El 70
% de los deportistas víctimas del terrorismo de Estado tuvieron una pelota ovalada
en sus manos...
Los All
Blacks en la Ex ESMA. Imagen: Facebook Museo Sitio de la Memoria
Reclamo
a la UAR por los 152 rugbiers desaparecidos Familiares y organismos de Derechos
Humanos le pedirán a la Unión Argentina de Rugby que tenga un gesto por la
memoria de sus jugadores desaparecidos.
© Escrito por Gustavo Veiga
el sábado 27/07/2019 y publicado por el Diario Página/12 de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La idea germinó una tarde
lluviosa. Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S., la compartió durante la presentación de
un libro en el café Tortoni. La venía compartiendo con Julián Axat, abogado,
poeta y docente. Una iniciativa parecida había sido presentada a la
Unión Argentina de Rugby (UAR) en 2013 y 2014. Pero ignoró el pedido. Ahora
quizás no pueda desentenderse de una nueva solicitud que le formularán los
organismos de Derechos Humanos, más familiares, amigos y compañeros de los 152
jugadores desaparecidos que tiene este deporte.
La carta que les entregarán a los dirigentes les reclama
que organicen “un reconocimiento institucional a los rugbiers
detenidos-desaparecidos que formaban parte de diversos clubes en todo el país”.
Aquel número demuestra que el rugby fue la disciplina más afectada por el
terrorismo de Estado.
Son 220 los deportistas federados víctimas de la última
dictadura cívico-militar y de los grupos de ultraderecha como la Triple A o la
CNU (Concentración Nacional Universitaria). De esa cantidad, casi el 69 por
ciento tuvieron una pelota ovalada en sus manos. ¿Por qué tantos? Las
respuestas se abren en varias direcciones. No hay una que explique todo.
En un
par de semanas o más, sin un plazo prefijado, la carta que busca un pronunciamiento de la UAR llegará a
destino. Pisoni y Axat --también hijo de
desaparecidos, su padre Rodolfo jugó en La Plata Rugby Club-- le dieron forma a
la propuesta que ya recogió varias adhesiones. Es el principio del que tal vez
sea un largo camino. A nivel institucional el rugby no ha mostrado
vocación de revisionismo. Lo confirma el texto que recibirán sus
dirigentes: “Como ya se hiciera formalmente a través de reuniones mantenidas
por integrantes de los organismos de derechos humanos en los años 2013 y 2014
con autoridades de la UAR, volvemos a reiterar el pedido”. Un pedido de
reconocimiento. Un gesto institucional hacia los rugbiers
desaparecidos. Hasta ahora hubo una excepción. En el club de Gonnet hay una
placa que recuerda a sus veinte jugadores desaparecidos. Axat les dedicó un
poema: Los canarios románticos.
Se
dieron otras iniciativas, pero no partieron de los clubes, ni de la UAR o las
uniones provinciales. El
torneo nacional Homenaje a los rugbiers desaparecidos realizará su cuarta
edición este año en Bariloche, el 9 y 10 de noviembre.
Carola Ochoa es
su fuerza motriz. Una sanjuanina que recorrió el país buscando completar la
lista de víctimas del terrorismo de Estado que sufrió el rugby. Por ella se
supo que hasta hoy son 152. Eliseo Branca, ex Puma y símbolo del CASI, además
de varios ex jugadores, la acompañan en esta búsqueda de memoria, verdad y
justicia. El evento que se completa con talleres y exposiciones sobre la
temática les interesó a las autoridades de la Federación Francesa de Rugby.
En
nuestro país esta cuestión que cruza a los derechos humanos con el deporte, es
como una piedra en el zapato para la dirigencia. Que además sufrió reproches del sector más
conservador del rugby por un hecho que ocurrió el miércoles 17 de julio. Ese
episodio está mencionado en la carta que se le enviará a la UAR: “Recibimos
con alegría la noticia de que los jugadores de los ALL BLACKS (en mayúsculas)
hayan visitado el Sitio de Memoria de la Ex ESMA, y se interiorizaran de lo
sucedido allí, y veríamos con agrado que lo mismo pueda suceder con las
distintas categorías que conforman el seleccionado nacional de LOS PUMAS así
como también con los clubes que son parte de la UAR”.
En una
detallada nota sobre la visita del plantel neozelandés al ex centro clandestino
de detención y tortura, el colega Ezequiel Fernández Moores cuenta cómo nació
la idea de acercarse al lugar: “En plena recorrida, el fisioterapeuta Pete
Gallagher, autor de la iniciativa, cuenta por qué está él allí: ‘Vine muchas
veces a la Argentina, pasé siempre por la puerta, me pareció que ya era tiempo
de entrar y conocer’”. Catorce All Blacks se sacaron fotografías --fue
casi la mitad del plantel que estuvo en Buenos Aires para la victoria 20 a 16
sobre Los Pumas-- y después las subieron a sus redes sociales. La visita no era
obligatoria, pero el grupo que estuvo en la Ex ESMA escribió en su cuenta de
Instagram: “La angustia inimaginable de este período todavía se siente
hoy”.
El hooker Dan Coles agregó: “Escuchamos historias de mujeres que
estaban embarazadas y les quitaron sus bebés. Siempre tratamos de
aprender un poco de la historia de los países que visitamos”. Algo
semejante hicieron los Springboks sudafricanos en isla Robben. En septiembre
del año pasado viajaron desde Ciudad del Cabo al presidio donde estuvo Nelson
Mandela. De los 27 años que lo mantuvieron detenido durante el régimen del
Apartheid, 18 los pasó ahí en condiciones de aislamiento. La memoria no está
disociada del deporte.
Los Springboks en la isla
donde estuvo preso Nelson Mandela.
La presencia de los bicampeones mundiales en la Ex ESMA
puede vincularse con un dato deportivo de aquel trágico pasado que los
neozelandeses quisieron conocer. En 1976, cuando se produjo el golpe de
Estado, los All Blacks visitaron por primera vez la Argentina, una gira que la
UAR celebró en su memoria y balance de ese año.
“Es nuestra esperanza que
podamos asimilar todo lo bueno que hemos visto para perfeccionar nuestro juego
y sacar suficiente provecho de su técnica, potencia y efectividad. También
expresamos nuestro deseo de que esta visita sea comienzo de una vinculación que
se mantenga en el futuro, lo que sin duda será sumamente beneficioso para el
rugby nacional”, decía la Unión.
Los Pumas jugaron dos
partidos contra Nueva Zelanda en el ’76 en la cancha de Ferro. Perdieron 21 a 9
y 26 a 6. La UAR dejó constancia en su memoria de un dato insoslayable: “Por
primera vez se contó este año con el concurso de la Compañía de Policía Militar
del Cuerpo de Ejército 1, que tuvo a su cargo la seguridad interna del
estadio”. Una postal de la época.
Los All Blacks que
visitaron la Ex ESMA hace pocos días no habían nacido. Aquellos que vinieron a
jugar cuando en el país se secuestraba, torturaba y desaparecía hoy ya deben
estar jubilados. Se sabe ahora que 152 rugbiers integran la nómina más extensa
de víctimas que deporte alguno haya sufrido en la Argentina. La UAR será
notificada por carta sobre ello.
Familiares, amigos, compañeros de equipo y
organismos de derechos humanos esperan un gesto que se compadezca con la
memoria de esos jugadores que estuvieron en sus registros. Los bicampeones
mundiales que se conmovieron por lo que vieron en el ex centro clandestino más
grande de la Armada seguramente estarían de acuerdo.