Tristeza y victimización…
Me encuentro con amigos por la
calle, con médicos en los consultorios, y todos me manifiestan su “tristeza”
por “todo lo que está pasando”.
© Escrito por Daniel Link el sábado 28/08/2016 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Me
encuentro con amigos por la calle, con médicos en los consultorios, y todos me
manifiestan su “tristeza” por “todo lo que está pasando”. Como es difícil
entender un estado de duelo tan generalizado y tan indeterminado (¿se refieren
a la situación de los emigrantes sirios, a tal accidente aeronáutico, a la
degradación de la atmósfera, a las amenazas de muerte contra funcionarios
públicos?), pido precisiones y me contestan: “Todo lo que está haciendo Macri”.
Por
fortuna, les contesto, Macri no está haciendo ni la décima parte de lo que
temíamos, y eso por la relación de fuerzas entre los tres poderes y la
debilidad parlamentaria que obliga a negociaciones constantes al gobierno
nacional con las fuerzas de oposición y los gobiernos provinciales. Sin ir más
lejos, ahí tienen el asunto tarifas, que para mí no fue sino una artimaña
publicitaria del Gobierno para mostrarse republicano hasta el tuétano.
Las
democracias burguesas se caracterizan por una alternancia entre un gobierno más
hacia la derecha y un gobierno más hacia la izquierda (socialismo/Partido
Popular en España, laboristas / conservadores en Reino Unido,
demócratas/republicanos en los Estados Unidos, etc.).
Sabido es
que cuando le llega el turno de gobernar a la derecha habrá que sacar chispas
contra el asfalto hasta que el turno pase y evitar los mayores males. Y,
mientras tanto, procurar construir alternativas de “izquierda verdadera” (o
sea: aquella que produce cambios estructurales).
En
Argentina, por el contrario, hemos tenido que resignarnos a una alternancia
entre una derecha más bien populista y una derecha que ni siquiera llega a
liberal y que habría que llamar pospopulista.