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domingo, 1 de febrero de 2015

Néstor Apuzzo. Las estatuas son para los grandes… De Alguna Manera...

Las estatuas son para los grandes…


Apuzzo, campeón en el Globo, no se pone a la altura de Ringo, de Menotti ni de Masantonio: "Ellos son unos maestros". Una historia de vida...

Las calles de Parque Patricios ya saben de quién se trata. Las suelas de Néstor Apuzzo están gastadas por las baldosas de Urquiza, las de Caseros, las de 24 de Noviembre y, por qué no, por el empedrado de Rondeau. “Es el mejor barrio del mundo, hermano”, dice el técnico del Globo y se regocija porque todavía lo camina; esta vez junto a Olé. Se ríe con la producción, pero agarra viaje. “Este es un monstruo, eh”, y señala a Ringo Bonavena, el gran campeón inmortalizado frente a la sede. “¿Y aquél de allá? ¡Mamita!”, redobla la apuesta y ahora indica que unos metros más adelante está el monumento a Herminio Masantonio, goleador eterno. Posa, sonríe, flash.

-Alejandro Nadur dijo que a Marcos Díaz hay que hacerle una estatua por los penales, ¿a vos también?
-Naaa, eso es una boludez. Las estatuas son para los grandes. Yo soy una parte de Huracán y tuve suerte de meterme en la historia linda. El reconocimiento a ese nivel debe ser para Ringo, Masantonio, Menotti...

-Bueno, pero al menos un reconocimiento por pasar la vida en este barrio...

-Llegué justo en el 73 a Huracán, imaginate. Tenía diez años. Estuve en las Infantiles, entrenábamos en el Autódromo. Ese año también llegó el Turco García, Claudio Morresi, Omar De Felippe, con el que después hice Inferiores. Ya cuando tenía 16, Vicente Bonavena me subió a la Reserva...

-Pavada de apellido...

-El hermano de Ringo, un fenómeno. Después fue presidente de Riestra. Teníamos una gran relación, me adoraba. Tuvo mucho que ver en mi carrera aunque no llegué a debutar en Primera.

-¿Cómo es eso? 

-Me quedó la deuda de debutar en Primera con Huracán. Estuve muchos años en la puerta por distintos problemas como la guerra, lesiones, enfermedades.

-¿Te marcó Malvinas? -No me gusta hablar de eso, salí muy mal de la guerra aunque no fui. Estuve en Boulogne y en el continente, no en combate como Omar, quien es un tipo al que quiero mucho. Somos sufridos, sabemos lo que es pasarla mal. Ojalá que algún día él sea técnico de Huracán.

-¿Y a qué te referís con “las enfermedades”? 

-Mi carrera estuvo interrumpida también por una infección en la planta de un pie. Creían que era un tumor, no me querían tocar. Jugué como 15 partidos con una goma espuma, rengo. Después estuve parado por un palazo que me dio un principal en la colimba...

-Pará, pará, ¿cómo? 

-Sí, me generó un problema muy grave en un riñón. Cada vez que me exigía de más orinaba sangre. Tuve que esperar que me cerrara esa vena para volver a jugar.

-¡Ah, bueno! ¿Algo más? -Sí, hepatitis B...

-¿Es joda, no? 

-No, no. La misma que tuvo Maradona y Valdano, a quien lo sacó del Mundial 90. Estuve al borde de la muerte. Un año y medio sin jugar; cuando vuelvo, Huracán me deja libre. No le hice juicio.

-Uff, balde de agua fría...

-Estaba muy depresivo por la guerra y los médicos me decían que no iba a volver a jugar porque a los 20 tenía el hígado de una persona de 50... Igual, me convencieron, eh: jugué en Sportivo Barracas, en San Pedro, en el exterior y Lugano. Pero ya no me sentía el mismo futbolista, me dediqué al trabajo. Una playa de estacionamiento, un taxi y al final una rotisería. Me retiré.

Con los cortos, el Cabezón era más derecho que zurdo, gozaba de una buena pegada y panorama. “Tenía talento, pero era vago. Como sabía que me ponían igual jugaba por la sombra”, se suelta quien arrancó de enganche y terminó de 5. No así en el futsal, deporte con el que regresó a Huracán con 28 años y con el que ganó todo como jugador y DT: “Jamás pensé que iba a dirigir, como me dijo el Tano Passini en Lugano”.

-¿Cuándo empezaste con la formación? 

-Con el baby de Huracán. Salieron jugadores como Defederico, Cura, Monzón, Nieto... Después quedé como coordinador de Infantiles. Y cuando llegó Brindisi, en 2002, me subió a Inferiores. El me metió en la formación, por así decirlo.

-¿Y cómo te fue? 

-La Novena fue campeona y el baby también. Una revolución en Huracán.

Olé sacaba el Suple del Globo y los mencionaba a todos porque se veía que había futuro.

-¿Ahí ya arrancaste con los interinatos? 

-Claro, en el 2003 sacamos jugadores como Goltz, Grimi, Osvaldo, Sánchez Prette, Milano, Larrivey... A Quiroz le va mal y me suben a Primera: 2-0 a Chicago, en Mataderos, con un gol de Osvaldo. Hice llorar a 30.000 tipos pero por los gases... ¡Se armó un lío bárbaro! -Aunque te fuiste...

-Cuando llegó Babington, en 2007, llevó a Amodeo y me fui; me debían los premios. Tampoco hice juicio.

-De nuevo la calle.

-Estaba mal por dejar a Huracán. Pero un día sonó el teléfono y me dijeron que me querían en el Barcelona... Les dije “no me carguen más” porque pensaba que era joda. Era verdad.

-¿Eh? 

-El Proyecto Barcelona. La primera filial en Sudamérica, bajaban línea de España. El día que iba a La Candela a negociar, llevaban el cuerpo de Perón por la Ricchieri. Tenía que estar a las 15.30, llegué a las 17... Me esperaron. Conocí a Messi, un tipo muy humilde.

Pero el destino lo puso otra vez en Patricios. “Apenas asumió Nadur me llamó a mí y a Cámpora, je”, dice Apuzzo, quien tiene su biografía encaminada. Allí surgieron Gonzalo Martínez, Bustos, Campana, Gallegos, Villarruel... Y aun con las tres hernias de disco, por las que debe infiltrarse cada que vez que dirige, se bancó cuatro interinatos.

-Faltaban siete fechas, Huracán estaba último y vos agarraste. ¿Sos loco? -Jaja, no. Me ayudó mucho conocer a estos jugadores, gané tiempo. Tenía una sola bala. Les llegamos rápido.

-Si te digo Pity, Espinoza, Romero Gamarra...

-¡Mis hijos! El Pity es crack; Espinoza tiene la mente de un tipo de 30 años; y acordate que el Kaku la va a romper. No me equivoqué, eh.

-No debutaste como jugador, pero al igual que Menotti fuiste campeón.

-Todo lo que Dios me sacó como jugador me lo dio como entrenador.

-¿Y Dios? 

-Tengo su teléfono, le voy a pedir ayuda para jugar la Libertadores...

-Ahí te consagrás.

-¡Ojalá! Si le hago mal a Huracán vuelvo a Inferiores. Aunque con estos pibes no vamos a perder tres partidos seguidos...

© Escrito por Nicolás Migliavacca y publicado el domingo 01/02/2015 por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.