Tensiones Internas… "Me acusan de ser
dialoguista"…
Índice oficial, Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes.
La frase del Presidente refleja que la política local vive en un mundo al
revés. Le endilgan lo que debería ser un mérito.
© Escrito por Nelson Castro el sábado 18/07/2020
y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La respuesta de Alberto Fernández sobre las críticas
internas que recibió en la semana es una descripción de lo que está sucediendo
al interior del Frente de Todos con un fuerte impacto en la gestión gubernamental. El kirchnerismo duro, en su dogmatismo, no ha cambiado un ápice. Al fin y al
cabo no hace más que reflejar el pensamiento y la personalidad de Cristina
Fernández de Kirchner. Como todo dogmatismo, es una manifestación de fanatismo.
En esa concepción no hay lugar para el pensamiento diferente. Todo es
antinómico. La antinomia anula el pensamiento democrático.
El “me acusan de dialoguista” es propio del mundo al
revés que se vive en la política vernácula. Ser dialoguista en la política
–como en cualquier ámbito de la vida– es un mérito, no un demérito por el cual
alguien pueda o deba ser acusado. Acusar a alguien de ser dialoguista es tan
disparatado como acusar a alguien de ser honesto.
Toda esta ida y vuelta surgió a raíz de la carta –lamentable–
que Hebe de Bonafini le envió a AF a causa de la convocatoria que le hizo a un
grupo de empresarios para participar de la ceremonia conmemorativa del Día de
la Independencia. Lo notable es que Máximo Kirchner también se ha reunido con
varios de estos empresarios, sin que hasta ahora la titular de las Madres de
Plaza de Mayo le haya dedicado alguna misiva pública crítica.
¿Qué le está pasando al Presidente que parece empeñado,
día a día, de hacer exhibición de su debilidad frente al kirchnerismo?
En la respuesta que dio por el cuestionamiento a la
postura de la Argentina en la que se condena al gobierno de Venezuela por las
violaciones a los derechos humanos que ocurren en ese país gobernado por un
régimen cívico-militar, se lo escuchó como pidiendo disculpas. Parece que
olvidó que la mismísima CFK dijo, en el reportaje que le concedió a Luis
Novaresio en 2017, que “en Venezuela no hay Estado de derecho”, realidad de la
que da cuenta la penuria de los millones de exiliados venezolanos que andan
dando vueltas por el mundo, tras haber escapado de los abusos de poder que se
viven a diario en aquel rico país castigado por la corrupción y el autoritarismo
del gobierno de Nicolás Maduro, al que por estos días critican incluso mucho ex
funcionarios de Hugo Chávez.
La clave para que se respete el aislamiento social es la
convicción, no el medio
No menos impacto y azoro produjo AF cuando afirmó que ahora
entendía las razones por las que CFK impulsó la firma del ignominioso
memorándum con Irán como un instrumento válido para el juzgamiento de los
dirigentes y ex funcionarios de ese país sospechados de ser partícipes e
instigadores del impune ataque terrorista contra la AMIA, del cual se
cumplieron ayer 26 años. Los archivos abundan en testimonios fuertemente
críticos del Dr. Fernández contra esa inentendible decisión que tomó la
entonces presidenta. Y la contradicción aumenta porque, siendo jefe de Gabinete
de Néstor Kirchner, AF supo de la intransigencia del Dr. Kirchner –a la que
apoyó decididamente– a cualquier tipo de negociación con Teherán.
El FdT en su laberinto. Los embates internos contra el
Presidente han sido tan duros que llevaron al ministro de Defensa, Agustín
Rossi, a salir a respaldarlo y a pedir el acompañamiento de sus conmilitones en
esta tarea. Curiosa coincidencia: hace unas semanas, Mauricio Macri les hizo el
mismo pedido a los suyos. “Banquemos a Alberto porque si no Cristina se lo lleva
puesto”, fue su mensaje
El kirchnerismo no se arredra. Nada hará para cambiar sus
posturas ni la forma de expresarlas. La posición que mantienen en público es la
misma que en privado. En ese ámbito las críticas al Presidente se sostienen y
se verbalizan abiertamente. “No respaldamos al embajador en su planteo acerca
de las violaciones de los derechos humanos en Venezuela, que hizo lo que pudo
de acuerdo a las presiones del imperialismo norteamericano”, señala una voz K,
que agrega: “A Vicentin la tendríamos que haber expropiado. El gobierno
nacional tiene muchas presiones y no puede dar algunas batallas que todos
esperamos”.
Para sumar más elementos de tensión, el ministro de
Seguridad de la provincia de Santa Fe, Marcelo Sain, respaldó por estas horas a
Sergio Berni en sus críticas a la gestión de la ministra de Seguridad de la
Nación, Sabina Frederic. En charlas en ámbitos privados, Sain adhiere “al pie
de la letra” al reclamo de su par bonaerense. “No me escuchan; Gendarmería se
hizo bullrichista y nosotros estamos en pelotas”, se le escuchó decir al
polémico ministro.
La cuarentena intermitente. La fase de la cuarentena que
terminó el viernes fue un fracaso. Es lo que muestra el número de casos. En la
larga exposición del viernes, el Presidente quiso presentar como un éxito lo
que acabó siendo un fiasco. Es lo que la calle mostraba todos los días;
negocios de todo tipo abiertos, gente desplazándose por todos lados, ausencia
de control. Ante tales evidencias del revés, al Gobierno no le quedaba otra que
la flexibilización que comienza mañana.
El gran problema que existe no es el número de casos sino
la disponibilidad de camas de terapia intensiva y de personal en el Área
Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Ese es el cuello de botella.
La necesidad de respetar el aislamiento social y la
higiene es clave. La inobservancia de esas normas está en la base de los
rebrotes que se están viendo en Europa por estos días.
Intentar que la gente cumpla con estos preceptos a través
del miedo es inconducente. La única manera de lograrlo es a través de la
convicción.
Esa es la moraleja que deja lo sucedido durante las
últimas tres semanas en nuestro país.
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