Edesur está totalmente mal mantenido y sin inversiones. La propia información oficial lo demuestra: el ENRE (que es el ente regulador) publica información sobre varias cosas. Por ejemplo: la cantidad de reclamos de los usuarios entre 2007 y 2011 aumentó un 32%. El tiempo promedio en resolver los reclamos aumentó un 70%. Estos son, entonces, indicadores claros que muestran un deterioro evidente (estamos hablando de 2007 a 2011) de servicio Si hay más interrupciones y se tarda más tiempo en repararlas resulta claro que algo no anda bien. Entonces, la pregunta de rigor es ¿qué es lo que no anda bien? Y… se cayó la inversión. Para poder mantener un buen nivel de servicio (sin cortes ni interrupciones) estas empresas deberían invertir más de 200 millones de dólares por año. En cambio, han invertido 120 millones por año. O sea, 80 millones menos. Y esto durante diez años El total nos da 800 millones de dólares. Si usted tiene un auto y no le efectúa los arreglos que corresponden, si no lo mantiene… bueno, en algún momento va a tener problemas. Entonces, cuando el ministro De Vido dice que alguien bajó la palanca yo digo: “Sí, tiene razón. Alguien la bajó: la bajó el propio ministro”. Y la razón es que condujo una política energética que provocó la descapitalización del sector. Así que no hay que sorprenderse frente a estos eventos.

—Pero usted, como ex secretario de Energía, cómo analiza la posibilidad de un sabotaje?
—Bueno, la información oficial de Cammesa dos horas después del evento afirma que “…se desconocen las causas…”. Luego están las declaraciones de Oscar Lescano (secretario general de Luz y Fuerza), que atribuye el episodio a la interferencia de unos álamos. Cosa que yo desconozco. No lo sé. Pero aquí hay algo muy importante y es lo que Lescano había dicho antes: “Si hubiera habido sabotaje, yo me hubiera enterado”.

—Bueno, él conoce bien el escenario.
—A un hombre que dirige ese gremio desde hace cuarenta años no se le puede decir que hay un sabotaje y que él no lo sepa.

—También hay algo que llama la atención. Si recorremos los diarios del lunes 12 observamos que otro ex secretario de Energía, como el doctor Lapeña, señala que el ministro De Vido dio una conferencia de prensa recién 18 horas después del corte. Es decir que transcurren casi dos días sin que, oficialmente, se nos explique lo que ha pasado.
—Evidente. Además lo del sabotaje y de bajar la palanca ya lo había dicho en 2004. En 2004 hubo, en efecto, una interrupción, y él dijo lo mismo. Pero eso forma parte de una política que es no hacerse cargo ni ser responsable de nada. Pero, vuelvo a repetir: todos los indicadores oficiales muestran de una manera incontrastable que el servicio se viene deteriorando desde hace cinco, seis o siete años Y, también, que las empresas no han invertido lo requerido para mantener un buen servicio. Reitero que han invertido 120 millones de dólares por año cuando deberían haber invertido 200.

—¿Usted coincide con algunos de sus colegas que sostienen que las empresas de servicios públicos de electricidad están, en muchos casos, al borde de la cesación de pagos y que el público debería saberlo?
—Están en cesación de pagos. ¿Y cómo funciona la cesación de pagos? Le explico: estas empresas no producen electricidad. La distribuyen. ¿A quién le compran? Le compran a un “pool” manejado por el Estado que se llama Cammesa y que es una especie de caja centralizada. Ahí compran la electricidad de alta tensión. ¡Pero después no le pagan al “pool”! No le pagan a Cammesa. Entonces, técnicamente, están en cesación de pagos. Pero le explico algo más: la crisis energética en Argentina es mucho más grave que los cortes de luz. Los cortes son sólo una parte de la crisis energética que tiene que ver con la distribución de electricidad. Pero aquí hay una crisis mucho más profunda, y que es toda la descapitalización del sector. Desde el año 2003 el sector viene cayendo en producción, en inversiones, en exploraciones y en reservas. Que no funcione la electricidad  no es una cosa puntual: aquí lo que hay es un problema estructural.

—Sigamos entonces en el campo energético. ¿Y en cuanto a la expropiación de YPF?
 Guadagni suspira y luego responde:
—Bueno, vamos a los resultados que tenemos hasta ahora. En primer término, el Estado expropia YPF haciéndole un cargo a Repsol en el cual el Estado tiene razón: en los últimos años la política de Repsol fue vaciar YPF. ¿Y qué quiere decir esto? Técnicamente “vaciar” significa que toda la ganancia se reparte entre los accionistas y no se invierte. Eso es un vaciamiento. Pero de lo que el Gobierno se olvida es de que el Estado argentino es socio de ese vaciamiento. Este es un punto muy importante. Mire, cuando Repsol le vende la cuarta parte de la empresa más grande de la Argentina a un consorcio que no era argentino sino español-australiano constituido jurídicamente en Australia, incluye una cláusula por la cual se iban a repartir todas las ganancias en efectivo. Usted comprenderá que si todas las ganancias se reparten en efectivo (más del 90%) claramente no hay inversión. Usted me podrá decir que siendo éste un negocio entre privados ¿qué tiene que ver ahí el Estado? Pero no. El Estado fue socio de esto. Fjese usted –Guadagni exhibe la fotocopia de un documento– que en la cláusula resolutoria dice: “La compraventa queda sujeta a la siguiente condición resolutoria: la no obtención dentro del plazo de 12 meses de la fecha de este contrato de la autorización a la compra-venta por parte de la Comisión Nacional de dicha competencia o la Secretaría de Comercio Interior…”

—El Estado interviene entonces.
—A través de Moreno. Está probado. Pero, como si esto fuera poco, en ninguna empresa petrolera argentina hay un director nombrado por el Estado. ¡Sólo en YPF! A pesar de la privatización, siempre un señor se sentaba en el directorio con instrucciones del gobierno argentino El señor ministro de Infraestructura De Vido, en los balances 2007, 2008, 2009 y 2010, da instrucciones de votar a favor del vaciamiento de YPF. Esta es una cosa increíble: en el mundo las empresas petroleras reparten. Por ejemplo, Petrobrás reparte el 41%, el 30%, el 46%; Total, la francesa, el 38%; Chevron, 31%; Exxon, 25%; Shell, 41%, etc. El promedio mundial petrolero es de 26%, pero aquí hay una empresa que repartió en el primer año el 255% de las ganancias. Y piense que YPF en 2008 ganó 3.640 millones de pesos y repartió, en efectivo, 9.287 millones. O sea que aumentó los dividendos en un 235%. ¡Algo increíble! Es un vaciamiento total. Pero lo grave, repito, es que no son negocios entre los españoles de la Caja de Cataluña (que es el mayoritario) y un grupo no argentino, es decir español-australiano, sino que el Estado argentino lo bendice. Y lo bendice porque la cláusula resolutoria 5.1 del contrato del 21 de febrero de 2008 es bien clara: Repsol-YPF con el grupo Petersen. Además, si usted mira atentamente este contrato hasta suena como una tomadura de pelo. ¿Cómo Repsol le vende la cuarta parte de la compañía a una empresa que no sabe nada de petróleo? Porque fíjese que la define como “empresa de nacionalidad española especializada en inversión, gestión, administración de valores, títulos, bonos y acciones”. Ciertamente no es una empresa petrolera. Entonces lo que quiero subrayar es que hemos perdido el autoabastecimiento petrolero, entre otras cosas porque se vació YPF con el apoyo y la participación del Estado argentino.

—Hace unas horas se conoció en París el Informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) que señala que Estados Unidos va a superar a Rusia y a Arabia Saudita como productor de gas y petróleo y que en 2030 se convertirá en exportador de crudo gracias al inesperado aporte de los llamados hidrocarburos no tradicionales y que la Argentina también debería resultar beneficiada con ese fenómeno porque su producción de gas natural podría llegar a 66 mil millones de metros cúbicos en 2035… Sin embargo, el informe de AIE también añade: “… a pesar de las reales perspectivas de Argentina de aumentar su producción de gas líquido natural gracias a la emergencia de una industria del shale gas, el deterioro del clima propicio a las inversiones provocado por la decisión del Gobierno de nacionalizar YPF podría frustrar estas esperanzas…”. ¿Esto es así, doctor Guadagni?
—Sería necesaria otra política y con otra gente. Porque ¿qué pasó con el gas natural? La producción de gas natural viene cayendo desde 2004, pero lo más grave es que las reservas de gas natural han caído… Hay menos reservas de gas hoy que en el año ’90. Y nosotros, en el año ’90, no consumíamos gas. No había ningún vehículo a GNC, no estaba el polo petroquímico de Bahía Blanca… Lo que dice el informe de AIE es cierto, pero allí hablan de recursos y no de reservas. Recursos es un concepto genérico. Más bien de carácter físico. Para que sea reserva tiene que ser aprovechable y sustentable con respecto al medio ambiente. Por supuesto que allí también debe haber alicientes a la inversión. Esto no ha ocurrido y, hasta ahora, YPF no ha podido dar vuelta la cuestión. Tengo en la mano el último balance de YPF que se presentó el 30 de septiembre de este año, y si comparamos el tercer trimestre de este año con el mismo del año pasado el balance nos dice que la producción de petróleo crudo subió 0,6% y la producción de gas licuado cayó 8,4% y la producción de gas cayó 1,7%. La producción de gas sigue cayendo. Y no creo que YPF pueda revertir esta tendencia decreciente porque no tiene fondos para invertir.

—Perdón, pero ¿por qué no tenemos inversores interesados en el yacimiento de shale gas de Vaca Muerta?
—Le devuelvo la pregunta: ¿y por qué vamos a tenerlos? No están dadas las condiciones. El posible inversor no puede pasar, como ejecutivo de esa empresa, un test de su asesor jurídico. ¿Por qué? Pues porque su asesor jurídico le va a preguntar algunas cosas. Supongamos que usted es el presidente de una compañía y quiere hacer un contrato con YPF, el asesor jurídico le preguntará: “Y si después de hacer este contrato ponen un impuesto nuevo ¿qué pasa?”. Porque por ahí ponen otro impuesto. “Y si después de hacer este contrato nos prohíben mandar los dividendos al exterior, ¿qué pasa?”. Y… no sé lo que va a pasar, etc., etc. El asesor jurídico terminará por preguntarle “¿Y usted quiere invertir con esa gente?”. En fin, le estoy dando ejemplos, pero la Argentina no tiene previsibilidad jurídica, y si usted no tiene previsibilidad jurídica es muy difícil tener inversores en esta área. Algunos dicen que no es así porque hay países que están en guerra civil y, sin embargo, tienen inversores en petróleo. Pero hay una diferencia: son países que pueden estar en guerra civil, y hay inversores en petróleo, pero no van a explorar y a buscar. Van a sacar lo que ya está. Ponen un pozo y a los 12 meses lo amortizan. Aquí usted necesita inversores que no vengan a producir petróleo o gas sino que los vengan a buscar, a explorar. Que lo busquen y lo encuentren.

—¿Sería el caso de un yacimiento importante como Vaca Muerta?
—Sí, es muy importante, pero hay que probar muchas cosas. Que sea técnicamente viable; que el agua necesaria no sea excesiva. Le explico: este tipo de exploraciones y explotaciones requieren un uso intensivo de agua. Hay que efectuar estudios técnicos que demuestren que no hay contaminación, que hay agua suficiente, etc., etc. Sintetizando: nosotros tenemos la posibilidad. Hay un recurso que es Vaca Muerta. Un recurso positivo pero, reitero, hasta ahora no tenemos las condiciones de confiabilidad necesarias, desde el punto de vista institucional y político, como para convocar inversiones de envergadura.

—¿Quiere decir que el nombramiento de un profesional tan respetado como el ingeniero Galuccio no ha provocado la confianza internacional que se esperaba?
—Lo que ocurre es que no es el presidente de YPF el que debe inspirar la confianza de los inversores sino el Estado argentino. Galuccio no puede contestar las preguntas que yo formulaba recién. ¿Puede señalar acaso que no vamos a trabar las exportaciones? Ciertamente no. Tampoco puede contestar acerca de si se va a autorizar el giro de los dividendos porque él no es el presidente del Banco Central. Y con respecto a YPF, ya no es una empresa grande. Aquí hay una confusión: dejó de ser la empresa líder. Por ejemplo, en cuanto a gas sólo produce el 23% del total. La empresa más grande es Total (francesa). En cuanto a petróleo, YPF es la primera pero con el 34% de la producción. También hay que saber qué hace el resto de las compañías. YPF no va a arreglar todo esto. Muchos compatriotas aún la ven con la imagen de los años 70 o 80. Aun a comienzos de los 90 YPF producía alrededor del 95% del total. Pero hoy ya no es la empresa líder. Desgraciadamente, después del vaciamiento ha perdido muchas reservas.

—Usted mencionaba recién el liderazgo de la francesa Total. Ellos, al menos, parecen no haber perdido confianza en el país.
—Bueno, están sacando lo que tienen ya en su reserva. La confianza no se mide por lo que están produciendo sino por lo que invierten en exploración. Y, en Argentina, la exploración ha venido cayendo. Una vez que los pozos están descubiertos el negocio es sacar. Le reitero que la confianza es crucial para la exploración, que es una ruleta Y como toda ruleta tiene riesgo propio. Técnicamente se llama “riesgo geológico”. No se le puede añadir, entonces, un riesgo institucional-político porque se convierte en un doble riesgo.

—También, como ex secretario de Industria, usted habrá visto que en la conferencia anual de FIEL una de las cosas que se subrayan es que el gasto público no cesa de crecer.
—Sí. Está a niveles muy altos y, en el caso del sector de energía, esto es grave porque en vez de ir el gasto público energético a la inversión (centrales hidroeléctricas, nucleares, exploración etc.) está dirigido a los subsidios. Y los subsidios energéticos son cuatro puntos del PBI. Para que usted lo entienda y se dé una idea, le explico que cuatro puntos del PBI son 20 mil millones de dólares. Y ésos son los dólares que necesitamos para mejorar el servicio eléctrico; para construir nuevas centrales tanto nucleares como hidroeléctricas; explorar, etc. Por ejemplo deberíamos ir al Mar Continental. Aquí se creó por ley una empresa que se llama Enarsa y cuyo único objetivo es ir al Mar Continental y… ¿qué pasa?, pues que los únicos que están en el Mar Continental son los ingleses. También son los únicos que están haciendo exploración. A mí me molesta mucho que los ingleses se metan en Malvinas, donde no se tienen que meter. Pero me preocupa más que los argentinos no se metan donde deben hacerlo: es decir, en todo el Mar Continental. Ahí tenemos un problema muy serio: con 20 mil millones de dólares anuales, en vez de dedicarlos a la expansión, la inversión y la producción, los estamos dedicando al subsidio de manera indiscriminada. Y esto, ahora, es un monstruo muy difícil de desmontar.

—El informe de FIEL señala que el gasto en educación es flojo y, en cambio, el empleo público ha crecido notablemente.
—Muchísimo. Sobre todo en las provincias. Por ejemplo, en Santa Cruz más del 40% de los trabajadores son empleados del gobierno. En cambio, en Salta son alrededor del 20%.

—¿Cómo estima el crecimiento del PBI?
—Este año puede crecer hasta un uno y medio por ciento... Mire, lo que se acabaron son las tasas chinas. Entonces en el futuro el pronóstico más razonable es que, quizás crezcamos, pero al uno, dos o tres por ciento. Ahora bien, con esos niveles de crecimiento no solucionamos ningún problema social ni tampoco ningún problema de empleo porque a esos niveles no hay generación de empleo. Lamentablemente ya ha quedado atrás una etapa muy próspera como era aquella en la que teníamos los superávit gemelos. Teníamos superávit en cuentas corrientes y superávit fiscal.

—¿En qué año exactamente?
—Esto no es brusco. Comienza a deteriorarse a partir de 2007. Yo diría que coincide bastante con la salida de Lavagna, y si tuviera que sintetizar el tema energético le diría (como en el tango) “que veinte años no es nada…”. Terminó un ciclo histórico de dos décadas de energía abundante, barata y exportada y comenzó un nuevo ciclo largo de energía escasa, importada y cara. Y esto lo venimos diciendo (el grupo de los ocho ex secretarios de Energía) desde hace muchos años.

© Escrito por Magdalena Ruíz Guinazú y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 17 de Noviembre de 2012.