Sra. Presidenta de la Nación, Dra. Cristina F. de
Kirchner:
Me dirijo a Ud. movilizada por sus palabras en el
discurso que pronunciara dos días atrás.
Reconozco que en cada oportunidad me siento a escuchar
sus palabras con la vana ilusión de encontrar en ellas a una mujer que desde su
lugar de estadista no se permita perder la condición humana que su
representación requiere. Aguardo con expectativa alguna explicación sobre las
muchas cuestiones sobre las que la mayoría de los argentinos nos venimos
preguntando.
En cambio, una vez más, el recurso público de la cadena
nacional, usado para la descalificación, el autoelogio y la estrategia de
disimulo de problemas y sospechas.
Podría referirme a muchos aspectos de su prolongado
discurso, pero solo voy a hacerlo con relación a algunos pocos de ellos.
Eludiré referirme al proyecto de creación de una Agencia
para atender las inversiones de los dineros de los jubilados en empresas
privadas (qué extraña la celebración de tanta riqueza en manos de nuestros
abuelos cuando el 70% de ellos tiene ingresos que no alcanzan a cubrir su
canasta básica), porque ya tendremos la oportunidad del debate en el Congreso.
Me permito sin embargo, plantear la duda acerca de la intención que encierra la
iniciativa. No es tan difícil suponer (a la luz de los varios antecedentes de
orden similar) que el proyecto vendrá cerradito con la composición de un
directorio que aprobará vuestra mayoría parlamentaria con mandatos por varios
años para sobrevivir junto a un próximo gobierno.
Tampoco voy a profundizar ahora ni a cuestionar la
extensa lista de obras hídricas que describió en su presentación. Pero no se le
escapa que cabe preguntarse a esta altura, cuando la Provincia de Buenos Aires
termina de sufrir una de las peores inundaciones de los últimos años, si
efectivamente las obras que le contaron se hicieron y en tal caso, si han sido
las correctas.
Voy a tomar tres aspectos puntuales de su discurso:
1. Tengo que sincerarle que me ha causado asombro y pena
su referencia a la muerte del militante de Jujuy. En el afán de esclarecer el
hecho, le ha preocupado más la afiliación partidaria del joven muerto que
expresar solidaridad a familiares y amigos. Cuánto podía importar si militaba
para el radicalismo o para el FPV? Expresó usted el dolor por la acusación que
se hacía a la Tupac y no tuvo ni una palabra para Ariel. En este punto quiero
hablarle como militante. De quienes hemos repartido boletas, pintado paredes y
defendido sueños sin importar los riesgos. La violencia y la muerte debieron
haber encontrado en la Presidenta de los 40 millones un pequeño sentimiento.
Ariel militaba con la juventud radical y tuvo que afiliarse a la Tupac para que
le permitieran estudiar junto a ellos. Además de sueños también tenía
proyectos. Y murió como parte de una venganza política. Sus palabras sonaron a
insulto no solo para quienes lo conocieron sino para todos quienes hemos
asumido con orgullo esa condición, como tantos otros, de nombre desconocido.
2. Ha hecho Ud. Una referencia superficial sobre Macri y
su relación con el contrato de cloacas que produjera en 1989 la destitución del
entonces Intendente de Morón Rousselot. En ese tiempo yo era concejal y tuve a
mi cargo la acusación del funcionario por las serias irregularidades en un
contrato que beneficiaba al hoy Jefe de Gobierno de la CABA. Yo peleaba en
aquel tiempo, como lo hago ahora, contra las mafias disfrazadas de prolijos
empresarios que se aprovechan de la inescrupulosidad de los políticos para
hacer negocios. Le escribo, entonces, desde la autoridad que me concede haber
combatido la ilegalidad en aquel momento con el mismo ahínco y convicción con
que hoy lo hago para que se investiguen las sociedad de su familia, como
Hotesur. Lo que quiero recordar es que por esa época, Mauricio, como Daniel y
usted misma, eran los aplaudidores de la década y del gobierno menemista, de la
depredación social y el inicio de nuestra degradación moral.
3. Finalmente, destaco el empeño para poner de manifiesto
con nombres propios a todos los empresarios que han resultado beneficiarios de
obra pública durante su gobierno. Resulta entretrenido ver entre ellos
familiares y amigos, apellidos que se repiten, etc. Pero la sustancial diferencia
que existe entre unos y otros, no es la relación de amistad o alguna foto que
pudieran compartir. El titular de Austral Construcciones es nada menos que su
socio (no quiero arriesgar ahora sobre otra condición de la que también estoy
convencida). Lázaro Báez no solo ha ganado licitaciones y se ha enriquecido sin
tener antecedentes previo al gobierno de su marido, sino que es con quien la
familia Kirchner comparte sociedades, negocios, propiedades. Es al mismo tiempo
un empresario investigado por lavado de dinero en cuatro países, quien le ha
devuelto en ganancias a su patrimonio personal por el pago de habitaciones en
sus hoteles. Digamos que no es lo mismo que los otros.
Sra. Presidenta,
con todo respeto: Creo que debería usted llamarse a silencio. Salvo que nos
quiera explicar que tiene algún sentimiento frente al dolor ajeno; o nos quiera
contar cómo aumentó su patrimonio; y que dejarán de poner obstáculos para que
la Justicia pueda investigar con independencia, transparencia y sin miedo.
Tendría que pensar cómo cooperar de la mejor manera en
estos meses de transición hasta la transferencia del mando. ¿Qué le parece si
empiezan a preparar calladitos la retirada, la rendición de cuentas, a
desocupar escritorios y mandando a los muchachos a buscar empleo?
No quiero terminar sin llamar la atención sobre otro
sentimiento que me motiva a escribirle. Después de la masiva movilización del
-NiUnaMenos-, lo cierto es que hoy tenemos Una más. Qué es lo que está
esperando para involucrarse frente a la violencia de género, que se ha llevado
a más de 300 mujeres en un año dejando a más de 400 niños y niñas sin mamá. ¿No
le parece que estamos requiriendo una acción más contundente, una preocupación
y ocupación (como a usted le gusta) para impedir el progreso de una estadística
tan desgraciada?
A algún distraído podría llamar la atención que ninguno
de los candidatos más instalados reacciona frente al insultante discurso o a la
falta de atención. Era impensable. Ninguno de ellos ha sido nunca un militante y
siempre fueron parte del capitalismo de los que se benefician con las prebendas
del estado. Y porque ni saben de qué se trata cuando hablamos de la violencia
de género. No está en su agenda. No hay que abusar del silencio cómplice de los
otros. Yo le hablo desde la indignación de una mujer que se planta frente a la
corrupción, a la desigualdad y a la violencia en cualquier de sus expresiones.
Es necesario que alguien se pare para decirle estas cosas.
Con todo respeto, por su investidura y su persona.
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