Mostrando las entradas con la etiqueta Sri Sri Ravi Shankar. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Sri Sri Ravi Shankar. Mostrar todas las entradas

jueves, 7 de enero de 2016

Año nuevo con sorpresas… @dealgunamanera...

Año nuevo con sorpresas…

"Basta de arbolitos". Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

Curiosamente, no fue el dólar la preocupación del final de 2015. Inundación, prófugos y una nueva oposición que se va armando.

© Escrito por Manuel Mora Y Araujo el martes 05/01/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En la Argentina el año nuevo con nuevo gobierno no siempre se asocia a expectativas tranquilas. Nuestros años nuevos, y la temporada veraniega que los acompaña, suelen ser políticamente complicados. Este de 2016 venía bien, con un gobierno nuevo dotado de energía y espíritu activo, y con las oposiciones y las corporaciones obstruyendo poco. Hasta que estalló lo inesperado: la fuga de los presos de la cárcel de General Alvear con su secuela de violencia y su carga de inquietantes ramificaciones políticas y mafiosas. Sin hablar del drama de una parte del país que se encuentra bajo el agua y con perspectivas inciertas de retornar a la normalidad.

del drama humano, el problema de las inundaciones remite en las percepciones de mucha gente de la ausencia de una política medioambiental. Es un problema universal y no sólo argentino, y como en muchos otros países, también entre nosotros tiende a ocupar un lugar marginal en la agenda política. Pero la problemática ambiental, fuera de agenda, reaparece este fin de año en la política no sólo por el impacto de las inundaciones sino además porque la ex presidenta Cristina de Kirchnercritica al presidente Macri por estar influido por la viuda de Douglas Tompkins, a raíz del tema de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz –que es por sí mismo un tema de política pública, y no uno menor–. La contraposición entre desarrollo y medio ambiente como tema opositor.

La seguridad, el medio ambiente, las represas hidroeléctricas, no parecían estar entre los mayores ejes temáticos de esta transición política. Su irrupción en la agenda tal vez contribuya a instalarlos. Y son, si se quiere, una buena señal, porque son problemas que el país arrastra. Este año nuevo, la inflación, los salarios, el tipo de cambio, podrían habernos arruinado la fecha, pero no fue así. Por el contrario, y más allá del impacto de la suba de precios en diciembre, ha prevalecido un clima de expectativas positivas.

Un observador impresionístico no deja de advertir que para estas fiestas volvieron a verse en las góndolas de los supermercados de los barrios pudientes los consabidos fideos italianos y algunos otros productos importados, lo que no significa nada pero en la Argentina es una señal de “buen clima” de consumo de las clases medias. El tipo de cambio no se espiralizó; el ajuste no estalló.
Dentro y fuera del país la situación política argentina despierta más interrogantes que certezas.

Siendo todavía escasos los hechos, las palabras adquieren mayor significado. Al presidente Macri le hace un gran favor, sobre todo en el ámbito internacional, la inusitada y desubicada reacción del gobierno de Venezuela; ante el mundo, y hasta en nuestra América Latina más “bolivariana”, le suma a Macri y le resta a Maduro. Del mismo modo, algunos de nuestros conocidos libretistas nacionales y populares no paran de sorprender. Días atrás, José Pablo Feinmann publicó en Página/12 una pieza notable por el compendio de ideas reaccionarias que combina, acusando a Macri de serla máxima expresión de la deshumanizada modernidad capitalista y a la vez de someterse acríticamente a las enseñanzas del gurú hindú Sri Sri Ravi Shankar. No se entiende qué puede tener eso de particularmente malo, aun si fuese cierto; para Feinmann es inconsistente.

Mauricio Macri, quien asumió el mando con una referencia a Arturo Frondizi, debe estar desorientado con adversarios que lo acusan de estar influido por un líder ecologista o por un líder espiritual. Si Macri esperaba ser atacado por neoliberal, ahora puede dormir tranquilo.

Hasta ahora, no. El gobierno nacional podrá verse exigido por la situación económica y social; eso lo veremos en los próximos meses, pero no ha sucedido hasta ahora. Podrá verse sorprendido por acontecimientos como los de estos días; pero todavía es temprano para arriesgar pronósticos acerca de sus habilidades para capear temporales. De cómo se desarrollen los hechos en esos frentes dependerá, en buena medida, la suerte de este gobierno. Pero también dependerá de cómo se organicen y posicionen los grupos políticos opositores. Y al respecto, el año nuevo comienza con buenos vientos para el Gobierno.

La propensión del gobierno de Macri a hacer uso de los DNU abre un gran signo de interrogación. Tal vez termine concluyéndose que es una respuesta pragmática a necesidades coyunturales; tal vez, que responde a una estrategia política. Hay que esperar para ver. Mientras tanto, el vasto espacio peronista entra en una etapa de redefiniciones. Se entiende que Cristina de Kirchner tratará de mantener el liderazgo, pero no está todavía dicho si se tratará de un liderazgo combativo –como los antikirchneristas suponen– o articulador –como le gustaría al peronismo moderado–. Además, ese liderazgo ¿tenderá a fortalecerse o a diluirse con el paso del tiempo? Más allá de algunas obvias posturas típicamente opositoras, el peronismo exhibe estos días una amplia gama de matices; seguramente será implacable ante eventuales errores del Gobierno, pero no está dicho que será homogéneamente inflexible y destructivo a toda costa. Para muestra hay algunos botones: en el plano de las palabras, declaraciones del senador Urtubey, o la plataforma expuesta con claridad meridiana por Gustavo Marangoni en La Nación del pasado miércoles.

En el plano de los hechos, el bastante sorprendente experimento del municipio de La Matanza –con más población que muchas provincias–, que concentra en la nueva gestión de gobierno local a un alto número de funcionarios de las gestiones nacional y provincial anteriores.

No se descarta que termine sorprendiendo un tipo de peronismo “orientado a la gestión”, que intente desafiar al macrismo a competir en ese terreno donde se suponía que no encontraría competencia alguna. Tal vez la nueva oposición se muestre también pragmática y empuje para la actualización de la agenda de las políticas públicas, que en nuestra Argentina habitualmente es definida por las circunstancias o por las ideologías y no por las estrategias.

Feliz año nuevo.



domingo, 9 de septiembre de 2012

Temor vs. Respeto... De Alguna Manera...


La Argentina del miedo...

Los nuevos aires. Sri Sri Ravi Shankar. Dibujo: Pablo Temes.

Amenazas oficiales para casi todos. Peralta se sumó a la lista de gobernadores maltratados por el poder central. Aprietes a Techint. Temor vs. respeto.

Primero le tocó a Daniel Scioli con su periplo mendicante a fin de que el Gobierno le diera los fondos para pagar el medio aguinaldo. Luego le llegó el turno a Mauricio Macri y el problema fueron los subtes. A continuación, el blanco fue José Manuel de la Sota a causa de la disputa con la Anses por los fondos que le debía girar a Córdoba para el pago de las jubilaciones. Ahora le llegó la hora a Daniel Peralta, el gobernador santacruceño. Santa Cruz representa el ejemplo del “modelo” creado y manejado por los Kirchner: una provincia endeudada, con gran injerencia del Estado en la economía, un manejo político feudal y abundancia del capitalismo de amigos. A eso llama el kirchnerismo un modelo “exitoso”. Desde que Néstor Kirchner dejó la comarca para acceder a la presidencia, ningún gobernador pudo hacer allí pie firme. El primero que sufrió eso en carne propia fue Sergio Acevedo, que supo ser titular de la SIDE en los días en que Kirchner hablaba de la transversalidad, quien el 16 de marzo de 2006 debió renunciar cuando se negó a ser un títere del entonces presidente. A Acevedo lo sucedió su vice, Carlos Sancho, que sí aceptó ser un títere  del Gobierno central. Tras Sancho llegó Peralta.

Su actual gestión ya arrancó mal cuando los representantes de La Cámpora en la Legislatura provincial se le pusieron en contra. Los que conocen la política de Santa Cruz lo tomaron como lo que era: un alerta. Ahora todo está claro. La Presidenta ya no lo quiere más. Exige ahí a alguien de La Cámpora. La pregunta entonces es: ¿aguantará Peralta? A diferencia de alguno de sus predecesores, el gobernador parece dispuesto a resistir. Así que deberá prepararse para aguantarse algún aviso propagandístico denostando su gestión producido por orden del Gobierno y emitido en Fútbol para Todos.

El episodio dejó al desnudo la aceitada maquinaria de una operación en la que se utilizó el multimedios oficial y paraoficial, que dio aire a la denuncia acerca de la existencia de una red de espionaje montada desde la Gobernación para efectuar tareas de seguimiento a la Presidenta con fines desconocidos, lo que suena a mucha fantasía. Para su proyecto de permanencia y descendencia política, Fernández de Kirchner necesita que La Cámpora comience a hacerse de alguna gestión provincial a fin de que, con los recursos del Estado, construya poder. Ese es el plan, y Santa Cruz sería ideal como punta de lanza. ¡Qué mejor que un feudo que se maneja desde la Rosada!

En los “Aló Presidenta” de la semana se avanzó un poco más en el camino hacia el chavismo que el Gobierno viene desandando con prisa y sin pausa. Se repitieron conductas que forman parte de una planificación a la que contribuyen las más de cien personas que trabajan en la Secretaría de Medios. Así, las largas actuaciones de Fernández de Kirchner tienen cada vez más de perorata que de anuncios concretos, en la que se mezcla información cierta con información errónea, y en la que se emiten afirmaciones que no son verdaderas. No es verdad la afirmación de la Presidenta de que los medios no reflejan las buenas noticias que ella proporciona en sus apariciones. No es verdad que no utiliza la cadena nacional para ventilar aspectos de su vida personal o familiar. En realidad, para aspectos de su vida personal o familiar, no sólo utiliza la cadena nacional sino también los recursos del Estado. Esto, en realidad, no es de ahora sino que ya ocurría en tiempos en que Kirchner era presidente. Por otra parte, la Presidenta utiliza la cadena nacional para vilipendiar al que piensa distinto, para amedrentarlo y para avisarle que lo ha mandado a investigar por la Gestafip.

Hay que reconocerle a Fernández de Kirchner que en esta tarea tanto de acumulación de poder, así como también de búsqueda del poder “eterno”, viene siendo ayudada eficazmente por sectores de la oposición que todos los días demuestran estar en cualquier cosa. El Gobierno hasta se divierte viendo cómo con cada una de sus iniciativas divide a sus opositores y los mete en un laberinto en el que dejan al desnudo su confusión. El proyecto de habilitar el voto a partir de los 16 años es el último capítulo que ha demostrado la vigencia de esa penosa realidad.

En la semana hubo, además, dos afirmaciones que resumen el concepto de poder con el que la Presidenta lleva adelante su gestión. Por su contundencia y por su significado presente y futuro, es imprescindible no olvidarlas. La primera de esas definiciones la dio el viceministro de Economía en 6,7,8, el esquicio oficialista con aires “goebbelianos”. Dijo allí Kicillof: “Habría que bajar el precio de la chapa y fundir al señor Rocca, pero no lo vamos a hacer, aunque habló mal de nosotros”.  Es claro, pues, que para el Gobierno cualquier crítica es pecado mortal. Esta definición, además de ser imprudente –qué empresario extranjero o local estará atraído a invertir su dinero en un país en donde un funcionario amenaza con fundirlo–, denota un pensamiento propio de un régimen totalitario. Seguramente habrá cosas para objetarle a Techint, pero si Paolo Rocca no hubiera osado criticar aspectos de la política económica no padecería hoy la ira oficial.

El otro concepto lo dio la Presidenta cuando dijo que “hay que temerle a Dios y un poquito a mí”. No está claro si se quiso equiparar a Dios, pero que haya habido funcionarios que aplaudieron jocosamente esta advertencia, es patético. No hay registro de que en un acto en la Casa Rosada funcionarios festejen el estar bajo la dominación del miedo hacia quien desempeña la primera magistratura del país. En la Argentina, miles de personas dieron sus vidas detrás del ideal de un país en donde la libre expresión del pensamiento fuera un derecho absoluto. Por ello es que resulta increíble escuchar a la Presidenta, que se dice un adalid del pensamiento progresista, ufanarse de que le teman “un poquito”. Se les teme a los dictadores; se les teme a los déspotas; se les teme a los tiranos. En cambio, a los verdaderos estadistas se los respeta. La Argentina del miedo a expresar un pensamiento distinto al del Gobierno no es ya un eventual riesgo del futuro, sino una penosa e inquietante constatación del presente.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 8 de Septiembre de 2012.