La fecha de la apertura oficial no fue confirmada, pero se estima que será este jueves 6. Se trata de otro gran impulso a la ciencia, uno de los caballitos de batalla del gobierno nacional.
La ciencia argentina tiene una nueva sede: el barrio de Palermo. En el predio que ocuparon las viejas bodegas Giol y Santa Ana, avanza a paso firme la construcción del Polo Científico y Tecnológico, concebido como un centro de gestión, producción y divulgación del conocimiento. Tras dos años de intenso trabajo, las primeras instalaciones –en las que se instalarán el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la Agencia Nacional de Promoción Científica y diversos institutos de investigación– ya están a punto y dispuestas a cambiar definitivamente la fisonomía del tradicional barrio porteño.
Los emblemáticos edificios de las bodegas –situados en el rectángulo delimitado por las calles Godoy Cruz, Paraguay, las vías del Ferrocarril y Guatemala– se pueden observar recuperados en su totalidad y con las veredas a nuevo. Sin embargo, las autoridades guardan con el mayor de los recelos la fecha exacta de inauguración oficial de la primera etapa de la obra que, según pudo saber PERFIL, sería el próximo jueves. Es que así como sucedió con la apertura de Tecnópolis, la megamuestra de ciencia y tecnología de Villa Martelli, el Gobierno apuesta a no disipar el efecto sorpresa y prefiere el silencio antes que revelar detalles del nuevo complejo.
Inversión. El conjunto de edificios ocupará una superficie total de 45 mil metros cuadrados, divididos en tres cuerpos principales: el rojo, donde funcionará el Ministerio; el blanco, destinado a la Agencia; y el verde, al Conicet. Además de los organismos oficiales, en las nuevas instalaciones funcionarán laboratorios de avanzada como los del Instituto de Investigación en Biomedicina (en colaboración con la Sociedad Max Planck de Alemania); la Unidad de Investigación y Capacitación del Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (Icgeb); el Centro bilateral de Diseño Industrial Argentina-Italia, que indagará la relación del diseño industrial con las nuevas tecnologías; y otro centro orientado a las Ciencias Sociales.
En una segunda etapa, que concluirá en 2013, se prevé incluir un centro de Modelado y Visualización y otros institutos ligados a la Nanotecnología, la Química y las Ciencias Exactas, entre otras disciplinas. El Polo contendrá, además, un auditorio para 500 personas, un museo de ciencia interactivo y una casa de huéspedes para científicos. Y mantendrá sus puertas abiertas al público con un restaurante, una plaza y un estacionamiento de 8 mil metros cuadrados.
La principal meta de este emprendimiento es la de centralizar varios aspectos del quehacer científico en un solo lugar. Sin ir más lejos, hoy el Conicet funciona en dos edificios diferentes y separados, a su vez, del Ministerio de Ciencia.
Cambios. Con una inversión total de US$ 40 millones, la construcción del polo científico respetó los criterios de la arquitectura sustentable (ver recuadro). También se conservaron los frentes de los edificios existentes para preservar el valor histórico. Así, en el cuerpo al que se mudará la Agencia se puede leer el característico “Giol” de la ex bodega; y en el que ocupará el Ministerio, se lee “Fcbap” siglas del viejo ferrocarril.
En 2010, durante la presentación del proyecto arquitectónico, el ministro de Ciencia Lino Barañao señaló: “El edificio es una metáfora arquitectónica que muestra el pasado y el futuro de la ciencia y la tecnología en Argentina”. En ese sentido, Barañao explicó que el edificio empezó por iniciativa privada, igual que la actividad científica, que en sus inicios era una tarea cultural de gente de buen pasar. “En ambos casos, hubo luego una intervención del Estado que se hizo cargo de continuar con los proyectos. Hoy estamos en la etapa de proyección a futuro, a través de la interacción entre diferentes disciplinas del conocimiento que tendrán lugar en el Polo”, señaló.
El predio de las ex bodegas Giol estuvo abandonado por más de veinte años. En 2005, el Ministerio firmó un convenio con el Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado para hacerse cargo del terreno y crear un Polo Científico. Una apuesta que en pocos días será una realidad.
Así se verá todo el complejo del Polo Tecnológico cuando finalicen todas las obras. Fuente: CEDOC
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