La Recuperación…
Tasa de crecimiento del PBI estimada para 2021 Infografía: G.P.
La frase atribuida apócrifamente al premio Nobel de Economía 1971 Simon Kuznets: “Hay cuatro clases de países: desarrollados, en vías de desarrollo, Japón y Argentina; Japón porque sin tener recursos se desarrolló y Argentina porque teniendo todos los recursos, no se desarrolló” vuelve a resonar cuando a pesar de estar en las antípodas no solo geográficamente, las particularidades de su economía vuelven a llamar la atención.
© Escrito por Jorge Fontevecchia el viernes 29/01/2021 y publicado
en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los
Argentinos.
Además de ser el país con la mayor deuda sobre su producto bruto: más de doscientos por ciento cuando en 1985 era solo del cincuenta por ciento, es también el país que mayor estímulo fiscal dedicó en 2020 para moderar la crisis económica que la pandemia produjo sobre su población: 42% de su producto bruto, diez veces más que Argentina y casi el doble que Estados Unidos, solo similar a los esfuerzos fiscales durante la última guerra mundial.
El rebote no será en V sino como el isotipo de Nike: la pata de la derecha de la V tarda en llegar a su altura.
Claramente no hay en economía un solo camino ni una única receta, al igual que en medicina hay herramientas comunes con tratamientos y dosis particulares para cada paciente. Escuchar a Alberto Fernández exponer en Davos hace recordar las enormes expectativas positivas que generó Macri en aquel viaje triunfal a Davos recién asumido en enero de 2016, cuando Obama presidía Estados Unidos y nadie imaginaba que un año después un tal Donald Trump podría sucederlo.
Hoy todas las ponencias en Davos son más modestas porque la pandemia hizo a todos los líderes mundiales más heterodoxos y menos dogmáticos. En 2016 la soberbia de ciertas rigideces dio origen a líderes como Trump y Bolsonaro mientras que en 2021 un discurso asertivo, tanto de derecha como de izquierda, sería mal visto casi por cualquier auditorio.
Los problemas son comunes a todos los países y todos pelean por conseguir la mayor cantidad de vacunas para su población: los que fabrican tratando de poner trabas a su exportación, como es el caso de la Unión Europea; y los que importan, tratando de conseguir la mayor cantidad de dosis de la que sea: la rusa, las chinas. En todos los países hay fricciones entre los gobiernos y los proveedores de las vacunas, y entre la oposición y los gobiernos por críticas a la falta de suficientes vacunas o por la calidad y procedencia de ellas.
Nada nuevo bajo el sol. En Brasil, Bolsonaro, en su pelea con la oposición, que apostó a las vacunas chinas, llegó a decir que el vacunado correría riesgo de hacerse comunista. Con el tiempo en Argentina quienes desde la oposición y solo con ánimos electorales sembraron sospechas hasta de todas las vacunas, Carrió es el caso paradigmático sobre la rusa, pueden terminar teniendo un cargo de consciencia.
Vacuna y recuperación económica son sinónimos, y las previsiones del crecimiento de la economía para 2021, a pesar de las demoras en el proceso de vacunación que también demoran la recuperación, son auspiciosas. No es una recuperación en V global sino en la forma del isotipo de Nike, donde la pata de la derecha de V tiene un grado menor y tarda más en llegar al punto anterior.
Pero en los países desarrollados sí será en forma de V, recuperando en 2021 lo perdido en 2020. Nuestro principal comprador, China, que terminó 2020 sin caída en 2021, tendrá su mayor tasa de crecimiento de la última década y habría que retrotraerse a 2011 para encontrar un índice superior. En India, otro tractor de la economía mundial, el crecimiento previsto de casi 9% para 2021 no se repite desde la primera década de este siglo.
En la Unión Europea directamente desde su constitución nunca registró un porcentaje de crecimiento de la economía como el previsto para 2021. Y en Estados Unidos, para encontrar una tasa de crecimiento tan alta como la prevista para 2021 hay que remontarse a 1999.
En Estados Unidos, además, el comienzo de la pospandemia coincide con un promisorio cambio de gobierno que se reorienta hacia el multilateralismo (el embajador norteamericano en las Naciones Unidas vuelve a ser un miembro del gabinete, algo que Trump había abolido), al regreso al acuerdo de París y al lanzamiento de la propia agenda verde del presidente Biden. Los primeros cien días de Biden (fin de abril) tienen como objetivo llegar a 100 millones de vacunados con la primera dosis y terminar 2021 con 250 millones de vacunados (500 millones de dosis), un 75% de la población e inmunidad de rebaño.
El nuevo progreso para John Elkington depende de tres erres: regeneración, resiliencia y responsabilidad.
En su libro Green Swans The Coming Boom In Regenerative Capitalism, John Elkington, el “padrino de la sostenibilidad”, explora nuevas formas de capitalismo adecuadas para el siglo XXI. “Hay algo en el entorno operativo al que nos estamos ahora introduciendo que convertirá muchos aspectos en exponenciales”, escribió. Los cisnes verdes serían una respuesta a los cisnes negros de Nassim Taleb, aquellos que nos llevaban exponencialmente hacia la ruptura, los verdes son soluciones que nos llevan exponencialmente hacia el progreso apoyados en tres erres: regeneración, resiliencia y responsabilidad.
Optimistas citan que el Renacimiento fue posterior a la peste negra y las ideas del economista Joseph Schumpeter: la destrucción creativa como partera de la innovación. Ojalá.
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