Mostrando las entradas con la etiqueta Franco Mizrahi. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Franco Mizrahi. Mostrar todas las entradas

sábado, 15 de marzo de 2025

La represión en el banquillo… @dealgunamanera...

La represión en el banquillo…

Abusos. Decenas de heridos, uno de ellos, de gravedad, fue el saldo del accionar policial. Fotografía: Getty Images.

El Gobierno acusó a los manifestantes del miércoles pasado de «rebelión», «sedición» y «asonada». Organismos de derechos humanos y víctimas denunciaron la violencia policial en los estrados.

© Escrito por Franco Mizrahi el sábado 15/03/2025 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


La marcha de los jubilados con apoyo de hinchadas de clubes de fútbol que se realizó el 12 de marzo pasado y la brutal represión que desplegó el Gobierno de Javier Milei para disuadirla derivó en una andanada de denuncias penales en tribunales porteños y de Comodoro Py. La disputa se trasladó al Poder Judicial, donde organismos de derechos humanos describieron lo sucedido como la represión más brutal desde 2001 –hubo más de 650 heridos y un joven fotógrafo lucha por su vida en terapia intensiva por un disparo policial–, mientras que el Ministerio de Seguridad de la Nación habla de un intento de golpe de Estado y acusó a organizaciones políticas y barrabravas de sedición.


La causa central que se abrió a partir de la represión y los disturbios que se produjeron en los alrededores del Congreso de la Nación, tramita en el juzgado en lo Penal Contravencional y de Faltas N° 15 de la Ciudad de Buenos Aires. Es el expediente que contó con 114 personas detenidas que fueron liberadas en la madrugada del 13 de marzo por decisión de la jueza Karina Andrade por falta de pruebas.


En este caso intervino la Unidad de Flagrancia Este del Ministerio Público Fiscal (MPF) de la Ciudad de Buenos Aires, que fue desde donde se convalidaron judicialmente todas las detenciones. Para que la jueza Andrade pudiera hacer un primer control de legalidad, la fiscalía debía suministrar la identidad de la persona detenida, su lugar de arresto, un breve detalle del delito adjudicado y la fuerza policial que previno. El MPF no informó nada de eso. ¿La razón? Los agentes que llevaron adelante las detenciones de forma arbitraria, repletas de ilegalidades tal como se desprende de diversos testimonios (fueron detenidos hasta dos menores de 12 y 14 años que salían del colegio), no detallaron absolutamente nada.


Derechos en juego.

«Fue una decisión en el marco de priorización de derechos. Estas detenciones no estaban siendo informadas en un control básico de detención. No se cumplían los requisitos básicos de información al juez», afirmó la magistrada en declaraciones a la radio Urbana Play.


Por ese motivo y porque los arrestos se dieron en el marco de una protesta social, la jueza porteña rechazó las detenciones por flagrancia y ordenó la inmediata libertad de los apresados, que no obstante continúan con una imputación provisoria de atentado y resistencia a la autoridad. La excarcelación se definió tras un planteo de la Defensa Pública de la Ciudad de Buenos Aires. Ahora, el Ministerio Público, si pretende sostener las imputaciones tendrá que profundizar la investigación. Tiene hasta tres meses para hacerlo. Por eso la causa lejos está de cerrarse.


El Gobierno reaccionó a esta orden de Andrade, quien además desbarató la tesis del oficialismo al afirmar en su resolución que «a partir de la información suministrada por la fiscalía y las calificaciones legales imputadas, ninguna de las personas detenidas lo fue bajo la imputación de delitos de portación de armas de fuego, lesiones o incendio a bienes públicos». A las pocas horas de las liberaciones, el ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, afirmó públicamente que denunciarán a la jueza Andrade ante el Consejo de la Magistratura de la Ciudad por el posible incumplimiento de sus funciones. La decisión parece más una amenaza ya que a la Libertad Avanza no le resultará sencillo avanzar contra la jueza en el órgano de selección y sanción de jueces. No tendría los votos ni en la comisión de acusación ni en el plenario para ir en contra de Andrade.


Cúneo Libarona. El ministro amenazó a la jueza Andrade con denunciarla ante el Consejo de la Magistratura. Fotografía: NA. 

Acaso por eso, este viernes, el Ministerio de Seguridad de la Nación presentó una denuncia en los tribunales federales de Retiro por «rebelión», «sedición» y «asonada». Es decir, considera que lo sucedido el miércoles fue un intento de destitución de Milei. Con el planteo, que lleva la firma del abogado del Ministerio Fernando Soto, se pretende que los hechos del miércoles se investiguen en Comodoro Py, por eso se mencionan delitos federales. Si la denuncia del Gobierno avanzase, el expediente que tramita en la Ciudad debería mudarse de jurisdicción como pasó en su momento con los hechos del 12 de junio, cuando se votó la Ley Bases. En la presentación del Ejecutivo se afirmó que se reconocieron a barrabravas de diversos clubes y se resaltó que «también convocó a la movilización el exjefe de Montoneros Mario Firmenich». También se cuestionó a la jueza Andrade. Lo curioso de esta presentación, que quedó radicada en el juzgado federal N° 11 que subroga Sebastián Casanello, es que al momento de las detenciones no hubo referencia a estos delitos. Solo se enmarcaron en atentado y resistencia a la autoridad, que son delitos menores y que se juzgan en tribunales locales.

Procesos en marcha.

Este viernes ingresaron a los tribunales de Comodoro Py diversas denuncias contra el Gobierno nacional por la represión de la marcha del 12 de marzo pasado.

La Comisión Provincial por la Memoria, que preside el premio Nobel Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien estuvo supervisando el accionar policial durante la manifestación, afirmó que fue «la más violenta represión a la protesta social desde 2001». La denuncia es por abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público, entre otros delitos. En el escrito se describe el caso de Pablo Grillo, el fotógrafo a quien le dispararon un cartucho de gas en la cabeza y tiene fractura de cráneo, y se precisó que hubo 672 heridos, entre los que había niños. También se destacó que hubo al menos 3 menores detenidos. Otro suceso que se destaca en la misma denuncia es el de la jubilada Beatriz Blanco, de 81 años, quien «recibió un golpe por parte de un efectivo de Policía Federal, mientras se encontraba sobre la vereda, en la esquina de Callao y Rivadavia. Producto de esta agresión debió ser trasladada de urgencia en ambulancia del SAME». Se trata de la agresión a la abuela que se viralizó en redes sociales.

Justamente, este viernes Blanco denunció en Comodoro Py a Bullrich por la agresión sufrida el 12 de marzo. Otras denuncias en la misma línea fueron realizadas por abogados como Gregorio Dalbón y militantes políticos como Horacio Pietragalla Corti. El Centro de Estudios Legales y Sociales hará presentaciones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y relatorías de Naciones Unidas por el operativo en general y en los tribunales nacionales por el caso de Grillo y de Blanco. Esta última será en conjunto con los gremios de SIPREBA (prensa) y ARGRA (reporteros gráficos).

La secuencia de presentaciones que se realizaron este 14 de marzo deja en claro que la intención del Gobierno de criminalizar la protesta se profundiza y que la disputa judicial por los hechos del 12 de marzo recién comienza.



sábado, 2 de septiembre de 2023

Atentado contra Cristina Fernández. Justicia Ausente... @dealgunamaneraok...

 Atentado contra Cristina Fernández. Justicia ausente… 

Sin responsables. La débil investigación judicial no llegó a establecer quién o quiénes estaban detrás del arma empuñada por Fernando Sabag Montiel. Fotografía: NA

A un año del intento de asesinato, quedan por investigar irregularidades en la causa y develar quiénes fueron los autores intelectuales y los financistas del ataque.     

© Escrito por Franco Mizrahi el viernes 01/09/2023 y publicado por la Revista Acción (*) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.     

El 1º de septiembre se cumple el primer aniversario del intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, un suceso cuyo impacto debió cambiar la inercia política de la Argentina y provocar una reacción contundente del sistema político que no existió. Aún hoy hay dirigentes que no se manifestaron en contra del ataque. La tentativa de homicidio de la expresidenta terminó encapsulada como un hecho policial más, como si no hubiera estado en juego la democracia. 

La causa que se abrió por el atentado se elevó parcialmente a juicio el pasado 12 de junio con tres detenidos: Fernando Sabag Montiel (el joven que gatilló a centímetros de la cabeza de Cristina Fernández), su novia Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, el jefe del emprendimiento de venta de copos de azúcar que parece haberse usado como pantalla para el ataque. A los primeros dos se los consideró coautores de tentativa de homicidio. Al tercero, partícipe secundario del hecho.  

No obstante la elevación de la causa, quedaron pendientes de resolución distintas líneas investigativas sobre posibles autores intelectuales y financistas del ataque, tramo que sigue abierto en instrucción. Para los abogados de Cristina Fernández, Marcos Aldazabal y José Ubeira, la investigación, que está en manos de la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo (recientemente respaldado por las cámaras Federal porteña y la de Casación), fue paupérrima. Pidieron apartar a la magistrada con cuestionamientos muy duros. Y se opusieron a que el caso fuera enviado a debate oral y público de forma fragmentada porque «daña el descubrimiento de la verdad». Consideran que aún quedan muchas medidas probatorias por realizar y que hay otros responsables detrás del atentado. 

En esa línea, el pasado 26 de agosto pidieron nuevas medidas, entre las que se destaca hacer foco en la panelista de Crónica TV Delfina Wagner, a quien señalan como posible vínculo entre los distintos sospechados de tener participación en el ataque: Wagner, de acuerdo con los abogados de Fernández, es una activista de ultraderecha que podría ser quien una a los ejecutores del atentado (dialogaba con Uliarte), integrantes de Revolución Federal (intercambiaba mensajes con uno de sus fundadores), Gerardo Milman (Wagner trabajaba en el mismo canal que la socia de una asesora clave del diputado PRO), Hernán Carrol (referente de la agrupación Nueva Centro Derecha) y la vecina de la vicepresidenta, Ximena Tezanos Pinto (Wagner contó que vive en su departamento). 

«Wagner es la única persona que parece conocer a todos los actores sospechados. Las coincidencias son demasiadas y es necesario investigarla inmediatamente», sostuvieron Aldazabal y Ubeira. Y añadieron: «Las personas investigadas tienen una cantidad de puntos de contacto entre sí que hacen muy difícil ver lo sucedido como una casualidad». En su último escrito solicitaron medidas de prueba sobre Wagner, Carrol y la vecina de Cristina, entre otros. Wagner dijo ser una perseguida política.   

Los límites de la pesquisa  

El 1º de septiembre de 2022, Sabag Montiel, infiltrado entre la militancia que saludaba a la vicepresidenta, gatilló en la cabeza de la vicepresidenta, pero la bala no salió de la pistola Bersa que había conseguido cinco meses antes. Apenas los militantes se percataron, detuvieron al joven. Eran días de ebullición social porque el fiscal Diego Luciani había pedido la condena a 12 años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos de Cristina Fernández en el caso de la Obra Pública Vial y la militancia kirchnerista se congregaba en el domicilio de la expresidenta en Recoleta para brindarle su respaldo.  

Al momento de la detención, a Sabag Montiel se le secuestró un celular que la Policía Federal no pudo desbloquear y terminó reseteado. Según denunció la querella, el confuso episodio ocurrió luego de que se produjera la ruptura de la cadena de custodia por parte del juzgado sobre el teléfono. El contenido de ese aparato aún no logró rescatarse.  

No fue el único hecho irregular que hubo en la pesquisa. Los abogados de Fernández resaltan que hay pistas que no fueron investigadas, como la línea que conduce al diputado Gerardo Milman o la que apunta al dirigente de derecha Hernán Carrol, a quien Sabag Montiel pidió en una carta desde la cárcel que le pague un abogado. También consideran que el caso del atentado debe investigarse de forma conjunta con el que se centra en los ataques que realizó la violenta organización Revolución Federal, que tramita en otro juzgado. 

La querella quería que se profundice en la vinculación que podría existir entre los integrantes de esa organización que atacaba dirigentes y los imputados por el intento de magnicidio. Brenda Uliarte, por ejemplo, participó de una de las manifestaciones de esa asociación. En el caso de Revolución Federal también se investigan llamativos pagos millonarios por parte de la empresa Caputo Hermanos S. A. –vinculada a exfuncionarios de Macri– a Jonathan Morel, uno de los fundadores de la organización, procesado por incitar a la violencia. En teoría esos pagos fueron por trabajos de carpintería.  

Ante la creciente tensión entre la querella y Capuchetti, la jueza delegó la investigación en el fiscal, pero lo hizo con la pesquisa avanzada, algo poco habitual.  

El desencadenante de este cambio de mando en la pesquisa fue la forma en que Capuchetti abordó la pista que vincula a Milman, exfuncionario de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad de la Nación, con la trama del atentado. Luego de que un testigo dijera que dos días antes del ataque escuchó al legislador decir en el bar Casablanca «cuando la maten yo voy a estar en la costa», la querella pidió que se lo investigara. Fueron citadas a declarar como testigos las dos asesoras con las que estaba reunido Milman en el bar ese 30 de agosto del año pasado: Ivana Bohdziewicz y Carolina Gómez Mónaco. Ambas entraron en contradicciones y la querella pidió que se les secuestre los celulares. El 26 de octubre pasado, la jueza rechazó la medida, que finalmente fue corregida por la Cámara Federal porteña. Cuando volvieron a ser citadas, Gómez Mónaco dijo que había cambiado de celular y Bohdziewicz que había borrado todo el contenido de su aparato.  

Pero Bohdziewicz provocó un giro en el caso cuando el 5 de mayo pasado se presentó nuevamente en la Justicia, de forma espontánea, y relató que había ido por indicación de Milman (y pedido de Bullrich) a borrar su celular a las oficinas de una ONG que preside la candidata a presidenta. Bajo juramento de decir la verdad, narró que su aparato fue manipulado por un perito informático antes de presentarse a declarar por primera vez. Tras este episodio, Rívolo solicitó que se analice el celular de Milman.  

Este 23 de agosto, a casi un año del atentado, el Congreso habilitó que se abra el teléfono del diputado, quien lo había acercado a la Justicia un día antes. Un elemento más que puede comprometer al legislador PRO: este 27 de agosto, Página/12 publicó que Carlos Telleldín, abogado de Uliarte, afirmó que su defendida ampliará su indagatoria para manifestar que una persona allegada a Milman «pagaba para concentrar gente frente a la casa de Cristina Kirchner».   

En este marco, la causa fue elevada a juicio de forma parcial. En instrucción, se seguirá investigando lo que falta esclarecer, que a un año del atentado no es poco. 


  

(*) Acción, en defensa del cooperativismo y del país es una publicación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), fundada el 1º de abril de 1966. Se accede por suscripción. El IMFC es una cooperativa de segundo grado y cuenta entre sus asociadas al Banco Credicoop, Cabal, Segurcoop, Red Cooperativa de Comunicaciones y Residencias Cooperativas de Turismo, entre otras. El IMFC creó el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, situado en Avenida Corrientes 1543, Buenos Aires, que desarrolla una intensa actividad artística y de investigación en ciencias sociales.