Alberto acusó a CFK…
El
candidato (y también el autor de esta columna) fue citado por el juez. Qué
dijo textualmente en la entrevista clave.
© Escrito por Nelson Castro
el domingo 14/07/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Alberto
Fernández entrevistado por Nelson Castro, en su programa "El juego
limpio"; en el canal "TN" ("Todo Noticias") -
26/02/2015
(YouTube: jmortiz77)
Fue uno de los hechos
relevantes de la semana política: la declaración testimonial de Alberto
Fernández en
la causa por el atentado contra la AMIA, que tiene como uno de sus incriminados
a Cristina
Fernández de Kirchner. La
citación, promovida por familiares de las víctimas del ataque terrorista más
grande que sufrió la Argentina, se originó en las declaraciones que el ahora
precandidato presidencial del Frente de Todos realizó en el programa El juego
limpio el 26 de febrero de 2015, un mes y ocho días después de la muerte del
fiscal Alberto Nisman, un magnicidio. De ese reportaje, que duró nueve minutos
y cincuenta segundos, se reproducen a continuación los primeros tres minutos y
57 segundos. Su lectura es fundamental para que el lector tenga una acabada
idea de lo dicho por Fernández y de sus implicancias.
FERNÁNDEZ: Yo creo que Cristina va a dejar el gobierno con dos
máculas, que son el haber hecho dictar dos leyes para protegerse penalmente de
dos delitos cometidos: el primero, el encubrimiento a Boudou por el caso
Ciccone, y el segundo, el encubrimiento al haber hecho aprobar por ley el pacto
con Irán, que es definitivamente un acto de encubrimiento.
CASTRO: De eso usted no tiene dudas.
FERNÁNDEZ: Absolutamente. Rafecas tampoco. Rafecas también lo
ha dicho hoy con todas las letras.
CASTRO: Es muy interesante lo que usted dice, porque Rafecas
tira abajo la denuncia (de Nisman) porque entiende que ese delito no ocurrió
aun cuando había una idea de hacerlo. Coincide en la idea pero sostiene que el
delito no se cometió.
FERNÁNDEZ: Trataré de explicarlo de la manera más
simple posible. En la consumación de un delito hay etapas que se llaman iter
criminis, es decir, las etapas intermedias desde que el delito se idea hasta
que el delito se comete. Yo pienso en matar a alguien, voy y compro un arma,
disparo y causó la muerte. Una ideación, un acto preparatorio, que fue comprar
el arma, el disparo, que es el comienzo de ejecución, y el resultado, la
consumación, que es la muerte. Qué es lo que dice Rafecas: el delito de
encubrimiento no existió porque no se comenzó a ejecutar, porque Irán nunca
aprobó el tratado. Pero él no dice que el delito no existe; él dice que, en
todo caso, el delito quedó en una etapa preparatoria porque faltó una etapa,
que fue la aprobación de Irán. Pero lo que está diciendo implícitamente es que
ese acuerdo tenía un fin de encubrimiento.
Claramente. Yo creo, y mire que
tengo buena opinión de Rafecas, que es un mal análisis, porque si él quería
analizar las etapas del iter criminis, el delito comenzó a ejecutarse con la
firma del convenio y no se consumó por circunstancias ajenas a la voluntad de
los autores, que es que una Cámara (del Parlamento iraní) declaró
inconstitucional el tratado. Lo que esto haría es dejar el encubrimiento en
grado de tentativa. Y me parece que, siguiendo la lógica de Rafecas, esa
hubiera sido la calificación correcta. Pero bueno, él ha pensado otra cosa. Yo
pienso que eso va a tener que ser revisado…
Días atrás, escribí un artículo en
el diario La Nación en el que hablaba de eso, de que finalmente el acto de
encubrimiento es la firma del acuerdo y que lo que Nisman dejaba al descubierto
es cómo el gobierno se valía de personajes secundarios, de personajes
liminares, de personajes casi marginales de la política para vincularse y
relacionarse con el gobierno de Irán y que eso, con las escuchas que se
pasaron, todos lo hemos observado. Y yo creo que eso merecía una mejor
investigación por lo mismo que dice Rafecas. Si Rafecas piensa que el delito no
se consumó porque Irán no aprobó el tratado, está diciendo que Argentina hizo
todo lo necesario para consumar el delito.
CASTRO: Su palabra nos interesaba mucho porque usted es una
persona que, junto con Néstor Kirchner, tuvo que ver con la génesis de la
presencia de Nisman en la investigación del atentado contra la AMIA. Su evaluación
entonces es que la investigación de Nisman no era un delirio.
FERNÁNDEZ: No. Además, creo que le comenté, cuando hablamos
por radio, que en diciembre lo vi a Nisman, que me comentó en el supermercado:
“Tengo probado el encubrimiento”; yo me reí y le dije: “Pero el encubrimiento
ya existe, es el tratado”…
Hasta ahí el diálogo. Hay
varias cosas que se desprenden de los dichos contundentes de Alberto Fernández:
primero, señala que al terminar su mandato Cristina Fernández de Kirchner lo
haría manchada por dos decretos destinados a protegerse de otros tantos
delitos: el caso Ciccone y la firma del tratado con Irán. Segundo, caratula al
delito como encubrimiento en grado de tentativa. Tercero, explica en términos
técnicos del derecho penal por qué debe considerarse la firma del tratado como
un delito. Cuarto, menciona la palabra “encubrimiento” siete veces. Quinto,
afirma sin lugar a dudas que la investigación del fiscal Nisman que comprometía
a la ex presidenta tenía bases sólidas.
Todo esto derrumba sus
declaraciones –en medio de un enojo que no le conocíamos y que tuvo reminiscencias
de lo que hacía Aníbal Fernández en sus tiempos de apogeo– diciendo que lo
manifestado en aquel reportaje eran solo apreciaciones políticas.
Por si no quedó claro: en
ningún momento del reportaje habla de un error político sino de un
encubrimiento, o sea, de un delito.
Alberto Fernández es un muy
buen profesor de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la UBA, por lo que
su explicación de las etapas del delito aplicadas a la firma del memorándum que
detalla en la entrevista es muy didáctica.
Es verdad que su citación
por parte del juez Claudio Bonadio resulta extemporánea. Es producto de la
presentación hecha por un grupo de familiares de las víctimas del atentado
contra la AMIA. Quienes están a cargo de las diferentes causas vinculadas con
el hecho debieron haberlo llamado a comparecer a su debido tiempo, es decir,
hace cinco años. Que ello haya ocurrido en medio del proceso electoral le da un
tufillo de campaña que es malo para la investigación en sí. Muestra además las
deficiencias –que parecen insolucionables– de la Justicia argentina.
En su condición de jefe de
Gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández compartió la posición del
entonces presidente, quien se negó rotundamente a cualquier vía de un
entendimiento que pusiera freno a la investigación del atentado, objetivo que
el gobierno de Irán buscó con denuedo.
Por eso, este episodio lo
puso a Alberto Fernández frente a una indiscutible contradicción. Y es que, en
verdad, su candidatura a la presidencia de la Nación, compartiendo fórmula con
Cristina Fernández de Kirchner, representa eso: una enorme contradicción.
Producción periodística:
Lucía Di Carlo.
N. de la
R.: esta columna está dedicada a la memoria de Pepe Eliaschev.
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