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domingo, 29 de noviembre de 2020

Los All Blacks se tomaron revancha con una paliza ante Los Pumas, 38 a 0… @dealgunamanera...

Los All Blacks homenajearon a Maradona y se tomaron revancha con una paliza ante Los Pumas…

 
E
l capitán de los All Blacks, Sam Cane, se dirigió hacia la formación del equipo argentino y apoyó sobre el césped una camiseta del equipo neozelandés con el número 10 y el nombre de Maradona.

El seleccionado argentino de rugby cayó ampliamente ante Nueva Zelanda, por 38 a 0, por la quinta fecha del Tres Naciones. Antes de realizar el famoso Haka, el capitán negro, Sam Cane, colocó una camiseta de los All Blacks con el número diez en homenaje a Maradona.

© Publicado el sábado 28/11/2020 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República de los Argentinos. 

El seleccionado de rugby de la Argentina, Los Pumas, cumplió una deslucida actuación, fue superado en todos los aspectos del juego y cayó frente a los poderosos All Blacks, de Nueva Zelanda, por un abultado marcador de 38-0 (perdían 10-0 al final del primer tiempo) en un partido válido por la quinta fecha del Tres Naciones, certamen que se desarrolla íntegramente en Australia y dejó a los oceánicos a un paso del título.

El encuentro se celebró en el McDonald's Jone Stadium, en Newcastle, con Nic Berry (Australia) como árbitro, quien le sacó tarjeta amarilla a Tyrel Lomaxl de Nueva Zelanda y estuvo asistido por Angus Gardner (Australia) y Ben O'Keeffe (Nueva Zelanda).

Los All Blacks homenajearon al inolvidable Diego Armando Maradona, ofrendando a Los Pumas una casaca de su equipo con el número 10 y el nombre del astro argentino, antes de realizar el tradicional Haka previo al inicio del partido por el Tres Naciones.

En ese contexto, previo a la tradicional danza se vivió un emotivo momento en el Mc Donald's Jone Stadium, cuando el capitán de los All Blacks, Sam Cane, se dirigió hacia la formación del equipo argentino y apoyó sobre el césped una camiseta del equipo neozelandés con el número 10 y el nombre de Maradona.

El equipo argentino, que jugó con un brazalete negro, no pudo concretar su tributo previsto para los 10 minutos de juego, deteniendo el juego en honor a Maradona.

Entre los 9 y los 11 minutos las acciones no se detuvieron y, por el contrario, el ataque de Nueva Zelanda fue sostenido y culminó con el try de Dan Coles.

En los instantes previos al juego, durante los ejercicios de calentamiento, el equipo argentino se escuchó en el estadio a todo volumen al fallecido cuartetero cordobés Rodrigo cantando "La mano de Dios", un tema que se transformó en una especie de himno dedicado a astro nacido en Villa Fiorito.

Posteriormente, en diálogo con los medios presentes, el capitán de los locales, Sam Cane, expresó: "Fue un gesto, una muestra, de presentar nuestros respetos a una leyenda argentina, una leyenda mundial, en su campo también".

"El rugby es un juego, ante todo, que se basa en el respeto. Hacer eso fue lo correcto y respetuoso", agregó Cane en la conferencia.

Por su parte, Pablo Matera, que lleva la cinta en Los Pumas, reconoció: "No sabía (sobre el tributo) hasta que lancé la moneda con Sam Cane y me lo contó.

Los tantos de Nueva Zelanda fueron concretados con tries de Will Jordan (2), Ardie Savea, Sam Coles y Patrick Tuipulotu, con cinco conversiones y un penal de Richie Mo'unga.

Tras culminar la quinta fecha Nueva Zelanda suma 11 puntos (con cuatro partidos), Argentina y Australia (ambos con tres) 6 unidades, quedando los All Blacks con el título prácticamente asegurado.

Nueva Zelanda tiene una diferencia de tantos de 64 contra -28 de Los Pumas y -36 de Australia, que podrían igualar a los All Blacks si en el cotejo entre ambos del sábado próximo en el Bankwest Stadium en Sydney hay un ganador con bonus ofensivo.

Todo fue para los de negro, de comienzo a fin, marcando diferencias en todos los aspectos que determinan la superioridad de un equipo sobre otro, como la posesión, la presión sobre el rival, el manejo adecuado del balón, supremacía en lines y scrums, y mucho protagonismo.

De aquel histórico triunfo por 25 a 15 Los Pumas cambiaron 10 jugadores y los neozelandese sólo tres, fueron dos semanas estudiando al equipo argentino y esperando el desquite, eso se quedó expuesto en la cancha durante el partido.

Nueva Zelanda sacó provecho de la utilización del kick, apeló a un juego corto y simple y el 10-0 parcial fue engañoso, merecían más.

Los All Blacks siguen en el tope del rugby mundial pero no son los de antes ya que desaprovecharon por detalles tres chances claras de tries y sólo Dan Coles pudo concretar uno, eso evitó un marcador más abultado al final del primer tiempo.

Argentina sufrió el partido con la defensa (149 tackles contra 44), que se desgastó ante el ataque sostenido del rival, y luego cometió errores no forzados en el manejo del balón con pérdidas de Nicolás Sánchez, Emiliano Boffelli y Felipe Ezcurra en la primera etapa, y con errores que se repitieron en el segundo tiempo.

Nada le salió a Los Pumas, ni tuvo la posibilidad de sumar puntos con un penal ante un adversario que totalizó el 71% de la posesión y 533 metros recorridos contra 132.

La etapa final no mostró otro desarrollo, los All Blacks estaban deseosos de ampliar la diferencia para asegurarse el bonus ofensivo y para cicatrizar la profunda herida que les dejó la caída anterior ante Los Pumas, algo que quedó expuesto en el festejo posterior a cada anotación.

Jordan, el jugador de Crusaders con un presente y un futuro notables, sumó dos tries por intercepciones, la goleada tomó forma, se acumularon los cambios y se concretó un triunfo muy claro para los All Blacks.

Nunca hubo partido en Newcastle, Nueva Zelanda hizo todo lo que su entrenador Ian Foster había elucubrado en dos semanas de estudio y a Los Pumas no les salió absolutamente nada.

Ahora es el turno de la despedida ante Australia, el final del certamen para Los Pumas, que más allá de esta goleada, esta desarrollando una magnifica tarea, quedando claro no era campeones del mundo al vencer a los All Blacks ni ahora son un equipo indigno.

Síntesis

Nueva Zelanda 38
 

Beauden Barrett; Jordie Barrett, Anton Lienert-Brown, Jack Goodhue y Caleb Clarke; Richie Mo'unga y Aaron Smith; Ardie Savea, Sam Cane y Akira Ioane; Samuel Whitelock y Scott Barrett; Nepo Laulala, Dan Coles y Joe Moody. Entrenador: Ian Foster. 

Ingresaron Codie Taylor, Karl Tu'inukuafe, Tyrel Lomax, Patrick Tuipulotu, Hoskins Sotutu, TJ Perenara, Rieko Ioane, Will Jordan.

Argentina 0 

Emiliano Boffelli; Ramiro Moyano, Jerónimo De la Fuente, Juan Cruz Mallía y Santiago Cordero; Felipe Ezcurrra y Nicolás Sánchez; Pablo Matera, Facundo Isa y Marcos Kremer; Lucas Paulos y Guido Petti; Santiago Medrano, Julián Montoya y Maycos Vivas. Entrenador: Mario Ledesma.

Ingresaron Santiago Socino, Nahuel Tetaz Chaparro, Lucio Sordoni, Matías Alemanno, Santiago Grondona, Gonzalo Bertranou, Santiago Carreras y Lucas Mensa.

Tantos en el primer tiempo: 11m. try de Coles (NZ) convertido por Mo'unga; 16m. penal de Mo'unga (NZ)

Tantos en el segundo tiempo: 11m. try de Savea (NZ) convertido por Mo'unga, 28m y 30m tries de Jordan (NZ) convertidos por Mo'unga y 40m. try de Tuipulotu (NZ) convertido por Mo'unga.


Cancha: Mc Donald's Jone Stadium de Newcastle.

Arbitro: Nic Berry (Australia).










sábado, 14 de noviembre de 2020

Hazaña del Rugby Argentino en Sydney. All Blacks 15 vs. Los Pumas 25... @dealgunamanera...

 Día histórico para Los Pumas: derrotaron por primera vez a los All Blacks…  


Los Pumas celebran el histórico triunfo ante los All Blacks en Sydney.

El seleccionado argentino de rugby logró una hazaña en Sydney: 25-15 a Nueva Zelanda con una colosal actuación de Nico Sánchez. 

© Publicado el sábado 14/11/2020 por el Suplemento Deportivo del Diario Perfil 442 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Los Pumas lograron una hazaña en Sydney y derrotaron por primera vez en su historia a los All Blacks de Nueva Zelanda por 25 a 15 en un partido correspondiente a la segunda fecha del torneo Tres Naciones.  

El conjunto argentino se fue con ventaja en el primer tiempo por 16 a 3, y tuvo en el apertura Nicolás Sánchez a su mejor hombre, ya que convirtió todos los tantos del equipo, incluso un try, una conversión y seis penales 

Esta es la primera vez que Argentina derrota a Nueva Zelanda, ya que de los anteriores 29 partidos había perdido 28 y empató uno, en 1985 en la cancha de Ferro por 21-21.  

Antes del debut en el torneo, Argentina había disputado su último partido el 9 de octubre del año pasado en el Mundial de Japón 2019 frente a los Estados Unidos, en lo que fue el cierre de la fase de grupos que el equipo no pudo superar, pero que terminó con una victoria ante los norteamericanos por 47-17.  

En la próxima fecha, el sábado venidero, Los Pumas se medirán con Australia, que en la jornada anterior había derrotado a Nueva Zelanda (24-22).  

Un primer tiempo excelente 

Con una energía increíble y una voracidad contenida por tanto tiempo sin pisar una cancha, por la pandemia y el parate que tuvo la actividad, Los Pumas salieron con el objetivo de ganar el partido, no solamente con hacer correr el reloj y esperar a ver qué proponían los "hombres de negro".

A los 5 Sánchez ya mostró que sería su tarde, y clavó un penal para abrir el marcador, pero claro, enfrente estaban los All Blacks e igualaron a los 11 de la misma manera. Pero el quiebre se dio en el 19, cuando Sánchez terminó bajo la hache una tremenda jugada colectiva en la que el tucumano metió un kick corto y Matera -de tremenda actuación- logró acompañar.
 

Erráticos, sobrepasados, sin encontrarle la vuelta a esos hombres de celeste y blanco que estaban enfrente y tackleaban todo lo que pasaba cerca, así estuvieron los All Blacks, pero no sólo por errores propios, sino porque Los Pumas los obligaron a eso. 

Nico Sánchez siguió aprovechando los penales que los oceánicos otorgaban y su pierna derecha poco se equivocó para poder llevar a Argentina al descanso con un ya increíble 16-3. 

Para la segunda mitad los All Blacks salieron a emparejar las acciones, pero siguieron haciendo penales y Sánchez aventajó a la Argentina con otra patada. 

Pero claro, en una jugada por izquierda, que le costó, los All Blacks apoyaron su primer try, algo que no hizo mella en la moral de los argentinos que siguieron tackleando, apostando al juego colectivo y tomando las decisiones acertadas. 

Las formaciones móviles fueron el punto más firme de Los Pumas, además del tackle, porque siempre el jugador que tenía la pelota tuvo el apoyo de dos y hasta tres compañeros, que se doblegaron en el control de la pelota, pero sobre todo en la recuperación, en donde Matera fue el punta de lanza en ese sentido. 

Una tremenda patada de mitad de cancha de Sánchez, cuando faltaban menos de 10 minutos, llevó el marcador a un 25-10 que ya, por lo que se veía, era irremontable. 

Las lágrimas de Mario Ledesma en la cabina desde donde seguía el partido y las de Julián Montoya al costado de la cancha, tras ser reemplazado, presagiaron algo que terminó siendo histórico. El try final de Mo unga terminó hasta siendo una anécdota, porque el resultado ya estaba sellado.  

Síntesis 

Nueva Zelanda 15  

15. Beauden Barrett, 14. Jordie Barrett, 13. Anton Lienert-Brown, 12. Jack Goodhue, 11. Caleb Clarke, 10.Mo unga, 9. Aaron Smith, 8. Ardie Savea, 7. Sam Cane, 6. Shannon Frizell, 5. Sam Whitelock, 4. Patrick Tuipulotu, 3. Tyrel Lomax, 2. Dane Coles, 1. Joe Moody. Head Coach: Ian Foster. 

Suplentes: 16. Codie Taylor, 17. Alex Hodgman, 18. Nepo Laulala, 19. Tupou Vaa i, 20. Hoskins Sotutu, 21. Brad Weber, 22. Rieko Ioane, 23. Damian McKenzie.

Argentina 25  

15. Santiago Carreras, 14. Bautista Delguy, 13. Matías Orlando, 12. Santiago Chocobares, 11. Juan Imhoff, 10. Nicolás Sánchez, 9. Tomás Cubelli, 8. Rodrigo Bruni, 7. Marcos Kremer, 6. Pablo Matera, 5. Matías Alemanno, 4. Guido Petti, 3. Francisco Gómez Kodela, 2. Julián Montoya, 1. Nahuel Tetaz Chaparro. Head Coach: Mario Ledesma. 

Suplentes: 16. Facundo Bosch, 17. Mayco Vivas, 18. Santiago Medrano, 19. Santiago Grondona, 20. Tomás Lezana, 21. Gonzalo Bertranou, 22. Lucio Cinti, 23. Santiago Cordero.

Tantos en el primer Tiempo: 5m, 26m y 32m penales de Sánchez (A), 11m Penal de Mo unga (NZ), 19m try y conversión Sánchez (A).

Tantos en el segundo Tiempo: 8m, 17m y 37m penales de Sánchez (A), 12m try de Cane (NZ), conversión de Mo unga (NZ), y 40m try de Clarke (NZ). 

Fuente: NA





domingo, 13 de septiembre de 2020

Joseph Stiglitz. Las lecciones que ya dejó la pandemia... @dealgunamanera...

Las reglas de Joseph Stiglitz para la economía pos coronavirus...

El mundo pospandémico podría experimentar desigualdades aún mayores a menos que los gobiernos hagan algo", afirma Joseph Stiglitz. Imagen: Leandro Teysseire

El primero Nobel postula que será necesario un programa integral para reducir la desigualdad de ingresos. Aconseja políticas monetarias que se centren en garantizar el pleno empleo. La legislación laboral debe mejorar la protección de los trabajadores porque hoy existe una economía plagada de poder de mercado y explotación.

© Escrito por Joseph Stiglitz (*) el domingo 06/09/2020 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

La Covid-19 no ha sido un virus de igualdad de oportunidades: persigue a las personas con mala salud y aquellas cuya vida diaria las expone a un mayor contacto con los demás. Esto significa que persigue desproporcionadamente a los pobres, especialmente en países pobres y en economías avanzadas como Estados Unidos, donde el acceso a la atención médica no está garantizado. 

Una de las razones por las que Estados Unidos se ha visto afectado por el mayor número de casos y muertes (al menos en el momento de esta publicación) es porque tiene uno de los estándares de salud promedio más pobres de las principales economías desarrolladas, ejemplificado por la baja esperanza de vida (más baja ahora incluso que hace siete años) y los niveles más altos de disparidades en salud.

En todo el mundo existen marcadas diferencias en la forma en que se ha gestionado la pandemia, tanto en lo que respecta al éxito de los países en el mantenimiento de la salud de sus ciudadanos y la economía como en la magnitud de las desigualdades que se muestran. 

Hay muchas razones para estas diferencias: el estado preexistente de la atención médica y las desigualdades en salud; la preparación de un país y la resistencia de la economía; la calidad de la respuesta pública, incluida la confianza en la ciencia y la experiencia; la confianza de los ciudadanos en la orientación del gobierno; y cómo los ciudadanos equilibraron sus “libertades” individuales para hacer lo que quisieran con su respeto por los demás, reconociendo que sus acciones generaban externalidades. Los investigadores pasarán años analizando la importancia de estos varios efectos.

Lecciones

Dos países ilustran las posibles lecciones que surgirán. Si Estados Unidos representa un extremo, quizás Nueva Zelanda represente el otro. Es un país en el que un gobierno competente se basó en la ciencia y la experiencia para tomar decisiones, un país donde existe un alto nivel de solidaridad social (los ciudadanos reconocen que su comportamiento afecta a los demás) y confianza, incluida la confianza en el gobierno. 

Nueva Zelanda ha logrado controlar la enfermedad y está trabajando para reasignar algunos recursos infrautilizados para construir el tipo de economía que debería marcar el mundo pospandémico: una que sea más verde y más basada en el conocimiento, con mayor igualdad, confianza y solidaridad

Desafortunadamente, por muy mala que haya sido la desigualdad antes de la pandemia, y como con tanta fuerza la pandemia ha expuesto las desigualdades en nuestra sociedad, el mundo pospandémico podría experimentar desigualdades aún mayores a menos que los gobiernos hagan algo

La razón es simple: la covid-19 no desaparecerá rápidamente. Y el miedo a otra pandemia persistirá. Ahora es más probable que tanto el sector público como el privado se tomen los riesgos en serio. Y eso significa que ciertas actividades, ciertos bienes y servicios y ciertos procesos de producción se considerarán más riesgosos y costosos. 

Si bien los robots contraen virus, son más fáciles de administrar. Por lo tanto, es probable que los robots, cuando sea posible, al menos al margen, reemplazarán a los humanos. El "zoom" sustituirá, al menos en el margen, a los viajes en avión. 

La pandemia amplía la amenaza de la automatización de los trabajadores de servicios de persona a persona pocos calificados que, hasta ahora, la literatura ha considerado menos afectados, por ejemplo, en educación y salud. Todo esto hará que disminuya la demanda de determinados tipos de mano de obra. Es casi seguro que este cambio aumentará la desigualdad, acelerando, de alguna manera, las tendencias ya vigentes.

Nueva economía, nuevas reglas

La respuesta fácil es acelerar la mejora de las competencias y la formación junto con el cambiante mercado laboral. Pero hay buenas razones para creer que estos pasos por sí solos no serán suficientes. Será necesario un programa integral para reducir la desigualdad de ingresos

El programa debe reconocer primero que el modelo de equilibrio competitivo (mediante el cual los productores maximizan las ganancias, los consumidores maximizan la utilidad y los precios se determinan en mercados competitivos que igualan la oferta y la demanda) que ha dominado el pensamiento de los economistas durante más de un siglo, no proporciona un buen resultado

Esta es la imagen de la economía actual, especialmente cuando se trata de comprender el crecimiento de la desigualdad. Tenemos una economía plagada de poder de mercado y explotación

Debilitamiento de las limitaciones del poder empresarial; minimizar el poder de negociación de los trabajadores; y la erosión de las reglas que gobiernan la explotación de consumidores, prestatarios, estudiantes y trabajadores han sumado juntos para crear una economía de peor desempeño caracterizada por una mayor búsqueda de rentas y una mayor desigualdad.

Necesitamos una reescritura integral de las reglas de la economía

Por ejemplo, necesitamos políticas monetarias que se centren más en garantizar el pleno empleo de todos los grupos y no solo en la inflación; leyes sobre quiebras que estén mejor equilibradas, reemplazando aquellas que se volvieron demasiado favorables a los acreedores y proporcionaron muy poca responsabilidad a los banqueros que participaron en préstamos predatorios; y leyes de gobierno corporativo que reconocen la importancia de todas las partes interesadas, no solo de los accionistas. 

Las reglas que gobiernan la globalización deben hacer algo más que servir a los intereses corporativos; los trabajadores y el medio ambiente deben estar protegidos. La legislación laboral debe mejorar la protección de los trabajadores y brindar un mayor margen para la acción colectiva.

Pero todo esto no creará, al menos a corto plazo, la igualdad y la solidaridad que necesitamos. Tendremos que mejorar no solo la distribución de ingresos en el mercado, sino también la forma en que los redistribuimos. De manera perversa, algunos países con el mayor grado de desigualdad de ingresos del mercado, como Estados Unidos, tienen sistemas tributarios regresivos en los que los que más ganan pagan una proporción menor de sus ingresos en impuestos que los trabajadores que se encuentran más abajo en la escala.

Igualdad

Durante la última década, el FMI ha reconocido la importancia de la igualdad para promover un buen desempeño económico (incluido el crecimiento y la estabilidad). Los mercados por sí mismos no prestan atención a los impactos más amplios que surgen de las decisiones descentralizadas que conducen a un endeudamiento excesivo en moneda extranjera o a una desigualdad excesiva. 

Durante el reinado del neoliberalismo no se prestó atención a cómo las políticas (como la liberalización del mercado de capitales y financieros) contribuyeron a una mayor volatilidad y desigualdad.  O cómo hubo políticas como la jubilación con beneficios definidos, o de pensiones públicas a privadas que llevaron a una mayor inseguridad individual, así como a una mayor volatilidad macroeconómica, al debilitar los estabilizadores automáticos de la economía.

En algunos países, esas reglas alentaron la miopía y las desigualdades, dos características de las sociedades que no han manejado bien la Covid-19. Esos países no estaban adecuadamente preparados para la pandemia: construyeron cadenas de suministro globales que no eran lo suficientemente resistentes. Cuando llegó la covid-19, por ejemplo, las empresas estadounidenses ni siquiera pudieron proporcionar suficientes suministros de cosas simples como máscaras y guantes, y mucho menos productos más complicados como test y respiradores.

La covid-19 ha expuesto y exacerbado las desigualdades entre países al igual que lo ha hecho dentro de los países. Las economías menos desarrolladas tienen peores condiciones de salud, sistemas de salud menos preparados para enfrentar la pandemia y personas que viven en condiciones que las hacen más vulnerables al contagio, y simplemente no tienen los recursos que las economías avanzadas tienen para responder a las consecuencias económicas.

La pandemia no se controlará hasta que se controle en todas partes, y la recesión económica no se dominará hasta que haya una sólida recuperación mundial. Por eso es una cuestión de interés propio, así como una preocupación humanitaria, que las economías desarrolladas proporcionen la asistencia que necesitan las economías en desarrollo y los mercados emergentes. Sin esa asistencia la pandemia mundial persistirá más de lo que lo haría de otro modo, entonces las desigualdades mundiales aumentarán y habrá divergencia mundial.

Si bien el Grupo de los Veinte anunció que utilizaría todos los instrumentos disponibles para brindar este tipo de ayuda, ésta hasta ahora ha sido insuficiente. En particular, no se ha empleado un instrumento utilizado en 2009 y fácilmente disponible: una emisión de 500.000 millones de dólares en derechos especiales de giro (DEG)

Hasta ahora, no se ha podido superar la falta de entusiasmo de Estados Unidos o India. La provisión de DEG sería de enorme ayuda para las economías en desarrollo y los mercados emergentes, sin costo o con un costo mínimo para los contribuyentes de las economías desarrolladas. Sería incluso mejor si esas economías contribuyesen con sus DEG a un fondo fiduciario que las economías en desarrollo utilizarían para hacer frente a las exigencias de la pandemia.

Las reglas del juego afectan no solo el desempeño económico y las desigualdades dentro de los países, sino también entre países, y en este campo las reglas y normas que gobiernan la globalización son centrales. Algunos países parecen estar comprometidos con el "nacionalismo de las vacunas". Otros, como Costa Rica, están haciendo todo lo posible para garantizar que todo el conocimiento relevante para abordar la covid-19 se utilice para todo el mundo, de manera análoga a cómo se actualiza la vacuna contra la influenza cada año.

Deuda

Es probable que la pandemia provoque una serie de crisis de deuda. Varios países tienen más deuda de la que pueden pagar dada la magnitud de la recesión inducida por la pandemia. Los acreedores internacionales, especialmente los acreedores privados, ya deberían saber que no se podrá sacar agua de la piedra. Habrá una reestructuración de la deuda. La única pregunta es si será ordenada o desordenada.

Si bien la pandemia ha revelado las enormes divisiones entre los países del mundo, es probable que la propia pandemia aumente las disparidades dejando cicatrices duraderas, a menos que haya una mayor demostración de solidaridad mundial y nacional

Las instituciones internacionales, como el FMI, han proporcionado un liderazgo global, actuando de manera ejemplar. 

En algunos países también ha habido un liderazgo que les ha permitido abordar la pandemia y sus consecuencias económicas, incluidas las desigualdades que de otro modo habrían surgido. 

Pero por dramáticos que hayan sido los éxitos en algunos lugares, igualmente dramáticos son los fracasos en otros lugares. Y aquellos gobiernos que han fallado internamente han obstaculizado la respuesta global necesaria. 

A medida que la evidencia de los resultados dispares se vuelve clara, ojalá haya un cambio de rumbo 

Es probable que la pandemia nos acompañe durante un tiempo y sus secuelas económicas durante mucho más tiempo. Todavía no es demasiado tarde para un cambio de rumbo, por supuesto.

(*) Profesor en la Universidad de Columbia y premio Nobel de Ciencias Económicas. Este artículo apareció en la edición de septiembre de la revista Finanzas & Desarrollo del Fondo Monetario Internacional.