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viernes, 18 de marzo de 2016

El acuerdo con los holdouts según Lavagna... @dealgunamanera...

Lavagna “El acuerdo con los holdouts es malo y extramadamente caro”...

Roberto Lavagna. Ex ministro de Economía y asesor del massismo.

El ex ministro de Economía afirmó que, pese al acuerdo, habrá riesgo de nuevos litigios. Indicó que es "una puerta positiva si se la sabe aprovechar", dijo.

© Publicado el jueves 17/03/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El ex ministro de Economía Roberto Lavagna calificó hoy como “malo y extremadamente caro” el acuerdo del Gobierno con los tenedores de bonos que no entraron a los canjes de deuda, aunque afirmó que es “inevitable” y que puede ser “una puerta positiva si se la sabe aprovechar”.

“El compromiso de pago en sí, tengo que ser sincero, creo que es malo y extremadamente caro. Para resolver 90 mil millones de dólares, se emitieron 35 mil. Ahora, para resolver menos de 5 mil millones, se emiten 12.500 millones. Las cifras son elocuentes”, expresó.

En declaraciones a radio Cadena 3 de Córdoba, el ex funcionario de las gestiones de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner afirmó que en la Cámara de diputados, que ayer dio media sanción al proyecto que permitirá la firma del convenio con los holdouts, primaron “las circunstancias” del Gobierno.

“Entre un mal compromiso de pago y las circunstancias previas, pesan más las circunstancias, el proteger la institucionalidad, el darle aire a un gobierno nuevo que esperamos que tenga éxito. Creo que eso es lo que primó en la Cámara de Diputados”, subrayó.

Lavagna aseguró además que el país viene “de una desidia de muchos años” en la negociación de la deuda, y afirmó que había “una hoja de ruta” que él le entregó al ex presidente Kirchner en noviembre de 2005, pero “fue abandonada durante muchos años, y fue, en consecuencia, agravando las circunstancias”.

Lavagna advirtió además que, en caso de que finalmente el Senado convierta en ley el proyecto de “normalización de la deuda pública y recuperación del crédito”, aún habrá riesgo de nuevas demandas.

“Está el riesgo de litigiosidad de este 3,5 por ciento (de los holdouts que no aceptaron la propuesta argentina). Hay también algún riesgo de que quienes ingresaron voluntariamente al canje, que fue la enorme mayoría, se sienta afectado por este arreglo, y planteé algún tipo de problemas. Si esto se diera, la situación se complicaría mucho”, aseveró.

Por último, Lavagna destacó que las modificaciones introducidas en la Cámara baja al proyecto inicial, “que mejoró lo que era mejorable”, y afirmó que el acuerdo abre “una puerta positiva si se la sabe aprovechar”.  



martes, 9 de febrero de 2016

Luego… @dealgunamanera...

Luego… 

Alfonso Prat-Gay y el optimismo económico del Gobierno. Foto: Cedoc

El optimismo y las expectativas positivas son una gran herramienta económica del Gobierno. Pero “luego” le costará mantener ese humor social si no logra construir un capitalismo verdaderamente competitivo.

“Ahora, está la muletilla de que para resolver la inflación hay que aumentar la inversión. Eso es cierto en el largo plazo pero es falso en el corto plazo, donde se da el efecto contrario, porque para aumentar la inversión tenemos que comprar ladrillos, máquinas, emplear a más gente, lo que crea más demanda a corto plazo que después se transforma en oferta, pero luego”.

(Alfonso Prat-Gay, del reportaje largo de Perfil en septiembre de 2007)

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© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 06/02/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Luego” es una palabra clave para el gobierno de Macri. Luego de acordar con los holdouts vendrá el crédito. Luego de regresado el crédito vendrán las inversiones. Luego la economía volverá a crecer y luego el bienestar comenzará a sentirse.  

La duración de ese “luego” será fundamental para que el Gobierno logre ganar las elecciones parlamentarias del año próximo. Aunque es probable que el macrismo no crea que su suerte se juegue en las elecciones de medio turno de 2017, y eso haya determinado la elección del camino gradualista para corregir la economía y no un plan económico integral lanzado el primer día.

Es cierto que Cristina Kirchner perdió las elecciones de 2009 y eso no le impidió en 2011 sacar el 54% de los votos para ganar rotundamente su reelección, pero en el medio falleció su marido y difícilmente Macri atraviese un evento personal que irradie tanto apoyo como una viudez femenina.

Más allá de la duración de ese “luego”: ¿en el primer semestre se profundiza la recesión pero en el segundo semestre acaba y se comienza a crecer? ¿O recién la economía comenzará a crecer en 2017? Lo importante será que cuando llegue ese “luego” el crecimiento sea en forma de verdadero desarrollo: autosustentable y “derramando” hacia toda la población. Y no como sucedió en Perú cuando asumió la presidencia Alejandro Toledo, quien encontró el país estancado y lo llevó a tasas de crecimiento del PBI del 6% anual, pero la bonanza no se sentía en la población.

La inversión es necesaria pero no suficiente para crear desarrollo sustentable

La Argentina ya tuvo un ciclo de alta inversión en la década del 90 y quedó demostrado que la inversión es condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo. Macri y mucho menos Prat-Gay, cuya visión de la economía está muy lejos de la de un neoliberal que se sienta a esperar que el derrame produzca sus frutos, tiene claro que un crecimiento basado en la exportación de materias primas que no demande intensivamente mano de obra (como fue el caso de la minería en Perú) no “derrama”.

Pero el peligro es que se confíe en exceso en el ánimo del sector privado por competir después de décadas de haberse acostumbrado a la cartelización y la aversión al riesgo.

Es lógico esperar que el acuerdo con los holdouts y su consiguiente llegada del crédito no sólo generen un posterior boom de inversiones sino que permitan reducir la inflación porque parte del déficit fiscal actual no se siga financiando con emisión monetaria (sino con deuda). Pero si la economía no creciera sostenidamente, el déficit fiscal financiado con deuda se tornaría crónico y el nuevo modelo económico, inviable. Por uno u otro camino la Argentina precisa que el sector privado se torne competitivo tanto en el mercado interno como para exportar algunas formas de valor agregado.

Y ése fue uno (entre muchos otros) de los problemas de los 90: Cavallo creyó que la cartelización era una enfermedad cultural del empresario argentino porque era subdesarrollado y que lo corregiría llamando a empresas internacionales que no tenían esas prácticas en sus países. Pero al llegar a la Argentina, en lugar de competir, se cartelizaron con las empresas locales y todas apelaron al camino del menor esfuerzo y riesgo.

En los países desarrollados, las grandes empresas no se cartelizan (tanto) porque son obligadas a competir con leyes antitrust y de defensa de la competencia. La cartelización tampoco es una práctica empresaria característica de la Argentina sino de todos los países no desarrollados (es una de las principales causas de su no desarrollo). Los casos de corrupción que investiga la Justicia de Brasil también ponen en evidencia la cartelización de las empresas de obra pública en ese país.

Macri, a quien no podrían correr por derecha, podría obligar a competir a los empresarios

Si Brasil quería ser un jugador del comercio internacional en la escala de su tamaño, no podía continuar con un empresariado no competitivo que basara su éxito capturando renta no por innovación, mejores productos y servicios, o menores precios, sino por la cartelización. Argentina tiene el mismo desafío.

Néstor Kirchner creyó que podría disciplinar a los empresarios con palos y que los únicos oligopolios aceptados serían aquellos donde participaba con su capitalismo de amigos. Y empeoró aún más la situación cartelizando en muchos casos a los sindicatos para profundizar la continua pérdida de competitividad de nuestra economía. No hace falta ser un experto para darse cuenta de que, aun con el dólar a 14 pesos, muchos productos y servicios en la Argentina siguen siendo muy caros a nivel internacional y/o su relación calidad/precio hace que los consumidores argentinos sean rehenes de la falta de competitividad del propio sistema económico en el que producen.

El optimismo y las expectativas positivas son una gran herramienta económica del Gobierno. Pero “luego” le costará mantener ese humor social si no logra construir un capitalismo verdaderamente competitivo. En Estados Unidos alguien que nació rico y no podía ser corrido por derecha, como Teddy Roosevelt, creó hace cien años las bases de un capitalismo competitivo con su famosa campaña antimonopolios, que comenzó con un discurso de más de treinta páginas en el Congreso. Macri, que también nació rico como Roosevelt y a quien no se podrá acusar de estatista o antimercado, podría cambiar la historia del capitalismo en la Argentina y ponerlo al servicio de todos los ciudadanos si fomenta la competencia tanto o más que la inversión.

Si no lo hace, su “luego” nunca llegará. O no llegará completamente.



domingo, 24 de agosto de 2014

El Relato genial y las incongruencias K…De Alguna Manera...


El Relato genial y las Incongruencias K…

Thomas Grieta. Foto: Pablo Temes

Kicillof se ha transformado en un gran generador de los dislates oficiales. Para desacreditarnos, los buitres nos van a decir negros”, fue la frase que utilizó Axel Kicillof para atacar, una vez más, el fallo favorable a los fondos buitre del juez Thomas Griesa. De haber sido algún dirigente de la oposición quien hubiese pronunciado esa frase, ya habría sido acusado por todo el kirchnerismo de xenófobo y, seguramente, el Inadi lo habría ya amenazado con iniciarle alguna demanda judicial. Así de simple es el doble estándar que existe en el mundo K.

Lo que se vive dentro del Gobierno en relación con Kicillof inquieta y desespera a más de uno de sus funcionarios. El ministro de Economía, Ajuste, Inflación, Devaluación e Improvisación no se detiene ante nada. Los efectos deletéreos de su gestión, tampoco. Cuando asumió su cargo, el 20 de noviembre de 2013, el dólar oficial cotizaba a 6,12 y el blue, a 9,18 pesos. El viernes, el oficial cerró a 8,40 y el blue, a 13,50. Para el Indek, a noviembre pasado la inflación llegaba a 10,8%, en tanto que la inflación Congreso era del 28,3%. En lo que va del año, las cifras de inflación del Indek están en el 16,7% mientras que las del Congreso alcanzan el 39,4%. Lo preocupante es que, tanto la Presidenta como su ministro predilecto consideran que esos números son el reflejo de un éxito. ¡Increíble!

El proyecto de ley para cambiar la sede de pago a los bonistas que tienen acreencias con la Argentina ha terminado por confirmar el cambio definitivo de rumbo en esta tortuosa disputa con los fondos buitre. Recuérdese que, cuando se conoció la resolución de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos por la cual se dejó firme el fallo del juez Griesa a favor de los holdouts, Kicillof expresó su idea de mudar la sede de pago de Nueva York a Buenos Aires. A esta primera reacción le siguió otra diferente en la que la Presidenta expresó que el Gobierno cumpliría con el fallo. Allí fue cuando comenzó la negociación con el mediador Dan Pollack, que culminó en un fiasco en la calurosa tarde del miércoles 30 de julio pasado en Manhattan. Entonces, Kicillof en su conferencia de prensa en el Consulado argentino señaló que nuestro país desconocería el fallo del juez, ofreciéndoles a los fondos buitre las mismas condiciones de pago que al resto de los bonistas.

La decisión adoptada por el Gobierno y comunicada por la Dra. Cristina Fernández de Kirchner a través de la cadena nacional, la noche del miércoles, ha representado una desobediencia del veredicto de Griesa y, como tal, ha sido un paso hacia la nada, que tendrá dos resultados concretos: el primero, que el problema no se solucionará; el segundo, que el gobierno que viene recibirá una pesada herencia que lo complicará.

Una de las consecuencias de la falta de resolución del problema habrá de ser una mayor escasez de dólares, circunstancia que de por sí ya padece la Argentina. Por ende, la actividad económica se deteriorará aún más. Si al día de hoy las importaciones están complicadas, lo estarán mucho más en el tiempo por venir. El financiamiento externo que el Gobierno buscaba con los acuerdos logrados con Repsol y con el Club de París está hoy bloqueado. Para paliar este déficit se pondrá a trabajar a la máquina de imprimir billetes, por lo cual, la inflación no tendrá freno. La historia de la Argentina abunda en la repetición de situaciones como ésta, que Kicillof, un apasionado por la divulgación de la materia Historia de la Economía, parece no haber aprendido. Así de sofisticada, pues, es su gestión.

Por otra parte, su enfrentamiento “a cara de perro” con el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, no se detiene. Los banqueros que asistieron a la reunión a la que los convocó Fábrega de urgencia en los días previos al 30 de julio pasado no paran de expresar su asombro por lo que vivieron aquel día. Estaban todos los participantes en el despacho de Fábrega, quien, cuando logró que los bancos acordaran desembolsar el dinero que hacía falta para pagarles a los holdouts sus acreencias, se levantó para llamar por teléfono a la Presidenta, quien dio su visto bueno para poner en práctica la operación, pidiendo que se arreglase su implementación con Kicillof. Esto no le gustó al ministro, quien, con su ascendiente, convenció a la “doctora” –así es como se refiere a la jefa de Estado– de dar marcha atrás con la iniciativa.

Según refiere una fuente, que es uno de los engranajes entre el Ministerio de Economía y la Secretaría de Comercio, el titular de esa repartición, Augusto Costa, se limita a llevar y traer información, y acatar las órdenes del ministro Kicillof. En realidad, todos en dicha Secretaría corren al ritmo del joven ministro sin apartarse una coma de sus deseos. “El problema es otra vez la escasez de dólares vinculada a los vencimientos de deuda y al pago de bonos –aclara–. En este caso  el problema es que restan pagar unos US$ 4 mil millones en importaciones que ya llegaron a la Argentina desde las diferentes casas matrices de las empresas y aún no se ha remitido el dinero para saldar el compromiso”.

“El plan que ha bajado de Economía –se sincera la fuente– contempla la cancelación de esa deuda con bonos. Es decir que las casas matrices de las compañías que tienen sede en Argentina no recibirían dólares, sino algún tipo de papel a cobrar en un plazo a determinar. Aún no se sabe de qué manera comunicarlo o, mejor dicho, cómo meter la tierra debajo de la alfombra”.

Un importador que pidió reserva de su nombre razonó: “¿Alguien cree que en el exterior, con el fantasma del default hecho realidad, van a tomar esto con seriedad? Aun cuando tengan que aceptar compulsivamente la oferta, el riesgo es que decidan cortar el envío de insumos y productos terminados a la Argentina. Es que nadie quiere hacer negocios con otra Venezuela”, cerró. Así pues, cabe preguntarse: ¿Cuál será la próxima genialidad de Kicillof que encandilará a la Presidenta?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el Sábado 23/08/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.