La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
Al Comité Ejecutivo Nacional del
Partido Socialista,
El día 8 de octubre de este año, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires sancionó la modificación de la normativa urbanística del complejo Costa
Salguero, abriendo la puerta así para una privatización encubierta de ese
espacio público. Así, una vez más, la gestión del PRO en la Ciudad de Buenos
Aires avanza con el negociado en detrimento de la calidad de vida de las/os vecinas/os y de la posibilidad de una ciudad con desarrollo sustentable.
El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta sigue apostando al desarrollo
inmobiliario de lujo, en vez de avanzar hacia modelos urbanos verdes e
inclusivos. Esto se vio claramente expuesto en la mencionada sesión de la
Legislatura, donde con trámite exprés se votó en primera lectura la virtual
privatización del entorno ribereño de la Costanera Norte.
La postura histórica del Partido Socialista ha sido que la CABA debía recuperar
y proteger la relación de esta con el río, no solo como un bien de acceso
público para toda la ciudadanía, sino también como un recurso estratégico en lo
atinente a la oxigenación y la mitigación de los daños producto del cambio
climático.
Tal es así que
nuestra posición quedó plasmada en la ordenanza 47.666 en el año 1994, que
prohíbe la privatización de la Costanera Norte, concluida las concesiones
oportunamente otorgadas por las gestiones de Grosso-Menem, y que establecía la
recuperación de estos espacios de forma irrestricta para los porteñas.
Esta misma
postura fue sostenida por los convencionales constituyentes del PS dando por
resultado la redacción del artículo 8 de la Constitución de la Ciudad que
establece que "Los espacios que forman parte del contorno ribereño de la
Ciudad son públicos y de libre acceso y circulación".
Con profundo malestar hemos comprobado que nuevamente los legisladores del
Partido Socialista, han vuelto a votar en consonancia con los intereses de la
derecha y de las corporaciones inmobiliarias, bajando las banderas de nuestra
postura histórica.
No nos sorprende la decisión de este sector del PS,
coherente con su participación en la lista de Mauricio Macri y Miguel Ángel
Pichetto en 2019, y acompañado prácticamente todas las votaciones del
oficialismo porteño. Nada más alejado de un proyecto de izquierda democrática
que vender terrenos públicos para la especulación.
Es por esto que nuevamente requerimos al Partido Socialista del orden nacional
y a todos los referentes del socialismo que en forma unánime asuman su
responsabilidad y convoquen a un Congreso Nacional, para intervenir la
Federación Ciudad de Buenos Aires del Partido Socialista en el mismo sentido
que lo hiciera el Comité Ejecutivo Nacional del día 2 de noviembre de 2019
celebrado en Rosario.
Levantar nuestras históricas banderas es apostar a una ciudad más igualitaria y
sustentable. El PS no puede pertenecer a la gestión del PRO ni ser funcional al
proyecto de la derecha nacional encarnado en Horacio Rodríguez Larreta y
Mauricio Macri. Es momento de reconstruir el socialismo en la Ciudad de Buenos
Aires para que vuelva a defender a la ciudadanía de los embates del capital
concentrado.
Atte.
Héctor Polino - Julia Martino -
Susana Gelber - Hernán Martini - Damián Jaimovich - Daniel Martini - Marcelo
Pascal - Clori Yelicic - María Elena Barbagelata - Guillermo Goldstein -
Maximiliano Díaz - Armando Farret.
En el apogeo de su poder, Néstor
Kirchner le hizo la cruz al coloquio de IDEA. La memoria nos trae el recuerdo
que, en 2005, luego de haber participado de una de sus sesiones, Roberto
Lavagna, entonces ministro de Economía, fue eyectado de su poltrona por el ex
presidente a causa de esa presencia. Ese reproche fue la excusa que le vino
como anillo al dedo al ex presidente, que quería sacarse de encima a Lavagna.
Alberto Fernández decidió romper con
ese legado miope. Fue un buen gesto político al que lamentablemente le faltaron
buenas ideas. En su mensaje, el Presidente puso especial énfasis en la
ratificación del apoyo a los hombres de negocios y se esmeró con insistencia en
dejar claro que no habrá devaluación ni confiscación de depósitos en dólares.
La reacción de los empresarios, sin embargo, fue tibia. La credibilidad de la
palabra del Presidente cae días tras día, señal de la crisis de confianza que
genera un gobierno bifronte.
Un consultor que mantiene contacto
fluido con distintos sectores de la economía lo explicó de manera irrefutable:
“La devaluación ya se hizo. Los números no mienten”. Es esta una verdad
inapelable: la Argentina tiene un dólar oficial a $ 83; un dólar solidario a $
172; un dólar blue a $ 178; un dólar Agro a $ 51 y ahora un dólar gas –para la
energía– a $ 42. “El Gobierno va a hacer lo que hizo siempre: negarlo. Es
decir, no convalidar la devaluación en el discurso”, completó el consultor.
Los ejemplos son más claros aún: si
una empresa tiene que importar un insumo o un repuesto, no puede esperar meses
a que le aprueben la operación. Lo que está pasando es que prefieren llamar a
su casa matriz en el exterior para que le envíen el repuesto de manera directa
y se lo pagan por dólar contado con liquidación a $ 168. El caso de la energía
es dramático, agregó otra fuente, que graficó así la situación: “Las
energéticas deben invertir con un dólar a $ 150 y por el gas de transferencia a
YPF le liquidan el dólar a $ 42. Hay un desdoblamiento de hecho”.
Cristina Kirchner le dijo hace un
tiempo a Axel Kicillof: “El que devalúa no gana”, señaló la misma fuente. Pero
por más que se apele a la retórica, más temprano que tarde, este desorden y la
multiplicidad de tipos de cambio se trasladará a los precios. La emisión sin
control es otro de los problemas que enfrenta la actual administración.
El déficit fiscal no da tregua y el Estado se financia a sí mismo. Pero a un
ritmo de emisión de 200 mil millones de pesos mensuales no hay economía que aguante.
Martín Guzmán tampoco logró generar
entusiasmo en su exposición ante los empresarios. “No hubo enojo con el
ministro. Lo que hubo fue desconcierto, porque si la única manera de paliar el
déficit fiscal es con aumento de impuestos, vamos mal”, señaló Miguel Blanco,
ex presidente del Coloquio.
Marchas y contramarchas. A medida
que pasan los días, y el dólar aumenta sin que ninguna de las medidas que toma
el Gobierno den resultado, las disputas internas se agudizan. Hay algunos que
están convencidos de que todo lo que se está haciendo está bien y que lo que
hay es un problema con el relato. Otros, en cambio, reconocen una sostenida
carencia tanto de la gestión como del relato.
Los rumores de cambios de ministros
siguen a la orden del día. Muchos son fogoneados desde el mismo
oficialismo.
La organización del acto por el 17
de Octubre mostró fisuras. La CGT –organizadora del acto oficial de manera
virtual– viene haciendo lo imposible por mostrar unidad en el peronismo.
Lo dijo el propio Héctor Daer el
jueves por la noche: “Queremos replicar el acto de La Pampa en forma unida con
un volumen político que nos haga recuperar la esperanza”. Para la CGT ese
movimiento incluye a CFK, aunque muchos peronistas no están tan seguros de eso.
En otros sectores, en tanto, anida la necesidad de “recuperar la calle” luego
del “banderazo” del pasado lunes 12 de octubre.
La lectura parcial que sobre esa
manifestación hizo el Gobierno es inquietante. Apelar al remanido término de
“destituyente” para aplicarlo a los que se oponen al oficialismo habla de
una falta de aprendizaje del pasado que no deja de sorprender. Escuchar decir
cosas como “a esa gente la tenemos perdida; nunca estarán con nosotros” es
lamentable.
“El kirchnerismo no tiene un
problema con la clase media, lo tiene con todo aquel que piense distinto”,
señala un analista que viene siguiendo con detalle la ponderación de la imagen
del Presidente, cuya caída se confirma prácticamente en todas las encuestas.
La oposición también salió a la
búsqueda de consensos. La unidad es la palabra más repetida en las últimas
horas. Todo un indicador que habla a las claras de los problemas internos. La
política vernácula es francamente paradojal. Se habla de unidad y lo que se
hace, en verdad, es exactamente lo opuesto. Macri aportó lo suyo en la semana
que pasó.
Fulminó a Rogelio Frigerio y a
Emilio Monzó, dos de los integrantes de su gobierno que más hicieron por zanjar
la grieta y encarar acciones en pos de lograr acuerdos sin los cuales esa
gestión, que no tenía mayoría en la Cámara de Diputados ni en la Cámara de Senadores,
no hubiera podido aprobar ni un solo proyecto de ley.
Mientras en el universo de la
política la vida transcurre por los habituales carriles de la sinuosidad, la
vida de la gente lo hace por andariveles más terrenales y dramáticos: se
mezclan ahí el cierre de miles de pequeñas empresas y la falta de trabajo, la
inflación con su incidencia sobre el precio de los alimentos que como siempre
castiga a los más pobres, la inseguridad que cada día nos trae la historia de
un asesinato que destruye familias y las deja sin sueños y sin proyectos, el
submundo de la anomia que se vive en las tomas de terrenos donde se protege más
a los intrusos que a su legales los propietarios, y un largo etcétera de un
país que se ha transformado en un verdadero Reino del Revés “donde un ladrón es
vigilante y otro es juez”.
Aquí, algunos de esos
conceptos que Zloto desarrolló en su última clase magistral:
“En 35 años de periodismo económico, si algo aprendí, es que
la economía argentina, y cuando hablo de economía argentina de eso depende la
política argentina, está determinada por el factor externo. Y no hay manera de
resolver esos constantes choques que la Argentina tiene con la falta de dólares
si no se modifica la matriz productiva”.
Zloto en Comodoro Rivadavia, pocos días antes de su deceso.
“Si hay, entre tantas cosas, algo
que reprocharle al período kirchnerista es que la matriz productiva básicamente
se mantuvo como tal, siendo que, como todos sabemos, ha tenido oportunidades
por el contexto internacional, por el viento de cola, de tener recursos como
para ir en esa dirección”.
“La modificación de la matriz
productiva es lo que va a terminar generando dólares. Cuando digo generando
dolares, digo: un país necesita importar indefectiblemente. Porque no puede
producir todo, porque sus habilidades tecnológicas no le permiten producir
todo, porque sería un despilfarro desde el punto de vista de la eficacia
producir todo”.
“Hay cálculos a rolete hechos por
economistas sobre cuánto necesita la Argentina de importaciones para mantener
determinado nivel de vida. Y lo que necesita Argentina para subir su nivel de
vida de importaciones, no es compensado desde hace mucho tiempo por el nivel de
importaciones o por el nivel de generación de dólares. No es sencillo modificar
la matriz productiva. Es algo que necesita tiempo, es algo que no da rédito
político pero es la única manera de resolver el problema: de eso estoy
convencido”.
“Respecto del contexto que va a
recibir Alberto Fernández y para hablar un poquito bien de actualidad, va a ser
un contexto muy difícil. Alberto Fernández va a ser el presidente que reciba un
país que en su primer año seguramente será recesivo. Hay sobre esto
coincidencias entre los economistas, no solamente entre los considerados
economistas profesionales”.
“Emmanuel Álvarez Agis, hombre de
estrechísima confianza de Alberto Fernández, lo cual no significa que vaya a
ser ministro de Economía, dijo el otro día: “Si Alberto Fernández hace las
cosas perfectas, la Argentina puede aspirar a crecer a partir del cuarto
trimestre del 2020. Y eso si hace las cosas perfectas, con toda la herencia que
va a recibir. El Banco Mundial acaba de publicar ayer sus pronósticos de caída
estrepitosa del Producto Bruto del 3,1 por ciento para este año y de 2,1 para
el año que viene. O sea: vamos a tener un presidente que asume obviamente como
todo presidente generando expectativas de cambio, sin los recursos como para
satisfacer demandas”.
“Axel Kicillof declaró ayer
textualmente: “No voy a recibir una provincia para poder satisfacer las
demandas que tengo”. Cualquiera que lo piense dos segundos va a decir:
“Obviamente”. Ahora, es inevitable que un nuevo presidente genere expectativas.
Y la población no tiene eso incorporado. Un nuevo presidente se lo vota porque
la gente quiere un cambio respecto de lo que existía. Hoy tiene un contexto
realmente difícil que empìeza con dos negociaciones clave: el Fondo Monetario
Internacional y los acreedores externos. Eso plantea un panorama distinto”.
“Uno puede generar de alguna
manera una analogía con lo que fue Fernando de la Rúa. De la Rúa recibió un
proceso que, para quienes más o menos sabían cómo venía la situación,
desembocaba inexorablemente en una crisis, que era el final de la
convertibilidad. Pudo darse, entre comillas, el lujo de estirar eso el primer
año. No le salió demasiado bien. Alberto Fernández ya asumecasi les
diría con la certeza de que en su primer año no va a poder mostrar los
resultados que muchos quisieran, o que serían necesarios”.
“Tal vez eso explique, si ustedes
hacen un repaso, lamoderación en las propuestas que ha hecho el
Frente de Todos: ha sido muy cauteloso. Recién ahora empiezan a circular algunos
documentos, andan circulando estos días propuestas, donde si bien el catálogo
que incluye ese documento es amplio, extenso, audaz, en general es un planteo
moderado, cauteloso, por la sencilla razón de que ellos saben lo que les
espera”.
“Siempre, las crisis fuertes, ni hablar del 2001,
que tuvo la Argentina, fueron disparadas por una crisis externa. Y creo que ese
es el principal problema de la Argentina. Cuando digo que es el principal
problema, me refiero a que es de prioridad analítica. Si alguien me
pregunta cuál es el principal problema de la Argentina, obviamente es la pobreza,
es la indigencia, es la exclusión. Ahora, resolver la pobreza, la indigencia,
la exclusión, es un imperativo moral. Un país como la Argentina no puede
tener los números que tiene. Es un imperativo moral que, desde el punto de
vista de la economía, tiene que resolverse de distintas maneras. Pero no
es el principal problema macroeconómico”.
Argentina lo dio vuelta y volvió a
ganar en La Paz después de 15 años…
Argentina volvió a ganar en La Paz después de 15 años con un Leo en
buen nivel, especialmente en el segundo tiempo.
El
seleccionado "albiceleste" derrotó a Bolivia por 2 a 1, y pudo volver
a festejar en la altura con el mismo resultado que consiguió en el 2005. El
equipo de Scaloni sumó los seis puntos en esta doble fecha de Eliminatorias
Sudamericanas y se afirma en el camino hacia Qatar 2022.
Bolivia se puso en
ventaja con el gol de cabeza del delantero Marcelo Martins, mientras Argentina
que no ganaba desde el 26 de marzo de 2005 en La Paz, lo dio vuelta con tantos
de Lautaro Martínez y Joaquín Correa.
El seleccionado argentino obtuvo un gran triunfo en un
escenario históricamente adverso como el estadio Hernando Siles.
La victoria permite que el seleccionado de Lionel Scaloni,
quien en la previa hizo una observación mayúscula a los 3650 metros sobre el
nivel del mar, tenga puntaje ideal en las Eliminatorias Sudamericanas al cabo
de dos fechas.
Argentina empezó con dudas, cuidadoso a la hora de
administrar el oxígeno, con cuatro defensores, tres volantes y tres delanteros.
La iniciativa la tuvo Bolivia con remates de media distancia
y centros al área argentina, ante una defensa que evidenció inconvenientes en
la marca. Y luego de dos intentos, Martins facturó, de cabeza, en soledad.
El gol del jugador de Cruzeiro, de Brasil, bajó el impulso
boliviano y Argentina, en forma progresiva, se instaló en campo contrario
porque Exequiel Palacios, en su debut oficial, levantó su producción.
Los remates de Paredes, de notable pegada, fueron otra opción
para la Argentina, junto con las proyecciones solitarias de Lucas Ocampos. El
ex Boca intentó tres veces y la última dio en el palo.
Sobre el final del primer tiempo, en una jugada iniciada por
Palacios, Lautaro Martínez tuvo su premio con una pelota que no dio por perdida
nunca. Presionó al central José Carrasco, quien cometió un grave error en el
rechazo, y con fortuna encontró el empate.
Lionel Messi reguló los esfuerzos en la primera parte, en la
que prácticamente no tocó el balón, pero en el segundo tiempo aportó
apariciones fugaces que resultó la clave del éxito.
Argentina, a pesar de la altura, impuso su oficio y categoría
a medida que transcurrieron los minutos del segundo tiempo, ante un rival
inferior que solo tenía a la altura como aliado.
El capitán argentino asistió a Lautaro Martínez a los 29
minutos para un remate que desvió el arquero Carlos Lampe. Allí Argentina supo
que lo podía ganar. Poco después apareció Correa, con poco tiempo en cancha,
para ejecutar un zurdazo fuerte al arco que devino en el 2-1, luego de una
buena sociedad entre Messi y el bahiense ex Racing Club.
El equipo de Scaloni cambió el aire con los ingresos de
Nicolás Domínguez y Guido Rodríguez, con los que fortaleció el mediocampo, pero
tuvo a Palacios como destacando en el aporte de quites y pases.
Argentina terminó el partido en campo boliviano, bien lejos
de su arco, ante un rival inferior y desconcertado, que solo hizo valer las
características de su localía en los primeros 20 minutos.
Después de 15 años, Argentina, con Palacios y Lautaro
Martínez como figuras, se quedó con los tres puntos en La Paz e ilusiona de
cara al futuro, porque este partido y su resultado también demuestran que
cuando se lo propone, puede llegar lejos.
Palacios es un gran jugador, esperamos que siga así
y juegue en su club", dijo Scaloni
El DT del seleccionado argentino de fútbol, Lionel Scaloni,
elogió hoy al volante Exequiel Palacios, figura en el 2-1 ante Bolivia en La
Paz por la segunda fecha de Eliminatorias Sudamericanas, y solicitó que tenga
"más juego" en su club, Bayer Leverkusen de Alemania.
"Palacios es un gran jugador de fútbol que esperamos
siga así con nosotros y juegue en su club. Lo apreciamos mucho y sabemos lo que
nos puede dar, estamos contento con él", indicó Scaloni en conferencia de
prensa luego de la victoria histórica de Argentina, después de 15 años, en La
Paz.
"Sacando los 15 minutos iniciales, casi siempre pasa
acá, el resto fuimos un equipo que dominó, que sabía a lo que jugaba y
cumplimos el trámite del partido. Aguantamos sus ataques en los primeros
minutos y tuvimos la fortuna de empatar antes que termine el primer tiempo y
nos dieron ganas de ganarlo después", dijo Scaloni en un análisis del
partido.
El entrenador valoró el rendimiento de cada uno de sus
jugadores, incluso aquellos que sumaron pocos minutos como recambio.
"Por suerte los chicos que entraron lo hicieron bien,
todos, y nos dieron un poco más de frescura porque hubo algunos jugadores
cansados", concluyó Scaloni.
Lautaro
Martínez: "El equipo demostró corazón y cabeza"
El delantero Lautaro Martínez, goleador del ciclo de Lionel
Scaloni en el seleccionado argentino, destacó que el equipo demostró
"corazón y cabeza" para lograr el triunfo por 2-1 en la altura de La
Paz ante Bolivia por la segunda fecha de las Eliminatorias Sudamericanas.
"Sabíamos que iba a ser así de difícil el partido porque
no estamos acostumbrados a jugar acá y es distinto al llano, pero este equipo
demostró corazón y cabeza. No los dejamos jugar cómodos, estamos felices",
expresó Lautaro apenas terminó el partido en el estadio Hernando Siles de La
Paz.
"Es difícil jugar acá, pero este es un equipo joven,
nuevo y de jugadores de experiencia como 'Leo' (Messi) y 'Nico' (Otamendi) que
se mataron. Esto es parte de ellos. Se habló mucho pero nosotros estamos
enfocados en lo que tenemos que hacer, que es ganar y dejar a Argentina en lo
más alto", agregó el bahiense.
El jugador de Inter, de Italia, fue una de las figuras del
equipo, por su gol para el 1-1 y la asistencia a Joaquín Correa para el 2-1 y
además se afirmó como el goleador del ciclo de Lionel Scaloni con diez tantos
en diecinueve partidos.
El bahiense, de 23 años, marcó el gol del empate del
seleccionado argentino a los 45 minutos del primer tiempo y en el festejo se
abrazó con Scaloni, el DT que lo ratificó como el "9" titular en su
ciclo.
Lautaro también cortó una llamativa racha en Eliminatorias,
ya que en los últimos siete partidos solo Messi había hecho goles para la
selección.
La última vez que otro jugador que no sea Messi hizo un gol
fue en noviembre de 2016 en la victoria sobre Colombia por 3-0 con goles de
Lucas Pratto y Ángel Di María y otro del crack rosarino.
Este fue el primer grito en Eliminatorias para Martínez y el
tercero oficial ya que había hecho dos en la Copa América de Brasil 2019,
mientras que los otros siete fueron en amistosos.
El ex Racing Club también cortó una racha de cinco partidos
de sequía ya que la última vez había sido el triplete que le hizo a México en
el 4-0 en el amistoso disputado en San Antonio, Estados Unidos.
Antes, el "Toro" le había hecho a Qatar (2-0), dos
a Nicaragua (5-1), uno a Venezuela (1-3) y otro a Irak (4-0).
Síntesis
Bolivia 1
Carlos Lampe; Saúl
Torres, Gabriel Valverde, José María Carrasco y José Sagredo; Diego Wayar, Raúl
Castro, Rudy Cardozo y Alejandro Chumacero; Marcelo Moreno Martins y Carlos
Saucedo. DT: César Farías.
Argentina 2
Franco Armani;
Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico;
Rodrigo De Paul, Leandro Paredes y Exequiel Palacios; Lucas Ocampos, Lionel
Messi y Lautaro Martínez. DT: Lionel Scaloni.
Goles en el primer tiempo: 23m. Martins (B) y 44m. Martínez
(A).
Gol en el segundo tiempo, 33m. Correa (A).
Cambios en el segundo tiempo: Al comenzar, Antonio Bustamente
por Saucedo (B); 13m. Joaquín Correa por Ocampos (A); 19m. Boris Céspedes por
Castro (B) y Bruno Miranda por Chumacero (B); 23m. Nicolás Domínguez por De
Paul (A) y Guido Rodríguez por Paredes (A); 37m. Nelson Orozco por Wayar (B);
41m. Cristian Árabe por Cardozo (B) y 44m. Facundo Medina por Martínez (A).
Amonestados: Valverde, Carrasco, Torres y Martins (B).
Tagliafico, Domínguez y Palacios (A).
Todo eso se ha
perdido. Nada queda. El
recurso remanido al que apela el Dr. Fernández es fustigar al mal gobierno de
Mauricio Macri. Es lo mismo que hacía Macri cuando equivocadamente creyó que
las consecuencias de sus errores se solucionaban echándole la culpa a Cristina
Fernández de Kirchner.
Mientras tanto
los problemas se acumulan, producto de la falta de gestión que no hace más que
recalentar la manifiesta incapacidad de gestión del Presidente y de su
gabinete.
Las voces críticas que desde el
cristinismo se hicieron escuchar con altisonancia en contra de la acertada
decisión del Presidente expresaron no solo discrepancias, sino también desprecio hacia su
persona. La violación a los Derechos Humanos del régimen cívico-militar de
Nicolás Maduro es tangible y, por ende, indiscutible.Quien esto escribe lo
pudo comprobar in situ el año pasado durante sus dos coberturas en Caracas.
Persecución
y cárcel a los opositores, acoso sistemático y permanente a los periodistas, la
violencia criminal de los “colectivos chavistas” –fuerza paramilitar que golpea
y mata a mansalva– aplicada a los que se manifiestan contra el gobierno y un
estado de persecución que atemoriza, son datos consuetudinarios de esa triste
realidad de un país que en la década del 70 supo ser refugio de miles de
argentinos perseguidos por la última dictadura militar.
“En
Venezuela no hay Estado de derecho”, dijo CFK en la intensa
entrevistaque le hizo Luis
Novaresio en septiembre de 2017. No se escuchó en ese entonces que
algunas de las voces que salieron a despotricar contra AF hicieran lo mismo con
la ex presidenta en funciones.
Internas.
No fue el incidente por el voto en la ONU el único
episodio de la interna gubernamental. La economía continúa en terapia intensiva y termina
siendo rehén de problemas que tienen una raíz política.
El oficialismo
culpa a los medios por los rumores de cambios en el gabinete, pero los pases de
factura salen del interior de la coalición y en especial del ala dura
kirchnerista. “El tema no son los nombres, sino el rumbo, no podemos influir
demasiado en eso porque entendemos que es potestad del Presidente. Lo que sí
puedo asegurar es que la posible remoción de Cafiero es inviable. Es una pieza
clave para Alberto”, aseguró un moderado del FdT sobre posibles cambios.
El jefe de
Gabinete es uno de los señalados por el kirchnerismo duro por su falta de
aplomo y autoridad política. “Al finalizar su exposición en el Senado, Cristina
se dio vuelta y no lo saludó para evitar la foto”, recordó. Marcela Losardo, la
ministra de Justicia, también está en la mira. Desde el kirchnerismo ya la
habían tildado de “pecho frío” por no militar las causas que los complican. El
último reproche es por su poca o nula capacidad de lobby con la Corte.
Quienes la
conocen destacan su templanza y sus esfuerzos para no quedar atrapada en la lucha
política. Dicen que tiene “lazos suficientes en tribunales” y que, “molesta su
independencia funcional”.
La que logró
críticas unánimes es Sabina
Frederic, ministra de Seguridad. Sergio Berni, que reconoció
públicamente a CFK como la única jefa del movimiento, le marca la cancha
permanentemente. Las críticas llegan también desde el resto del oficialismo.
“No tiene experiencia ni la llegada necesaria para manejar temas tan pesados”,
es lo más liviano que recibe.
Martín
Guzmán está consumiendo su escaso capital político. No todo es
culpa suya pero está aislado en los temas de la macroeconomía con resultados
muy pobres. Las internas con el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, no lo
ayudan y no tiene cintura política para tejer alianzas dentro del FdT. Tampoco
le importa mucho. “Está
solo. Lo banca Alberto. Para colmo en áreas de gobierno que le
son claves –como el Ministerio de Producción– tiene una lista de funcionarios
camporistas que responden a Kicillof y están más cerca de Cristina”, describe
un integrante del FdT.
Ante su falta de
volumen político, los interlocutores buscan llegar directo al Presidente, que
en los últimos diez días comenzó un proceso de acercamiento al empresariado.
Desde el massismo venían alertándolo por la radicalización de sus posturas y su
alejamiento de la clase media. Massa se lo dijo con toda claridad hace un
tiempo en un encuentro en la Quinta de Olivos. El líder del Frente Renovador
terminó siendo clave en el regreso a las clases de manera presencial.
Un empresario de
un sector importante de las pymes aseguró que los gestos de moderación son
útiles pero se preguntó: “¿Cómo pretenden que interpretemos esas señales? ¿En
los hechos qué va a cambiar? Más que una crisis de poder vemos falta de
autoridad y conocimiento del sector para definir un rumbo”.
Como muestra de
ese zigzag, en medio de la pandemia y de la crisis que desató, la Cámara de
Diputados aprobó por amplia mayoría –250 votos– a fines de julio el proyecto de
ley que declara la suspensión de los procesos de concursos y quiebras hasta el
31 de marzo de 2021. Para no beneficiar a Vicentin, la Comisión de Legislación
General del Senado se reunió de manera remota el martes e introdujo cambios al
proyecto que deberá volver a Diputados. El resto de las empresas que necesitan
la protección del Estado para no ser ejecutadas deberá esperar. La grieta no es
negocio para nadie.
En este paisaje
de confusión y bruma por el que navega el Gobierno ha reaparecido un personaje:
Aníbal Fernández. Las dos reuniones que mantuvo con el Presidente le han
devuelto un protagonismo que añoraba. El ex jefe de Gabinete del último tramo
del segundo mandato de CFK se está preparando para dejar su irrelevante cargo
de interventor en Yacimientos Carboníferos Fiscales y acceder a posiciones de
mayor preponderancia dentro del Gobierno. Desde su cercanía lo dicen con todas
las letras: “Aníbal vuelve”.
“Volvimos para ser mejores”, dijo AF. Otra de sus promesas
olvidadas.
Nelson
Castro, Diario Perfil, Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Frente
de Todos, Pandemia, Coronavirus,
Algunos “formadores de opinión” diseñan una ecuación con
un final anunciado: aseguran que no hay que emitir y hay que bajar impuestos en
un escenario donde, además, no es posible tomar deudas. La respuesta está
implícita en la misma ecuación: la única salida es el ajuste. Porque si no hay
nuevos ingresos o incluso estos bajan, la única política es el recorte de
gastos. Sin embargo, el ministro Martín Guzmán en una entrevista reciente se
preguntó: “¿Por qué tiene que bajar el gasto público?”. “No es a lo que apuntamos.
Nosotros apuntamos a poner las cuentas fiscales en orden, seguro. Y una
economía que se recupera es una economía en la cual los ingresos fiscales se
recuperan, al mismo tiempo lo que sí hay que hacer con el gasto es darle la
mayor racionalidad, gastar en lo que más importa, para la recuperación y para
el desarrollo de la economía y de la sociedad. Y eso es lo que refleja nuestra
visión”.
La Argentina tiene
demandas crecientes. Pero, al mismo tiempo, sectores que plantean la necesidad
de bajar impuestos. Estamos en medio de ese debate. Es en ese contexto que
sectores empresariales le pidieron al FMI que no suba más los tributos. Es raro
porque el gobierno ya dijo que va a presentar ante ese organismo su propuesta:
no es que va a hacer lo que diga el Fondo, sino que le va a decir al Fondo lo
que va a hacer.
¿Cuáles son los
principales problemas que tiene hoy el país? La pobreza, el desempleo, el
cierre de miles de Pymes. Es lo que es necesario recomponer. Y eso, ¿cómo se
hace? Dándole a todos los argentinos y las argentinas capacidad de generar más
demanda y, a partir de esa mayor demanda, activar un círculo virtuoso de
crecimiento y mayor empleo. Por supuesto, esto es lo contrario del ajuste. Creo
que se viene con mucha intensidad ese debate entre los que creen que si no hay
ajuste esto no tiene solución y los que creemos que el ajuste es parte del
problema.
Los formadores de
opinión a los que nos referimos nunca muestran la ecuación completa: dicen “hay
que devaluar” al mismo tiempo que hacen pública su preocupación por la
inflación. Por supuesto: desvinculan ambos fenómenos y, entonces, ocultan que
toda devaluación produce un aumento de la inflación. Dicen estar preocupados
por el aumento de la pobreza, pero esconden que con la inflación se produce una
suba de la pobreza. ¿Alguna vez hubo inflación y en simultáneo no aumentó la
pobreza?
¿Cuál es la
alternativa al ajuste? Buscar el equilibrio fiscal no en la reducción del gasto
sino en el aumento de los ingresos. ¿Cómo se logra ese aumento de los ingresos?
De varios modos: por la vía del crecimiento de la economía y del blanqueo de la
actividad para que todos tributen lo que tienen que tributar, para que no haya
evasión y para que no haya fuga de capitales; y por la vía de una reforma
impositiva que le dé progresividad al ingreso tributario y achique el peso de
los impuestos sobre el consumo, es decir, aquellos que afectan a todos por
igual, independientemente de su poder contributivo.
Por un lado, hay
que hacer que crezca el tamaño de la torta a repartir y, por el otro,
establecer el tamaño de las porciones. Si la torta es muy chica, por más
vocación de repartir que haya, la torta no va a alcanzar. Y si la torta es muy
grande pero se la reparten entre pocos, de todos modos una parte no recibirá
nada. Entonces, el tema es de política económica: cómo llevar adelante un
modelo que potencie el crecimiento y que distribuya los beneficios.
Hasta el FMI
invita a los gobiernos al impulso fiscal para la reactivación económica. La
directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, declaró que el Fondo no
viene a la Argentina con “la idea de «bueno, veamos cómo podemos ajustar aún
más el gasto en estos tiempos»”. Y agregó que espera “ayudar a la Argentina a
definir unos objetivos de crecimiento a mediano plazo”. Algunos son más
“fondistas” que el Fondo: piden ajuste cuando ni el Fondo, en principio, lo
está proponiendo.
(*) Diputado nacional
FdT. Presidente Partido Solidario.