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domingo, 8 de noviembre de 2020

¿Qué diferencia al aislamiento social (ASPO) del distanciamiento social (DISPO)?... @dealgunamanera...

 ¿Qué diferencia al aislamiento social (ASPO) del distanciamiento social (DISPO)?


El presidente de la Nación, Alberto Fernández, anunció el fin del aislamiento obligatorio en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que rige desde el 20 de marzo último para dar lugar al Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO), tras una reunión con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

 

© Publicado el 06/11/2020 por chequeado.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.



Además, informó que distintos departamentos de 10 provincias donde no se registró una caída en los casos seguirán en la etapa de Asilamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
 

Pero, ¿cuál es la diferencia entre ASPO y DISPO? El primero dispone que en aquellas zonas del país donde haya transmisión comunitaria del virus, cada persona debe quedarse en su domicilio y que sólo se puede salir para realizar compras básicas, trabajos esenciales o trabajos exceptuados.

 

En esta línea, el Presidente explicó en el anuncio de hoy que el principal cambio que genera el paso a la etapa de DISPO “es que se pueda circular sin autorización”. Igualmente, remarcó que el transporte público seguirá funcionando exclusivamente para aquellos que realizan actividades esenciales.

Entonces, el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) no es igual al Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO).

 


Qué es el DISPO

Según precisó Fernández el 28 de junio último cuando se dispuso el DISPO en una parte del país, este estado significa que todo ciudadano podrá “circular, trabajar y realizar sus actividades siempre que guarden la distancia de 2 metros”.

 

En todos los casos siguieron prohibidos: los eventos en espacios públicos o privados con más de 10 personas (incluidos cine, teatros, clubes o centros culturales); el transporte público de pasajeros interurbano, interjurisdiccional e internacional (salvo para trabajadores esenciales); y la actividad turística.


También continuaron las recomendaciones de higiene y prevención como tapabocas, ventilación y limpieza de superficie.

 

En este sentido, quienes regresen al país (así como quienes presenten síntomas o sean contactos estrechos de casos confirmados) deberán hacer cuarentena como hasta ahora.

 

Según explica el Gobierno en su página web, “el objetivo del ‘distanciamiento social, preventivo y obligatorio’ será la recuperación del mayor grado de normalidad posible en cuanto al funcionamiento económico y social, pero con todos los cuidados y resguardos necesarios, y sosteniendo un constante monitoreo de la evolución epidemiológica para garantizar un control efectivo de la situación”.





domingo, 24 de mayo de 2020

Laberintos de la pandemia…@dealgunamanera...

Laberintos de la pandemia…

El tenedor de Bono. Dibujo: Pablo Temes

La iniciativa de la diputada Vallejos produjo espanto en sectores empresarios. El silencio presidencial aumentó la incertidumbre.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/05/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


En la Capital Federal y el conurbano bonaerense hay cuarentena para rato. A la ampliación de ayer hasta el 8 de junio seguirá seguramente otra que se extenderá hasta fin de mes. Los especialistas que asesoran al Presidente han dicho ya que se espera que los casos positivos de coronavirus comiencen a bajar recién hacia la segunda mitad del mes de agosto.

Los números de la última semana acentuaron la centralidad absoluta del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Pero no solo eso fue lo que generaron esas cifras; también marcaron el comienzo de un enfrentamiento entre los gobiernos de Horacio Rodríguez Larreta y de Axel Kicillof. El dedo acusador partió desde la Provincia de Buenos Aires.

Las diferencias de criterio en el manejo de situaciones tan complejas como las del presente siempre existen y es válido discutir sobre ellas; pero lo que sucedió en estos días fue otra cosa: una acusación al jefe de Gobierno porteño de generar las condiciones para que la pandemia se expanda a ambos lados de la avenida General Paz.

Las cifras muestran que el aumento de casos en CABA es producto del incremento en la cantidad de testeos que se están haciendo, predominantemente en las villas 31, 1-11-14 y 21. Las condiciones de hacinamiento en las que viven sus habitantes hacen de imposible cumplimiento las recomendaciones del aislamiento social preventivo. Es verdad que el gobierno porteño demoró su llegada a esos lugares. Grueso error. Pero hay que decir que lo mismo le cabe al gobierno bonaerense: los testeos en los llamados barrios populares empezaron tarde.

Resulta desconcertante que, ante esta circunstancia, el Presidente y el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, no hayan buscado amalgamar un criterio de trabajo común. Argentina es la nación que tiene una de las cuarentenas más largas del mundo. Eso es consecuencia de la acertada decisión de AF de imponer el aislamiento social preventivo tempranamente.

Ahora, lo que está faltando son las medidas concomitantes para hacer la cuarentena vivible. Y esto es algo que el Presidente minimiza permanentemente. Lo hace con pose de ofendido. Parece que hablar de los efectos colaterales de la pandemia es una apostasía.

Efectos colaterales. Este acápite corresponde a un rubro de creciente impacto psicofísico, socioeconómico, sanitario y político. Ansiedad, depresión, insomnio, irritabilidad y mayor consumo de alcohol son algunas de las consecuencias psíquicas de la cuarentena. Las socioeconómicas –cierre de comercios y fábricas, caída de los salarios e impagos, falta de comida en las zonas marginales– son producto de la brutal caída de la actividad económica.

Las afectaciones médicas tienen que ver con una combinación muy riesgosa en la que se observan situaciones de gente que tiene miedo de concurrir a los hospitales y centros médicos privados y, a su vez, de indicaciones desde esas mismas instituciones para que los pacientes no concurran a la consulta en caso de que los síntomas que experimentan no correspondan a los del coronavirus.

Esto es algo que debe ser modificado de inmediato. He aquí, pues, el desafío: qué hacer para compatibilizar la cuarentena con estos hechos que forman parte de la vida misma. Es propio de esta Argentina atravesada por la grieta pensar este desafío en términos de procuarentena y anticuarentena. La antinomia anula cualquier posibilidad de discusión y de evolución. Esto ha sido ya repetido hasta el cansancio. Por eso es increíble que no se aprenda.

Al borde del default.

La renegociación de la deuda navega por aguas procelosas. El Gobierno está convencido de que está haciendo todo bien. Sus acólitos, también. Cree que la pandemia le juega a su favor. La actitud del gobierno de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional de un supuesto apoyo a la Argentina da vuelo a esas ilusiones.

La actitud y la estrategia del ministro de Economía, Martín Guzmán, son objeto de controversias no solo desde sectores opositores e independientes. Se lo critica desde las entrañas del oficialismo por su dogmatismo, al que agrega cierta cuota de soberbia. Sin embargo, su poltrona es intocable. El Presidente lo sostiene con convicción y firmeza.

Muchos de los que conocen al detalle los números y los vericuetos de la negociación sostienen que el Gobierno no lo está haciendo bien. Observan que hay una buena predisposición de los acreedores de antemano que está siendo desaprovechada, circunstancia que achacan a la existencia de restricciones internas políticas dentro del oficialismo que dificultan peligrosamente las gestiones.

La oferta que se hizo es de 46 dólares cada 100, mientras los acreedores reclaman entre 58 y 62 cada 100. No se está tan lejos, a pesar de que esas diferencias representan miles de millones de dólares.

No es ese aspecto de la economía el único en el que reina un estado de confusión. En lo que respecta a lo vernáculo, las cosas no son muy diferentes. El proyecto de la diputada Fernanda Vallejos –apoyada por el ministro de Trabajo, Claudio Moroni– de incorporar la participación del Estado en las empresas que pidieron ayuda al Gobierno es producto de la miopía intelectual que producen los ideologismos. “Espanto” es la palabra que define la reacción que la sola enunciación de esta iniciativa produjo en todos los sectores empresariales.

Algunos ya han hecho saber que, si esto prospera, procederán a cerrar dejando un tendal de gente en la calle. ¿Imagina alguien al Estado manejando las decenas de miles de empresas que han pedido ayuda al Gobierno para poder subsistir? La diputada ha dicho que esto nada tiene que ver con la confiscación. Nadie le cree.

Lo grave no es solo que existan iniciativas como estas sino también el silencio del Presidente, que no hace más que generar mayor incertidumbre acerca del presente y el futuro de Argentina, el país del mañana mejor que nunca llega.





jueves, 4 de enero de 2018

El impacto de la nuevas tarifas del transporte en AMBA... @dealgunamanera...

Mirá cuánto aumentan los colectivos y trenes en la Ciudad y el conurbano y compará las nuevas tarifas con otras ciudades…


El Ministro de Transporte anunció nuevos valores para los boletos y un nuevo sistema que regirá a partir de febrero, que incluye descuentos para quienes hagan más de un viaje. Mirá también la evolución de las tarifas considerando la inflación.

Escrito por Matías Di Santi y Lucía Martínez el jueves 04/01/2017 y publicado por el sitio http://chequeado.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Luego de un año de elecciones y con el objetivo de reducir los subsidios en el sector, el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, anunció un aumento escalonado a partir de febrero en las tarifas de los servicios de colectivos y trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El boleto mínimo de colectivo, que actualmente tiene un costo de $6, a partir de febrero costará $8; en abril, $9, y en junio, 10 pesos. El pasaje de tren también subirá de $2 a $3,25 entre febrero y junio para las líneas Roca, Belgrano Sur, Belgrano Norte y Urquiza, y de $4 a $6,75 para los ramales Mitre, Sarmiento y San Martín en el mismo período.

El anuncio para el transporte público representará en el primer tramo del aumento una suba del 33% para los colectivos y del 37,5% para los trenes (66% a junio para los colectivos y entre 43,75% y 62,5% a junio para los trenes). Este incremento se suma al de comienzos de 2016, cuando el Gobierno nacional dispuso una suba en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense del 100 por ciento. Antes de esa medida, por ejemplo, la tarifa mínima del colectivo valía tres pesos y pasó a valer seis.

Sin embargo, a pesar del aumento anunciado hoy, la tarifa de colectivos para el AMBA seguirá por debajo de la de la mayoría de las principales ciudades de la Argentina:

Map created by Chequeado

-Entre los centros urbanos más poblados del país, Córdoba tiene una tarifa urbana de colectivos de $15,38; Rosario, de $11,49; San Miguel de Tucumán, de $9,35; Mendoza, de $8,50; y en Mar del Plata el Concejo Deliberante aprobó días atrás un aumento que lleva la tarifa a 9,85 pesos.

La tarifa de colectivos más alta del país es la de Bahía Blanca, de acuerdo con un relevamiento realizado por Rafael Skiadaressis, especialista en economía del transporte. En la ciudad del interior bonaerense un boleto simple de colectivo cuesta 17,30 pesos. El segundo lugar se lo lleva Bariloche con un boleto inicial de $16,44 y, en tercer lugar, Río Gallegos con $15,90 por pasaje.

En el caso del subte, según informó Dietrich, la tarifa mínima pasará de $7,50 a $11 en abril y de $11 a $12,50 a partir de junio.
Al considerar una inflación del 19% (calculada por la consultora Elypsis) entre diciembre de 2017 y el mismo mes de 2018 y las tarifas de los ramales Mitre, Roca y un promedio de las líneas de colectivos del AMBA (desde la 1 hasta la 199), además de la mínima del subte, Skiadaressis calculó que en términos reales “los trenes exhiben la mayor disminución respecto a sus valores históricos, mientras que el subte se aproxima a valores de 2005 y los colectivos a los de 2010”.

La Red SUBE y la comparación regional

Por otra parte, Dietrich también anunció la implementación de un sistema llamado “Red SUBE”, un boleto “multimodal” en el que los que viajen más pagarán menos. Si bien señaló que “hay 15 millones de viajes por día en el AMBA que usan trenes, colectivos, Metrobus y subtes”, no dio cifras oficiales de cuántas personas se beneficiarían con esta medida.

Así, quienes hagan un segundo viaje combinando o no distintos medios de transporte en un lapso de dos horas pagarán un 50% de la tarifa y a partir del tercer viaje en adelante, siempre dentro del rango de dos horas, abonarán un 25% de la tarifa (hacé tu cálculo acá). Además, el Ministro confirmó que este sistema también funcionará para los beneficiarios de planes sociales que cuentan con la tarifa social y que hoy son alrededor de cuatro millones de personas.

Otras grandes ciudades de la región también cuentan con tarifas diferenciales que permiten combinar distintos medios de transporte público a un precio más barato. En Santiago de Chile, con un boleto de entre $18,50 y $22,50 argentinos aproximadamente según el horario, se pueden hacer hasta dos trasbordos entre bus, metro y tren durante dos horas.

Por su parte, en Bogotá, el servicio llamado “Transmilenio” permite hasta dos trasbordos entre diferentes servicios de colectivo dentro de la ventana de tiempo de 95 minutos. La tarifa varía entre $12,55 a $13,80 argentinos.

Por último, en San Pablo, el sistema de transporte público cuenta con colectivos, subtes y trenes. Un billete de aproximadamente $21,50 argentinos permite hasta cuatro embarques en ómnibus diferentes en un periodo de tres horas.