Teoría de los juegos
en las medidas
de Moreno…
de Moreno…
Ilustración de Pablo Blasberg
Ireversible” es una
película francesa de 2002, dirigida por el argentino Gaspar Noé, que cobró
celebridad por lo explícito de sus escenas de violencia. El título también le
sienta bien a un debate de moda entre los economistas locales, en el que se
intenta definir cuán “pasajeras” o “irreversibles” son las medidas de política
económica adoptadas por el Gobierno en los últimos cuatro meses, de un mayor
control del mercado cambiario y de las importaciones.
Buena parte de los economistas que defienden las decisiones
aplicadas desde diciembre por Guillermo Moreno utilizan el siguiente argumento:
“Las medidas de proteccionismo y de control cambiario no son aconsejables a
priori, pero en un contexto de escasez de dólares pueden estar justificadas. De
hecho, se frenó la fuga de capitales”.
Para Lucas Llach, profesor de la Di Tella y autor del blog
“La ciencia maldita”, esta idea presenta un error conceptual: la actual
dinámica está encerrada en un círculo vicioso que la hace muy difícil de
revertir a futuro. “Si a un empresario se le da una señal para que produzca
para sustituir importaciones, a futuro esa misma persona va a exigir que se
cierre más la economía”, explica, “no es tan fácil volver atrás”.
El esquema que describe Llach se parece -salvando las
distancias entre dos macroeconomías muy distintas- al que en su momento
plantearon los economistas Daniel Heymann, Mariano Tomassi y Sebastián Galiani
con la Convertibilidad y la teoría de los juegos, en una de las más elegantes
estilizaciones propuestas para explicar la década del 90. En ese modelo se
advertía una dinámica que se auto-profundizaba, y en la que los “costos de
salida” son cada vez más elevados. Cada vez que surgían dudas con la caja de
conversión y alguien sugería flexibilizarla, la respuesta del sistema era
hacerse más rígido, con leyes de intangibilidad de depósitos, una nueva
convocatoria a Domingo Cavallo, etc.
Los economistas que están viendo con preocupación este
modelo advierten un sesgo anticrecimiento. Juan Llach, ex ministro de la
Alianza y padre de Lucas, fue uno de los primeros en remarcar, el año pasado,
este “cambio de régimen” con respecto a la economía de la primera etapa
kirchnerista. Apreciación cambiaria, inflación elevada, deterioro fiscal,
controles y proteccionismo son diferencias en variables centrales con respecto
al período 2002-2007.
De otro lado, los optimistas -que son minoría entre los
economistas-, subrayan que el actual es el Gobierno con mayor poder político de
la historia, y por lo tanto con margen de maniobra para corregir sobre la
marcha si se complica mucho el nivel de actividad.
A Lucas Llach, que tiene un doctorado en Historia en EE.UU.,
esta saga le hace acordar al segundo gobierno de Perón, con una economía más
cerrada, menor crecimiento y conflictos distributivos. “El año clave que hay
que mirar es 1959”, argumenta. Fue cuando Frondizi decidió liberar las
tensiones acumuladas para atraer capitales del exterior, y la inflación, en una
primera etapa, superó el 100%. Una película, por entonces, tan cruda como la de
Gaspar Noé.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario