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viernes, 30 de diciembre de 2011

Jorge Lanata firmó contrato con Mitre... De Alguna Manera...


Jorge Lanata firmó contrato con Mitre...

La firma. El gerente de noticias y programación Jorge Porta, Jorge Lanata y el gerente general Rubén Coda, al firmar el contrato.

Debutará el 6 de febrero. Irá de 13 a 14.30. “Vamos a hacer una suerte de noticiero”, le contó ayer el periodista a “Clarín”.

La TV tiene que ver con el poder. La radio, con el alma”. Ese eslogan soltó ayer Jorge Lanata, mientras brindaba con champagne en el tercer piso de Radio Mitre. Su vuelta a conectarse con el “alma” se produjo tras cuatro años de ausencia en el aire (desde 2007, en Del Plata). A las 13.18 estampó su rúbrica en el contrato y, dos segundos después, tomó el encendedor y se apoyó en su compañero: el cigarrillo. Alguien bromeó con que era “ley” no defenestrar al aire a River Plate, y el periodista sacó a relucir su árbol genealógico: “En 1914, Agustín Lanata, mi abuelo, salió campeón con River de la Copa Competencia”.

El 6 de febrero Lanata debutará frente al micrófono de 13 a 14.30, con un ciclo que aún no tiene nombre. “Me da igual el título, porque la marca no quiere decir nada. El producto significa la marca”, comentó. Después de atravesar una insuficiencia renal y someterse a diálisis, aseguró que está “dando pelea”. Y contó: “En algún momento, si me hago un trasplante, voy a tener que dejar el cigarrillo. No es lo más difícil eso para mí. Lo difícil es vivir de acuerdo a lo que pensás”, juzgó.

Pese a que se lo imaginaba en la franja de la mañana o el regreso, Lanata se hará cargo de lo que el Gerente de Noticias y Programación de Mitre, Jorge Porta, bautizó “la tercera mañana”. Será la “tercera pata” luego de Nelson Castro (Primera mañana, de 6 a 9) y de Chiche Gelblung (Hola Chiche, de 9 a 13). “Lanata será como un puente entre la mañana y la tarde. Chiche, Castro y él conformarán una gran estructura, por presencia de nombre y de producto”, analizó Porta. “Es un periodista con una gran trayectoria, experiencia, visión, poder de análisis y, lo que resulta interesante, un gran productor también. Es generador de contenidos. La vocación le sale por los poros”.

Lanata consideró que “los horarios te condicionan el contenido. Depende del horario, el ritmo, el tipo de entrevista y hasta la libertad que te das para boludear. Entonces, se nos ocurrió que al mediodía podemos hacer algo así como el noticiero de Mitre”. Y agregó: “Si a lo largo del día no estás informado, escuchándonos, te vas a enterar de todo lo que pasa. Va a haber cuestiones frívolas e información dura. E invitados en el piso, como si esto fuera más la televisión que la radio. Porque eso es algo que a la radio le está faltando. Además, quiero hacer el programa con público”, adelantó.

El hombre que debutó en la radiofonía a los 14 años (Radio Nacional), y que prepara para 2012 un programa de televisión en El Trece, asegura que aún no armó su equipo definitivo. “Ernesto Tenembaum probablemente esté en la última media hora, para después hacer una continuidad con su propio programa (El club de la tarde)“, advirtió.

“Hay que explotar ese costado de la radio que parece una pavada, pero que muchas veces no se cumple: la gente hablando. Es algo básico. Lo que uno busca del otro lado de la radio es la historia de una persona”, reflexionó después de infiltrarse en el estudio de Mitre para conversar con Gelblung . “La radio es el alma”, repetía. El alma, en 2012, entonces le volverá al cuerpo.

© Publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 30 de Diciembre de 2011

sábado, 24 de diciembre de 2011

El silencio como fortaleza o debilidad… De Alguna Manera...


El silencio como fortaleza o debilidad…


Esta vocación por el silencio ¿será entonces fortaleza o debilidad?

Ajuste y ofensiva antiprensa. La autoproclamada “sintonía fina”, el doble discurso oficial y la búsqueda de unificar el relato a la fuerza.

¿Fortaleza o debilidad? El kirchnerismo enfrenta, por primera vez en su historia, la realización de un autoajuste: les toca ahora, en su tercer gobierno consecutivo, hacerse cargo del gasto discrecional. Lo hacen a regañadientes, vistiendo de actos patrióticos la renuncia a subsidios que ellos mismos dieron.

El Gobierno sabe, sin embargo, que aun así no alcanza: el “reacomodamiento” de Boudou es sólo el 6% del total que deberá seguir desgranándose con el correr del año. Ese desfase –que se inauguró con el eufemismo presidencial de “sintonía fina”– dejará en evidencia, cada vez más, el doble discurso kirchnerista: Moyano lo advirtió como el comienzo del final de su poder: una cosa son las góndolas y otra el Indec.

En este marco, la insólita escalada oficial contra la prensa de esta semana no hace más que marcar la necesidad oficial de silencio frente al conflicto.

El Gobierno necesita unificar el relato a la fuerza: por eso intenta controlar la provisión de papel, combina con Daniel Vila y José Luis Manzano el desembarco de la Gendarmería en Cablevisión, trata de acelerar los tiempos del desguace de los monopolios ajenos (mientras reafirma los propios) y fuerza la interpretación judicial de Papel Prensa como delito de lesa humanidad.

A la hora de interpretar los alcances de la flamante ley antiterrorista, el titular de la Unidad de Investigaciones Financieras, José Sbatella, confirmó que no sólo incluye ciertos delitos económicos sino que puede alcanzar incluso a medios de comunicación. “Podrá aplicarse a una especulación que golpee al Gobierno, que aterrorice a la población”, dijo.

La ambigüedad de la norma recuerda a las disposiciones chavistas sobre la prensa, autorizando la detención de quienes “causen zozobra en el público”. ¿Advertir al público de la quiebra de un banco es causar zozobra? ¿Denunciar una bolsa de dinero en el baño de la  ministra de Economía lo es? ¿Cuáles son los límites del terrorismo y quién los marca? ¿A qué distancia se ubica la “zozobra” de la “campaña antiargentina”? ¿En qué momento la crítica libre se convierte en traición a la patria?

Esta vocación por el silencio ¿será entonces fortaleza o debilidad?

© Escrito por Jorge Lanata y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 23 de Diciembre de 2011.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Cristina enamorada (parte II)... De Alguna Manera...

Cristina enamorada (parte II)...

"Que no se confunda nadie, la que decide es esta Presidenta por mandato popular", dijo Cristina. Foto: CEDOC

(Aclaración del autor: No sea guarango, lo de “enamorada” tiene que ver con “enamorada de sí misma”, y para entenderlo debe leer la nota de ayer.)

Mientras la Presidenta inauguraba en Aeroparque un hangar ya inaugurado, la soja se hundía a 412 dólares la tonelada en Chicago y el riesgo país medido por el Banco de Inversión JP Morgan se elevaba a los mil puntos, como en los buenos viejos tiempos de Fernando, El Aburrido.(Brasil tuvo 247, México 205, Uruguay 244 y Venezuela 1.292). Es cierto que, aunque en España el mismo índice le costó el gobierno a Zapatero, aquí el riesgo medido por el lobby internacional de los mercados dejó de importar hace tiempo. Pero decíamos ayer que ese pequeño brote de sincericidio en el Relato, que se expresó con la justa quita de subsidios que ellos mismos impusieron, se había marchitado luego: y sucedió precisamente en Aeroparque, donde Cristina acudió a apuntalar los vapuleados ánimos de esa “juventud maravillosa” que regentea los destinos de Aerocámpora con nuestro dinero.

“Que no se confunda nadie, la que decide es esta Presidenta por mandato popular”, dijo Cristina, maternal, frente a Recalde hijo.

El mandato popular, es obvio decirlo, habilita para gobernar pero no exime a nadie, que se sepa, de equivocarse. La infalibilidad fue abolida por el Vaticano en el siglo XIX respecto al Papa, por lo que se presume que sería exagerado aplicarla en un presidente.

Confiada en que un escándalo taparía otro, la Presidenta dio a conocer, por primera vez, los salarios de los empleados que el Estado mantiene en Aerocámpora: $ 16.680 cobra un trabajador de APTA, un jerárquico $ 21 mil, uno de servicio de a bordo $ 12.780 y un piloto $ 37.800. En el caso de los pilotos, aun calculado con el dólar Moreno, el salario es equivalente al de cualquier aerolínea del mundo, unos 10 mil dólares al mes. Cristina buscó, en su discurso, tapar otros salarios, como los difundidos por este diario el domingo pasado bajo el título de “La vida por Banelco”: Recalde hijo superó los $ 70 mil mensuales durante 2011, cobrando además un adicional por el manejo de Austral, hecho desde el mismo sillón y en el mismo horario. Eduardo “Wado” De Pedro, vicepresidente de Aerocámpora, declaró en 2010 un ingreso de $ 478.890 por militar allí, junto a $ 4.860 al mes como director de Austral.

“Todas las aerolíneas pierden”, insistió Cristina reinaugurando el hangar inaugurado que tiene 25 años de antigüedad y, según Cirielli, sufrió una remodelación que costó el triple que otra similar hecha por LAN.

Esto es parcialmente cierto: o sea, es mentira.

Algunas aerolíneas pierden, y otras, la mayoría, ganan. Si la Presidenta quisiera, podría suscribirse a la revista Air Transport World y pedirle a alguien que se la traduzca. El Poder Ejecutivo cuenta, según el Presupuesto 2011, con $ 59.500 de gastos para “libros, revistas y otros elementos coleccionables”, con lo que podría pagar la suscripción anotándose en atwonline.com. La mencionada revista especializada en el mercado aéreo publica estudios periódicos sobre los balances de las compañías en el mundo. Si se la compara con otras compañías de la región, Aerocámpora pierde, como Suriname Airways y Pluna, pero el resto da ganancias: Aeroméxico ganó 194 millones de dólares, Avianca-TACA ganó 50, Copa Airlines ganó 241, Gol ganó 128 millones y LAN, 420 millones.

Aerocámpora es una de las tres compañías que más pierden en el mundo, junto a Kuwait Airlines y Air India.TAM, la aerolínea brasileña, fue valuada en 2.395,8 millones y premiada recientenmente como “la mejor aerolínea de América del Sur”.

Recalde hijo ya lleva perdidos $ 2.100 millones y proyecta perder otros 387 en este año: la hubiéramos comprado entera. Esta parte del Nuevo Relato, al menos, es completamente falsa. Y tuvo el insólito aporte de Carta Abierta, un organismo que, como conocemos, tiene amplia experiencia aeronáutica y de gestión de empresas.

Ante experiencias tan distintas –la convocatoria a la gesta patriótica por renunciar a tres aumentos y la mentira franca en el caso de Aerocámpora–, es difícil prever cómo será el Nuevo Relato; a menos que se piense que esto termina acá, la plata alcanza y no habrá ningún conflicto.

El discurso puede preverse pero, más allá de cualquier estrategia, la realidad salta encima como un gato cuando menos se lo espera: hace algunos días la palabra “inflación” salió de la segura boca presidencial; hasta entonces, Amado tocaba la guitarra con “reacomodamiento de precios”. Con la crisis mundial pasó algo similar: primero estábamos “blindados”, ahora, de pronto, “interconectados” e indirectamente vulnerables. Hasta ahora, cuando quiso cambiar las cosas, el Gobierno actuó como si recién llegara o perseverando en el error (con las últimas medidas sobre el dólar, claramente anticonstitucionales, terminó fomentando el mercado negro).

En retórica, una “tautología” es una “afirmación obvia, vacía o redundante”: un can es un perro, por ejemplo. Voy a terminar con otra: la realidad existe.

© Escrito por Jorge Lanata y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 27 de Noviembre de 2011.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Tírenme... Jorge Lanata... De Alguna Manera...

Tírenme...

¡PIF! Jorge Lanata.

Una agresión cobarde.

Yo estaba encandilado por las luces del patio. Me puse la mano izquierda a modo de visera y miré hacia arriba a la izquierda, al contrafrente de dos de los edificios: nada. Después hubo otro grito más, del mismo sector:

—¡Gordo puto, empleado de Clarín!

La gente empezó a moverse inquieta, en los asientos, y hubo un murmullo general.

—¡Aguante 6, 7, 8!! –un grito más.
—¿Por qué no bajan a discutir acá? –se indignó uno de los asistentes.

Entonces desde las sombras dejaron de escucharse gritos y comenzó una pequeña lluvia de piedras.

Fue instintivo: yo podía suspender la charla por unos minutos o seguir. Elegí seguir hablando.

Estábamos en el patio de la sede de la Universidad de Palermo, frente a unas 400 personas, en un acto sobre la libertad de prensa. Me tocó hace unos meses encabezar una encuesta nacional de Fopea sobre mil periodistas en la que resulté elegido como el mayor referente de la profesión, seguido de Nelson Castro, Nadie y Rodolfo Walsh. Víctor Hugo Morales, Horacio Verbitsky y Magdalena Ruiz Guiñazú completaron los primeros puestos y fueron invitados al debate. Nelson estaba en ese mismo momento al aire en su programa en vivo, Verbitsky y Morales se negaron a concurrir. Y ahí estábamos: 400 personas escuchando y tres, quizá dos, tirando piedras. Fue un hecho menor, pero quiero contarles los detalles de lo que pasó antes y después, porque a veces los hechos menores hablan más de la vida real que los grandes gestos.

Promediada la charla, alguien preguntó por la situación del periodismo en Venezuela. Estuve hace unos meses en Caracas, invitado por el Colegio Nacional de Periodistas, y pude ver de cerca el tema. Magdalena me cedió el micrófono para responder: hablamos del “national and popular philosopher” Laclau y su teoría sobre la inexistencia del periodismo (Laclau, que interrumpió su estancia de treinta años en Londres para grabar unos programas del canal Encuentro y recomienda para países subtropicales como la Argentina la reelección indefinida, tal vez basándose en la Teoría de los climas de Montesquieu).

—El fondo filosófico es el mismo –dije– pero en Venezuela se ha pasado el límite de la agresión física. En el primer semestre de este año hubo 163 atentados denunciados contra periodistas; patotas –orgánicas y no– del chavismo los esperan en la puerta de los diarios o los canales.

Pero esta no era la única escena de la noche del jueves: en paralelo, y por el aire de Twitter, cientos de mensajes ya hablaban del incidente con las piedras. Las consideraciones personales de los tweets son lo de menos, de modo que voy a reproducir aquí sólo algunos y más que nada “los en contra”. Para ser justos, aclaro que los mensajes de solidaridad y condena a los piedrazos fueron los más; pero los que se alinearon apoyando a las sombras no fueron pocos. Y esos son los que me interesan, porque es ahí donde anida el huevo de la serpiente.

Twitteó con intuición y buen olfato el crítico de cine Gustavo Noriega: “A ver si se dan cuenta: hay una conexión entre que el Estado financie El Pacto y que un par de boludos les tiren piedras a Magdalena y a Lanata”. “Si a Lanata y Magdalena los insultaron los vecinos de Palermo no quiero pensar cuando pinchen una goma del auto en el Conurbano”, posteó cronopio83 Aldo Raponi. A esa altura los tres de-subicados en un contrafrente de Palermo se habían transformado en “los vecinos de”, una especie de Fuenteovejuna.

Con los mismos elementos pero actitud más profesional, el periodista Nicolás Wiñazki twitteó: “Aguante 6, 7, 8 también gritaron los que tiraron piedras a Lanata. Fueron como diez piedras. No hay lastimados”.

A esa altura la “noticia” llegó a los medios electrónicos: “En 6, 7, 8 intentaron justificar la agresión a Lanata por decir que su verborragia incitó a la agresión. Flojito, no?”, twitteó “franciscoaure”. Un “victorhugo590” registrado como Víctor Hugo Morales –que algunos afirman es un “fake Morales”, aunque no se conoció públicamente desmentida alguna del relator deportivo– dijo: “No me sorprende que arrojaran piedras sobre gente como Jorge Lanata o Magdalena Ruiz Guiñazú. El pueblo se expresa como puede”.

Al poco tiempo yo ya estaba cerca de ser el verdadero culpable. ¿Qué hacía mi cabeza atrayendo piedras, eh?

“Testigos sospechan de que haya existido una verdadera agresión al periodista Jorge Lanata. Estilo radio”, twitteó gerarfernandez. “Alumnos de la Universidad de Palermo sospechan del origen de la agresión a Lanata”, concluyó @pimboleto, Daniel Ventura.

Y hasta hubo lugar para el cinismo: mientras todos los medios oficiales ignoraron por completo el incidente, Javier Romero (un asistente de Sergio Szpolski que se dedica en Diario Registrado a calumniarnos día por medio en Internet) quiso curarse en salud: “Quien le tira piedras a un periodista ataca a la libertad”, copió en su mensaje de un sobrecito de azúcar. La diferencia del peso específico entre un puñado de piedras y el habitual balde de bosta que significa Diario Registrado son notables.

La noticia, con sus versiones y contraversiones, duró un día más en la red.

Algunas consideraciones sobre la noche del jueves:

1)Un hecho aislado no puede, necesariamente, ser confundido con una política: en todos lados hay locos sueltos. Pero una política sí puede estimular que el hecho aislado se produzca: cuando la Presidenta identifica u hostiga, con nombre y apellido a los periodistas que ella imagina como “enemigos”, puede haber uno, o diez, o cien militantes freaks dispuestos a quedar bien con la Jefa. Nadie recuerda, por ejemplo, condena alguna del Gobieno cuando militantes de las Madres de Plaza de Mayo escupieron los retratos de varios periodistas del país, acusándolos de complicidad con la dictadura.

2)“A veces pienso si no sería necesario nacionalizar los medios de comunicación, que adquieran conciencia nacional y defiendan los intereses del país. No seamos más tontos, no dejemos que nos envenenen y nos mientan”, dijo Cristina en un acto en Mercedes. “Los medios son cómplices de la política de entrega y subordinación”, agregó. “La libertad de expresión no puede convertirse en libertad de extorsión”, dijo también.

¿No le tiraría una piedrita a Lanata para complacer a Cris y defender al pueblo?

3)Al mensaje oficial “en on” se le suma la catarata de propaganda producida en la “Konzentrationslager Gvirtz”; hay más de cincuenta medios de comunicación paraoficiales, sin contar los blogs kirchneristas, los programas de televisión y radio acólitos y la vergüenza nacional de “Fútbol para Todos” (¿para cuándo Libros para Todos, o Agua para Todos o Comida o Justicia para Todos?).

4)No he recibido –y, por favor, tampoco espero– comunicación oficial alguna sobre el hecho. Sí de decenas de ONGs, público en general, periodistas, un comunicado de Adepa y muchos otros. El abanico de los 50 a 70 ¿u 80? medios de comunicación oficiales o privados (plata del pueblo que vuelve a Szpolski, Gvirtz, etc.) silenció el asunto con cuidado. Recordé el viernes la cara de mi tía Nélida diciéndome “El que calla otorga”.

5)Mientras se siga presentado al periodismo como “enemigo del pueblo, se le echará más leña al fuego. Es una democracia que a veces, desgraciadamente, parece una dictadura: la noche anterior a las piedras, 6, 7, 8 hizo otro goebbeliano informe sobre unas columnas de Martín Caparrós en El País y un comentario mío sobre Cristina en la Cadena Ser: lo titularon “Campaña Antiargentina”, del mismo modo que la dictadura tituló a las denuncias de los organismos de derechos humanos en el exterior sobre los desaparecidos. Martín estaba indignado:

—Es cierto –me dijo. Yo estuve en la campaña antiargentina en el Exterior. Fue en el ’77 o ’78. Yo fui uno de los exiliados que denunció a la dictadura. Pero nunca me imaginé que treinta años después la democracia iba a utilizar las mismas palabras.

Ni los dictadores, ni los presidentes, ni los gobiernos, representan exclusivamente a la Argentina. Son parte de ella, conformada también por los que piensan distinto al pensamiento oficial. Los afiches de Cristina hablan de amor, pero en varias ocasiones la Presidenta y su entorno ejercen el odio, o lo estimulan. Los acólitos –que para eso están– sobreactúan; escriben panegíricos, manipulan frases ajenas, cualquier cosa para lograr la distante sonrisa de la Jefa, un registro automotor, un plan, una caja regular de alimentos no perecederos. Y hay también, cómo no reconocerlo, quienes dan hasta la vida por sus pensamientos, como muchos dieron en su momento “la vida por Perón”. No volvamos a tropezar con la misma piedra.

© Escrito por Jorge Lanata y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Noviembre de 2011.


Verbitsky repudió la agresión a Lanata y Magdalena...

Fue ayer en Página/12 en un breve texto. Qué dijo.

En un breve recuadro el periodista destacado de Página/12, Horacio Verbitsky, repudió las agresiones que sufrieron sus colegas Jorge Lanata y Magdalena Ruiz Guiñazú hace unos días cuando disertaban en la Universidad de Palermo, en un Congreso del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA).

"Sin matices ni divagaciones: repudio el torpe ataque con piedras a Magdalena Ruiz Guiñazú y Jorge Lanata, a quienes transmito con estas líneas mi solidaridad. Y solicito a la Universidad de Palermo la identificación de los agresores", escribió Verbitsky.

Cuando sucedió el hecho, Lanata dijo a Perfil.com: "El encuentro fue en un ámbito privado, no en la Plaza de Mayo. Lo que quiere decir que hay gente que está muy atenta a estos encuentros. En este caso fueron dos o tres boludos que gritaban desde dos edificios vecinos. Después cayeron un par de piedras y eso fue todo. Yo seguí dando la charla", dijo.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma e Buenos Aires el lunes 7 de Noviembre de 2011.