Fue un hecho
geopolítico inédito en la historia continental desde las guerras de
Independencia, aunque esa ayuda no significó en todos los casos apoyo político
a la Junta genocida.
De hecho, este
aspecto dividió aguas en el mapa diplomático latinoamericano.
Los gobiernos de
Chile, Colombia y Trinidad Tobago se colocaron del lado de la potencia
invasora, Inglaterra, y de su socio global, Estados Unidos.
En sentido
contrario, la mayoría del resto de naciones apoyaron a Argentina como Nación,
aunque algunos gobiernos se conformaron con el gesto diplomático.
Pero los gobiernos
de Perú, Venezuela, Cuba, Brasil, Nicaragua y República Dominicana, aportaron
pertrechos bélicos o lo ofrecieron sin haberlo podido entregar, o lo enviaron y
la Junta Militar lo abandonó.
Esto ocurrió, a
pesar de que algunos gobiernos adversaran al gobierno militar, incluso con
denuncias en organismos internacionales por violación de derechos humanos. Para
el año 1982, la Junta Militar, comandada en ese momento por el General
Fortunato Galtieri, ya estaba denunciada en decenas de países y organismos, por
múltiples asesinatos, detenciones masivas, desapariciones y persecución
indiscriminada.
Estados Unidos acompañó
a Inglaterra contra Argentina, un hecho previsible en la naturaleza imperial de
ambos, en el contexto de la Guerra Fría y de la práctica regular de EEUU en la
región. El asunto es que con ese apoyo, EEUU contravino todo lo pautado en el
Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).
La Junta Militar
esperaba lo contrario, debido a su sociedad con Washington desde 1976. Esto
explica la reacción sorprendida de Ronald Reagan, al decir: “nunca creí que se
iban a atrever”. El Departamento de Defensa había actuado directamente desde
1976 en Argentina “contra el riesgo comunista”, con el mismo criterio
geopolítico que lo había hizo en Chile desde 1970, en Brasil durante el
gobierno de Goulart, en Guatemala contra Árbenz, en la Argentina de 1955, y en
otros países, regidos por la Doctrina de Seguridad Nacional y la disputa global
de la Guerra Fría.
El Tiar fue
promovido por Estados Unidos en 1947 para congregar a los Estados
latinoamericanos y a EE.UU en un sola entidad militar ante a la amenaza militar
de Europa. Según el Tratado, todo Estado parte estaba obligado a defender a
cualquiera de sus miembros cuando fuera amenazado o atacado por un Estado extra
continental. En 1982 hizo lo opuesto.
En aquella década,
ese riesgo solo venía de la Europa fascista y el Japón del Mikado, derrotado
dos años antes, en 1945, y del propio Estados Unidos, que metía sus Fuerzas
Armadas donde le daba la gana. Al gobierno estadounidense, el Tiar le servía
para controlar los ejércitos y Estados latinoamericanos, con guerra o sin ella.
Lo que no
esperaban, tanto la Junta como Londres y Washington, era que varios gobiernos
adoptaran posturas independientes y apoyaran la reivindicación de Argentina en
Malvinas, incluso en el terreno militar, como establecía el Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca.
Entre los países
que se destacaron por haber hecho efectivo un aporte militar para enfrentar a
los ingleses, se cuentan Perú y Venezuela. Ambos gobiernos convocaron a sus
poblaciones a la calle contra Inglaterra. Otros quisieron, pero no pudieron o
no se atrevieron.
Bajo la
responsabilidad criminal de Galtieri y la Junta Militar esa ayuda militar fue
mal utilizada o simplemente defraudada, bajo el mismo criterio irresponsable y
oportunista con el que había sometido al país a una guerra técnicamente tan
desigual, usufructuado muchas donaciones de la población, y manipulado la
voluntad nacionalista de los combatientes.
Perú aportó una
escuadrilla de por lo menos diez cazas bombarderos Mirage V, artillados con
misiles teledirigidos AS30, todos fueron despachados clandestinamente del Perú
a Argentina, en abril y mayo de 1982. Una Comisión Investigadora del Senado
peruano reveló la ayuda militar años después en una Sesión reservada del 23 de
setiembre de 1991: “en abril del 82 … el Primer Ministro Manuel Ulloa-,
consultó al jefe de las Fuerzas Armadas Peruanas, si era posible entregarles
unos aviones a los argentinos y el jefe militar contestó que sí”, informa el blog conflictomalvinas.com
En Venezuela, el
gobierno socialcristiano de Luis Herrera Campins, bajo la presión de un
poderoso movimiento nacional contra los británicos y EEUU, decidió aportar
piezas militares, en una acción temeraria, tratándose de un país y un gobierno
que estaban sometidos a Washington mediante el petróleo.
El general de las
Fuerzas Aéreas de Argentina, Rómulo Henríquez, ex agregado militar en
Washington durante el gobierno de Arturo Illía, declaró EN 1999 para el libro
Reportaje con la Muerte, que dos aviones de la Fuerza Aérea de Venezuela
llegaron clandestinamente a Tucumán en mayo de 1982. Esos aviones nunca fueron
usados y permanecieron en hangares militares de esa ciudad durante años.
(Reportaje con la Muerte, pág. 171, M. E. Guerrero, Ediciones B, Buenos Aires
2002).
Además de los dos
aparatos, la Junta recibió gran cantidad de municiones de 7.62mm, bombas
MK-82/84, algunos torpedos y tanques lanzables para Mirage III y repuestos para
éste avión, según el blog especializado conflictomalvinas.com
Brasil, un país
con hipótesis de guerra contra Argentina desde comienzos del siglo XX, aportó
dos aviones EMB-111 Bandeirante en versión patrulla marítima para la Armada
Argentina. Vinieron a reemplazar a los dos P-2H Neptune que quedaron fuera de
servicio luego de la misión del Sheffield.
República
Dominicana ofreció públicamente el envío de tropas para apoyar a la Argentina,
pero nunca salió de puertos dominicanos. En cambio, Uruguay, que había
mantenido una posición equidistante, modificó parcialmente su postura y ofreció
ser mediador en el canje de prisioneros entre la Argentina y Gran Bretaña,
preparó el Operativo Maíz para habilitar el Hospital Militar y el Hospital
Maciel para recibir heridos argentinos de guerra, y además, habría pasado datos
al gobierno argentino para detectar submarinos y buques sospechosos, pero esto
nunca fue confirmado.
Cuba, que había
cumplido órdenes de Moscú favorables a la dictadura en 1976, decidió facilitar
información de la KGB en Londres sobre el lugar del desembarco de las fuerzas
inglesas. La Habana ofreció dos batallones de casi 6.000 hombres de tropas
especializadas en combate en clima frío, entrenados por los rusos en Siberia,
además, de aviones MIG-21 pilotados por cubanos, MIG-23BN Flogger H,
especializada en ataques antibuque y submarinos clase “Foxtrot”. Ninguno de
esos aparatos o equipos pudieron desembarcar en territorio argentino.
Otro gobierno que
tampoco pudo cumplir su ofrecimiento de ayuda militar fue Nicaragua. Públicamente
había anunciado estar dispuesta a enviar tropas entrenadas en la guerra a los
“Contras”, además de municiones para los cañones AA de 20 y 35mm. Panamá, un
pequeño país del Istmo, con un pequeño ejército, se limitó al apoyo
diplomático.
Tres países
europeos también se atrevieron a colocarse del lado argentino, aunque más por
razones de competencia geopolítica con la agresiva Inglaterra: España fue el
único país europeo-occidental que condenó el ataque británico y votó contra la
Resolución de la ONU, y trascendió que habría enviado “extraoficialmente” un
paper con indicaciones técnicas sobre los Harriers ingleses, por ser el mismo
modelo operado por su Armada.
La URSS, en
cambio, en agradecimiento a Argentina por el trigo y la carne aportada contra
el embargo norteamericano, suministró fotos satelitales y utilizó aviones TU-95
desde Angola para seguir a la Flota británica. Se sabe que también desplegó en
la zona de conflicto un submarino nuclear y uno de propulsión convencional para
hacer seguimiento a los buques británicos. El blog citado sostiene que también
facilitaron sus equipos de comunicación de alta tecnología para que los
diplomáticos argentinos pudieran comunicarse con Buenos Aires sin ser
infiltrados.
Irlanda e Italia,
se limitaron, como lo hicieran Panamá y otros países latinoamericanos aliados
de EEUU, al apoyo diplomático.
En cambio, el
gobierno de Kadaffi en Libia, ofreció la lista de armas de guerra más completa:
15 misiles aire-aire Matra R530 con cabeza buscadora por infrarrojos, cinco
misiles aire-aire Matra R530 con cabeza de autoguiado por radar semiactivo, 20
misiles aire-aire R550 Magic, 20 misiles Istrella con lanzador Kasef (SAM-7),
60 misiles Istrella con lanzador Maksuf (SAM-7), 10 morteros de 60mm con
accesorios, 492 proyectiles de mortero de 60mm, 10 morteros de 81mm con
accesorios, 498 proyectiles de mortero de 81mm superexplosivo, 198 proyectiles
de mortero de 81mm iluminantes, 1000 bombas iluminantes de 26,5mm, 50
ametralladoras calibre .50, alrededor de 49.500 proyectiles calibre .50, unas
4.000 minas antitanque, más de 5.000 minas antipersonales y el compromiso de
buscar misiles AM.39 en el mercado negro de armas.
Aunque conflictomalvinas.com lo da como un hecho consumado, nunca se
pudo confirmar si este paquete llegó y fue usado en Malvinas contra el imperio
inglés.