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domingo, 3 de agosto de 2025

A 25 años de su Fallecimiento... René Favaloro, el médico que entregó su corazón al país

 René Favaloro, el médico que entregó su corazón al país...

René Favaloro, el médico que entregó su corazón al país. Fotografía: Cedoc Perfi

Enamorado de la medicina, pero cansado de la “transa sindical y política”, el mayor cardiocirujano que dio el país astilló su propio corazón para dar su última lección de compromiso. ¿Por qué llegó a eso? Sus cenizas sobrevuelan Jacinto Arauz, el pueblo en donde había aprendido a ser un médico rural, su mayor orgullo.

© Escrito por Mónica Martin el miércoles 30/07/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Qué difícil hablar del hombre que llegó a ser finalista post mortem del ciclo El gen de los argentinos, un programa de Mario Pergolini que elegía al personaje argentino que mejor representaba nuestra idiosincrasia” (¿Lo que los argentinos somos o lo que quisiéramos ser?) Eso fue en 2007 y René Favaloro, sanmartiniano a ultranza, salió segundo detrás del General José de San Martín. Parece una coincidencia, pero no lo es. 

El
 29 de julio de 2025 se cumplen 25 años del fallecimiento del cardiocirujano René Favaloro. Ese día del año 2000, el corazón de toda la Argentina se paró, pero el del argentino que había inventado el bypass aortocoronario con la vena safena -un procedimiento que aún hoy prolonga la vida de los corazones enfermos- se había roto hacía bastante tiempo atrás.

René Favaloro. Regresó al país para convertirlo en un hub en cirugía cardiolovascular, pero la burocracia le ganó hasta arriesgar su patrimonio. Lo pagó con su vida.


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La Fundación Favaloro, que él mismo creó y por cuyas deudas se cree que se quitó la vida, estima que, desde 1967 hasta hoy, más de 55 millones de personas se beneficiaron con esa técnica revolucionaria que implementó el médico fanático de Gimnasia y Esgrima, que había nacido en La Plata, el 12 de julio de 1923, en una casa bastante pobre, pero con el corazón muy grande. 


300 papers médicos sobre asuntos del corazón, dos investigaciones históricas sobre el General José de San Martín obras literarias, incluidas dos autobiografías (De la pampa a los Estados Unidos y Recuerdos de un médico rural) son solo minucias al lado del agradecimiento con el que recibía las gallinas que le regalaban sus pacientes más pobres, los paisanos. Muchas generaciones de argentinos crecimos escuchándolo contar por televisión, una y otra vez, anécdotas rurales que desnudaban la mirada ética en el ejercicio de la medicina y esas ganas tremendas de darlo todo por el país y la Universidad pública que lo habían formado.     


René Favaloro hablaba dando lecciones y era de una época en la que, en Argentina, nadie mencionaba públicamente lo que todos sabían: la práctica ilegal del aborto. René Favaloro no esquivaba el tema; siempre quiso sanar a sus compatriotas: 
“Legalizar no quiere decir que estemos autorizando a que todo el mundo se haga un aborto, sino que, ante ciertas circunstancias, la pobre desgraciadita que no tiene ningún recurso no caiga en ese trasmundo horroroso que la puede llevar a la muerte. Porque no se muere una, se mueren cantidades allí. Por el contrario, la niña privilegiada de una familia con guita va a una clínica de prestigio, se lo hacen sin que nadie se entere y a la tarde puede ir a un baile, si quiere, porque ya todo pasó. Esa desigualdad a mí no me gusta”, aclaraba. 

René Favaloro entre el matrimonio Leloir. A su derecha, Amelia Zuberbühler y a su izquierda, el Dr. Luis Federico Leloir.

Su audacia era subyugante. René Favaloro trabajó toda su vida para sanar corazones rotos, hasta el día en que, después de mucho rumiarlo, decidió romper el suyo, una noticia terrible en sí misma, recargada por el simbolismo que portaba. 

René Favaloro entregó su corazón.  

En el año 2000, René Favaloro también tenía poderosas razones para vivir: un año antes, había redescubierto el amor y planeaba casarse con Diana Truden, su secretaria en la Fundación. Cuarenta y seis años de edad los separaban, pero sus corazones estallaban de felicidad.

“Diana: ha llegado el momento de la gran decisión. Tú no eres culpable de nada. Mis proyectos se han hecho pedazos. No puedo cambiar los principios que siempre me acompañaron. Creo que la Fundación se derrumba. No podría aguantar como testigo lo que construí, con tanta fuerza, ahora su destrucción. Estoy cansado de luchar y luchar. Remando contra la corriente en un país que está corrompido hasta el tuétano. Tú eres testigo de mi sufrimiento diario. Te agradezco todo lo que me has brindado. Particularmente en este último año. Nunca podrás imaginar cuánto te he amado (…) Sé que te recuperarás porque eres fuerte. El tiempo lo arregla todo”, decía la carta de despedida a su prometida, una de las siete que dejó escritas. Ese día habían almorzado juntos. 

René Favaloro en sus años de formación  

Antes de apretar el gatillo frente al espejo de su baño, el 29 de julio de 2000, René Favaloro sintió que el corazón le estallaba en varios sentidos. 

Sus cartas finales dejaron en claro que una de las principales razones que lo llevaban a tomar la decisión era la crítica situación financiera de la Fundación Favaloro (1975) y la imposibilidad de cobrar las deudas que distintos organismos públicos y obras sociales sindicales tenían con ella. 

El PAMI, entonces dirigido por Víctor Alderete, era sólo uno de sus deudores, no el único. Fernando de la Rúa era por entonces el Presidente de la Nación; el radical Héctor Lombardo, el Ministro de Salud y Acción Social; Horacio Rodríguez Larreta, interventor del PAMI por el peronismo; y el ex médico veterano de la Guerra de Malvinas, Julio Municoy, presidente de IOMA. 

René Favaloro. El cirujano (izquierda) en una intervención quirúrgica junto con su equipo de trabajo

Tocando todas las puertas, Favaloro llegó hasta Rafael Bielsa, que por entonces dirigía la Sindicatura General de la Nación (SIGEN). Bielsa intervino en el litigio pidiendo por escrito al PAMI que aceptara el reclamo del médico, reconociera la deuda y la saldara. Y que si no podía hacerlo, se iniciara la "conciliación obligatoria" entre las partes.

“El PAMI todavía no tiene verificada esa deuda y precisamente mañana tenemos prevista una auditoría en la Fundación Favaloro para determinar si corresponde pagar”, informaba por entonces Tomás Bulat, jefe administrativo del PAMI, del sector pago a proveedores.


“La ex interventora Cecilia Felgueras, le comunicó a Favaloro, en la última reunión que tuvo, que la única alternativa prevista para resolver la controversia es una conciliación obligatoria, que consiste en verificar caso por caso para ver en las historias clínicas si los servicios efectivamente se prestaron. La Fundación Favaloro, con la firma del apoderado Aranguren, se presentó el 19 de mayo a la conciliación obligatoria. La verificación contable se hizo el 18 de julio y el 21 de julio se instruyó internamente en el PAMI para que se hiciese la auditoría”, pormenorizaría Horacio Rodríguez Larreta, entonces interventor del organismo.  

René Favaloro y, a su derecha, Juan Manuel Fangio

Entre dimes y diretes, en apariencia había comenzado la verificación de aquellas viejas facturas, cuando Favaloro se quitó la vida. “Hasta siempre”, era lo único que decía la nota que pegó en el espejo de su baño antes de astillarse con un arma de fuego el corazón.   

En contraste con la versión de las autoridades de la época, su propia lectura de los hechos era diferente: “Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento, como decía Don Ata”, se desahogó en las líneas de último minuto que le dejaría a su familia.  

René Favaloro y el país.

A pedido suyo, su cuerpo fue cremado “inmediatamente” en el cementerio privado Parque de la Gloria, en Berazategui, en una sala a la que solo pudieron ingresar 30 familiares y seres próximos destrozados. Oportunamente y también a pedido de Favaloro, sus cenizas fueron esparcidas sobre la tierra de Jacinto Arauz, el pueblo en donde había aprendido a ser un médico rural, lo que más le gustaba.  

“Alguna vez, en un acto académico en USA, se me presentó como un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo que es cierto. Espero que me recuerden así”, se enorgullecía. Y le pidió a sus “queridos sobrinos, colaboradores y amigos”: “Recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco”.            


Una de las siete cartas estaba destinada al Presidente de la Nación, Fernando De la Rúa, a quien Favaloro tuteaba y llamaba Fernando, sin preámbulos. Lo más curioso es que esa carta tenía fecha del 27 o el 28 de julio, un día antes del que finalmente eligió para morir. La recibió Ricardo Ostuni, secretario privado de la Presidencia, quien comentó posteriormente que la misiva denotaba “desencanto, fatiga y cansancio”. El la había recibido en su despacho el viernes 28 de julio, pero se la entregó al presidente cuatro días más tarde, el lunes 31.  

René Favaloro junto al Papa Juan Pablo II.

En ella, Favaloro le pedía a De la Rúa que intercediera “ante los peces gordos”, y mencionaba con nombre y apellido a “tres o cuatro poderosos empresarios”, según dijo en su momento Ostuni, pero sin revelar quiénes eran.  

Favaloro también le pidió al entonces presidente que consiguiera US$ 6 millones, “el monto que necesitaba para solventar sus deudas más apremiantes”, pero en esa misiva personal no mencionaba directamente al PAMI como acreedor.  


El corazón de Favaloro: su fundación.

A 25 años de su fallecimiento y a 102 de su nacimiento, todavía queda mucho su legado. La Fundación Favaloro sigue cumpliendo con el deseo de su alma mater: sanar y prolongar vidas. El 
Hospital Universitario Fundación Favaloro (1992) es un centro de investigación y educación de excelencia en medicina de Alta Complejidad. Desde entonces, realizó más de 27.000 cirugías cardíacas centrales (el 55% de ellas, Bypass coronarios puros).

La Universidad Favaloro (1998) sostiene tres unidades académicas: Facultad de Ciencias Médicas, Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas y Naturales, y Facultad de Ciencias Humanas y de la Conducta, con sus respectivas carreras de grado, posgrados y especializaciones, además de albergar otros dos organismos de prestigio internacional: el Instituto de Medicina Traslacional, Trasplante y Bioingeniería (IMETTYB) y el Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (INCYT), a los que se sumó, el Instituto de Ciencias del Deporte. 

René Favaloro

Cuando fue el centenario de su nacimiento, el Teatro Colón fue el escenario de una gala muy especial destinada a lo que tanto desveló al médico rural durante sus últimos años de vida: recaudar los fondos necesarios para que las usinas del conocimiento y la práctica científica funcionen como dios manda. A tal fin, se realizó un evento cultural histórico, para contribuir con la construcción del nuevo centro ambulatorio de la Fundación Favaloro. 

Mientras tanto, varios monumentos y edificios históricos de la Ciudad se iluminaban de rojo y azul para recordarlo: el Palacio Lezama, la Usina del Arte, la Torre de los Ingleses, la escultura Floralis Genérica, el Monumento Carta Magna y el Obelisco. 

Su fama también llegó a las estrellas: un cuerpo celeste recibió su nombre, el asteroide "21508 Favaloro", rebautizado así por el astrónomo argentino Agustín Kowalski, uno de sus muchos admiradores. Para Google Arts & Culture, el bypass coronario inventado por René Favaloro es uno de los 400 inventos humanos que cambiaron el rumbo de la Humanidad.

René Favaloro 

Aprovechando las vacaciones de invierno, se podría llevar a los chicos a visitar el Museo del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata, que exhibe una escultura del platense más famoso, en tamaño natural, realizada por el artista plástico Fernando Pugliese. Además hay otras en Belén de Escobar y Cleveland, EEUU.     

A decir verdad, a pesar de su corazón roto, no le faltó reconocimiento en vida ni le faltará en la posteridad gracias a las escuelas, paseos, bosques, hospitales, bibliotecas, museos, y los numerosos centros de la investigación y el saber que se enorgullecen de portar su nombre, siempre en sus corazones.   

Pocas familias en este bendito suelo carecen de al menos un motivo para agradecerle al Dr. René Favaloro por sus años de estudio y trabajo que han salvado la vida de algún ser querido. Fue un referente moral para nuestro país y sus famosas filípicas todavía sacudirían a más de uno. Cuánta falta nos hacen... pero como él mismo lo predijo, será un “hasta siempre”.




lunes, 17 de enero de 2022

Inmoralidad. Palabras vs. Realidad… @dealgunamaneraok...

 Inmoralidad. Palabras vs. Realidad…

Los últimos acontecimientos muestran que la máxima oficial podría ser: “Haz lo que yo digo, no lo que yo hago”. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 15/01/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Santiago Cafiero tiene agendado un encuentro en Washington para este miércoles 18 con Antony Blinken, secretario de Estado y hombre de confianza del presidente de los Estados Unidos Joseph Biden. El objetivo del gobierno argentino es convencer a los funcionarios de la Casa Blanca de sus esfuerzos para cerrar un acuerdo con el FMI y lograr algún tipo de apoyo. 

¿Cuál es el as en la manga del canciller argentino para embarcarse en esta cruzada? Ninguno. Lleva en su valija una catarata de excusas, promesas y buenas intenciones que chocan de frente con la realidad. 

El oficialismo viene generando una colección de hechos bochornosos e inaceptables a los ojos de Washington y de cualquier país razonable. En los últimos meses, el gobierno de Alberto Fernández y de su jefa, Cristina Fernández de Kirchner, viene apoyando y alineándose con países que sistemáticamente violan las libertades individuales y los derechos humanos. 

Al asumir la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), implícitamente convalidó los regímenes antidemocráticos y totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por supuesto que las consecuencias no tardaron en llegar. 

Para la asunción del dictador Daniel Ortega celebrada en Managua el gobierno argentino fue representado por el embajador en Nicaragua, Daniel Capitanich. Ese acontecimiento dio pie a una de las aberraciones de política exterior más grandes de los últimos tiempos. 

Durante el acto de reasunción de Ortega, Capitanich, compartió la ceremonia con Mohsen Rezai, funcionario iraní acusado de ser uno de los autores intelectuales del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), hecho por el cual pesa sobre él una alerta roja de Interpol. El embajador debió haberse retirado y denunciado su presencia para pedir su captura, algo que no hizo. Horas más tarde, y luego de la alerta y las quejas de toda la oposición, el Gobierno emitió un tibio comunicado de repudio. 

“Se ha especulado con el posible desconocimiento, la impericia y hasta la falta de profesionalismo del embajador argentino en Nicaragua para afrontar la situación. Nada de esto me parece acertado. Hay una decisión geopolítica de alinearse con estos países, y se tuvieron que tratar el sapo del iraní. Una vergüenza internacional” –aseguró un diplomático de carrera disgustado por los hechos. 

Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago. El caso de la titular del PAMI Luana Volnovich que fue grabada por turistas argentinos veraneando en el Caribe Mexicano junto a su pareja y número dos de la institución, Martín Rodríguez, es otro ejemplo de la doble moral que caracteriza al kirchnerismo. 

En este caso, agravado por la virtual acefalía en la conducción del PAMI en momentos en que la mayor ola de calor golpea nuestro país.

El episodio de Volnovich exhibe la doble moral que caracteriza al kirchnerismo

“Disfruten de las termas” había escrito la funcionaria en un tuit felicitando a un grupo de jubilados que viajaron a Mar del Plata y a Entre Ríos por el programa PreViaje impulsado por la obra social de los adultos mayores.

También se los escuchó mandar a los jubilados a disfrutar de los parques y vacacionar en las plazas, una muestra que no sorprende. 

¿Está mal que un funcionario público se tome vacaciones? Por supuesto que no. Lo que choca de frente con la ética y despierta la indignación de la gente es el abandono y el doble discurso. 

El propio presidente Alberto Fernández había pedido a sus funcionarios que veraneen en el país. Por otra parte, el PAMI es deficiente en sus prestaciones, y las quejas de los adultos mayores se multiplican día tras día: el programa de atención domiciliaria no funciona como corresponde. Hay problemas con la asignación de turnos para diferentes especialidades. 

Faltan los medicamentos oncológicos y todo tipo de insumos en hospitales de la institución, entre muchas otras falencias. Nada de ello se refleja en los videos a puro disfrute de sus directores, en el Caribe. Cabe señalar, además, que la propaganda kirchnerista ya no puede ocultar tamaño descontrol. La referencia de Volnovich a la utilización del PreViaje por parte de un grupo de jubilados es una excepción y no la regla. Un jubilado que gana la mínima –siete de cada diez– no puede acceder con 29 mil pesos de haberes ni a un PreViaje, ni a pagar los costos de servicios de su vivienda, ni a sus medicamentos ni a la canasta básica de alimentos. Los jubilados son los castigados de siempre. 

En un gobierno con apego a buenos principios morales, Luana Volnovich y su pareja Martín Rodríguez habrían sido inmediatamente expulsados de sus cargos. “Debieron haberse ido hace rato. Junto con Victoria Donda son de lo más flojo que tiene esta gestión. Volnovich sabe que su poder es prestado. Duerme bajo la frazada de La Cámpora y es sano que la gente lo tenga bien claro” –dijo con disgusto un funcionario del riñón albertista, que prefirió no opinar ante la consulta sobre un posible pedido de renuncia.

Responsabilidades compartidas y falta de límites en una gestión de doble comando donde el poder no emana de quien tiene la firma. 

El mismo criterio debería aplicarse para con el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. “Tiene otra capacidad de gestión, otro compromiso y otro volumen político”, sostienen quienes lo defienden dentro del Gobierno. La inmoralidad dentro del oficialismo no tiene límites. 

“Basta de pelearnos” dijo el Presidente ante un grupo de empresarios el jueves pasado. 

Curiosa afirmación de quien encabeza un gobierno que lo único que hace es confrontar con todos todo el tiempo.







domingo, 16 de mayo de 2021

El teorema de Zannini, la vacuna de Macri y la muerte de Lifschitz. @dealgunamaneraok...

El teorema de Zannini, la vacuna de Macri y la muerte de Lifschitz

 


El procurador del tesoro dijo, sin esconder nada, que en este país y para este gobierno, hay un tipo de sujeto que tiene la calidad de ‘personalidades protegidas’, mientras todos los demás no. Los sujetos, según su teorema, aquellos que integran o coinciden con las ideas del gobierno, y en el ejemplo citado- el de Horacio Verbitsky- quienes se encargan de propagandizar las mismas, lo son. Los demás, no.

© Escrito por Coni Cherep el domingo 16/05/2021 y publicado por CONICHEREP.COM, de la Ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe de la Vera Cruz.

 

Zannini es ejemplar. Tiene el descaro que sólo da la impunidad y la convicción de sentirse diferente. No voy a entrar en su formación ideológica, porque no hay ninguna ideología vigente que ampare al inmoral. Ningún libro que pretenda imponer ideas, contempla la idea de que un grupo de ciudadanos tiene derecho a lo urgente, y otros no, por la mera pertenencia a un sector, partido o cosa por el estilo.

 

Mauricio Macri es un ejemplo también. No se concibe como un dirigente político, no se asimila con el resto de los mortales. Se va a Miami y se vacuna. No viola ninguna ley, claro. No se anticipa a nadie en las colas públicas de la lenta e interminable vacunación nacional. Pero se va a otro país, asumiendo que es diferente a los hombres comunes. Que él es rico y puede, sin preocuparse por lo que les ocurre a los demás. Si Macri hubiera sido el capitán del Titanic, se subía primero a los botes. Lo compraba, quizás. Porque al fin y al cabo se desnuda: tiene una formación clasista y un mirada ultra liberal. Si podés, te vacunás, sino lo siento. Las cartas se barajan así, se trata de la suerte que tuvimos al nacer o sino, de la viveza de haber hecho negocios sucios con el Estado durante décadas, sin importar con quienes.


A Macri, no le caben las generales de los ricos que agotaron los vuelos a Miami. No, él es un dirigente que aspira, de nuevo, a conducir los destinos de un pueblo y un Estado. Su ética es contraria al principio elemental de la igualdad frente a la ley y su conducta lo delata.

 

Entre Zannini y Mauricio Macri no hay muchas diferencias. Uno cree formar parte de una casta iluminada que tiene más derechos que el resto de los normales. Se enorgullece de pasar por encima a los jubilados de Pami en la cola de las vacunas. Se jacta de pertenecer. Macri no, pero a la hora de valorarse frente a los demás, se concibe a sí mismo como un hombre con más derecho que los otros, porque tiene dinero.

 

Los hombres y las mujeres que no ocupan cargos públicos, pueden hacer lo que quieran. Los hombres públicos, los que tienen o pretenden tener responsabilidades sobre nuestro destino, no.

 

Simultáneamente a las dos confesiones, en la ciudad de Rosario, luchaba contra el Covid el ex gobernador de la Provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz. El ingeniero pudo hacer ambas cosas: su economía le permitía costearse un viaje a Miami y vacunarse con anticipación como lo hicieron los que podían y querían. Tampoco eligió el privilegio- que le fue ofrecido- de adelantar su turno en la vacunación pública.

 

El lunes pasado, mientras Zanini se jactaba de haberse vacunado y Macri confirmaba su vacunación en Miami, los santafesinos despedían a su ex gobernador. Lifschitz murió como consecuencia del Covid.

 

El contraste es tan fuerte y tan poderoso, que prácticamente no admite análisis. En esa batalla imaginaria por la vida, un populista y un neoliberal siguen vivos, porque obtuvieron beneficios. De los tres, el que respetó la ley y se condujo bajo la ética del deber, murió. Y esa parece ser la lógica que gobierna al país.

 

Es abrumador que el único de los tres que cumplió con sus obligaciones y respondió a los valores que demanda una sociedad sana, se haya muerto. Es indignante que quienes no lo hicieron, celebren no hacerlo.

 

Si los argentinos no emprendemos una urgente revolución ética, estaremos condenados a sobrevivir por debajo de quienes tienen privilegios. Queda claro que si no formamos parte de una grupa de autodenominados «personalidades protegidas» o no tenemos dinero, seremos un asunto de undécima prioridad para ellos.

 

Es increíble, también. Que las dos opciones mayoritarias de la política argentina, sigan siendo representadas por sujetos como estos.

 



A Zannini ni le pidieron la renuncia, ni pidió disculpas. Tampoco produjo una ola de repudio generalizado. Porque al final, por impotencia o resignación, nos fuimos acostumbrando a los inmorales como un factor inevitable para ejercer el poder. Los argentinos estamos convencidos de que la corrupción es un asunto menor, y al final, tanto lo asumimos que terminamos escuchando justificaciones que la admiten como una especie de mal necesario.

 

Pero no es así, no debe ser así, y no deberíamos asumir que deba seguir siendo así. ¿Cómo se soluciona? Eligiendo gobiernos que no tengan en sus filas a personas que tengan procesamientos en las espaldas, ni condenas por delitos que anticipen su flojedad de valores. Eludiendo a los responsables de corrupciones anteriores, ya sea en funciones protagónicas o como actores secundarios.

 

Cada peso que se escapa por la vía de la corrupción, perjudica a otro. Cada vacuna que se inyectó en aquellos a los que no les correspondía, dejó a otro sin vacunar. Y probablemente lo haya expuesto a la enfermedad y por qué no, claro, como en caso de Lifschitz y miles más, a la muerte.

 

Necesitamos con urgencia una Revolución ética, parece un reclamo desatinado. La sociedad debe demandar una dirigencia más parecida a los Lifschitz que a los Macri o los Zanninis. Esa es una responsabilidad absoluta de quienes formamos parte de la vida pública, ya sea en la acción pública o en la comunicación. Seguir relativizando la centralidad de la ética, está demostrado, relativiza los derechos y relativiza el valor de la vida humana.

 

Pero no hay país posible con estos contrastes, no hay cambio posible si no ponemos a la decencia por encima de otros valores que hoy conducen la escena nacional.

 

De más está decir, que entre ambos bandos- uno gobernando 4 años y los otros 14- han puesto a más del 50 % de la población por debajo de la línea de pobreza. Que cada día tenemos a sectores más hundidos en la miseria y en la ignorancia.

 

Eso los fortalece. Mientras la ética se muere.