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martes, 25 de marzo de 2025

El Gobierno de Javier Milei demolió un monumento a Osvaldo Bayer en Santa Cruz, cuna de la Patagonia Rebelde…

Ataque a la memoria: el Gobierno de Javier Milei demolió un monumento a Osvaldo Bayer en Santa Cruz, cuna de la Patagonia Rebelde…


Vialidad Nacional derribó la estructura que homenajeaba al historiador que rescató la historia de los peones fusilados en la Patagonia. Fue inaugurada en 2023, en el Día de la Memoria.

© Publicado el martes 25/03/2025 por el Diario La Opinión Austral de la Ciudad de Río Gallegos, Provincia de Santa Cruz.

El Gobierno nacional ordenó la demolición del monumento en homenaje a Osvaldo Bayer, ubicado al costado dela Ruta 3, en el ingreso a Río Gallegos, Santa Cruz. La estructura, inaugurada el 24 de marzo de 2023, recordaba al historiador y periodista que visibilizó la lucha de los 1.500 peones rurales fusilados por el Ejército en las huelgas patagónicas de 1920 y 1921. Vialidad Nacional llevó adelante la destrucción con una pala mecánica y un martillo hidráulico.

La decisión de retirar el monumento -un día después del Día de la Memoria y durante el Día del Trabajador de Prensa-, fue celebrada por sectores libertarios de Santa Cruz, quienes lo consideraban un “símbolo del adoctrinamiento kirchnerista”. En redes sociales, justificaron la medida como parte de un proceso de eliminación de lo que denominan “relato impuesto durante años”.  

La gestión libertaria habría argumentado que la estructura “entorpecía la visual” y que “complicaba el drenaje del agua”, pero no se contempló la posibilidad de trasladarla a otro sitio, lo que refuerza que la decisión tuvo la intención de dar un fuerte mensaje político. Fuentes oficiales del Gobierno provincial, consultadas por La Opinión Austral, confirmaron in embargo que no hubo ningún tipo de aviso a la actual Subsecretaría de Derechos Humanos.

El monumento a Bayer fue inaugurado en 2023 por la entonces gobernadora Alicia Kirchner en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Fue luego de varios años de militancia de sectores anarquistas y de izquierda promovieran la causa sin el acompañamiento concreto y genuino del Estado provincial. Durante el acto, participaron familiares de detenidos-desaparecidos, de los huelguistas fusilados y el hijo del historiador, Esteban Bayer.

“Es un gran abrazo a Osvaldo como también a los 1.500 obreros fusilados, a los 30.000 desaparecidos y a los exiliados”, expresó Esteban Bayer en aquella ocasión.


El retiro del monumento a Bayer no es un hecho aislado. En distintas partes del país, el Gobierno ha impulsado la eliminación de símbolos que considera vinculados al kirchnerismo y a políticas de memoria.

En contra el lenguaje inclusivo también.

Uno de los argumentos utilizados por quienes celebraron la demolición fue la presencia de un cartel con la palabra “Bienvenidx”, en lenguaje inclusivo, que acompañaba la estructura. Para sectores libertarios, esto era una muestra de lo que consideran una “imposición ideológica en el espacio público”.

Sin embargo, la medida encendió el debate sobre el rol del Estado en la preservación de la memoria histórica y el respeto a figuras clave en la lucha por los derechos humanos. 

Polémica en Santa Cruz: el Gobierno nacional demolió el monumento a Osvaldo Bayer.


La Libertad Avanza derribó el monumento a Osvaldo Bayer en Río Gallegos. Fotografía: Leandro Franco / La Opinión Austral.

Desde el las redes sociales de El Diario Santa Cruz, un medio cuyo propietario sería muy cercano a Javier Milei, justificaron la demolición: “La limpieza del adoctrinamiento kirchnerista avanza en el país, y esta vez le tocó a un símbolo del relato impuesto durante años”, indicaron desconociendo las diferencias ideológicas entre Osvaldo Bayer y el peronismo kirchnerista.

“Vialidad Nacional retiró el monumento de Osvaldo Bayer, una estructura que no solo representaba un homenaje militante, sino que además incluía un cartel con la inscripción “Bienvenidx”, reflejo del lenguaje inclusivo promovido por el kirchnerismo”, agregaron en el posteo que muestra el video de la retroexcavadora doblando la figura de Bayer.



“Esta estructura, más que un homenaje, era parte de la propaganda ideológica que el kirchnerismo impuso en el espacio público durante sus años de gobierno, ocupando lugares que deberían estar destinados a representar a todos los argentinos, no solo a un sector político”, cerraron.

“Esta estructura, más que un homenaje, era parte de la propaganda ideológica que el kirchnerismo impuso en el espacio público durante sus años de gobierno, ocupando lugares que deberían estar destinados a representar a todos los argentinos, no solo a un sector político”, cerraron.

Desde la Comisión por la Memoria de las Huelgas de 1920-1921 de Río Gallegos, calificaron la acción como una revancha de quienes “reivindican el genocidio ocurrido en la Patagonia”. En un comunicado, señalaron que el derribo se produjo un día después del 24 de marzo, en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, lo que refuerza la interpretación de que se trata de un acto de persecución ideológica.

“Fue gracias al enorme aporte de Bayer y sus investigaciones que se pudo sacar del olvido lo ocurrido en Santa Cruz en 1920 y 1921. No es casual que el Gobierno decida derribar su figura justo en esta fecha”, manifestaron desde la organización.

Denuncias de persecución ideológica y reclamo por la memoria.

El monumento a Osvaldo Bayer fue diseñado por la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Cruz durante la gestión de Nadia Astrada en el gobierno de Alicia Kirchner.

“Claramente hay una cuestión de persecución ideológica. Es un atropello a la memoria, la verdad y la justicia”, afirmó Astrada.

La exsecretaria de Derechos Humanos destacó que el monumento fue fruto de un trabajo conjunto con la Mesa Provincial por las Huelgas Patagónicas y la Comisión Provincial de la Memoria, además de contar con el apoyo de Esteban Bayer –hijo del historiador– e Isabel Soto, hija de Antonio “El Gallego” Soto, militante anarquista y uno de los líderes de las Huelgas Patagónicas, y otros referentes del ámbito de los derechos humanos.

“Totalmente repudiable el hecho de dañar, de sacar un monumento como el homenaje a Osvaldo Bayer, un símbolo de toda la Patagonia, de la lucha de los obreros en estas tierras del sur, por parte del Estado Nacional; y no respetar la memoria, la verdad y la justicia. Es un atropello a los derechos humanos y fundamentalmente un atropello a la historia de Santa Cruz, de nuestra tierra”, expresó.
 

Astrada destacó también el trabajo con diferentes localidades de la provincia de Santa Cruz “que dejó ahí emplazado el rostro de Osvaldo; una construcción colectiva de muchísimos años y que esa construcción colectiva aún continúa, así que estamos preocupados, preocupadas pero también tenemos en claro que no vamos a permitir que nos inunde el olvido sino que vamos a seguir construyendo por la memoria, la verdad y la justicia”. 

Amplio repudio de organismos y referentes políticos.

La decisión de derribar el monumento también provocó reacciones de dirigentes políticos, sectores sindicales y organizaciones sociales que exigen explicaciones al Gobierno nacional y la restitución de la estructura.

Unidad Popular Santa Cruz calificó la medida como un acto de intolerancia y desprecio por la memoria histórica. En un comunicado firmado por Alejandro Garzón, Alba Curaqueo y Julio Araneda, el espacio político exigió la inmediata reposición del monumento y denunció un intento de borrar nuestra historia y silenciar la verdad de las huelgas patagónicas.

Desde la Casa Parisi, Museo de los Pioneros, expresaron que la remoción del monumento es un golpe doloroso para la historia de la Patagonia y denunciaron un acto de ignorancia y desprecio hacia nuestra identidad.
 

Juan Manuel Valentín, dirigente docente y del Partido Obrero, afirmó: “No barren ningún monumento kirchnerista, lo que pretenden es fusilar la memoria. Hoy volvieron a matar a los huelguistas. Es imperdonable”. 

Un símbolo que trasciende el monumento.

El derribo del monumento a Bayer se suma a una serie de acciones impulsadas por el Gobierno nacional que han generado controversia en torno al tratamiento de la memoria histórica y los derechos humanos, el negacionismo. En este contexto, organismos sociales y políticos anunciaron que se reunirán con la Multisectorial por los Derechos Humanos para definir acciones en defensa de la memoria de Bayer y de los huelguistas patagónicos. 

“No podrán ocultar la historia con una topadora”, advirtieron desde las organizaciones que impulsaron el homenaje.

La memoria de Osvaldo Bayer y su lucha por visibilizar las injusticias cometidas contra los trabajadores rurales de la Patagonia seguirán presente, no solo en un monumento derribado, sino en la voz de quienes hoy exigen que no se repita la historia de silencio y represión.




sábado, 19 de junio de 2021

Severino di Giovanni. Los ideales y la muerte… @dealgunamaneraok...

 Los ideales y la muerte…


El 1 de febrero de 1931 fusilaban al militante anarquista Severino di Giovanni. Osvaldo Bayer escribió este texto en el 2016, cuando se cumplían 85 años del asesinato a manos del dictador Uriburu.

© Escrito por Osvaldo Bayer el  sábado 01/02/2020 y publicado por la  Revista Hamartia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


Hace 89 años, el anarquista Severino di Giovanni era fusilado por el dictador Uriburu. Osvaldo Bayer reconstruye los últimos momentos.
 

Este 1º de febrero se cumplen 85 años del fusilamiento de Severino Di Giovanni, anarquista expropiador. Fue fusilado por la dictadura de Uriburu.

 

La condena llegó a través de un juicio militar. Di Giovanni se encargaba de hacer asaltos para conseguir dinero e imprimir sus publicaciones, para la edición de libros anarquistas y para mantener a familias pobres de presos políticos de ideología libertaria. En una de sus salidas “expropiadoras” fue descubierto en el centro. Perseguido, herido y apresado, se le hizo un juicio militar y fue condenado a muerte. Murió gritando “¡Viva la anarquía!” en la Penitenciaría Nacional. Reuní todos los datos de los archivos y expedientes y hablé con testigos de la época. El diario Crítica describió su muerte:

 

“Dos hombres uniformados pasan por el pasillo llevando un pesado juego de grillos y los elementos necesarios para remacharlo. En la celda, la escena es terriblemente dramática. Los hombres colocan los hierros en los pies de Di Giovanni y durante un rato se sienten los golpes de martillo hasta que el condenado queda casi imposibilitado por completo para moverse. 


La tropa comienza a preparar sus armas. Con aparente tranquilidad los guardianes colocan en el patio el banquillo y miden cinco pasos hasta el sitio donde se hará la descarga. Cuando Di Giovanni emprende la marcha en dirección al lugar del fusilamiento, se oye desde lejos el ruido de los grillos al golpear en el suelo. Todos guardan el más completo silencio alterado solamente por las voces de mando del oficial que ha de dirigir la ejecución. 


Severino di Giovanni, detenido por la policía.
 

Mientras tanto, el patio de la prisión ofrece un aspecto desusado, verdaderos racimos humanos se apretujan en el estrecho espacio para no perder detalle. El techo de la carpintería –de dónde se domina el patio– también está colmado. Afuera, hay miles de personas que aguardan el privilegio de oír las detonaciones.

 

Al fondo del patio, una pared alta en cuya parte superior se encuentran las garitas de los centinelas. Hasta una distancia de cinco metros por delante de la pared, un cantero de un metro de altura cubierto de césped y cayendo en suave declive hacia uno de los caminos frente al taller de carpintería. Sobre ese cantero y a una distancia aproximada de tres metros de la pared, se había colocado la silla trágica.

 

A esa hora –las cinco– la madrugada recién comienza a insinuarse. El banquillo para la ejecución estaba colocado en la parte más elevada de la pendiente verde. Podía advertirse el respaldo exageradamente alto y sus patas, que de tan tiesas parecían incrustarse con fuerza, en el terreno.

 

Una marcha de soldados hizo volver las cabezas. Era el pelotón de guardiacárceles encargado de ejecutar las sentencias. Los soldados evolucionaron hasta formar cuadro dónde se encontraba el banquillo. Las voces de mando parecían ecos extraños.

 

Rodeado por guardianes, Di Giovanni se encontraba dentro del taller que es un galpón abierto hacia la pared de enfrente. Para evitar al reo la visión prematura del lugar de la ejecución se había cerrado el galpón con cobijas a manera de telones de un teatro grotesco. Por debajo de esas colchas se alcanzaban a ver los pies de Severino separados entre sí por la barra de hierro de los grillos. Una orden dicha en tono seco por el secretario del tribunal militar hizo que se condujera al reo a su presencia.

 

Durante las horas que permaneció en capilla parece que Di Giovanni había recuperado esa famosa serenidad que fue la norma de su vida. Apareció debajo de los telones marchando lentamente. Vestía un traje azul de mecánico, nuevo. Los grillos le separaban los pies hasta permitirle apenas un paso cortísimo. Una soga atada entre los grillos y las esposas le facilitaba los movimientos al andar. Llevaba las manos cruzadas hacia adelante.

 

Lo llevaron ante el secretario del tribunal. Parado frente al funcionario repitió el gesto de indiferencia con que la madrugada anterior recibiera la lectura de la sentencia. Solo que esta vez apenas si podía dominar la intensa agitación de que era objeto.

 


Levantaba bien alta la cabeza como si deseara aspirar de un golpe todo el aire que lo rodeaba. La mandíbula estaba extendida hacia adelante. El rostro congestionado sudaba copiosamente. La mirada estaba fija no ya en el secretario, sino en el cielo estrellado que podía verse sobre los almenares de la prisión.

 

La lectura de la sentencia fue mucho más larga no obstante ser el mismo documento. Mientras escuchaba la lengua humedecía constantemente sus labios resecos. Parecía que estaba a punto de hablar pero que dominaba el deseo. Silenciosamente escuchó la lectura de la sentencia.

 

Continuó andando. Al llegar al pie del cantero en dónde se hallaba el banquillo, necesitó la ayuda de dos oficiales para subirlo. Resbalaba en los pastos humedecidos del cantero. Subió luego efectuando unos pequeños saltos cuya contemplación acentuaba lo trágico del espectáculo.

 

Los dos oficiales lo sujetaban de los brazos levantándolo en peso para evitar una caída. Con un ademán algo brusco se soltó de los oficiales que lo conducían efectuando los últimos pasos hacia al banquillo. Luego con cierta displicencia tomó asiento en el mismo. Apoyó la espalda contra el alto respaldo del sillón. Y luego se quedó contemplando los preparativos con el cuerpo en descanso un poco inclinado hacia adelante.

 

Una vez sentado y el pelotón a su frente se acercó a él un soldado con la venda en las manos. Llegó hasta él por la espalda. Le puso la venda sobre sus ojos pero Di Giovanni le dijo:

 

–No quiero que me pongan la venda.

 

Cómo el soldado insistiera, hizo un gesto brusco con la cabeza. Entonces el soldado se retiró después de haberlo atado al banquillo con una soga que le cruzaba el pecho.


Cuando el pelotón estaba listo para apuntar y el sargento dio por señas la orden de apuntar, Di Giovanni se afirmó fuertemente contra el respaldo del banquillo. Levantó la cabeza. Puso todos los músculos en tensión y luego, irguiéndose todo lo que fue posible concretó en un grito su último pensamiento

 

–¡Evviva l’anarchia!

 

Segundos después, el jefe del pelotón bajaba la espada y el cuerpo de Di Giovanni era atravesado por 8 balazos. Al recibir la descarga un poco de humo que salió de su pecho marcó el sitio de los impactos. Su cara se contrajo en una mueca violenta de dolor. Una reacción muscular lo hizo levantarse del banquillo para caer pesadamente hacia al costado izquierdo. El respaldo del banquillo hecho astillas. Un gran charco de sangre inundó el asiento cayendo al suelo.


 

UN AULLIDO ATROZ DESGARRA EL SILENCIO: SON LOS PRESOS DE LA CÁRCEL QUE SE DESPIDEN DE SU COMPAÑERO.

 

Sobre el césped, él se mueve todavía. Aunque tenía el pecho atravesado de proyectiles no murió instantáneamente. Se acerca el sargento y le da el tiro de gracia. Preciso y eficaz. Un estremecimiento del cuerpo que queda inmóvil. Son las 5.10.

 

El doctor Cirio, médico de la prisión, el director de la penitenciaría y otras personas se aproximan. El médico constata la muerte y extiende el certificado. El cadáver es llevado hasta una ambulancia dónde hay un féretro de pino blanco.

 

Ha terminado todo. Rostros pálidos abandonan la prisión y cuando salen a la calle Las Heras respiran a pulmón pleno. Severino Di Giovanni ha pagado su deuda.


La valentía del reo hasta el último momento llamó la atención de todos y hay rostros pálidos y semblantes descompuestos por la ruda impresión.”

 

“La descarga terminó con el más hermoso de los que estaban presentes”, escribirá el cronista del Buenos Aires Herald.




sábado, 23 de enero de 2021

Sí, matar al tirano… @dealgunamanera...

 Sí, matar al tirano…

 

Nunca hubiera imaginado que el destino me llevara a ser testigo de un hecho pleno de las fantasías que siempre contiene la realidad humana. En Bad Bramstedt, una pequeña ciudad del norte alemán, se llevó a cabo un acto de homenaje a Kurt Gustav Wilckens. Sí, nada menos. ¿Quién fue Kurt Gustav Wilckens? El obrero alemán que, en enero de 1923, mató al teniente coronel Varela, en Palermo, frente a los regimientos 1 y 2 de Infantería. El teniente coronel Varela había sido el ejecutor del fusilamiento de centenares de peones patagónicos en las huelgas rurales de 1921-22, durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen.

 

© Escrito por Osvaldo Bayer el sábado 11/03/2011 desde la Ciudad de Bonn, Alemania, por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Wilckens, para cometer el hecho, usó el principio de “Matar al tirano” que sostenían los anarquistas. “Cuando en un país no hay justicia, el pueblo tiene el deber de llevarla a cabo”, sostenían. En el caso de Varela, Wilckens señaló que los obreros debían ejecutarlo porque, si no, volvería a cometer crímenes similares.

 

Después de su acción, Wilckens fue detenido, llevado a la cárcel y, allí, asesinado por un pariente de Varela que se hizo pasar por guardia penitenciario –con aprobación de las autoridades–, que lo mató mientras dormía en su celda.

 

Bad Bramstedt está orgullosa de que Wilckens haya nacido allí. Los diarios locales y de la zona publicaron páginas enteras en recuerdo a él. Wilckens pertenecía a una antigua familia –ese apellido está entre los fundadores de la ciudad– que vivía justo en la plaza principal. Fui invitado a hablar en el acto que se realizó en el castillo histórico, en un amplio salón, y la concurrencia fue principalmente de docentes, periodistas y antiguos vecinos de la ciudad que conocieron a la familia Wilckens. También se hizo presente un buen número de estudiantes. Y la iniciativa partió nada menos que de dos libreros, Ralph y Hans, de la librería Hans, el Feliz.

 

En la Argentina siempre se ninguneó el hecho de Wilckens. Se silenció todo. En el célebre debate sobre los crímenes oficiales cometidos contra las peonadas patagónicas, la bancada mayoritaria –los radicales– negó la investigación, abandonando el recinto a la hora de votar. ¿Qué debían hacer los obreros? ¿Callarse la boca y “mirar hacia adelante? No, había llegado el momento de aplicar aquello de “cuando no hay justicia...”. Y la ejecutó Wilckens. Fue solo a enfrentar al todopoderoso militar. Cuando sus compañeros de ideas quisieron acompañarlo, él les respondió: “No, para una persona, una sola persona”. Y fue solo a “hacerlo” al militar dueño de la vida y de la muerte.

 

Al sepelio del militar fusilador fueron todos, desde el presidente Alvear y el ex presidente Yrigoyen, con todos sus ex ministros, hasta miembros de la Sociedad Rural, por supuesto.

 

En el acto en su ciudad natal alemana se propuso que se pusiera una placa en la casa donde nació, relatando quién había sido Kurt Gustav Wilckens. Al militar fusilador nunca nadie se atrevió a hacerle después homenajes, ni siquiera a recordarlo. En su tumba en el panteón militar, hasta hace poco había sólo una placa que decía: “Los británicos en el territorio de Santa Cruz a la memoria del teniente coronel Varela, ejemplo de honor y disciplina en el cumplimiento del deber”. Está todo dicho. No es necesario decir más. Y la verdad fue cantada por el payador criollo Martín Castro, en su “Canto a Wilckens”, en el cual en una estrofa lo define todo:

 

Wilckens no es una venganza,
es el fruto, es la cosecha
de quien sembró tiranías
para recoger violencias.

 

La historia del mundo está sembrada de reacciones así. Tenemos el ejemplo del armenio Soghomon Tehlirian, quien el 15 de marzo de 1921 mató a Taleat Pachá, en Berlín, de un tiro. Taleat Pachá había sido ministro del Interior del gobierno turco que ordenó la masacre del pueblo armenio, que comenzó en 1915. Esa masacre es una de las más crueles de la historia: los armenios fueron desalojados de sus casas, los hombres fueron muertos a tiros y las mujeres y los niños obligados a caminar distancias sin límites hasta que ellas cayeran exhaustas de sed y de falta de alimentación, al igual que sus niños. Así fueron muertos un millón y medio de armenios. Nunca los gobiernos turcos reconocieron ese genocidio, sino que han tratado siempre de “mirar hacia adelante”. El joven Tehlirian, a quien le habían matado a toda su familia, tomó la decisión de “matar al tirano” en la figura del ministro del Interior turco responsable de las masacres, que se encontraba en 1921 en Berlín, Alemania. En la calle le pegó un solo tiro que fue mortal.

 

El juicio que la Justicia alemana le hizo al vindicador Soghomon Tehlirian fue ejemplar. Justamente fue eso, los jueces consideraron que había hecho uso de ese principio: matar al tirano y que, cuando no hay justicia, el pueblo tiene derecho a hacer justicia por su propia mano. Los armenios publicaron un libro donde se trae completa la versión taquigráfica de todo el juicio, con los argumentos del fiscal, de los defensores y del veredicto final de la Justicia con la absolución del vengador Soghomon Tehlirian. Fue un paso adelante en el verdadero sentido humano que debe entender la Justicia de los pueblos. Y algo que deben tener en cuenta todos los dictadores del futuro: cuando el matar se toma como algo natural para mantener el poder tiránico, siempre es posible una figura que no acepte ello y aplique el principio de matar a quien mató y no pagó por sus crímenes.

 

Justamente la comunidad armenia de la Argentina publicará próximamente en un libro el texto íntegro de este juicio. Allí, el lector podrá leer cómo todas las acusaciones del fiscal son contestadas con argumentos justos por los abogados defensores y los argumentos que esgrimieron en una situación tan difícil. Sólo cito un párrafo del abogado defensor Johannes Werthauer: “Pregunto: ¿hay algo más humano que lo que se nos ha presentado aquí? El vengador de todo un pueblo, de un millón y medio de asesinados, está erguido frente al individuo responsable del exterminio de aquel pueblo, frente al autor de aquellas torturas. Empuña la pistola para encarnar el espíritu de la justicia frente a la fuerza bruta. Baja a la calle como el representante del humanismo contra el salvajismo, del derecho contra la injusticia, de los oprimidos contra el representante total de la opresión. Y enfrenta en nombre de un millón y medio de asesinados a quien con todo el pueblo turco tiene la culpa de esos crímenes. El representa a sus padres, hermanas, cuñados y hermanos asesinados y además a su sobrino, de dos años, también masacrado. Lo respalda toda la Nación Armenia desde el anciano hasta el niño de cuna. El lleva la bandera de la justicia, la bandera del humanismo. Señores del jurado, ustedes deben decidir qué ha ocurrido en su alma y su cerebro en el momento del homicidio: si era o no dueño de su voluntad”.

 

Por unanimidad del jurado, el autor del hecho, Soghomon Tehlirian, fue dejado de inmediato en libertad. Una resolución que conmovió al mundo.

 

La versión en español que se editará ahora de este juicio lleva un prólogo del juez, miembro de la Corte Suprema de la Nación Argentina, doctor Eugenio Raúl Zaffaroni. Desarrolla ahí un concepto que hará historia. Con una profundidad y una amplitud de mira humanista dice, por ejemplo: “La impunidad de Taleat Pachá frente a la magnitud tan formidable de la injusticia cometida contra el pueblo armenio hacía que el Derecho penal perdiese la fuerza ética necesaria para sancionar al que le diese muerte. La impunidad de la masacre condenaba a Taleat y determinaba la absolución de Tehlirian. Taleat había dejado de ser considerado persona. La impunidad del genocida lo deja en condición de no persona, pues le retira la cobertura jurídica. Quien lo ejecuta no puede ser condenado, aunque nadie lo confiese y aunque se fuercen los argumentos y argucias jurídicos para no condenarlo. Se lo declarará inimputable, se acudirá a la ficción del acto de guerra o se buscará algún pretexto de forma procesal, pero un tribunal imparcial no lo puede condenar”.

 

Palabras sabias que hablan, por sobre todo, a favor de la vida, ya que pone en aviso a todo poderoso que se precia de su poder, tomando a la muerte como método. Y con eso correrá el peligro de buscar él mismo su muerte.

 

El otro caso es el del alemán Georg Elser, el humilde obrero que atentó contra Hitler en 1939. Es increíble la minuciosidad que empleó pese al peligro de ser descubierto en cualquier momento. Sabiendo que Hitler iba a presidir un acto en la célebre cervecería de Munich, con todo su escuadra mayor, Elser preparó una bomba que colocó en el interior de una columna del salón, justo al lado del podio donde iba a estar el dictador. Días y noches pasó Elser en ese lugar, haciendo el boquete. Lo tuvo listo justo la noche anterior al acto y preparó la bomba para que estallara justo en el momento en que estaba anunciado el acto donde iba a hablar el dictador, el 8 de noviembre de 1939. Pero el atentado fracasó. Hitler adelantó el acto por un problema de traslado a Berlín y se fue 13 minutos, justo 13, antes de que explotara la bomba que destruyó todo el ámbito donde había hablado Hitler. Si se hubiese quedado, la historia del mundo habría cambiado completamente. Muerto Hitler, el motor del nazismo, nadie lo hubiera podido reemplazar en su papel de dictador supremo. Se hubieran salvado así millones de personas. El obrero Georg Elser pagó caro su propósito de matar al tirano. Fue detenido en la frontera con Suiza, estuvo preso en el campo de concentración de Dachau hasta que fue ejecutado por las SS el 9 de abril de 1945.

 

Pero en la historia finalmente triunfa la ética; puede tardar mucho a veces, pero siempre sabe extraer los verdaderos valores, principalmente los de aquellos que dieron su vida por detener la violencia de los que mandan. Hoy, Elser tiene cinco monumentos en Alemania: en Berlín, en Heidenheim, en Freiburg y en Konstanz. En Munich existe la Georg Elser–Platz, con un monumento en el cual se prende todos los días una luz a las 21.20, hora en que explotó la bomba que depositó él contra el genocida. Se han escrito sobre él ya once biografías y dos novelas y se han rodado cinco films donde se lo consagra como héroe del pueblo.

 

Matar al tirano. No como regla ni como costumbre. Sólo como llamado de atención a los del poder omnímodo: ninguna violencia de arriba es gratuita. Siempre se va a volver contra el que la inició. Tampoco la venganza es una solución, pero es algo incontenible, humano. Una reacción de los generosos que dan su vida para acabar con los crímenes de los que ejercen el poder.

Algo para aprender.





martes, 15 de septiembre de 2020

Osvaldo Bayer sobre Domingo Faustino Sarmiento... @dealgunamanera...

Osvaldo Bayer. Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de San Juan…



Osvaldo Bayer bajó el tono de la crítica a Sarmiento. Ayer recibió la máxima distinción que otorga la Universidad. Habló de política, derechos humanos e historia argentina. 

© Escrito por Susana Roldán el viernes 28/10/2011 y publicado por el Diario de Cuyo de la Ciudad de Mendoza, República de los Argentinos.

Con tono conciliador, pero firme, el historiador, periodista y escritor Osvaldo Bayer aprovechó la conferencia de prensa de ayer con los medios locales y bajó el tono de la crítica a Sarmiento, para poner un paño frío sobre la polémica que se desató cuando se supo que la UNSJ le otorgó el Doctorado Honoris Causa justo cuando se celebraba el bicentenario del nacimiento de Sarmiento, a quien en varias oportunidades calificó de ‘racista‘.

‘Es un absoluto disparate decir que yo soy antisarmientista. El historiador tiene que decir la verdad. Yo he hablado mucho de las cosas positivas de Sarmiento, pero también de sus equivocaciones.

Es un error decir que su actitud respecto de los indios y los gauchos era una cuestión de época. Ya en esa época hubo otras personalidades que se opusieron al genocidio de los indios, como Alberdi. No se pueden perdonar los racismos de ciertos próceres‘, dijo. Por la tarde, después de agradecer la distinción que le otorgó la UNSJ, reafirmó una vez más su postura sobre el tema. Y agregó, al referirse a Sarmiento y la obligatoriedad de cantar el himno en su honor en las escuelas: ‘No hay que convertir en un dios a quien no fue un dios, cantando ‘el más grande entre los grandes‘, porque hizo cosas buenas, pero también tuvo defectos, como cualquiera‘.

Luego de definir a Néstor Kirchner como ‘el primero de la democracia que se atrevió a terminar con la impunidad absoluta para los criminales de la dictadura‘, aseguró estar muy contento con la condena por el caso ESMA. ‘Con mis 84 años, he vivido 13 dictadores. Y me parece muy bien que se haga justicia‘, sostuvo.

Al definirse como ‘libertario‘, reveló que no está de acuerdo con los gobernantes que buscan la reelección. ‘Nadie es imprescindible. Nunca debe gobernar una persona más de 4 años, por respeto a los demás‘, dijo.

A la actual presidenta, Cristina Fernández, le reconoció ‘algunas cosas importantes‘. ‘Me parece bien lo que hizo con la Ley de Medios, con devolver el dinero de los jubilados al Estado y no dejarlo en manos de privados y creo que la Asignación Universal por Hijo fue un acierto‘, señaló el historiador, pero agregó que ‘siguen faltando cosas, como terminar con el hambre, por ejemplo‘.

A favor de la expresión libre de los pueblos originarios, les reconoció el derecho a defender sus tierras y el uso de los recursos naturales. ‘Siempre voy a estar de su lado‘, dijo. También se manifestó sobre el Mercosur, acerca del cual expresó que ‘no me gusta la demasiada conversación. Sí que se eliminen fronteras y que se pueda comerciar. Yo propuse algo parecido para las patagonias argentina y chilena en la época de Menem, y me valió que el Senado me declarara persona no grata‘, relató.

Luego, sonriente, contó que ‘ocho años después, Daniel Filmus pidió que se retirara esa calificación. Ahora puedo volver a entrar al Senado de la Nación y voy bastante seguido; me pongo a mirar los cuadros y a ver lo rápido que pasan algunos senadores‘.




domingo, 13 de enero de 2019

¿Qué fue de tú vida Osvaldo Bayer?... @dealgunamanera...


¿Qué fue de tú vida Osvaldo Bayer?...


Compartimos la entrevista de Felipe Pigna al historiador, escritor y periodista, Osvaldo Bayer. Su infancia en Buenos Aires, sus estudios en Hamburgo, su comienzos en el periodismo, el encuentro con el "Che" Guevara, sus investigaciones históricas, sus ensayos, la persecución a sus ideas, el exilio y su presente cargado de proyectos.


Entrevista Parte 1 de 4


Entrevista Parte 2 de 4


Entrevista Parte 3 de 4


Entrevista Parte 4 de 4


© Entrevista de Felipe Pigna publicada el 13/03/2011 por el Canal de YouTube de la TV Pública Argentina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.  


Osvaldo Bayer. Dibujo: Rodolfo Fucile

Se fue un periodista del pueblo. Una vida de compromiso, denunciando los genocidios que otros quisieron ocultar y acompañando las luchas de los oprimidos.

En dictadura y en democracia, durante gobiernos de cualquier signo, siempre alzó su voz contra la represión estatal y las injusticias de este sistema.

Gracias, Osvaldo Bayer. ¡Salud y Libertad!