El futuro de los medios II...
En el artículo anterior me referí al congreso de la Federación Internacional de Prensa Periódica (FIPP), que concluyó en Roma el miércoles último. El contexto de guerra entre los medios de Berlusconi por un lado y los de sus opositores por el otro no podría ser mejor espejo para los argentinos, dado el enfrentamiento del Gobierno con Clarín. Lo que para hacerlo aún más familiar suma al papa Francisco, quien también lleva adelante su propia batalla comunicacional e indirectamente interviene en la pelea de fondo.
En Italia
la guerra ya la perdió Berlusconi y la ganó el principal medio de oposición: el diario La Repubblica más la revista L’Espresso. Fue la Corte Suprema de Justicia la que terminó de derrotar a Berlusconi con una serie de fallos que lo condenan por evasión fiscal, por corrupción de menores, y a pagar 500 millones de euros de indemnización justo al dueño del diario La Repubblica y la revista L’Espresso, por haber sobornado a un juez
en los años 90 para que dejara sin efecto el derecho de preferencia de
La Repubblica/L’Espresso para comprar la mayor editorial de revistas de
Italia: Mondadori, que tras esta trampa se la quedó Berlusconi.
Hoy Mondadori –que entre sus varias decenas de
revistas edita Panorama, la competencia de L’Espresso– tiene un valor de
mercado de 250 millones de euros, pero Berlusconi tendrá que pagar el
doble de lo que vale por haberla adquirido ilegalmente. La presidenta de
Mondadori es la hija de Berlusconi, Marina, a quien él quiere lanzar como su sucesora política al quedar inhabilitado para cargos públicos.
Panorama y todos los canales de televisión de Berlusconi son de derecha,
mientras que la revista L’Espresso y el diario La Repubblica son de
izquierda (Berlusconi, al tener televisión, no puede ser dueño de
diarios). La implosión de Berlusconi hace que los conservadores
italianos hablen de la necesidad de recrear un “centro moderado”, la redundancia es un síntoma de la incomodidad para definirse como centroderecha.
En la galaxia italiana actual, el Papa es visto como de izquierda y
cosecha adhesiones de sectores tradicionalmente anticlericales y ateos,
como el director y fundador del diario La Repubblica, quien definió a
Jesucristo como un gran comunicador, precursor de Twitter por sus
mensajes cortos y fáciles, y al propio Bergoglio como su discípulo y
continuador.
Sobre la comunicación en tiempos de Twitter trató el congreso de la
FIPP, cuyas conclusiones podrían sintetizarse en que lo que
verdaderamente cambia es el uso del tiempo y hay una plataforma correcta para cada momento. Por ejemplo, y muy simplificadamente, para recibir información sería: los
días laborables, radio a la mañana, sitios de noticias durante el día y
televisión a la noche; el papel, sólo los fines de semana. Hay que buscar a la audiencia en la plataforma en la que se encuentre en cada momento.
Los ciclos de compra son lo que se modifica: mayoritariamente antes
se cambiaba el auto cada cuatro años y hoy, cada tres; al revés, antes se compraba el diario los siete días de la semana, ahora sólo dos.
La aceleración del tiempo informativo es causa y consecuencia del
mejoramiento de todos los dispositivos móviles. Las tabletas y los
celulares inteligentes son una revolución comparable a
la masificación de las computadoras personales en los años 90. La
publicidad en teléfonos se multiplicó por nueve el último año. El video
en internet se triplicó.
Cada vez hay más información para la misma cantidad de tiempo de la
audiencia y los mismos presupuestos publicitarios, lo que hace inviable
que los medios continúen sustentándose con las mismas fuentes de ingreso
que hasta ahora. Sólo en 2012 se crearon 51 millones de sitios nuevos en internet.
Los contenidos gratuitos serán las informaciones a las que, como
commodities, todos tendrán acceso. Los contenidos de calidad serán pagos
también en la web.
La otra fuente de ingresos será el e-commerce, donde ya 24% de las compras online están siendo hechas desde celulares inteligentes y Amazon ya despacha 2 mil millones de artículos por día (“piense como retail y actúe como medio” es la frase más repetida).
El desafío se centra en cómo ser rentable sin traicionar el pacto de lectura,
en un contexto donde “el cambio es Dios” porque se reinventa todo,
todos los días. El contenido es líquido y cambia de un lugar a otro,
pero los consultores coinciden en la ecuación 1-9-90 porque sólo el 1%
de los que interactúan en internet produce contenido nuevo, sólo el 9%
edita (agrega o lo reproduce) y el 90% es usuario pasivo de la web.
El presidente internacional de Hearst, la empresa de medios fundada
por quien inspiró a Orson Welles para hacer Ciudadano Kane, sostuvo en
la FIPP: “Mantenemos en nuestras heladeras muchos productos vencidos”.
Pero más allá de que la mejora tecnológica de los dispositivos sea
exponencial, los algoritmos matemáticos no podrán resolver dilemas de
buen gusto o éticos, entre tantos otros. Siempre harán falta interpretadores, analistas y críticos.
Ellos serán los protagonistas de la era del conocimiento, la que dejará
atrás a la de la información que, por su sobreabundancia, pasará a
tener poco valor. Calidad, no cantidad.
Volviendo al papa Francisco, desde la Argentina no se alcanza a comprender la relevancia mundial que alcanza como comunicador.
Y cuando todo es comunicación, cuesta creer que el futuro de los medios
no pueda ser promisorio para aquellos que quieran y sepan encontrarlo.
© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 29/09/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.