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martes, 4 de marzo de 2014

Complicidad escandalosa... De Alguna Manera...

Complicidad escandalosa...


Las maniobras del Gobierno frente a los hechos de Villa Lugano revelan un peligroso coqueteo con la ilegalidad.

Emitido por Pepe Eliaschev en Radio Mitre.

Es deprimente el desenlace que que, hasta el pasado viernes, venía teniendo la situación creada en la Capital Federal con la toma de tierras en Villa Lugano. Deprimente, ominoso, presagia las peores realidades. 

Estamos en presencia de un gobierno nacional que ha resuelto hacer todo lo que esté a su alcance para obstaculizar la marcha de la justicia en el seno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Acá no se trata de ventilar en clave ideologizada una crisis habitacional que forma parte de una indigencia general del país. Por supuesto que hay falta de vivienda popular. Por supuesto que existió Sergio Schocklender y los “Sueños Compartidos” de Hebe Bonafini. Cuando se habla de indigencia en materia de vivienda, hay que agregar indigencia de salud. Esta semana, millones de bonaerenses de escasos recursos fueron castigados directamente por la huelga de personal de salud que nunca afecta a los ricos ni a la clase media, sino a aquellos que no tienen más remedio que ir a un hospital público.

Villa Lugano no es, en consecuencia, un caso aislado, excepcional, fácilmente atribuible a un diabólico “neoliberalismo”, teóricamente atrincherado en la ciudad de Buenos Aires. Es parte de una realidad que once años de década “ganada” no han podido modificar. Lo cierto es que no hay una vocación en el Poder Ejecutivo Nacional, no la hay en el Secretario de Seguridad -que opera como si “su” ministra fuera solo un dibujo- en torno de la obligación que tienen las fuerzas de seguridad federales para acatar las decisiones de la Justicia.

No soy de los que creen que la fuerza deba aplicarse ciegamente, sin tener en cuenta las consecuencias. Pero en los gobiernos de cuño ideológico auténticamente progresista como, por ejemplo, el de Dilma Rousseff en Brasil, la decisión de ingresar en zonas en donde, bajo el pretexto de la precariedad habitacional, se refugian bolsones de delincuencia, no ha cejado. Por el contrario, es una decisión consagrada por la propia ejecución política y práctica, con el uso de fuerzas militares, de las órdenes judiciales.

Los corazones sangrantes del autodenominado “progresismo” pretenden que, en todas las áreas, se aplique un “buenismo” redistribucionista que ellos naturalmente no van a pagar de su bolsillo. Ninguno de estos “redistribucionistas” se lleva a los okupas de Villa Lugano a vivir a sus casas. Al contrario, quieren que sea el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al que califican como enemigo, el que pague todos los costos políticos, prácticos, de seguridad y hasta judiciales.

Llama la atención la revelación de que muchísima gente está armada en esta ocupación ilegal. Llama la atención que la abrumadora mayoría de ellos no admite siquiera el elemental censo que le permitiría a las autoridades saber quién es quién y qué es lo que necesita cada uno.

Hay una pregunta elemental y que hay que hacerse sin anteojeras ideológicas: si el reclamo es auténtico, si padecen una carencia, si han sido víctimas de una injusticia social, ¿por qué no quieren dar su nombre? ¿Por qué no quieren decir cuántos son de familia?” ¿Quiénes son los que realmente manipulan e instrumentan este tipo de movilizaciones?

Si se tratara de una indigencia social, una necesidad claramente reconocible, ¿por qué las armas? ¿Por qué la violencia? ¿Por qué la brutalidad? ¿Por qué la barbarie? ¿O todo esto no es más que una vil excusa para generar actos extorsivos? Es una extorsión de la que ni siquiera es responsable el más humilde de esos ocupantes, sino los punteros que se disfrazan ideológicamente de militantes barriales.

Al evitar el desalojo de Villa Lugano este viernes 28 de febrero, y al no aportar fuerzas federales de seguridad, el gobierno nacional manifiesta -me da mucha pena decirlo- complicidad con formas implícitas del delito. Hay, además, una grosera violación del derecho de propiedad. No parece que hoy en la Argentina estén dadas las condiciones para que las fuerzas democráticas opositoras reivindiquen la plena legalidad del derecho de propiedad. 

Si este país comienza a consagrar de hecho la violación del derecho de propiedad, se aniquila el corazón mismo de nuestra Constitución. Muchos no se atreven a peticionar el respeto por este derecho, porque temen ser etiquetados de neoliberales, reaccionarios, o retrógrados, cuando en verdad es una de las garantías -no la única- pero una de las garantías primordiales de nuestro complejo jurídico institucional.

Deprime, entristece y preocupa lo que ha sucedido en Villa Lugano. Es evidente que la concepción de que el Gobierno está en guerra y que al enemigo no hay que darle ni siquiera justicia, ha calado profundamente en la manera de reaccionar del Poder Ejecutivo, que -además de ineptitud e incompetencia- acá manifiesta explícita complicidad con terribles formas de la ilegalidad.

© Escrito el Domingo 03/03/2014 por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 2 de diciembre de 2012

La lucha por la Quemita está que arde... De Alguna Manera...


La lucha por la Quemita está que arde...
   

El predio de Huracán en Villa Soldati tiene 16 hectáreas. Le quieren sacar dos para un taller de Metrovías.

Huracán resiste a que le quiten terrenos de su predio deportivo. Un proyecto impulsado por el PRO contempla despojar al club de Parque Patricios de dos hectáreas de su campo de deportes para construir talleres de Metrovías. El 13 de diciembre será un día clave en la Legislatura para conocer el destino de las tierras.

La Quemita quema y los socios e hinchas de Huracán están que trinan con razón. El fósforo lo arrimó un grupo de ambiciosos proyectistas del PRO, la fuerza liderada por Mauricio Macri que gobierna la ciudad de Buenos Aires. En el marco del Plan Maestro de la Comuna 8 pretenden despojar al club de casi dos hectáreas de su campo deportivo. Esgrimen el argumento de que ahí deberían construirse talleres de la empresa Metrovías, la cuestionada concesionaria del subte. El predio le fue cedido en 1988 a la centenaria institución de Parque de los Patricios por 20 años. Cuando venció el plazo la situación quedó en un limbo y ante el inminente tratamiento en la Legislatura porteña del proyecto que ponía en riesgo las tierras, hubo una movilización autoconvocada el martes pasado. La gente se reunió bajo la consigna “La Quemita no se toca” y esperó el desenlace de una reunión entre el presidente de Huracán, Alejandro Nadur, y el diputado Cristian Ritondo, vicepresidente de la Legislatura. Las promesas políticas de revertir la situación quedaron en una impasse hasta el 13 de diciembre. Ese sería el día clave que definirá el destino de un lugar que antes era un basural inundable y hoy es un polideportivo.

Manuel Vila es socio vitalicio de Huracán, tiene el carnet número 232 y como ingeniero civil se involucró en la movida por la Quemita. Con un megáfono en mano, se presentó a las puertas del ex Concejo Deliberante rodeado de un millar de hinchas. “El club ocupa el lugar del Estado en el sur de la ciudad hace 104 años. El Plan Maestro de la Comuna 8 le haría una quita de hectáreas al predio para construir un taller del subte, pero también existe un proyecto del diputado Daniel Amoroso que nos despoja de 6 de las 16 hectáreas”, dice quien también fue candidato a presidente en las elecciones del 2009. Mientras dialogaba con Página/12, a su alrededor retumbaba la consigna más cantada por los hinchas ante una Legislatura que terminó pintada de varios grafitis. “Che Mauricio, che Mauricio... no te lo decimos más, si nos tocan la Quemita, que quilombo se va a armar.”

Ahora bien, de qué hablamos cuando hablamos de ese campo de deportes ubicado en el postergado sur porteño. La Comuna 8 abarca tres barrios: Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo, que sumados ocupan 997 manzanas en la zona con menor densidad de población de la Capital. Ahí Huracán construyó ocho canchas de fútbol, una de hockey sobre césped, una de vóleibol, dos piletas de natación, parrillas, quinchos y un estacionamiento. Ahí, también, el PRO posó su mirada porque a menudo intenta transformar bienes levantados por la comunidad en grandes negocios para empresarios amigos o que son funcionales a sus políticas depredadoras.

Uno de los puntos del plan que condiciona negativamente el futuro de Huracán es paradójico. La iniciativa para la Comuna 8 que tiene 170 artículos contempla la creación de un Distrito Deportivo y otro Biotecnológico. En un interesante artículo del Diario Z, Karin Miller describe que “el primero prevé exenciones fiscales para quienes se dediquen a la fabricación de productos deportivos, la construcción, reforma, mantenimiento y reparación de infraestructura deportiva o la prestación de servicios para la realización de prácticas deportivas”. Parece un contrasentido. Mientras por un lado se intenta fomentar la industria que apuntale a diferentes deportes, por el otro se pretenden achicar los espacios verdes necesarios para desarrollarlos. La Quemita es un buen ejemplo.

Huracán está obligado a resistir en dos frentes: el de la proyectada quita de hectáreas y el de la renovación del plazo por la cesión de las tierras. Una prueba del apuro y la desprolijidad con que el gobierno porteño pretende resolver la cuestión a su favor, la dan estas declaraciones del vicepresidente del club, Luis Sasso, en conferencia de prensa: “Hace unos meses nos llegó de parte del Ministerio de Economía del Gobierno de la Ciudad una propuesta concreta. Tenía que ver con ciertas necesidades vinculadas a la Comuna 8. Esta irrupción viene presidida de algunas reuniones y propuestas anteriores que no llegaron a nada y por las cuales no vimos ni siquiera necesario sacarlas a la luz, pero hace poco menos de un mes nos vinieron a decir que estaban apurados por resolver el tema de los terrenos y que, en los mismos, se deben construir talleres de Metrovías, ya que se piensa crear una terminal de ómnibus cerca de la Quemita”.


Según el ingeniero Vila, “yo planteé la necesidad de hacer un estudio de impacto ambiental, una audiencia pública, porque como a Metrovías se le acabó el subsidio de la Nación ahora le tira el costo del personal a Macri y esto forma parte de una negociación forzada por la empresa. Además, está el proyecto del diputado Amoroso que nos dejaba 6 hectáreas de las 16. Todo esto se lo dijimos a Ritondo en la Legislatura y él nos reconoció que estaba mal hecho”. Amoroso es un legislador que del PRO pasó a Unión Federal y ahora milita en un nuevo espacio político con Graciela Ocaña llamado Confianza Pública. Plantea que se le ceda a Huracán el predio por otros veinte años, pero según Vila con una quita de hectáreas que lo perjudicaría.

El 20 de noviembre, cuando el tratamiento del proyecto se le venía encima a la comisión directiva –estaba previsto discutirlo el 27, lo que finalmente no sucedió–, el club difundió un comunicado oficial que sostenía: “Existe la decisión política del Gobierno de la Ciudad de construir una terminal de ómnibus sobre terrenos aledaños a nuestro campo de deportes, con el propósito de descentralizar la terminal Retiro. Dichos terrenos tienen frente sobre la Avenida Perito Moreno y fueron ocupados hasta el momento por la empresa Metrovías, quien está construyendo en esa misma zona una estación subterránea (estación Lacarra) como prolongación de la línea E de los Subterráneos de Buenos Aires”.

En el segundo punto se explicaba: “Desplazados de ese predio, y con las obras del subterráneo en marcha, la empresa Metrovías planteó al Gobierno de la Ciudad la necesidad de contar con un terreno en el que pudieran instalar los talleres de la terminal de subte, como prolongación, pero en superficie, de la mencionada línea. La empresa planteó así la necesidad de ocupar para tales fines parte del predio que ocupa actualmente nuestro campo de deportes”.

En el tercer punto del comunicado, la comisión que encabeza Nadur cuestiona sin mencionarlo al ex presidente Carlos Babington por su inoperancia para renovar el acuerdo que caducó hace cuatro años: “La tenencia de los terrenos por parte de nuestro club –precaria por naturaleza, dado que se trata de terrenos de propiedad del GCBA– venció en el año 2008, en tiempos de la anterior conducción, y ninguna gestión se hizo para renovarla. Advertidos de dicha anomalía, la actual Comisión Directiva inició gestiones para la readquisición de la tenencia, trámite que habrá de concluir próximamente con la segura sanción de la ley que dispondrá una nueva tenencia por el plazo de veinte años”.

Eso es lo que esperan los hinchas y socios de Huracán. Pero tienen que lidiar con el plan de la Comuna 8 que impulsan los funcionarios de Macri, el lobby de Metrovías y una voluntad dirigencial que, como quedó probado en 2008, no parece estar a la altura de las obras hechas en la Quemita, también llamada campo de deportes Jorge Newbery.

© Escrito por Gustavo Veiga y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 2 de Diciembre de 2012.


Las fotos: