La derecha popular…
Matriz de
medios y política desde los 90. Clarín no se dibuja por estar en todos los
cuadrantes.
Hasta las PASO, se repitió como verosímil la versión de que Macri
terminaría como De la Rúa. Equivocación que no
tuvo en cuenta algunas diferencias.
© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 19/08/2017 y publicado por el
Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Para un trabajo académico sobre cómo la subjetividad en periodismo afecta a
la política y se ve afectada por ella, estoy entrevistando a las cincuenta
principales estrellas y a los conductores de redacciones de la Argentina de los
últimos treinta años. Uno de los actores principales del éxito de Radio 10 a
fines de los años 90 sostuvo: “Macri está llevando a la práctica la ideología
de derecha popular que hizo a Radio 10 líder al final del menemismo. Nosotros
les decíamos a los sindicalistas ‘vagos, vayan a trabajar’, y Macri, junto con
Vidal, mandan a trabajar a los maestros. Nosotros pedíamos mano dura y Patricia
Bullrich más Vidal combaten el delito con determinación. Nosotros promovíamos
penalización para los pibes chorros y Esteban Bullrich declara ‘todos los días
un metro más de asfalto, una sala más, un pibe más que está preso’. Incluso la
música, porque hasta que Radio 10 instaló pasar música en español, todas las demás
radios pasaban música en inglés, y Macri terminó bailando música de Gilda con
la banda presidencial”.
Qué pasó con las PASO. Hasta los resultados del domingo pasado, se repitió como verosímil la
versión de que Macri terminaría como De la Rúa, yéndose en helicóptero.
Equivocación que no tuvo en cuenta las diferencias entre la derecha (o
centroderecha) popular y la tradicional que De la Rúa simbolizó. Para hacer más
fácilmente visible esa representación, el gráfico que acompaña esta columna se
divide en cuadrantes: dos de ellos representan la clásica división entre
derecha e izquierda, y también, desplazándose horizontalmente, los otros dos de
abajo, la división entre popular (y/o mítico) por un lado e intelectual (y/o
epistémico) por el otro. En cada cuadrante, un presidente del pasado: Alfonsín
en izquierda intelectual, De la Rúa en derecha intelectual, Kirchner en
izquierda popular y Menem en derecha popular.
Las audiencias de los medios son gigantes encuestas
o focus group que reflejan cambios de tendencia electoral.
El error del helicóptero surge de colocar a Macri en el cuadrante de
derecha intelectual (el de De la Rúa) cuando está en el de derecha popular (el
de Menem), lo que se clarifica al sumar al gráfico la relación que hay entre
subjetividad en los medios de comunicación y su relación con las preferencias
políticas, haciendo más visible el verdadero posicionamiento del PRO y
explicando por qué Macri se lleva mal con el círculo rojo y es subestimado por
las elites clásicas, como lo fue en su época de estudiante en el colegio
Cardenal Newman porque era hijo de inmigrantes.
Los deportes son otro ejemplo: el diario La Nación tiene la mejor cobertura
de los llamados en su redacción “deportes blancos”, el rugby entre ellos, igual
que en el Cardenal Newman, mientras que Macri es futbolero y como dijo un
destacado empresario del círculo rojo: “Como es futbolero, le gusta que lo
aplauda la tribuna”.
La alianza del PRO con el radicalismo y su tácito antiperonismo, por lo
menos funcional, pudo confundir a quienes veían a Macri más cerca de los
ideales republicanos de Alfonsín o De la Rúa, e inhibir a los analistas de
colocar a Macri en una zona común con Néstor Kirchner y Menem, pero con el paso
de los meses esto se hará cada vez más evidente. La primera señal fue nombrar
dos jueces de la Corte Suprema por decreto. La más reciente: la votación, el
jueves en el Consejo de la Magistratura, enviando a juicio político al juez
Eduardo Freiler, calificada como picardía o trampa legal por los medios que
simpatizan con el Gobierno pero que si hubiese sido hecha por los kirchneristas
se hubiera explicado como un escándalo antidemocrático, demostrando que nos
encaminábamos a Venezuela. Festejar el triunfo de Esteban Bullrich en las PASO
el domingo a la noche permitiendo que se difundiera internacionalmente que
Cristina Kirchner había perdido es otro ejemplo de lo que exageradamente llaman
“dictadura de ojos azules”: maneras educadas para el mismo tipo de acciones.
Macri se endeudó como Menem y aumentó el déficit
fiscal como Cristina. Lo opuesto a De la Rúa y L. Murphy.
Macri no es idealista, muestra ser decisionista y
resultadista, como Néstor Kirchner (no así Cristina) y como Menem. Otra señal
se percibió en la inconsistencia técnica de su plan económico: Macri fue ortodoxo
en materia cambiara pero heterodoxo con el déficit fiscal, el que hasta
agrandó, mientras que el disciplinado De la Rúa frente al mismo problema de
déficit fiscal, en su caso heredado de Menem y no de Cristina, hizo un ajuste
fiscal clásico y perdió las elecciones legislativas. Macri, en cmabio, se
endeuda igual que Menem.
Mediopolis. En este gráfico que cruza votantes de
distintos presidentes y las audiencias de diferentes medios, no se incluye al
Grupo Clarín porque su política editorial, al buscar satisfacer a todos los
públicos en todas las plataformas, puede ocupar todos los cuadrantes,
priorizando proporcionalmente más unos que otros en función del humor social de
cada momento. Paralelamente, los medios más representativos de la derecha: la
Radio 10 de fines de los 90, y de la izquierda: el diario Página/12, fueron
lobotomizados en distintas proporciones durante el kirchnerismo. En el caso de
Radio 10, mientras continuó siendo de Hadad tuvo que atemperar su posición de
derecha para sobrevivir con publicidad oficial durante el kirchnerismo y pasar
a abandonar directamente ese posicionamiento al ser comprada por Cristóbal
López.
Para Menem hacía falta una dosis de malicia para
gobernar, que De la Rúa carecía y Macri mostró con Freiler y el escrutinio.
En el caso de Página/12, mientras la dirigía Lanata, la
primera mitad de los años 90, se superponía más con la posición de la revista
Noticias, continuada años después por el diario Perfil, para ir abandonando
ideas liberales y aumentando su actual sesgo mítico-popular, profundizado con
la llegada del kirchnerismo. El propio Lanata tampoco se mantiene en el
cuadrante de cuando dirigía Página/12, subsumido hoy en el gran continente que
representan los medios del Grupo Clarín.
El público menos especializado en temas políticos puede
registrar más rápido señales analógicas del tipo Boca = popular y quedar menos
enredado en definiciones ideológicas que pueden confundir a algunos analistas y
al círculo rojo. Los distintos estudios de opinión pública muestran una relación
directa entre la mayor proporción de votantes de Macri y los sectores menos
politizados.
Pero que los cuadrantes de medios y política resulten
últiles para generar otra perspectiva de los corrimientos electorales no debe
hacer confundir rating con votos, y siempre hay que tener en cuenta que Ibope
mide el rating en el Gran Buenos Aires, donde se concentra un tercio de los
habitantes, que no siempre representan a todo el país.
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