Día 730:
Dos años de Milei y cómo los argentinos eligieron querer y creer. Dibujo: CEDOC.
Si tuviéramos que reconocerle algo positivo a Javier Milei es que trajo la discusión del orden fiscal por fuera de los tabúes que había impuesto el kirchnerismo. Si tuviésemos que hacer una sola crítica, deberíamos decir que es el Gobierno que más allá llevó el concepto del adversario político.
En el libro “Lo bueno, lo malo y lo feo, dos años de Milei”, el sociólogo Marcos Novaro reflexiona sobre este período diciendo que muchos argentinos lo tomaron como “el remedio amargo y desagradable que hay que soportar para curar una enfermedad que se arrastra desde hace demasiado tiempo, un costo que pagar”. Usa el ejemplo de “un clavo que saca otro clavo” refiriéndose al kirchnerismo sobre el que concluye no saber si los argentinos se merecen a Milei “pero sin duda el kirchnerismo se lo merece, ha hecho hasta lo inimaginable para convocarlo y hacerlo posible”.
Y sin “obnubilarse con el embalaje que muestra tanto como oculta”, estar atentos a “cómo lo feo puede convertirse en malo”. Porque “hay algo pero que una estrategia equivocada: una estrategia equivocada por malas razones porque si la estrategia falla, se corrige, pero si las razones son equivocadas, no se percibe el fallo”.
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Pero todo comenzó otro 10 de diciembre, hace cuatro años, cuando Milei
asumió su banca junto a Victoria Villarruel, única compañera de
bloque. Es decir, en cuatro años el bloque de LLA en el Congreso pasó de
dos diputados a 95. Pasó de ser uno de los bloques más pequeños a ser la
primera minoría en el Congreso.
Al mismo tiempo, en estos dos años de Milei, según informes del Centro
de Economía Política Argentina (CEPA), cerraron 30 empresas por día y se
perdieron 276 mil puestos de trabajo, es decir, 430 por día. Estamos hablando
de empleos registrados que son más fáciles de registrar. No hay registros de la
pérdida de empleos informales.
A la vez, que la inflación pasó de un promedio 65% anual en
los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández a la mitad,
pero es justo decir que el último año fue 180% y descontado el
propio generado en el mes de diciembre por el gobierno entrante fue
alrededor del 150% a un quinto de eso, razón por la cual hay
índices de pobreza que a pesar de la pérdida de empleos han demostrado mejoras.
A estos números, el experto en pobreza, el sociólogo Agustín
Salvia planteó que la baja de la pobreza que muestra el Gobierno no
refleja una mejora real, sino un efecto estadístico por la estabilización
inflacionaria y ciertos aumentos puntuales de ingresos. Advierte que los
salarios siguen por debajo de 2017, que la recuperación es “muy parcial” y que
la pobreza estructural permanece igual o peor, porque justamente no hay
creación de empleo ni reactivación económica.
A pesar de todo esto, Milei es por lejos el político más popular
en el país medido por todas las encuestas. Evidentemente, hay algo en las
placas tectónicas de la sociedad que se movió. Hay un relato, un conjunto de
ideas que entraron y que, a pesar de la situación objetiva, de las penurias que
pasa la mayoría social, la mayoría de los argentinos decidieron acompañar a
este presidente, eligieron querer.
En voluntad de transformación legislativa, el gobierno de Milei no tiene
igual. Desde su comienzo ha avanzado con dos grandes iniciativas legales que se
concretaron entre fines de 2023 y 2024 y generaron importantes cambios en la
estructura económica y política argentina. El DNU 70/2023, que
originalmente contenía 366 artículos, sigue vigente en su mayor parte, a pesar
de haber sido rechazado parcialmente por el Congreso en sus títulos.
La principal excepción es el título IV de la reforma laboral, cuyos
artículos fueron suspendidos por vía judicial a principios de 2024 tras la
acción de la CGT. Por su parte, la Ley Bases tuvo
un primer intento de aprobación que fue la Ley Ómnibus de 644
artículos y terminó en una iniciativa recortada, de igual manera muy ambiciosa,
con 238 artículos. Esto cambió disposiciones clave como la derogación de
la Ley de Alquileres, la modificación del Código Civil
y Comercial (particularmente en libertad de contratación y
obligaciones en moneda extranjera), y la desregulación de leyes económicas como
la de abastecimiento.
La posterior Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los
Argentinos (Ley 27.742), sancionada en julio de 2024, consolidó y reemplazó
parcialmente el DNU, introduciendo cambios propios y decisivos que ya están
aprobados. Estos incluyen la declaración de emergencia pública en varias
materias (económica, financiera, energética y administrativa) por un año,
delegando amplias facultades en el Poder Ejecutivo para actuar en esos campos.
En materia laboral, la Ley de Bases aprobó la modernización laboral
(reduciendo el período de prueba a seis meses, ampliable, y eliminando multas
por empleo no registrado), lo cual es un cambio ya reglamentado. En el ámbito
de las empresas estatales, la ley aprobó la enajenación (privatización total,
parcial o concesión) de varias compañías públicas como ENARSA, Corredores
Viales e Intercargo. Si bien la aprobación está, el
proceso de venta es lo que queda por hacerse mediante la ejecución del Poder
Ejecutivo.
Finalmente, el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes
Inversiones), que otorga grandes beneficios fiscales y aduaneros a
proyectos de inversión, fue aprobado en la Ley de Bases, pero su impacto en la
economía real está pendiente de la puesta en marcha de los grandes
emprendimientos que se adhieran.
Se definen los integrantes de la Comisión de Presupuesto y el Gobierno
busca apurar el dictamen
Estas iniciativas del Gobierno fueron fuertemente resistidas por la
oposición, el sindicalismo, los movimientos sociales y gran parte de la
población que se movilizó de manera independiente. La llamada oposición
dialoguista dirigida por figuras como Miguel Ángel Pichetto consiguió
que se hicieran varias reformas y se quitaran artículos polémicos que
restringían el derecho a la reunión o la manifestación, entre otros. Esto
generó que gran parte de la Ley Bases generara empate en el Senado y la
vicepresidenta Villarruel, ahora enfrentada con Milei, haya tenido que
desempatar en un momento dramático de la política argentina.
Pero no solo hubo debate en torno a lo económico en estos dos años de
Milei. El Gobierno impulsó lo que denominó la batalla cultural, una
cruzada ideológico-discursiva contra todos los valores progresistas
transversales de la democracia argentina y occidental. El respeto por la
diversidad en la identidad de género y la orientación sexual, el respaldo a los
derechos de igualdad de las mujeres y los hombres que sostiene el feminismo, la
condena a los crímenes de la última dictadura militar en nuestro país y el
concepto mismo de justicia social, impulsado por la doctrina social de la
iglesia en el siglo XIX, fueron combatidos por Milei, el resto del Gobierno y
un ejército de trolls oficialistas que, algunos pagos y otros militantes,
inundaron las redes con mensajes de odio y propaganda ideológica de extrema
derecha.
Si bien hubo varios momentos álgidos en esta disputa, entre los cuáles
se encuentras videos oficiales prácticamente negacionistas de los crímenes de
lesa humanidad generados por el gobierno militar entre 1976 y 1983 en nuestro
país, el discurso de Milei en Davos, en los que planteó que “la
ideología de género en sus facetas más extremas llevaba a la pedofilia”,
fue la gota que rebalsó el vaso para buena parte de la sociedad argentina. Esto
provocó una movilización antifascista contra Milei en febrero de 2025 de
cientos de miles de personas en la Ciudad de Buenos Aires y probablemente más
de un millón a nivel nacional. Junto con las movilizaciones en defensa del
presupuesto de las universidades fueron las más importantes durante este
Gobierno.
Con respecto a sus palabras en el Foro de Davos, Milei dijo que se había
editado el video y con respecto al presupuesto universitario, si bien hubo
recortes, se mostró dispuesto a revisar algunas partidas que dejaban a las
universidades prácticamente al borde del cierre. Los docentes universitarios
siguen en reclamo. Hoy un ayudante de trabajos prácticos gana cerca de 600 mil
pesos mensuales y son los que sostienen la mayor cantidad de las clases.
Durante este año, el Gobierno vivió una verdadera montaña rusa política
y económica. Por momentos parecía que se volvía totalmente hegemónico y que se
quedaría más de un mandato y por otros, realmente corrió riesgos de caer y las
palabras asamblea legislativa volvían a escucharse como nunca desde el 2001.
Entre marzo y octubre, Milei recibió una seguidilla de palizas
legislativas que dejaron a su gobierno en completa minoría. La oposición
encontró un conjunto de causas transversales como fueron los haberes
jubilatorios, el presupuesto universitario, la protección a las personas con
Discapacidad y el respaldo a los profesionales del Hospital Garrahan y además
de impulsar amplias movilizaciones callejeras, se reflejó en fuertes mayorías
en el Congreso. En dos ocasiones se consiguieron dos tercios en ambas cámaras
para anular los vetos presidenciales sobre leyes opositoras que justamente
cuidaban el presupuesto universitario y a las personas con discapacidad.
Milei, frente a estas enormes mayorías parlamentarias obtenidas por la
oposición, decidió no cumplir estas leyes. Este quizás sea uno de los elementos
más peligrosos del Gobierno: el hecho de que el poder Ejecutivo haya pasado por
encima del Legislativo muestra una violación flagrante de la división de
poderes y un paso por fuera de la democracia. Si esta tendencia continuara, ya
estaríamos hablando de otro tipo de gobierno. Por ahora no lo ha hecho, pero es
cierto que tampoco tuvo la necesidad porque las necesidades políticas fueron
obtenidas por votaciones parlamentarias en buena ley. Sin embargo, llamamos la
atención sobre este aspecto que no se discute lo suficiente en los medios de
comunicación y no está lo suficientemente presente en el debate público.
Las continuas derrotas de Milei en el Congreso hicieron que los
mercados, que estaban teniendo ganancias fenomenales gracias a las elevadas
tasas de interés, empezaran a pensar que tal vez el Gobierno no podía
garantizar la continuidad de este tipo de políticas debido a su debilidad
institucional y hubo crisis macroeconómica. El dólar rompió la banda de
1500 pesos y se empezaron a vaciar las reservas.
Esta combinación de factores generó una estruendosa derrota en las
elecciones bonaerenses del siete de septiembre. Milei perdió por trece puntos
con el peronismo ordenado detrás del gobernador Axel Kicillof y
la crisis continuó espiralándose. Esto parecía ubicar a Milei prácticamente
fuera del Gobierno. Pero, como ya es conocido, una semana antes de las elecciones
legislativas nacionales, el 21 de octubre de este año, el titular del Tesoro
estadounidense, Scott Bessent, publicó el siguiente tuit.
Solo con este tuit y otro de Donald Trump en el que planteó que el
respaldo económico a la Argentina estaba condicionado a que Milei gane las
elecciones, se produjo un sismo electoral y finalmente el Gobierno ganó en todo
el país, inclusive en la Provincia de Buenos Aires.
Desde ese momento, Milei pasó a la ofensiva y ahora está impulsando la
aprobación del presupuesto 2026 en el que continúa con el ajuste fiscal, la
reforma laboral y la reforma tributaria. Con matices y discusiones, parece que
todo saldrá a favor. Pero es Argentina, un país que siempre da sorpresas y
nadie se puede confiar.
Es difícil hacer una columna objetiva sobre los dos años de este
Gobierno. El presidente tiene un encono particular con el periodismo
independiente y en particular contra Perfil. Sin embargo, tratamos
de no tomarnos esto personal y entenderlo otro elemento de análisis de un
Gobierno totalmente atípico en sus grados, aunque categóricamente populista
como otras expresiones en el pasado.
Si tuviéramos que reconocerle algo positivo a Milei es que trajo la
discusión de la necesidad del orden fiscal y la discusión macroeconómica por
fuera de los tabúes que había impuesto el kirchnerismo. Si tuviésemos
que hacer una sola crítica, deberíamos decir que es el Gobierno que más allá
llevó el concepto del adversario político, del que piensa diferente como enemigo.
Esperemos que su tendencia antidemocrática sea disuadida por los
dirigentes cercanos al gobierno más sensatos y democráticos y que la reciente
moderación de los insultos sea la antesala a una convivencia democrática más
resuelta. En lo que respecta a lo económico, es probable que un plan sostenido
en base al endeudamiento y solo pensando en la exportación de minerales,
productos agropecuarios y energía mientras se abren las importaciones, no
genere un país para la mayoría de los argentinos.
Pero como siempre decimos, esperamos estar equivocados, le deseamos a
Milei el mejor de los éxitos y, muy especialmente, que todos los argentinos que
eligieron querer no sean defraudados.
Dos años de Milei, "el Loco", como el mismo admitió que lo
llamaban en reiterados momentos de su vida. El loco, en las cartas de Tarot es
el personaje que comienza una aventura de orígenes inciertos. Esperemos que esa
aventura nos acerque a la solución de las muchas taras que tenemos como país.
Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi
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