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sábado, 25 de marzo de 2023

Partido Amistoso. Argentina 2 vs. Panamá 0... @dealgunamaneraok...

 Argentina le sumó a la fiesta del Mundial un triunfo sobre Panamá y el gol 800 de Messi…

El seleccionado argentino completó su primera fiesta post Mundial ante el multitudinario público que colmó el renovado estadio Mas Monumental con un triunfo sobre el final ante Panamá por 2 a 0 que tuvo como frutilla del postre el gol 800 en la carrera de su capitán, Lionel Messi, en su séptimo intento de tiro libre de la noche. 

© Publicado el 23/03/2023 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República Argentina.


Selecciones de Argentina y Panamá. Fotografía: ESPN

La presunta desproporción entre el campeón del mundo y este conjunto panameño, que vino a afrontar este compromiso con equipo alternativo, si bien se notó en la jerarquía individual y colectiva, no se tradujo en el resultado y tampoco en acumulación de situaciones de gol durante el primer tiempo.

 

Salvo un tiro libre que rebotó en el palo izquierdo ejecutado por Lionel Messi, que antes de esa acción terminó todo raspado en la rodilla derecha, sobre el cuarto de hora, no hubo otras aproximaciones con riesgo real para el arco defendido por José Guerra.

 

Obviamente que los dirigidos por Lionel Scaloni hegemonizaron la posesión del balón, pero lo manejaron en forma de abanico entre tres cuartos de cancha y el área rival, sin generar filtraciones dentro de ella.

 

También y como consecuencia, el arquero Emiliano Martínez nunca entró en contacto con el balón, por lo que fue saludable para él que los "Dibu, Dibu" de los hinchas argentinos se hubiesen producido antes del encuentro, ya que durante su transcurso no había acción alguna que lo ameritara.

 

La fiesta no parecía ser completa por entonces, pero a su vez tenía el atractivo que ofrece un partido de fútbol jugado "en serio", con una oposición real para el "homenajeado". Y eso intentó Panamá: no ser un simple partenaire.

 

Y a fuerza de disciplina táctica, prolijidad y entrega, los centroamericanos hicieron olvidar por un buen rato ese estado emocional que flotaba en los más de 80.000 hinchas para reemplazarlo por una ansiedad creciente a la espera de algo también "especial", como por ejemplo el gol 800 en la carrera de Messi.

 

Pero se fue el primer tiempo sin nada de eso, y el segundo transitó por el mismo camino, De entrada nomás Lionel Scaloni realizó tres cambios, dos más antes del cuarto de hora y el sexto y último a los 23 minutos.

 

Es decir que a esa altura del complemento habían variado el 60 por ciento de los jugadores de campo que habían iniciado la final del Mundial de Qatar ante Francia.

 

Pero esa persistencia en el dominio argentino y un par de tiros libres de Messi que siguieron pasando cerca del arco "rojo" fueron los que pintaron de colores tenues la escenografía de la primera hora de la segunda etapa.

 

Hasta que en la ejecución de su quinto tiro libre de la noche, Messi hizo rebotar nuevamente el balón en un palo del arco de Guerra, pero en este caso y a diferencia del primer tiempo, en el derecho. Y del rebote apareció el ingresado Thiago Almada y su zurda para registrar su primera conquista oficial con la camiseta del seleccionado argentino.

 

Por la misma vía siguió intentando Messi inmediatamente llegar al 800, pero su sexto disparo se fue por encima del travesaño.

 

Evidentemente esa marca, que de extenderse a dos tantos más la elevaría a 100 con el seleccionado mayor, y de ser tres le sumarían el 55to. "hat Trick" de su carrera, parecía que iba a quedar para el próximo martes en el estadio Único Madre de Ciudades, de Santiago del Estero.

 

Pero la película no guionada no podía tener otro final que el que tuvo, cuando su zurda mágica entró nuevamente en acción.

 

Y así, cuando restaban apenas dos minutos para los 90, en su séptimo tiro libre clavó el balón contra el ángulo superior izquierdo del arco de Guerra, y entonces levantó sus brazos al cielo, fue nuevamente sepultado por sus compañeros como en Qatar, y por fin pudo festejar el tanto 800 de su carrera y el 62do. de tiro libre, superando por uno nada más y nada menos que a Diego Maradona.

 

La película, ya hecha serie, como quedó dicho, tendrá más episodios, ya que el martes continuará en Santiago del Estero.

 

Pero esa será otra historia, una celebración más, ya en el interior del país, que volverá a regocijarse con estos terceros campeones del mundo que viven de emoción en emoción, con llantos a raudales como los exhibidos especialmente por "Dibu" Martínez y Scaloni al momento de sonar el Himno Nacional. Aunque no fueron los únicos. Los que no lloraron para afuera lo hicieron hacia dentro. Pero nadie pudo quedarse al margen de la emoción de los campeones del mundo.

 

- Síntesis –

 

Argentina: 2

 

Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo de Paul, Enzo Fernández y Alexis MacAllister; Lionel Messi, Julián Álvarez y Ángel Di María. DT: Lionel Scaloni.

 

Panamá: 0

 

José Guerra; Iván Anderson, Edgardo Fariña, Richard Peralta y Kevin Galván; Jiovany Ramos, Irving Gudiño y Cristian Quintero; José Manuel Murillo, Alfredo Stephens y Ronaldo Córdoba. DT: Thomas Christiansen.

 

Goles en el segundo tiempo: 32m. Almada (A) y 43m. Messi (A).

 

Cambios en el segundo tiempo: Al comenzar Víctor Medina por Quintero (P), Omar Browne por Córdoba (P), Thiago Almada por Mac Allister (A), Lisandro Martínez por Otamendi (A) y Lautaro Martínez por Julián Álvarez (A), 14m. Paulo Dybala por Di María (A) y Leandro Paredes por Enzo Fernández (A), 23m. Marcos Acuña por Tagliafico (A), Gilberto Hernández por Fariña (P), Martín Morán por Gudiño (P) y Michael Casazola por Galván (P) y 31m. Miguel Camargo por Murillo (P)

 

Amonestados: Galván, Fariña y Camargo (P).

 

Cancha: Mas Monumental.

Árbitro: Christian Ferreyra (Uruguay).






Video: TyCSport



   

domingo, 25 de diciembre de 2022

¡Muchaaaachos!

 ¡Muchaaaachos! 


Al dente, ‘Fideo’ Di María. Dibujo: Pablo Temes

La Selección mostró que la historia se vuelve a escribir todos los días. 

© Escrito por Carlos Fara el viernes 23/12/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Existen varios tipos de muchachos en la Argentina. Obvio, se nos vienen a la mente los muchachos peronistas. También estaban Los muchachos de antes no usaban gomina, Adiós muchachos, de Gardel, o Los muchachos de mi barrio, de Palito Ortega. Pero en estas últimas semanas todos fueron claramente desplazados por los Muchachos del tema de La Mosca, con lo cual ahora nuestro país tiene dos himnos: el de López y Planes y el del grupo musical que entronizó a la Selección hasta el próximo Mundial.

Los Muchachos –con mayúscula– son el nuevo parámetro de la sociedad. No solo porque hayan triunfado, sino porque son lo que la mayoría social quiera que sea la Argentina: tenaces, profesionales, humildes, con garra, planificados, serios, que juegan en equipo y que tiran todos para el mismo lado. En los últimos meses era común en los estudios de opinión pública que los entrevistados querían que el país se pareciese a Messi por esos atributos mencionados. Esa identificación, más allá del éxito deportivo, es lo que hizo que se movilizaran cuatro o cinco millones de personas para saludarlos, que en un punto es como saludarse a sí mismos.

La Selección le mostró a la sociedad que el esfuerzo y la disciplina (o sea, el mérito) rinden y tienen su premio, a la corta o la larga. Por eso, de toda la letra de La Mosca, quizá lo que más impacte sea: “nos volvimos a ilusionar”. ¿A ilusionar con qué? ¿Con el equipo? Desde ya. Pero en realidad, el punto es que los argentinos y argentinas se volvieron a ilusionar con ellos mismos, porque de la política claramente poco esperan.

En los grupos focales realizados esta misma semana no visualizamos un cambio de ánimo respecto al país. Los mismos sentimientos de los últimos meses siguen estando sobre la mesa: angustia, impotencia, bronca, desesperación. ¿Pero, entonces, cómo le impactó a la sociedad el triunfo deportivo? “Fue un día de alegría sin pensar en la economía”, “despejar un rato la mente”, “tirar todos para el mismo lado”, “la unión, no estaba dividido como en la política”, “éramos un solo país”. Casi les faltó decir que sin la política estaríamos mejor, porque lo que no cambió fue la perspectiva sobre el futuro del país: “la gente se olvida pronto”, “Argentina no va a cambiar”, “va a ser un proceso largo para salir de la situación”, “hay mucho para arreglar”. En definitiva, lo deportivo y la alegría colectiva transitan por un carril distinto del derrotero del país.

Un triunfo deportivo en el principal deporte de masas y en la cúspide de la competencia global, iban a generar un sentimiento de felicidad temporal enorme. Pero hay un ingrediente adicional a la lógica alegría individual, que es la satisfacción porque también se viva una dicha colectiva. Es decir, la buenaventura de todos bajo una misma consigna es un rasgo que potencia la que siente cada uno en forma personal.

Cuatro o más millones de personas en paz bajo una misma consigna también muestra el desagrado que despierta la grieta, como lo hemos comentado en esta columna muchas veces, o a la inversa, lo que conmueve la unidad. Algún lector o lectora me podrán decir legítimamente: “Pero, ¡qué vivo! Cuando se trata de la Selección campeona todos íbamos  a estar unidos”. Es verdad. Pero acá hay varios puntos por señalar que muestran dónde está la opinión pública:

·           La movilización más grande de la historia argentina, sin duda (el tamaño sí importa), teniendo en cuenta que a priori había un circuito a recorrer o un punto de encuentro.

·         Mucha gente en cualquier circunstancia y con alto fervor, puede ser el caldo de cultivo de que algo termine mal, una “puerta 12” o algo parecido. Pero casi nada de eso pasó, salvo los hechos aislados que todos conocemos.

·         La gran mayoría de los cuatro millones de personas que esperaban saludar a la Selección se vieron frustradas por la imposibilidad física. Sin embargo, la reacción masiva fue de alegría y comprensión con los jugadores en los helicópteros luego de muchas horas de trajinar.

·         Se comentó mucho la desorganización o falta de previsión, que si fue un papelón, etc. Obvio, que todo el operativo fue fallido, como estamos bastante acostumbrados en la Argentina. Lo cierto es que la alegría desbordante percibida en la calle hizo que nadie se preocupase mucho por una organización fracasada. Capítulo aparte es la saga de si iban o no a Casa Rosada, los cambios de trayectoria sobre la marcha, etc.

¿Qué significa todo esto?

·         Cuando la sociedad se siente agradecida a quienes muestran los atributos deseados, los detalles negativos pasan de largo (de los cuales los jugadores no eran los responsables, claramente).

·         Cuando los liderazgos transmiten calma, la mayoría social no se enerva por deporte. Luego, claro está, los conflictos producen reacciones. Sería tonto pensar que el clima del martes va a ser el permanente. El punto es si queremos vivir de forma agresiva los conflictos o no.

Seguro no somos los maravillosos del martes solamente. También somos conflictivos, irreverentes ante todo tipo de autoridad, reacios a apegarnos a las reglas, cuestionadores hasta el infinito, propensos a los excesos. Sin embargo, el punto es que no somos una sola cosa. También somos los que nos movilizamos en el final de la dictadura y la llegada de la democracia. Los que llenamos plazas en Semana Santa del 87. Los que repudiamos el atentado a la AMIA en el 94. O los que saludamos a los subcampeones en 2014 como si hubiesen traído la copa a casa.

Scaloni, Messi y compañía muestran que la historia se empieza a escribir de vuelta todos los días. Que una serie de derrotas sin fin siempre se pueden revertir. Que todos podemos cambiar para mejor. Que lo inesperado acontece. Que tenemos con qué. Que no somos geniales, ni un desastre. Que no estamos condenados al éxito, ni tampoco al fracaso.

La frase que ha calado hondo y se ha viralizado hasta el infinito ha sido la de De Paul: “Más que nunca todos juntos”. No nos olvidemos que esos 26 jugadores y el equipo técnico nacieron acá y también podemos ser nosotros. ¡Feliz Navidad! 

* Consultor político. Ex presidente de Asacop.



domingo, 4 de diciembre de 2022

Copa del Mundo Qatar 2022. Argentina 2 vs. Australia 1... @dealgunamaneraok...

Victoria, fiesta y clasificación: Argentina se instala en cuartos de final del Mundial…


Lionel Messi

Con goles de Lionel Messi (34') y Julián Álvarez (57'), el seleccionado nacional se impuso a Australia por 2 a 1 y está entre los ochos mejores. En su partido número 1000, Lio convirtió su 9° gol en mundiales, primero fuera de fase de grupos. Goodwin (77') descontó de forma insólita, tras roce en Enzo Fernández.

© Publicado el sábado 03/12/2022 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República Argentina.

Argentina confirmó su favoritismo previo, venció este sábado a Australia por 2 a 1 y se instaló en los cuartos de final del Mundial Qatar 2022 en un partido disputado en el estadio Ahmad bin Ali ante más de 40.000 fanáticos ilusionados con la consagración.


El capitán Lionel Messi, en el partido número 1.000 de su carrera profesional, mostró el camino de la clasificación a los 35 minutos con su tercer tanto en esta edición, que lo dejó a uno de Gabriel Batistuta (10), máximo goleador argentino en la historia de la competencia.

 

Julián Álvarez amplió la ventaja a los 12 minutos del segundo tiempo y Australia descontó con un tanto de c en contra a los 32 de la misma etapa.

Argentina accedió por séptima vez a cuartos de final desde 1986, cuando el torneo adquirió el actual formato, y se enfrentará a Países Bajos, el viernes próximo desde las 16:00 en Lusail.

 

Con disciplina táctica y rigor físico, Australia puso en claro las cosas desde un comienzo: no sería un partido fácil, tal como lo presintió el DT Lionel Scaloni. Al fin y al cabo se trataba de un cruce mundialista de octavos de final.

 

Argentina buscó sentar las condiciones por jerarquía pero no tuvo oportunidades de poner a un futbolista de frente a la jugada y con espacios para progresar.

 

Messi estaba entonces rodeado de camisetas amarillas, de espaldas y a un toque para no exponerse a las duras entradas australianas, de las que fue víctima dos veces, obra de Keanu Baccus y el gigante Harry Souttar.

 

"Papu" Gómez se encerraba en la derecha, Julián no encontraba su lugar en la cancha y los mediocampistas argentinos se complicaban con la presión australiana, como había ocurrido en el debut con Arabia Saudita.

 

Pasados los 20 minutos, cuando el aliento del público argentino bajó su intensidad -producto de la dificultad del juego-, Australia se acomodó definitivamente en la cancha y provocó dos tiros de esquina, una vía clave en su estrategia para ganar el partido.

 

Los oceánicos alinearon en su formación a cuatro futbolistas con talla superior a 1,85 metros e intimidaban con su porte cada vez que colocaban su fuerza aérea en cercanías del arco de "Dibu" Martínez.

 

La mayor complejidad para Argentina sería llegar al primer gol, el que podía alterar el escenario, pero el equipo no alcanzaba ni siquiera a rematar al arco porque en el único intento, a los 16 minutos, "Papu" Gómez lo hizo muy desviado.

 

El primer disparo al cuadrante australiano, de hecho, fue el gol de Messi, que llegó de una segunda jugada de tiro de esquina. Mac Allister lo ubicó en el área con un pase rasante, Otamendi la frenó y Leo, de frente al arco, con su zurda quirúrgica puso la pelota en el palo derecho de Ryan.

 

Todavía quedaba mucho partido y Australia no cambió su postura en la cancha, pero el gol le brindaba al seleccionado de Scaloni la posibilidad de elaborar juego con paciencia, sin la presión de ese enemigo tortuoso que a veces significa el reloj.

 

El DT argentino sorprendió con el cambio de Lisandro Martínez por "Papu", que implicaba la formación de una línea defensiva de tres o cinco, según interpretaciones. La intención estaba clara: ampliar la cancha con la subida de Molina y Acuña y generar espacios internos para llegar al área australiana.

 

Con esa nueva disposición, Argentina consiguió el segundo tanto, que tuvo un autor silencioso: De Paul. En una salida de arco del rival, el futbolista de Atlético de Madrid los corrió a todos y provocó el error de Ryan, capitalizado por un atento Julián.

 

La fiesta "albiceleste" quedó servida: una hinchada enloquecida en las tribunas y un equipo a sus anchas: "Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial...".

 

Sin embargo, un infortunado gol de Enzo Fernández en contra, tras un remate del ingresado Craig Goodwin, le puso al partido una cuota de dramatismo inesperada.

Sin más argumentos que los demostrados antes del descuento pero con la motivación lógica de quedar apenas un gol abajo, los oceánicos se pusieron dos veces de cara al empate.

 

Un cruce salvador de Lisandro Martínez y una tapada de "Dibu" en el descuento provocaron palpitaciones en los argentinos, luego de dos chances increíblemente perdidas por Lautaro.


 

El pitazo del polaco Szymon Marciniak generó la explosión del Ahmad bin Ali, escenario de un festejo interminable entre el público y los jugadores. Argentina está otra vez entre los ocho mejores.


 

Síntesis:

Argentina: 2

Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Marcos Acuña; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández y Alexis Mac Allister; Alejandro Gómez, Lionel Messi y Julián Álvarez. DT: Lionel Scaloni.


Australia:
 1

Mathew Ryan; Milos Degenek, Harry Souttar, Kye Rowles y Aziz Behich; Mathew Leckie, Aaron Mooy, Jackson Irvine y Keanu Baccus; Riley McGree y Mitchell Duke. DT: Graham Arnold.


Gol en el primer tiempo: 35m. Messi (AR).

Goles en el segundo tiempo: 12m. Álvarez (AR) y 32m. Enzo Fernández e/c (AU).


Cambios en el segundo tiempo: 4m. Lisandro Martínez por Gómez (AR); 13m. Ajdin Hrustic por Baccus y Craig Goodwin por McGree (AU); 26m. Lautaro Martínez por Julián Álvarez y Nicolás Tagliafico por Acuña (AR) y Garang Kuol por Leckie, Jamie MacLaren por Duke y Fran Karacic por Degenek (AU); 35m. Exequiel Palacios por Molina y Gonzalo Montiel por Mac Allister (AR).


Amonestados: Irvine, Degenek (AU).


Estadio: Áhmad Bin Ali.

Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia) asistido por sus compatriotas Pawel Sokolnicki y Tomasz Listkiewicz.

VAR: Tomasz Kwiatkowski (Polonia).




Video: Infobae /Direct TV