El que avisa no traiciona…
“¡Lo importante es la salud!”. Dibujo: Pablo
Temes
Emilio Pérsico dijo, frente al presidente Alberto Fernández, que “la democracia de la alternancia no funciona”.
Escrito por Nelson Castro el sábado 09/10/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Creo que esta democracia de la
alternancia no camina. Quiero construir una democracia donde el movimiento
popular gobierne 20 años la Argentina”, dijo Emilio Pérsico,
secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social y, a la
vez, referente del Movimiento Evita que organizó el acto de apoyo al
Presidente en el estadio de Nueva Chicago.
Es decir, alguien que está en los dos lados del mostrador, algo insostenible y reprochable desde el punto de vista ético y legal. Lo escuchaban con atención el mismísimo Alberto Fernández y Máximo Kirchner. La frase fue una nueva demostración de las contradicciones del Frente de Todos Contra Todos. “De un lado apuestan a devolverle al Presidente su rol componedor alejado de las disputas y los exabruptos y dispuesto a escuchar, pero al mismo tiempo, le arman un acto donde uno de los organizadores sale a decir estas barbaridades” –se quejó un funcionario amargamente.
Al mismo tiempo, pululan
los desacuerdos acerca del giro de 180° que ha experimentado la comunicación
del oficialismo de cara a la campaña electoral en curso. El nuevo manual Nac
& Pop pretende instalar la idea de la vuelta a una vida llena de hechos
positivos y una visión romántica y optimista de la realidad como si nada
hubiese pasado desde el 20 de marzo de 2020 hasta ahora. “Necesitamos salir del
No para saltar al Sí. Pasar de la negación a la afirmación, de la prohibición a
la libertad”.
Así reza un boceto que pretende
convertirse en la nueva biblia kirchnerista que, entre otras cosas, asegura que
“venimos de muchos No –cuarentena, restricciones, retenciones– y el No es
conservador porque no permite avanzar”. En la práctica se trata de dar buenas
noticias y dejar los golpes de realidad y la mirada negativa de la Argentina a
la oposición encarnada en Juntos por el Cambio. Es no hacerse cargo de que el
responsable de los “No” ha sido el propio gobierno que no dudó un instante en
descalificar a todos los que advirtieron de los males –algunos irreversibles–
que produjeron la extensísima cuarentena impuesta en nuestro país.
Cualquier observador con
una pizca de pensamiento crítico (sin llegar a ser “negativo” y “conservador”)
se daría cuenta de que la táctica de esta campaña consiste en la reedición del
manual populista para principiantes que cae en una falsa sensación de libertad
y optimismo desplegados con el objetivo de dar vuelta el resultado adverso que
obtuvo el oficialismo en las PASO.
Léase:
Sí al final de la
Pandemia por decreto
Sí a los espectáculos
masivos
Sí al clientelismo más
descarnado
Sí a la emisión
monetaria descontrolada
Sí a ponerle platita en
el bolsillo a la gente
Sí a los placeres
efímeros
Sí a la Justicia adicta
al poder
En definitiva, Sí a la
vieja política y sus vicios.
La falta de ton y son se aprecia en
cada una de las iniciativas que el Gobierno se esmera en anunciar cada día con
el objetivo de crear la imagen de una nueva y remozada gestión. La
desesperación por avanzar con el plan por votos sin medir sus consecuencias
genera incoherencia y desorden.
Veamos por ejemplo el anuncio acerca
de los viajes de egresados de la escuela secundaria que el viernes último hizo
Axel Kicillof. El gobernador de la provincia de Buenos Aires se comprometió a
pagar el viaje de cada uno de los más de 200 mil estudiantes que completaron la
secundaria. El costo de cada viaje, cuya duración no será mayor a cinco días,
es de 30 mil pesos. “Imagine cómo se siente un jubilado que, luego de hacer
aportes durante toda su vida laboral, debe resignarse a cobrar la mínima, es
decir 26 mil pesos”, razonaba con sentido común y cierto azoro un funcionario
con despacho en la Casa Rosada.
Todavía resuenan los
ecos de la carta de CFK. “Hizo mucho daño y destruyó
puentes que podían utilizarse” asegura un hombre del oficialismo que sigue de cerca la
campaña y cuenta que el mayor esfuerzo está puesto en lograr algo de armonía
para llegar con una imagen mejorada al 14 de noviembre. El foco es el vínculo
entre Alberto y Cristina, hay diálogo obligado, pero todos saben que la
confianza mutua se rompió.
“Es cierto que la
relación está en su momento más delicado, pero las tensiones hay que dejarlas
atrás. Por eso es lógico que AF y CFK se hayan reunido”, señala una voz del
Instituto Patria en referencia al encuentro entre ambos que tuvo lugar en Olivos
en la semana. En un ámbito en el que sobrevolaba la tensión, la conversación
giró sobre dos puntos principales: el primero, cómo llevar bienestar inmediato
a la gente; el segundo, cómo sostener la economía en el marco de las
negociaciones para lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en el
medio de una campaña en la que la máquina de hacer billetes está trabajando a
full.
Todo esto lo complica –y
mucho– al ministro de Economía, Martín Guzmán. Más allá de la predisposición
para ayudar de la actual directora gerente del FMI, cuya estabilidad en el
cargo tambalea, los cuadros técnicos del organismo ya advirtieron que con el
nivel de brecha cambiaria existente en la Argentina no hay posibilidad de
acuerdo.
Le va costar mucho al
Gobierno recomponer una estructura de gestión eficaz más allá del resultado
electoral de noviembre. Si ganase –posibilidad que matemáticamente existe–, la
condición de títere de AF se acentuará.
Lo sucedido en la Cámara
de Diputados el miércoles debe ser mirado con atención. Máximo Kirchner quedó
expuesto al no poder lograr el quórum para el proyecto de ley de etiquetado de
alimentos mientras Sergio Massa intentaba hacer la diagonal para salir del
embrollo.
Al fin y al cabo una
pantomima más de un gobierno que se ha transformado en un sketch
consuetudinario.