Realidad disociada…
Carlos Menem 2021.
Dibujo: Pablo Temes.
Como Carlos Menem, Cristina impulsa ampliar la Corte Suprema. Una tradición del peronismo.
© Escrito por Nelson Castro el sábado 24/09/2022 y
publicado por el diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República
Argentina.
Lo más significativo del
alegato de Cristina Fernández de Kirchner fue no solo la falta de
refutación de índole jurídica a las acusaciones en su contra, sino que, además,
aburrió. Fue una larga catarsis llena de consideraciones políticas,
razonamientos rayanos con el disparate y mentiras. A la ex presidenta en
funciones se la vio desenfocada y desangelada. Su oratoria ha perdido fuerza.
Le falta el punch que supo tener en otros momentos. La causa principal de ello
es la imposibilidad de rebatir el peso de las evidencias de las maniobras de
fraude al Estado pergeñadas por su difunto esposo y continuadas por ella
durante sus dos presidencias.
Puede que sea difícil probar la existencia de una
asociación ilícita. Pero, más allá de ello, de lo que no hay duda es que los
negocios entre los Kirchner y Lázaro Báez constituyeron delito que dio pie a una
defraudación al erario público. Todo es tan claro que, lo único que les quedó a
la vicepresidenta y a su abogado, Carlos Beraldi, fue el ataque a los fiscales Diego Luciani y
Sebastián Mola a quienes se los vinculó con el fallido atentado criminal del
que fue víctima CFK. Como se ve, el pensamiento delirante de la ex
presidenta en funciones no tiene límites.
En su alegato, la vicepresidenta insistió con un concepto más propio de las
monarquías absolutistas que de las democracias republicanas. Para ella, el
hecho de haber sido elegida por medio del voto popular la hace intocable ante
las investigaciones judiciales originadas por delitos cometidos en el ejercicio
de la función. Es un pensamiento exactamente similar al de Donald Trump. Si este dislate tuviese viabilidad, la
posibilidad de luchar contra la corrupción en los estamentos del poder quedaría
aniquilada. Sería imposible. Por ello es que, para CFK y sus secuaces, la
división de poderes es un drama; un problema sobre el cual hay que poner manos
a la obra. De ahí el intento de ampliación del número de miembros de la Corte
Suprema. Fue lo que hizo el ex presidente Carlos Menem no bien asumió el
gobierno.
La institucionalidad y el concepto de república siempre han sido un
problema para el peronismo desde su fundación. “El remanido argumento de los
discursos de odio, la idea de una falsa persecución política y judicial, la
fantasía de que toda esa telaraña en su contra es porque no se le perdona el
bien ejercido sobre las clases populares en sus doce años de gobierno, se caen
de un plumazo con los resultados sobre la mesa. La gente está cada vez peor,
parada en la vereda de enfrente de dirigentes políticos y sindicalistas
millonarios”, –aseguró un diputado nacional del peronismo que no comparte esos
argumentos.
Anidan en el fondo de las creencias erróneas y enfermizas de la vicepresidenta y sus acólitos las ideas de ingratitud
e incomprensión, propias de los gobernantes que se creen todopoderosos y exigen
para sí mismos un lugar de máxima grandeza en la historia. Algo bastante
parecido a un culto personal disociado de la realidad. El odio y la persecución
son los nuevos hilos conductores de un relato, que hace agua por todos lados, y
que las principales voces del oficialismo repiten a coro en todos los medios de
comunicación.
En la fase política del plan de subsistencia, el próximo paso será terminar con
las PASO. Las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias fueron
creadas por el kirchnerismo en el año 2009 con el argumento de lograr una mayor
apertura de los partidos en la selección de candidatos, evitar los personalismos
y las elecciones “a dedo” en el seno de cada agrupación. Apenas 13 años más
tarde el oficialismo pugna por borrar con el codo lo que había escrito para
perjudicar a la oposición, facilitar la contienda electoral a los gobernadores
peronistas y encolumnar al partido, si fuera necesario, tras una única figura
que evite la dispersión del voto.
Cambiar las reglas de juego de manera
antojadiza es otra característica diferencial que está en la génesis del kirchnerismo. “Si vamos a ser justos, también hay que decir
que en la propia oposición hay posturas divididas, pero es cierto que no es lo
más sano cambiar de cancha en la mitad del partido. Acabar con las PASO
beneficia directamente al oficialismo que necesita un poder concentrado, sin
desafíos o rupturas internas y, al mismo tiempo, le quita una herramienta de
orden interno a JxC que hoy por hoy no está haciendo pie a la hora de
definir candidaturas”, –aseguraron en el entorno de un gobernador del Norte
argentino.
En la arena política dan por sentado que el proyecto de ampliación de la Corte Suprema no pasará la
prueba en la Cámara baja. Pero nadie se anima a decir lo mismo respecto del
destino de las elecciones internas.
Mientras los juegos perversos del poder se mantienen a la orden del día,
millones de argentinos hacen malabares para llegar a fin de mes. La inflación
es el problema central que se mantiene sin respuesta. En los próximos renglones
del plan “vamos viendo” dos cartas asoman en el sin fin de manotazos de
ahogado: el comienzo del Mundial y la aceitada máquina de imprimir billetes.
Pan y circo para una sociedad cada vez más abrumada.
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