Rusia en Buenos Aires: platos del este
preparados por sus dueños...
El Molino Dorado en Almagro ofrece comida
casera de Rusia de la mano de una familia ruso-ucraniana.
Además de buenos escritores, bailarines y
directores de cine, Rusia también se caracteriza por una riqueza innumerable de
platos. En un pequeño y cálido restaurante de Almagro, en la esquina de Quito y
33 Orientales, una familia ruso-ucraniana prepara recetas típicas para todos
los que quieren probar una auténtica comida del este de Europa.
Los fundamentos gastronómicos de Rusia
provienen de las recetas de las poblaciones rurales ubicadas en lugares
caracterizados por un clima extremadamente frío. Por eso los platos que se
preparan en El Molino Dorado son ideales para el otoño e invierno. El menú
incluye pastas, carnes y blinis (creppes salados o dulces con o sin relleno).
Las pastas más populares son los vareniki (rellenos de papa con cebolla
salteada y panceta ahumada) y los pelmeni (rellenos de distintas carnes y
hierbas de origen ruso). Entre las carnes, el plato preferido por los
comensales son las supremas a la kiev (una suprema de pollo envuelta en una
masa fina, rellena con eneldo, manteca y finas hierbas). También hay salchichas
con chucrut (ahumadas) y carne de cerdo guisada con chucrut.
Además, hay algunos platos especiales como la Buzhenina (carne que
pasa por tres cocciones) o los Shashlyk con matzoni (brochettes de cerdo o
pollo marinadas con hierbas árabes). Sin embargo, estos últimos platos hay que
solicitarlos con anticipación porque requieren un tiempo mínimo de preparación
de seis horas. En el local hay 21 botellas con distintos tipos de vodka y
también se ofrece vodka casero, preparado por sus dueños. Además, hay té negro
y verde para tomar en samovar, un curioso recipiente metálico que solían
utilizar los rusos para mantener la temperatura del agua. El precio promedio de
un almuerzo o cena es de $60 pesos.
El Molino Dorado es un negocio familiar con
espacio para 22 cubiertos. El restaurante es atendido por Dimitri y la cocinera
del lugar es su madre, Irina. Ambos tuvieron la idea de abrir un local de
comida hace tres años, luego de vivir durante 14 años en Argentina. Si bien al
principio pensaron abrir en un restaurante con minutas para la gente del
barrio, terminaron decidiéndose por ofrecer comidas típicas del este.
Irina llegó al país con Dimitri en 1998
desde Ucrania cuando Argentina firmó un acuerdo promovido por la ONU para que los ciudadanos de
ese país y de Rusia pudieran emigrar. Una vez en Buenos aires, Irina se hizo el
tiempo para estudiar cocina después del trabajo en la Asociación Argentina
de Gastrónomos del barrio de Belgrano. Dimitri terminó el secundario y trabajó
en distintos locales de comida, como McDonald’s y Romanaccio. “Volví a Rusia
hace poco y no me gustó lo que vi”, cuenta Irina con un marcado acento ruso.
“Está todo dado vuelta y hay mucha pobreza. Las familias que antes tenían un
buen pasar hoy están en la miseria”.
Sobre las paredes rojas del restaurante
cuelgan posters soviéticos, mamushkas y fotos sacadas por la esposa de Dimitri,
una traductora oriunda de Rusia que conoció en la Iglesia Rusa de
Buenos Aires. También hay narguiles, periódicos rusos y una televisión donde se
escuchan canciones folklóricas. El baño invita a viajar en el tiempo: se
encuentra empapelado con diarios del 12 de abril de 1961, cuando el cosmonauta
soviético Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en ir al espacio
exterior.
El Molino Dorado. Quito 4100. Reservas:
3528-8940. Abierto de martes a domingos de 11 a 15 y de 20 a 23. Sólo efectivo.
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