Llueve sobre
mojado…
MATER
FISCALIS. Elisa Carrió. Dibujo: Pablo Temes
Menem sin condena y millones de argentinos
condenados por la severa crisis económica.
© Escrito por Nelson Castro el domingo
08/10/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
Imposible no hablar de la gravedad
republicana del fallo de la Sala de la Cámara de Casación Penal que consagró la
impunidad del ex presidente Carlos Menem en la causa por la venta ilegal de armas a
Croacia y a Ecuador. Es esta una de las decisiones judiciales que más ha
inflamado de indignación a la mayoría de la ciudadanía. Pero no es solo el fallo
de los camaristas Liliana
Catucci, Eduardo Riggi y Carlos Mahiques lo
que repugna sino también sus fundamentos.
Hablar de "un exceso
temporal" y de una violación de la garantía del "plazo
razonable" equivale a desconocer los mil y un vericuetos
leguleyos que fueron utilizados por la defensa del ex presidente en pos de
lograr la prescripción de la causa. El mal precedente que sienta este
fallo es de extrema peligrosidad para el futuro de otros casos de corrupción
política. A este ruinoso fallo contribuyó también otro –igualmente ruinoso–
dictado el año pasado nada menos que por la Corte Suprema que, contrariando lo
dictaminado por la Cámara Nacional Electoral, le permitió al actual senador
nacional por la provincia de La Rioja presentarse a competir como candidato
para renovar su banca.
En sus votos, los doctores Riggi
y Catucci hablan del paso del tiempo, de la prescripción y del tiempo
razonable. Son consideraciones discutibles, porque en el medio de todo este
largo proceso –fueron 23 años– hubo condenas contra el ex presidente.
Vista gorda. El fallo de Riggi es mucho
más controvertido porque se aparta de lo que es la prescripción por el paso del
tiempo y hace valoraciones en relación a si un presidente puede tener
conocimiento de todas las circunstancias que rodean la firma de un decreto.
Este punto es un antecedente complicado
porque no solo se aplica a Cristina
Fernández de Kirchner para
exculparla en alguna de las causas que enfrenta sino que, en adelante, puede
ser válido para cualquier otro presidente al que le otorga una especie de
privilegio que rompe el principio de que todos somos iguales ante la
ley.
El fallo ha ahondado el tembladeral que se
produjo al interior de Cambiemos luego de las declaraciones
del ministro de Justicia, Germán Garavano, oponiéndose a la eventual prisión preventiva de CFK. La
posición de Elisa
Carrió de
llevar a juicio político al ministro es, hasta ahora, irreductible. "Vamos
a seguir con esto; es para lo que nos votó la gente", afirmó uno de
los legisladores de la Coalición Cívica que el jueves le ratificó la postura de
la agrupación al jefe de Gabinete, Marcos Peña. Al ministro se le agregan ahora
los camaristas Riggi, Catucci y Mahiques.
El fallo de Riggi es mucho más controvertido
porque se aparta de lo que es la prescripción por el paso del tiempo y hace
valoraciones en relación a si un presidente puede tener conocimiento de todas
las circunstancias que rodean la firma de un decreto.
"Cuando el PRO hizo alianza con la
Coalición sabían cómo éramos nosotros; sabían que hay cosas que no íbamos a
admitir", señala con firmeza una aliada incondicional
de Carrió que agrega: “Esto está hablado, nosotros no vamos a permitir estas
circunstancias, ellos harán su planteo, nosotros el nuestro. Cambiemos
seguirá y nosotros seguiremos pidiendo Justicia”.
Sacando cuentas.
Con todo, es la economía la que
representa el principal problema del Gobierno y de la mayor parte de la
ciudadanía. Se vive en medio de un día a día con ausencia de buenas
noticias. Es la economía del dólar y sus circunstancias. En ese
sentido, el viernes se celebraba que el valor de la divisa estadounidense
hubiera operado a la baja durante toda la semana con excepción del jueves.
Como las cosas sigan así, será una victoria
pírrica. No hay mucho que festejar –en verdad, nada– cuando esa caída
del valor del dólar se consiguió a expensas de las licitaciones diarias de las
Leliq –Letras
de Liquidez– con
intereses que anulan toda chance de actividad productiva seria y sostenida. No
por casualidad el ministro de la Producción, Dante Sicca –a quien Elisa Carrió critica con fuerza– salió a
decir que “las tasa de interés tienen niveles incompatibles con la producción”.
A partir del 1º de octubre volvieron a subir
3 puntos los encajes, lo que está obligando a los bancos a cortar las líneas de
crédito con el objetivo de poder cumplir con los requisitos de liquidez que les
exige el Central. Con esta suba de encajes tienen que acomodarse de
aquí a fin de mes de alguna manera, ya sea buscando más depósitos o cortando
rápidamente más líneas de crédito. Desde ya que el corte de préstamos
que están haciendo los bancos impacta negativamente en la actividad económica.
Desde el lunes con este nuevo programa
del Banco Central se arrancó con las licitaciones diarias de Leliq,
que es un instrumento utilizado para desarmar la bomba de las Lebacs.
Hasta aquí, lo único que se está viendo es que se está armando una bomba más
grande y peligrosa que la anterior, porque aquella tenía vencimientos cada
treinta días y tasas del 45%, mientras que acá se habla de un instrumento de
las mismas características emitido por el Banco Central, pero a siete
días y con una tasa que arrancó el lunes a 72%, siguió el martes a 73% y el
miércoles y jueves a 74%.
En el bolsillo de la gente lo que pesa es la
inflación y el impacto de las tarifas. Para los que tienen trabajo la angustia
es cómo llegar a fin de mes. Para los que no lo tienen, la vida se acerca al
infierno del día a día en la lucha por la supervivencia. La cola de más de mil
personas anhelantes de ocupar alguno de los diez puestos de trabajo ofrecidos
por una pizzería en Rosario queda lejos del micromundo que impera en las
cómodas oficinas del Banco Central. Había entre ellos empresarios pymes que hoy
están en la ruina.
Los 11 mil inscriptos que aspiran a ingresar
para cubrir las poco más de mil vacantes que ofrece la Escuela de la Policía de
Santa Fe gira en la misma órbita.
Estos –y muchos más– forman parte de un universo de derrumbe social al que,
lamentablemente, se viene incorporando cada vez más gente. Carlos Melconian, el hombre que estuvo a punto de reemplazar a Nicolás Dujovne al frente del Ministerio de Economía, ha
pronosticado cuatro trimestres de recesión. Es lo que Dujovne ha llamado tiempos
duros, algo de cuya dimensión y gravedad en el impacto sobre la vida de
millones de personas seguramente tiene poca idea.
Producción periodística: Lucía Di Carlo.
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