Abducidos...
Más allá de la razón...
Resolvimos manejar las
cosas a nuestra manera. Mirá cómo nos salió: a pedir de boca. Hasta la soja va
de nuestra mano. De “los gallegos” ni hablemos, con el rey cazando elefantes y
encima fracturándose. ¿Cómo no vamos a estar eufóricos si les estamos llenando
el arco de goles? Te juro que hasta yo mismo a veces no lo puedo creer. Mirá a
los radicales, golpeándose el pecho, argumentando que votan por “los
principios”, pero dándonos ese aval absoluto que será decisivo para nosotros.
Con ellos, como con los socialistas, compartimos una misma mirada, sólo que
nosotros sabemos ejercer el poder y sobre todo no perderlo. Ellos, en cambio,
se angustian, debaten, polemizan, van a internas y al final vienen al pie.
Hay gente acongojada a la que es imposible explicarle, por
ejemplo, el puntapié con el que echamos a Esteban Righi, sobre todo para
reemplazarlo por esa triste y obediente nada que se llama Reposo. Pero tampoco
exageremos, que el famoso camporista que retaba a la Policía Federal en 1973
nos fue súper servicial y se encargó de liquidar a Garrido y a las
investigaciones que nos complicaban. Hay tipos tristes porque cambiamos a Righi
por Reposo, que es infumable pero, ¿viste, hermano?, es la guerra, y a los
tibios los vomita Satanás.
Tan estupefactos los tenemos, tan al pie y sin reflejos, que
hasta podemos darnos el gusto de humillar cuando queremos y como queremos.
Miralo a Aníbal, un maestro. Su capacidad de hacer daño es descomunal. Sale
periódicamente en cacería predatoria y se devora todo lo que le apetece. El
martes la rompió en la Feria del Libro, que hasta hace poco era un coqueto
picnic de oligarcas. Dijo que Boudou “tiene bolas”, Macri es un “conejo negro
porque no lo hacen ni trabajar los magos”, Miguel del Sel es “un tipo de
mierda”, De Narváez es “el coloradito que quería ser gobernador de Bogotá” y a
su ex compañero Alberto Fernández le dijo “andá a cagar”. Cómo andaremos que
Aníbal es senador de la Nación y al día siguiente de decir eso, los radicales
nos votaron mansitos en el Senado. Por los “principios”, claro.
La contra dice que Axel la tiene hipnotizada a la
Presidenta. Tonterías; son ellos los hipnotizados. Además, les estamos dando
para que tengan y guarden: ahora nos manejamos con egresados del Nacional
Buenos Aires, la vieja cueva del mitrismo que ellos llamaban “Colegio de la
Patria”. Como diría Adelina, las pelotas. Ahora mandamos nosotros, ¿o Mariano
Recalde no estudió también en Bolívar 263? Se creían dueños de todos los
monumentos y se olvidaban de que Firmenich, Ramus y los hermanos Abal Medina
pasaron también por el Nacional Buenos Aires. Así que, bingo, todo en orden,
planetas alineados. ¿Quién hubiera dicho que los dos colegios universitarios de
excelencia en la Capital serían hoy un semillero de vanguardias ideológicas,
abarrotados de kirchneristas y trotskistas? Ese es nuestro mérito: politizamos
a la pendejada.
Reina el consenso nacional para abrigar y respaldar a la
Presidenta porque, salvo un puñado de periodistas resentidos, ¿quién se anima
hoy a cruzarla a Cristina? Nadie, es obvio. Tan absoluto es nuestro predominio
que ahora hasta hacemos fulbito para los golosos, ¿o no lo viste a D’Elía
dándose el lujo de arrearlo a Forster a un acto en favor de la re-reelección de
Cristina? Justo D’Elía, que tanto nos cuesta disciplinar, porque trabaja para
los iraníes y viene de visitar las bases de Hizbalá, el Partido de Dios en El
Líbano. Tenemos tanto paño que el pobre Forster, al que no se le entiende nada
cuando publica en nuestras revistas esos mamotretos con párrafos de cuarenta
líneas sin puntos, tiene que meterse en el bolsillo su formación cultural judía
y su apoyo al Estado de Israel para, como diría Ceferino, saltar por el
bizcocho que le tiran desde el Gobierno.
Nunca estuvimos mejor. Después de enterrar lo de Ciccone y
cargarnos por tibios a Righi y a Rafecas, Boudou es Gardel. Nos falta ahora
atornillarlo a Reposo, pero si tropezamos, González Warcalde es perfecto. ¿Que
era menemista en los años noventa? Miralo al Carlos, nuestro nuevo compañero,
el que entregó YPF a “los gallegos” y ahora, para apoyar la expropiación, no va
a votar al Senado.
Es cierto, hay mucha gente cabizbaja porque nos ven
gobernando sin parar hasta 2019, pero son minoritarios y, sobre todo, carecen
de agallas para complicarnos. Sobre todo, tienen mucho miedo, de todos y de
todo. A nosotros ese miedo de ellos nos viene de maravillas; a ellos los
paraliza. El que fastidia es Mauricio porque nos puede picotear el corral pero,
tranquilos, mientras sus asesores sigan siendo Duran Barba o Goretti, dormimos
sin frazada.
Fuimos capaces de dar vuelta todo, una proeza. Después de
haberlos arrastrado a la captura de Aerolíneas (que sigue siendo de Marsans), a
la toma de las AFJP y a la Ley de Medios, los del centroizquierda están en la
lona. No pudimos ser más geniales: el que está en desacuerdo con nosotros es
“de derecha”, listo. ¿Decía que están hipnotizados? Me corrijo: los tenemos
abducidos, no pueden salirse del libreto, tienen las vías clausuradas por todas
partes, si es que insisten, claro, en ser más “progresistas” que nosotros. Les
pasa una y otra vez y siguen viniendo por más, ¿o el pobre Cobos no se masticó
la galletita de la “concertación” y terminó votando, con un hilo de voz, “no
positivo”? Esta semana, con lo de YPF repitieron pero con otras palabras:
votaron por Cristina y luego se mandarán la gran “no positivo”, no respaldando
el articulado de la ley. Pero nadie se enteró. Los radicales votaron por el
Gobierno, punto.
Nuestros únicos enemigos ahora sólo somos nosotros mismos. Y
como vendrán sacudones muy fuertes, porque la re-re de Cristina no será un
bizcochito, debemos ser cuidadosos para no balearnos en los pies, con
travesuras tipo Antonini, Uberti, Jaime y Amado. Si en eso somos eficaces, y
como casi todos siguen chochos, no habrá moros en la costa. Vamos bien. El
músculo duerme, la pasión descansa, todos con mamá, abducidos.
© Escrito por Pepe Eliaschev
y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el
domingo 29 de Abril de 2012.
Abducción:
Del latín abductĭo, la abducción es el movimiento por el
cual un miembro u otro órgano se aleja del plano medio que divide
imaginariamente el cuerpo en dos partes simétricas. Se trata de un movimiento
de dirección transversal.
Abducción. En este sentido, el movimiento opuesto a la
abducción es la aducción, que se produce cuando una parte del cuerpo se aproxima
al plano de simetría sagital de éste.
Por otra parte, una abducción es el supuesto secuestro de
seres humanos concretado por extraterrestres. Por lo general, quienes aseguran
que han sido secuestrados dicen haber sido sometidos a experimentos en el interior
de las naves espaciales.
Este fenómeno, nunca probado por la ciencia, implicaría un
lapso de pérdida de conciencia o amnesia, ya que los afectados dicen sentir que
han pasado un periodo extenso con las criaturas extraterrestres, aunque no
recuerdan demasiado. Los ufólogos creen que, a partir de la hipnosis, es
posible que el sujeto reconstruya aquellas experiencias de las que no tiene
mayores recuerdos concientes.
Las supuestas abducciones también incluirían la implantación
de ciertos objetos en el cuerpo de la víctima. Estos implantes extraterrestres
tendrían propiedades similares a las de los chips terrestres.
Para la filosofía, un razonamiento abductivo es un silogismo
cuya premisa mayor es evidente, mientras que la menor es menos evidente o solo
probable. Por lo tanto, la conclusión que se puede obtener tiene el mismo grado
de probabilidad que la premisa menor. Por ejemplo: “Todos los lápices de la
bolsa X son negros” / “Estos lápices son negros” / “Estos lápices proceden de
la bolsa X”.
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