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lunes, 14 de diciembre de 2015

Los "Gases" de De Vido... @dealgunamanera...

De Vido le contestó a Perfil por la "compra fantasma" de gas licuado...

El ex ministro de Planificación desmintió el pago de US$ 57,3 millones por un barco de Gas que nunca llegó al puerto. Foto: Cedoc

El ex ministro de Planificación negó el pago de US$ 57,3 millones por un barco de Gas que nunca llegó. Los documentos de la investigación.

© Publicado el domingo 13/12/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El ex ministro de Planificación Julio De Vido intentó hoy desmentir la investigación de PERFIL sobre el pago de US$ 57,3 millones por un barco de Gas Natural Licuado (GNL) que nunca llegó al país. 


Perfil reveló en su edición de hoy documentos oficiales nunca antes vistos que prueban que Enarsa, la empresa de energía del Estado, firmó en agosto de 2008 un contrato con una firma fantasma, Contrater Consulting, para la primera importación de gas licuado, que iba a llegar desde Rusia, según el contrato oficial. 

Además, en la edición de hoy se revela el extracto bancario con la transferencia millonaria ordenada por Enarsa tres días después de la firma del contrato. Los fondos salieron del Banco Macro a una cuenta en Suiza por pedido de Enarsa y en beneficio de Contrater Consulting, una firma de Madrid que no tiene ningún antecedente en el mercado de hidrocarburos y que funcionaba como pequeña y mediana empresa. Dos meses después, Contrater Consulting cedió el negocio a las empresas del ex ministro menemista Roberto Dromi, asesor de De Vido.

Durante dos horas, el ahora diputado nacional se defendió en Twitter y dijo: "Reitero que mientras las realizó Enarsa, las compras de GNL fueron transparentes y mediante concursos públicos, con participación de todos los organismos de control como SIGEN, AGN".

La Auditoría General de la Nación (AGN) realizó en 2010 un informe crítico sobre Enarsa y al dar cuenta de la existencia de un contrato con esta firma española exigió copia del contrato que hoy sale a la luz. Jamás pudieron hacerse de una copia, ya que la empresa estatal nunca lo aportó. El informe del organismo de control puede leerse en la web.

Durante su descargo en la red social, De Vido no se refirió al contrato firmado con Contrater Consulting ni tampoco se expidió específicamente sobre los documentos publicados por Perfil. Sus voceros fueron consultados por este medio, pero el ex funcionario no quiso dar su versión de los hechos. Hoy dijo que el "único objetivo " de Perfil es: "Atacarme una vez más en forma personal, con acusaciones que no resisten ningún análisis. De irregularidades y sobreprecios en la importación de gas licuado, se habla desde que tuvimos la obligación de gestionar y tomar decisiones en relación a la demanda de gas licuado para el país. Todo operado por las mismas empresas depredadoras.

“Mi mayor preocupación como Ministro fue el crecimiento de la demanda de gas, para la industria, el comercio, los hogares y el crecimiento con inclusión de estos 12 años".
"Para que nadie se engañe, NO SALE DINERO DEL PAÍS, y menos de las arcas del Estado, si no interviene el Banco Central de la República Argentina (BCRA), AFIP, y los organismos de control.

Nunca el Banco Central podría haber autorizado un giro de 57 millones de dólares por un barco que nunca llegó", aseguró. Sin embargo, Perfil publicó el swift bancario de Enarsa que prueba que el dinero salió de una cuenta de la empresa estatal hacia Suiza.

Se trató del primer contrato de importación de gas licuado que realizó la Argentina pero el cargamento nunca llegó. 

Los documentos a los que accedió Perfil confirman la transferencia. Fotos: Cedoc


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domingo, 22 de abril de 2012

Cristinizar o reventar... De Alguna Manera...

Cristinizar o reventar...

 Super expropiadora, Cristina Fernández de Kirchner. Dibujo: Pablo Temes

El caso YPF como otra muestra de intentar acomodar la historia, los errores y las mentiras tras un barniz épico.

Cristinización es la palabra que mejor define lo que el Gobierno hizo con YPF-Repsol. No es riguroso denominar estatización o nacionalización a la expropiación del 51% de las acciones que manejaba un señor apellidado Brufau, al que la Presidenta elogiaba y llamaba afectuosamente “Antonio” hace apenas cinco meses. El neologismo “cristinizar” funciona como un verbo que implica someter o satanizar a una persona o institución que hasta hace poco en términos históricos reportaba con obediencia a la propia Cristina. Fueron cristinizados, por ejemplo, Alberto Fernández, Clarín, Jorge Brito, Esteban Righi y, ahora, Antonio Brufau.

La familia Eskenazi y el juez Rafecas están en proceso de cristinización. Es un espasmo que cambia de frente sorpresivamente, al estilo  Riquelme en sus mejores tiempos, y obliga a medio mundo a reacomodarse a la nueva realidad decretada por CFK. El lema es: “Los amigos de hoy serán los enemigos de mañana”. Tanto a la hora de justificar el romance como el divorcio, se hace desde el púlpito que les otorga un certificado de absolutos dueños de la verdad. No importa que lo que digan ahora sea contradictorio con lo que venían diciendo antes. Otra de las veinte verdades kirchneristas dice que “los que se equivocan, siempre son los demás”.

En 1992, “los demás” eran los que no comprendían por qué tanto Néstor como Cristina, en nombre de “la verdadera soberanía”, apoyaban a paso redoblado la privatización y extranjerización corrupta que comandó Carlos Saúl Primero.

El archivo no perdona y se puede consultar para asombrarse incluso con la terminología sobreactuada con la que el matrimonio Kirchner atacaba a los que los acusaban (con absoluta razón) de “traicionar sus historias militantes y entregar la soberanía”. Los detalles se pueden consultar, entre otros textos, en el Diario de Sesiones de la Legislatura provincial o en La Opinión Austral del 26 de septiembre de 1992. “No hay nada más soberano que conseguir inversiones. YPF era una empresa manejada por 15 o 20 gerentes pero que no llegaba a los santacruceños. Estos 500 millones de dólares van a llegar a todos los habitantes.” Néstor se refería a los tristemente célebres fondos de Santa Cruz que fueron depositados en el exterior. ¿Qué pasaría ahora si Scioli depositara algún dinero provincial en Suiza? Esa fortuna, además, se perdió en el agujero negro de la historia. Nadie vio jamás una boleta de depósito ni un resumen de cuenta de ese pago que era de los santacruceños y que Néstor recibió por respaldar la decisión más neoliberal de Menem.

Otro que hizo lo mismo fue el entonces diputado neuquino Oscar Parrilli, miembro informante del bloque. Fue todo un logro del menemismo porque Parrilli era cafierista. Aquel 24 de septiembre fue un día glorioso para Alvaro Alsogaray, que como diputado votó el proyecto que presentó el actual secretario general de la Presidencia. Parrilli sin ponerse colorado dijo: “No sentimos vergüenza por lo que somos y tampoco venimos a pedir disculpas por lo que estamos haciendo. Esta ley servirá para darle oxígeno a nuestro gobierno y será un apoyo explícito a nuestro compañero presidente (Carlos Menem)”.

La indignidad no fue generalizada. Uno solo de los cinco diputados de Santa Cruz levantó la manito: el actual ministro de Defensa, Arturo Puricelli. Lo acompañaron otras actuales estrellas K: José Luis Gioja y Eduardo Fellner. No quisieron ser cómplices Chacho Alvarez, Germán Abdala, Rafael Flores, entre otros, y el bloque radical, que se fue del recinto.

Es historia que merece recordarse, aunque en estos últimos días se pudo registrar una novedad. Hasta ahora el Gobierno ni se preocupaba por dar alguna explicación para justificar la modificación del rumbo. A Cristina siempre le alcanzó con no responder preguntas a los periodistas. Pero esta vez el cambio de convicciones fue demasiado veloz.

Fueron patéticas las declaraciones de Julio De Vido, citando a Cristina sobre “la excelencia de la empresa” y asegurando en Página/12, en diciembre de 2010, que con Brufau y Eskenazi “tendremos gas para noventa años”. O Guillermo Moreno alardeando que “va a llover gasoil” (12/10/06, con Néstor al lado, en la Casa Rosada), pese a las advertencias de opositores y periodistas que no se alquilan ni se venden que fueron acusados de “agoreros y destituyentes”.

Algo había que explicar. Hasta Horacio Verbitsky le dijo a Manuel Alzina, de la CTA oficialista, que “tengo muy claro lo desastrosa que ha sido la política de desnacionalización, pero también el ingreso de accionistas privados argentinos en condiciones absurdas como pagar su participación con utilidades, lo cual ya garantizaba que no iban a invertir porque todo lo que obtuvieran lo iban a aplicar para pagar su deuda”.

La Presidenta, consciente de sus responsabilidades, por lo menos en dos ocasiones trató de argumentar algo que no los dejara tan mal parados. Primero dijo que su esposo, en el libro de diálogos con Torcuato Di Tella editado en 2003, planteó que “el gran problema energético fue la desnacionalización de YPF”. Después respondió la pregunta que muchos se hacían sobre por qué no lo hicieron antes. Autocomplaciente, se quedó tranquila: “La historia no se construye como uno quiere sino como uno puede. El camino de la historia es sinuoso, con altibajos y obstáculos que hay que sortear”. 

Fue un resumen de lo que el profesor de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo Gabriel Chamorro utilizó para rematar una columna que citó la Presidenta: “(…) La humanidad sólo se plantea los problemas que puede resolver porque al examinarlos con mayor detalle siempre descubre que el problema mismo sólo surge cuando las condiciones materiales requeridas para su solución ya existen o, por lo menos, están en proceso de formación”. El concepto de Karl Marx en Contribuciones a la crítica de la economía política nos lleva al otro Marx, a Groucho, para tratar de entender cómo el máximo responsable de la desastrosa política energética que permitió el vaciamiento fue colocado al frente de la revolución cristinizadora. 

De Vido, de culpable a interventor de la YPF nac & pop, debería decir, como Groucho, que no pertenecería a un club que permitiera a un socio como él. El asesoramiento para la soberanía de Roberto Dromi y el voto K de Carlos Menem completan ese laberinto que encierra a los Marx. Y ya que estamos citadores, podemos terminar con Jean-Paul Sartre para iluminar mejor: “Incluso el pasado puede modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo”.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 21 de Abril de 2012.

martes, 17 de abril de 2012

Que pasa... Que pasa General... De Alguna Manera...

¿Qué pasa que está lleno de menemistas 
el gobierno popular?

 El entonces Gobernador de la Provincia de Santa Cruz Néstor Carlos y el ex Presidente de la Nación Carlos Saúl.

Entusiastas del menemismo durante los noventa, hoy ocupan cargos relevantes y defienden las medidas del oficialismo con la pasión de antaño. Quiénes son los ménemokirchneristas.

En su relato, el kirchnerismo gusta presentarse a sí mismo como la contracara de la década “neoliberal” de los `90. Se trata, por supuesto, de una reinvención de su propio pasado, de pura propaganda. Una impostura que pretende aggiornar las maneras y el discurso a las condiciones legadas por el Argentinazo del 2001 para adornar un esquema económico de emergencia, una  improvisación con la que se sostuvieron las privatizaciones de los ´90 a pesar de la devaluación de la moneda y con el cual empresarios y banqueros volvieron a obtener ganancias siderales. 

Lo justo sería decir, con una apropiada dosis de dialéctica, que el kirchnerismo  es la negación y continuidad del menemismo, su reconversión “nacional y popular”. Un cambio de frente dictado por factores internos y externos, sociales, políticos y económicos, antes que por cualquier veleidad ideológica o por supuestos “principios”. 

De tal modo, resulta que quienes apoyaron fervorosamente  la privatización de YPF, por ejemplo, ahora pretendan encabezar una cruzada “nacional y popular”… para recomprar la empresa. 

Un dato curioso de esta transmutación de neoliberales en nacionales y populares, al menos en uno de sus múltiples aspectos, es el reciclaje del personal político disponible. El lector encontrará a continuación un listado de políticos y funcionarios conversos, como el matrimonio Kirchner-Fernández, que si bien no pretende ser exhaustivo, brinda un panorama de la acotada (por decir lo mínimo) “renovación” ofrecida por el kirchnerismo en el curso de una década de gobierno. 

Ya sea por sincero entusiasmo con “el proyecto” K, por pragmatismo o por mera supervivencia política, son muchos los que pegaron el salto. Si bien algunos de ellos permanecieron varios años en el oficialismo y luego emigraron a otras fuerzas políticas o sencillamente se retiraron, esto no cambia lo fundamental: el vaciamiento de la política en nombre de la reconstrucción de la política, la falsificación de una trayectoria, la jactancia de lo que se adolece. 

Por otra parte, difícilmente pueda destacarse como un mérito el errante itinerario de los K para formar una base política propia, una sucesión de ensayos que fueron de la alianza con Duhalde en 2003 a la “transversalidad”, de la concertación con una parte de la UCR a la “revitalización” del Partido Justicialista, y que hoy día parece circunscripta a la alegre muchachada de La Cámpora. 

Primero los hombres, luego el Movimiento, luego la Patria.

Están en todos lados, acumulan poder en todas las áreas, forman parte de la estructura del kirchnerismo. Ninguna parte fundamental del armado del poder se salva. Ni siquiera aquella que debería ser levantada como baluarte contra aquellos años menemistas para darle un poquito de rigurosidad al relato kirchnerista. Por ejemplo, el titular de la Oficina Anticorrupción ocupó un lugar en el menemato: fue jefe de gabinete del ministerio del Interior de Carlos Corach entre 1993 y 1997. A continuación, un listado incompleto de aquellos hombres y mujeres que sirvieron al proyecto del presidente riojano y hoy forman parte del kirchnerismo, que dice no ser la continuidad de aquellos años.

Firmes junto al proyecto.

Daniel Scioli: ex motonauta. Ingresó a la política bajo el ala de Carlos Saúl, de quién dicen supo tener un busto en el quincho de su casa del Abasto porteño. Electo diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires en 1997 en la lista menemista. Ex vicepresidente de la Nación en el primer mandato de Néstor Kirchner. Ex candidato testimonial para diputado en 2009. Actual gobernador de la provincia de Buenos Aires. 

Aníbal Fernández: electo intendente de Quilmes en 1991. En aquel entonces se definía como menemista. Bajo el kirchnerismo, fue ministro del Interior, jefe de gabinete de ministros y actualmente ocupa una banca en el Senado de la Nación. “No voy a dejar de reconocer la relación afectuosa que tengo con Menem”, declaró en septiembre de 2009. 

Jorge Argüello: ex vicepresidente del Concejo Deliberante porteño durante la intendencia de Carlos Grosso (1989-1992). Legislador porteño durante la gestión de Aníbal Ibarra, luego fue diputado nacional por el partido de Gustavo Béliz. En 2003, fue reelecto, pero en la lista del macrismo. A poco de reasumir su banca, lo tocó la varita mágica y se convirtió en “nac & pop”. Tras concluir su mandato legislativo, fue designado representante ante la ONU. Actualmente, es titular de la embajada argentina en Washington. 

Julio César Alak: fue electo intendente de la ciudad de La Plata en 1991 y reelegido en 1995, 1999 y 2003. Partidario consecutivamente de la reelección y de la re reelección de Menem. En 2008, fue convocado por Cristina Fernández para integrar el directorio de Aerolíneas. Actualmente se desempeña como Ministro de Justicia y Derechos Humanos. 

Julián Domínguez: durante el gobierno de Carlos Menem fue jefe de Gabinete del Instituto de Previsión Social, director del Instituto Nacional de la Juventud, jefe de Gabinete del Ministerio del Interior. También fue ministro de Obras y Servicios Públicos durante el gobierno de Carlos Ruckauf y más tarde vicejefe de la Jefatura de Gabinete de Eduardo Duhalde. Con los Kirchner, pasó por la jefatura de gabinete, el ministerio de Defensa y el Agricultura. Actualmente preside la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

Rafael Bielsa: entre otros, fue asesor de Gabinete de la Secretaria Legal y Técnica de la Presidencia entre 1989 y 1990 y de la Dirección General de Estudios y Proyectos de la Presidencia de la Nación entre 1990 y 1991. En 1991, fue nombrado responsable del proyecto de Informatización de la Subsecretaria de Justicia y permaneció como asesor de gabinete de esa secretaría durante varios años. Fue Ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Néstor Kirchner y diputado nacional K entre 2005 y 2007. Frustrado candidato a la gobernación de Santa Fe. Actualmente se desempeña como “Secretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico”, pero casi no se nota. 

Roberto Dromi: ex Ministro de Obras Públicas de Carlos Menem, arquitecto de las privatizaciones durante el gobierno del riojano. Actualmente se desempeña como asesor del Ministerio de Planificación. Marxista de Kicilof, propone recomprar YPF a buen precio con los fondos de la Anses. 

Carlos Bettini: ex jefe de Gabinete de Elías Jassan, ministro de Justicia durante el gobierno de Carlos Menem. Desde 2004, embajador argentino en España. 

Oscar Parrilli: Fue diputado menemista durante aquellos años y miembro informante ante la cámara durante la sesión que aprobó la privatización de YPF (ver aparte). 

Haroldo Lebed: El secretario de Relaciones Institucionales del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca fue intendente de Carmen de Patagones entre 1991 y 1995 y apoyó al gobierno del doctor Menem. Versátil, en 2001 fue secretario de Agricultura de Duhalde. Coherente, en 2009 fue la cabeza patagónica de Unión Pro.

Noemí Rial: La actual viceministra de Trabajo fue, entre 1991 y 1993, fue  gerente general de la Administración Nacional de Seguros de Salud (ANSAL), que obedeció las políticas del menemismo en esa área. 

Norma Soutullo: Actual síndico de Enarsa, fue subsecretaria de Coordinación e Innovación en el gobierno de Néstor Kirchner. Antes, durante el menemismo, fue la directora de Asuntos Jurídicos de Corach. Se vio envuelta en un módico escándalo por su decisión de delegar la responsabilidad de la seguridad informática en una empresa privada, Pricewaterhouse, mediante contratación directa. El Serpaj denunció que esa empresa copió los discos rígidos de algunos servidores del Ministerio de Justicia del que dependen organismos sumamente sensibles. 

Alfredo Scoccimarro: Titular de la Secretaría de Comunicación Pública y hombre que maneja los fondos de la pauta publicitaria, fue vocero de Armando Canosa, subsecretario de Transporte de Menem entre 1996 y 1999. Periodista de oficio, en esa época montó un programa radial sobre infraestructura y transporte financiado por las empresas del sector, algo supuestamente incompatible con sus funciones. Según sus colegas, “era un tipo muy consustanciado con la causa menemista, un liberal hecho y derecho”. En 2003, fue nombrado vocero del Ministerio de Infraestructura y Transporte, a cargo de Julio De Vido. Se transformó en el vocero personal de Néstor Kirchner cuando éste dejó la presidencia. 

Juan Carlos Pezoa: El actual titular de la Secretaría de Hacienda de la Nación fue director de Relaciones Fiscales y Económicas con las Provincias en el Ministerio de Economía durante la gestión de Domingo Cavallo. También fue diputado nacional del PJ por la provincia de Buenos Aires entre 1995 y 1999. Durante la presidencia de Néstor Kirchner, fue nombrado Secretario de Gabinete y Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete a cargo de Alberto Fernández, a quien conocía de su paso por el equipo de Cavallo. Fue designado interventor del Enargas en 2007, a pesar de no haber tenido ningún antecedente vinculado con energía o combustibles, y renunció a los pocos meses. Recientemente tuvo un duro enfrentamiento con los gremios estatales por suspender los pagos extra por premios y remanentes en los salarios públicos, en el marco del ajuste en el Estado. 

Sergio Massa: Intendente de Tigre. Se inició en la política de la mano de la Unión de Centro Democrático de Álvaro Alsogaray. Fue presidente de la Juventud Liberal bonaerense entre 1994 y 1996 y pasó luego a las filas del Partido Justicialista como muchos otros miembros de la Ucedé. Fue brevemente subsecretario de la Juventud del Ministerio del Interior y luego paso integrar el cuerpo de asesores del Ministerio de Desarrollo Social durante la gestión de Palito Ortega. Fue nombrado por Duhalde al frente de la Anses y luego ratificado por Néstor Kirchner hasta 2007, año en el que se alzó con la intendencia de Tigre. Fue Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación entre 2008 y 2009. Ex candidato testimonial. El escándalo de los wikileaks lo dejó muy mal parado. Continúa al frente de la comuna de Tigre y se lo considera alternativamente un “oficialista díscolo” o un traidor al proyecto K, según la circunstancia. Mantiene vasos comunicantes tanto con macristas como con kirchneristas por igual. 

Daniel Filmus: El actual senador nacional por el Frente para la Victoria fue, durante la cuestionanda intendencia porteña de Carlos Grosso, director general de Educación entre 1989 y 1990; más tarde, fue designado subsecretario de Educación hasta 1992. Pasó a ser Jefe del Gabinete de Asesores de la ministra de Educación Susana Decibe y asesor del ministro Jorge Rodríguez, quien luego sería jefe de Gabinete de Carlos Menem. Entre 2003 y 2007, fue Ministro de Educación de Néstor Kirchner. Dos veces intentó sin éxito alcanzar la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires (2003 y 2007). 

Mario “Pacho” O´Donnell: Titular del Instituto Manuel Dorrego, orientado a la revisión historiográfica, en los noventa estuvo enrolado en el menemismo. Fue  Secretario de Cultura de Buenos Aires y de la Nación, y además Senador Nacional y Embajador en Panamá y en Bolivia. En 1999, se candidateó en la interna del PJ porteño para la jefatura de gobierno, en fórmula con Daniel Scioli como vice; el Ministro de Trabajo de Menem, Antonio Erman González, encabezaba la lista de diputados nacionales y Claudia Bello, la de senadores. Tras un resultado controvertido, finalmente compartiría boleta con su adversario en la interna, el ex ministro de Justicia Raúl Granillo Ocampo.

Guillermo Oliveri: Secretario de Culto del gobierno de Cristina Fernández. Fue concejal en la ciudad de Buenos Aires durante los 90 y jefe del bloque del PJ. Alineado con la ultramenemista Claudia Bello. En las internas del PJ, apoyó a Scioli en 1997. Encabezó la lista de legisladores porteños del PJ en 1999, junto a Cristian Ritondo -ex segundo de Miguel Angel Toma en la Secretaría de Seguridad, actual jefe del bloque macrista en la legislatura de la ciudad. 

Juan José Mussi: En diciembre de 2010, asumió como Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en reemplazo de Homero Bibiloni. Es un importante operador político entre los intendentes de la tercera sección electoral. Fue intendente de Berazategui entre 1987-1994 y 2002-2011. Durante este interregno, fue ministro de salud de la provincia de Buenos Aires. En 1994, fue electo convencional nacional constituyente para la reforma constitucional que habilitó la reelección de Carlos Menem. En 2002, fue designado por Duhalde como Secretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior, cargo que ocupó hasta noviembre de 2003, ya bajo la presidencia de Néstor Kirchner. Estuvo implicado en la “megacausa” por defraudación a IOMA. 

Este listado es incompleto ya que no se agregan, para no ocupar páginas y páginas, los nombres de los diputados que votaron las leyes del menemismo durante los noventa y que hoy levantan la mano para votar joyas kirchneristas como la Ley Antiterrorista, o los nombres de los intendentes que eran menemistas con tanta pasión en los noventa como cristinistas lo son hoy en día. Sin embargo, este listado da cuenta de los vasos comunicantes entre aquella época y la actual, que no sólo se vincula a través de nombres propios, sino que cuenta con políticas estratégicas similares. Para finalizar, algunas palabras –para Menem con cariño– de serios referentes del menemismo de ayer que no quisieran ser recordadas hoy por quienes las pronunciaron. Pero lo dicho y hecho, dicho y hecho está.

Néstor Kirchner, ex presidente de la Nación:

“Casi diría, con toda seguridad, que desde el paso de aquel gran General, haya un presidente que haya escuchado tanto a la Patagonia Sur y a Santa Cruz en particular”. “Hoy, (…) por el honor que significa la presencia del presidente Menem, acá está el pueblo de Santa Cruz acompañando el proceso de transformación en la periferia de la Patria argentina. 

Hemos saludado a nuestro presidente y al pueblo de la República siempre con el corazón en la mano, con nuestra conciencia y actitud soberana permanente que hacemos en nuestra tierra. Por eso, con el mismo cariño con que lo recibimos hoy, también con la misma fuerza que ha dado permanentemente a un hombre del interior de la Argentina…”. 

Cuando el santacruceño arribó a la presidencia, no tenía empacho en declarar tajante que “nunca” fue menemista. “Si hay alguien que nunca estuvo con el menemismo, que lo combatió en 1988 y por eso me respetan tanto, fui yo”, decía. 

Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia: 

“No pedimos perdón por lo que estamos haciendo, esta ley servirá para darle oxígeno a nuestro gobierno y será un apoyo explícito a nuestro compañero presidente Menem”. En 1992, el entonces diputado por el PJ neuquino se dirigía así a la Cámara en calidad de miembro informante de la privatización de YPF.

Cristina Fernández, presidenta de la Nación:

“Señor presidente: Venimos a requerirle que, a través de una declaración, nuestra Honorable Legislatura se expida exigiendo a los diputados nacionales del Distrito que posibiliten el tratamiento del proyecto de Ley de la nación que trata sobre la transferencia del dominio público de los Yacimientos de Hidrocarburos del Estado Nacional a las provincias en cuyos territorios se encuentre. (…)

Es que un conjunto de legisladores de la Cámara de Diputados de la Nación, cada uno con sus respectivas razones, vienen obstruyendo la posibilidad de que aquella Ley de Federalización de Hidrocarburos de y de Privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales tenga siquiera su tratamiento en esa Cámara.

Como se comprenderá, ninguna argucia reglamentaria debe estar puesta al servicio de retrasar las soluciones que nuestra Provincia necesita.

Del dictado de esa ley depende hoy el envío de los 480.000.000 de U$S y el pago de nuestra parte en la licitación de las áreas ya concretada”.

Proyecto de declaración presentado la Legislatura de Santa Cruz por la entonces diputada provincial Cristina Fernández el 17 de septiembre de 1992. Aprobado sobre tablas. Su tratamiento inmediato fue mocionado por el entonces también legislador Héctor Icazuriaga, actual jefe del Servicio de Inteligencia.

© Escrito por Andrés Hansy y publicado por plazademayo.com el lunes 16 de Abril de 2012