Cristina se puso a gobernar…
Cristina se puso a gobernar…
¿Alberto, toma nota?
El duro presente del oficialismo ha puesto otra vez
sobre el ajedrez de su interna política la candidatura de la vicepresidenta.
© Escrito por Nelson Castro y publicado el sábado 25/06/2022 por el
Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os
Argentinas/os.
Cristina Fernández de Kirchner atacó de nuevo. No fue
casual. Nada es casual en lo que hace o dice la ex presidenta en funciones.
Hubo un cambio en su accionar. Es producto de la realidad: ve que la elección
del 2023 está perdida y ha decidido dar batalla. Por lo tanto se ha puesto a
gobernar. Eso significa levantar el perfil, señalar los errores del Presidente,
contactarse con intendentes, gobernadores y economistas. Su objetivo es
intentar revertir esta situación adversa como sea. La reunión con Carlos Melconian, cuyos detalles esenciales el
economista hizo públicos, responden a esta decisión táctica y estratégica que,
además, implícitamente representa un cuestionamiento severo para el ministro de
Economía. Algo similar viene haciendo Sergio Massa.
Para eso necesita darle volumen político a sus secuaces.
A esa categoría han dejado de pertenecer las principales organizaciones
sociales que ya no comanda. El Movimiento Evita está a la cabeza. No debería
sorprender. Es consecuencia de una larga historia. En la elección de 2017 el
Evita apoyó la candidatura de Florencio Randazzo y se apartó de CFK, lo que a la postre
significó su derrota. Rencorosa como es, la ex presidenta en funciones nada de
esto ha olvidado y mucho menos perdonado. No obstante, las críticas los abarcan
a todos, a pesar que los que le son afines trataron de desmarcarse por medio de
un comunicado que hicieron público el jueves. “Con este nivel de desocupación
hay muchos planes sociales”, dijo CFK en su discurso del lunes en el acto que
le organizó la CTA en Avellaneda en donde los destinatarios habituales de su
ira recibieron la pincelada semanal. A falta del ex ministro de Producción
Matías Kulfas –entregado por su mentor Alberto Fernández– el titular del Banco
Central, Miguel Pesce, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, sirvieron otra vez de
sparrings. Esta vez por el “Festival de importaciones” y la consiguiente salida
de divisas. El encono de la vice con el titular del Central continúa en aumento
al igual que los descalificativos que le dedica en privado ante sus interlocutores.
A esta nómina hay que agregar a la titular de la Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP), Mercedes Marcó del Pont.
¿Cuáles son los planes de la vicepresidenta? Los aplausos
y la arenga de sus acólitos no alcanzaron para teñir de épica y buenas
intenciones el motor real de sus palabras. “Por la plata baila el mono”, dice
el viejo dicho popular. Fue ella misma quien, junto a su difunto marido,
construyeron poder a base de dádivas y del reparto de planes sociales, la forma
más cínica y desalmada de privar a la gente de su libertad. El clientelismo
como una forma de toma de rehenes para mantener el voto cautivo. El problema
principal es que desde hace un tiempo las organizaciones sociales no le
responden. La caja de la ayuda social es una de las pocas que no está en sus
manos y, la madre de Máximo, reclama ese botín para su hijo y para el resto de La
Cámpora. “Los planes sociales otorgan control territorial y el reclamo
de CFK no es más que un nuevo capítulo de su pelea con Alberto F. Si hay una
cosa que el Presidente ha hecho indiscutiblemente bien es incorporar al
Gobierno con cargo y función a los principales líderes sociales. Blanqueó el
manejo de una estructura de poder que siempre estuvo a la sombra del poder. Hoy
esas organizaciones responden al Presidente y eso Cristina no lo puede tolerar”
–describió de manera certera un ex dirigente de la vieja guardia.
La explotación política de la pobreza representa una
inmoralidad mayúscula. El 2% que los dirigentes del Polo Obrero le quitan a
cada beneficiario no es el único ejemplo de extorsión. La obligatoriedad de
asistencia a los actos, el uso de los chicos como barrera de protección para
frenar cualquier intento de las fuerzas de seguridad para evitar los cortes de
calles y rutas que perjudican a miles de trabajadores son muestras de ese
sometimiento. El Movimiento Evita y Barrios de Pie le disputan poder
territorial a La Cámpora, en el conurbano bonaerense. Un bastión demasiado
grande para dejarlo librado a la suerte. Sus líderes ya no son dirigentes
sociales sino funcionarios públicos. Emilio Pérsico es el secretario de Economía Social del
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; Fernando “Chino” Navarro es secretario
de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete y Daniel Menéndez es
subsecretario de Políticas de Integración en el Ministerio de Desarrollo Social
de la Nación. Todos atienden desde ambos lados del mostrador.
¿Qué quiere CFK? En relación a los planes sociales,
quitarles el manejo a las organizaciones y traspasarlas a los intendentes, hecho
que va a generar un problema con los gobernadores. El otro proyecto es el del
salario mínimo universal. Esta idea disparatada, que tiene el acompañamiento de Juan Grabois, representa, además, un instrumento que regenera
la expectativa electoral de CFK. Tiene un ancla en un hecho del pasado: la
Asignación Universal por Hijo. La AUH, que se hizo efectiva a partir del 29 de
octubre de 2009 y fue complementada por la Asignación Universal por Embarazo
(AUE), tuvo un impacto electoral muy fuerte que fue decisivo para la
apabullante victoria de CFK en la elección presidencial de 2011.
El duro presente del oficialismo ha puesto otra vez sobre
el ajedrez de su interna política la candidatura de la vicepresidenta. La Cámpora le ha puesto los motores a esto. Por eso se
está mirando atentamente lo que pase en la elección de Brasil prevista para el
2 de octubre próximo. Un eventual triunfo de Lula, quien hoy encabeza los
sondeos, sería la señal esperada.
A todo esto, el Gobierno se mueve en un zafarrancho que
va desde el banal fallido de Alberto Fernández en su mención a Garganta
Profunda –que no fue casualidad–, hasta su desdén ante la gravedad del caso aún
no esclarecido del avión venezolano con tripulación iraní encabezada por el
comandante Gholamreza Ghasemi, un integrante de las fuerzas Quds, brazo
paramilitar de la Guardia Revolucionaria y ejecutora de atentados terroristas.
¡Patético!
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