El día que Pepe Eliaschev
anticipó el pacto con Irán en Perfil…
Datos. Todo el proceso que termina en la
denuncia de Alberto Nisman comienza con un artículo de Pepe Eliaschev en Perfil
en marzo de 2011. El periodista no pudo ver que su artículo fue fundamento de
la Justicia. Foto: CEDOC.
El periodista fue el primero en revelar la trama secreta que derivó en el
Memorándum que se firmaría dos años más tarde. Nisman reconoció no
haberla tenido en cuenta.
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Escrito por Julian Grinblat el domingo 19/01/2020 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El sábado 26 de
marzo, Pepe Eliaschev demostraba que para hacer buen periodismo (y buena
escritura, en general) no es necesario apelar a recursos impactantes. A veces,
basta con brindar una información con economía de recursos, tal como la recibió
y chequeó el periodista, para conmover a toda una sociedad. Comenzó su artículo
con los siguientes dos párrafos, como un estilete: “El gobierno de la
presidenta Cristina Kirchner estaría dispuesto a suspender, de hecho, la
investigación de los dos ataques terroristas que sufrió este país en 1992 y
1994, en los que fueron destruidas las sedes de la embajada de Israel y de la
AMIA en Buenos Aires, según revela un documento hasta hora secreto,
recientemente entregado por el ministro de Relaciones Exteriores de la República
Islámica de Irán, Alí Akbar Salehi, al presidente Majmud Ajmadineyad. Para la
diplomacia de Irán, las investigaciones argentinas habrían quedado cerradas. El
canciller iraní le asegura en su informe al presidente Ajmadineyad que “la
Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero
que en cambio, prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”.
La información
dada por el periodista había llegado a la tapa del diario. El artículo se llamó
“Argentina negocia con Irán dejar de lado la investigación de los atentados”.
Los sucesos posteriores demostraron el rigor con el que trabajó el colega. Y
también funcionaron como un detector de síntomas (sociales y políticos), que
demuestran cómo actúa la sociedad y sus representantes.
El mismo Alberto
Nisman en un primer momento descartó lo publicado por Perfil. El canciller
Héctor Timerman reaccionó duramente y mantuvo una polémica pública con Pepe. Lo
cierto es que el artículo contaba con información y datos, tenía detalles de
encuentros con precisión: el informe secreto, al que ha accedido PERFIL porque
ha comenzado a ser analizado en las cancillerías de varios países, fue
redactado luego de la reunión que el canciller argentino, Héctor Timerman,
mantuvo con su contraparte de Siria, Walid al-Mohalem, y con el propio
presidente Bashar al-Assad el 23 y 24 de enero último en la ciudad siria de
Alepo.
“El gobierno de la
presidenta Cristina Kirchner estaría dispuesto a suspender, de hecho, la
investigación de los dos ataques terroristas que sufrió este país en 1992 y
1994”
Sugestivamente,
Timerman se apartó de la delegación argentina que encabezó Cristina Kirchner en
Kuwait, Qatar y Turquía, para conversar con el dictador sirio en una ciudad
convenientemente ubicada a 400 kilómetros de la capital, Damasco. El cable de
la agencia oficial de noticias siria dijo en ese momento que Timerman y
Al-Assad abordaron el proceso de paz en Medio Oriente “paralizado a causa de
las políticas israelíes y el fracaso que ha demostrado la administración
estadounidense en presionar a Israel para que cumpla con la legalidad
internacional”.
Memorándum. Eliaschev daba
detalles de cómo se habría urdido el entendimiento. Señalaba vinculaciones
comerciales detrás de la firma, dos años más tarde, se firmaba el Memorándum de
Entendimiento con Irán. Fue votado y aprobado por el Poder Legislativo en 2013.
El Memorándum constaba de nueve puntos, entre los cuales se destacaba la
creación de una Comisión de la Verdad, que estaría compuesta por juristas
internacionales para cooperar con la investigación. Además, establecía que el
juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Alberto Nisman,
argentinos, podrían interrogar a los sospechosos iraníes con notificación roja
de Interpol.
En su momento,
Cristina Kirchner consideró que el acuerdo era un paso histórico para el
esclarecimiento de la causa AMIA. Mucho más tarde, en su libro Sinceramente, la
actual vicepresidenta consideró que era una “ingenuidad” haber firmado el
Memorándum, más allá de la denuncia por traición a la patria que hizo el fiscal
en 2015 pocos días antes de morir.
Polémica. Timerman sostuvo por entonces una
polémica con Eliaschev. Ajmadineyad era el presidente de Irán.
La fuerza del texto de Eliaschev seguía siendo contundente. Y usaba el
mismo significante: ingenuidad: “Según las conclusiones de la inteligencia
iraní, que hace suyas la cancillería de Teherán, el gobierno argentino habría
renunciado a llevar ante la Justicia al actual ministro de Defensa, Ahmad
Vahidi, y otros funcionarios iraníes sospechados de complicidad en esos
episodios terroristas. La cancillería iraní considera que si estos temas son
dejados de lado, ambos países pueden encarar una nueva etapa que permita
superar dos décadas de frialdad total, lo que permitiría a Irán recuperar
terreno en el desarrollo de unos vínculos que se han venido de todos modos
fortaleciendo en los últimos años. El informe secreto iraní, filtrado al
exterior por medios opositores al régimen de Teherán, subraya el interés del
régimen fundamentalista en la situación del ministro de Defensa, Vahidi, un
personaje clave en el esquema de poder, ya que era el comandante de la llamada
Fuerza Quds de los Guardias Revolucionarios cuando la embajada israelí en la
calle Arroyo de Buenos Aires fue demolida con un coche bomba en marzo de 1992.
Siguió ostentando esa posición militar clave en julio de 1994, cuando el turno
le tocó a la AMIA.
“El informe secreto al
que ha accedido Perfil, porque ha comenzado a ser analizado en las cancillerías
de varios países, fue redactado luego de la reunión con el canciller”
Las propias investigaciones que se hicieron en la
Argentina detectaron años después que Vahidi fue uno de los principales
organizadores de estos ataques, de los que el gobierno iraní ha tratado de
despegarlo hace ya años, pero sin éxito. En sus recomendaciones a Ajmadineyad,
el canciller Salehi propone que autoricen a su contraparte argentina para
solicitarle que revoque las órdenes de arresto que el Gobierno ha solicitado a
Interpol contra Vahidi y otras figuras prominentes del régimen. El informe que
ha trascendido sostiene que para la inteligencia iraní ya es un hecho que,
incluso si una tercera parte demandara secretamente la extradición de Vahidi,
la Argentina lo rechazaría. El ministro de Defensa incriminado ya puede viajar
al exterior sin problemas, porque el asunto de los ataques contra la Argentina
ha quedado muy olvidado a nivel mundial y a nadie le interesa mucho, ni
siquiera a Interpol.
El blanqueo de Vahidi es un asunto delicado que solo
puede prosperar si la cuestión permanece en la oscuridad o se mantiene en
silencio, dicen fuentes familiarizadas con estos sombríos espacios de
marginalidad internacional. En Teherán, lejos de toda ingenuidad, saben que el
gobierno argentino jamás admitirá este retroceso en público y menos aún que ha
cambiado de posición”.
Comunidad. La nota también tenía otro efecto
esclarecedor. Analizaba cómo afectaba a la comunidad judía: “En su ahora
filtrado documento secreto a Ajmadineyad, el canciller Salehi elogia la
estrategia –originalmente concebida por el llamado “Líder Supremo”, Alí
Jamemei, y luego adoptada por el gobierno iraní– de no ceder a las acusaciones
argentinas. Dice Salehi que fue un acierto no cooperar con la Justicia
argentina durante esas investigaciones, que siempre terminaron abortadas.
Un poco de historia. Los seguidores del
tema dicen recordar que luego de la sorprendente sentencia exculpatoria de la conexión
local emitida por el Tribunal Oral Federal Nº 3, el entonces canciller Rafael
Bielsa habría admitido en privado la existencia de una política de acercamiento
de la Casa Rosada con Irán. E, inclusive, habría dado a entender que había un
intermediario trabajando secretamente para lograr el reconocimiento argentino
al Estado palestino, lo que finalmente anunció el actual canciller Timerman.
Todo parecería revelar una clara diferencia entre la postura pública de los
Kirchner y su proclamado acercamiento a Israel y a la comunidad judía
argentina, y las claras muestras de acercamiento a Irán, Siria y –en cierto
modo– Libia, con cuyos regímenes el kirchnerismo tiende a sentirse más cercano.
En el acto del 17 de marzo, en recordación del 19º aniversario del atentado
contra la embajada de Israel, los asistentes vieron a Timerman del brazo con
Sergio Burstein, a quien invitó oficialmente a que participe de su próxima gira
a Israel. Burstein no solo no es formalmente dirigente de la comunidad judía,
sino que sus vínculos con los Kirchner no son un misterio para nadie. Pero
ahora el delicado problema que confrontaría la Casa Rosada es que Timerman está
en vísperas de un viaje a Israel y Cristina Kirchner siempre se ha preocupado
por mostrar una imagen pública de simpatía y comprensión”.
“En Teherán, lejos de toda ingenuidad, saben que el
gobierno argentino jamás admitirá este retroceso en público y menos aún que ha
cambiado de posición”.
Pepe Eliaschev murió el 18 de noviembre de 2014. Casi
inmediatamente después se desató el proceso de la denuncia de Alberto Nisman
que, antes de morir, reconoció que le hubiera gustado darle el reconocimiento
por ser el primero que mencionara el tema.
La denuncia abrió una de las ventanas para el
reconocimiento de la verdad, que sigue vigente. En marzo de 2011 se publicó en
las páginas de este diario una investigación cuyas consecuencias cambiaron la
política argentina de los últimos años.
En un principio, Nisman desestimó la investigación.
La primera reacción del entonces fiscal de la UFI AMIA,
en pleno marzo de 2011 fue muy diferente a la que haría cuatro años más tarde.
En un reportaje concedido al periodista Hernán Dobry dijo que: “El hecho que
plantea la nota (de Eliaschev) es absurdo, descabellado y de imposible
cumplimiento. Hacía tiempo que no leía algo tan disparatado”.
Argumentó sus presunciones con el siguiente comentario:
“Los iraníes no resultan creíbles en nada de lo que dicen y hacen, pero no me
sorprende que puedan plantear algo así. Ellos creen que todo se maneja como su
gobierno teocrático en donde el líder espiritual dice algo y todo el mundo
obedece. Yo ya expliqué que no es así, que el Poder Judicial se maneja por unos
carriles, el Poder Ejecutivo por otro, y hay una investigación independiente
ajena al Poder Ejecutivo más allá de que ese poder ha hecho mucho reclamando
las extradiciones y las capturas y juicio en un tercer país”.
También opinó que: “Es absolutamente imposible que el
Ejecutivo ejerza una acción así. No basta una orden de ese poder para que un
fiscal deje de investigar, para que un juez deje de hacerlo. Esto no es así.
Podrá ser en Irán, pero aquí no puede ser. Para que quede claro: es
absolutamente falso que el Gobierno esté detrás de eso. Pero para seguir por la
vía del absurdo, si fuera cierto es algo totalmente imposible. Es como si yo
dijera: me subo arriba de una escalera y voy a tapar el sol con las manos. Es
de locos. Y me llama la atención en este periodista que no conozca una
circunstancia así. Puede haber un documento de los iraníes que afirme que es
una negociación política”.
Antes de morir, el mismo fiscal reconoció que el periodista tenía razón.