viernes, 30 de marzo de 2018

Mundial Rusia 2018. España 6 vs. Argentina 1... @dealgunamanera...


Argentina sufrió una goleada histórica ante España…


La selección perdió sin discusiones ante la Roja en Madrid. Tres de Isco, uno de Aspas, Diego Costa y Thiago sellaron el triunfo. Otamendi había descontado.

© Publicado el martes 27/03/2018 por el Diario La Voz de la Ciudad de Córdoba, provincia de Córdoba, República Argentina. Fotografías: Diario El País de la Ciudad de Madrid, España.

Argentina sufrió un mazazo histórico a 80 días del Mundial en Madrid y cayó por goleada ante España por 6 a 1. La selección de Sampaoli nunca pudo hacer pie en el campo de juego y se vio claramente superado.

Este cotejo, que el DT no quería jugar por el riesgo que significaba, dejó muchas dudas en lo que fue el último ensayo antes de dar la lista de 23 viajeros para Rusia.

Tres de Isco, Iago Aspas, Diego Costa y Thiago fueron los autores de los tantos de España, mientras que Nicolás Otamendi había marcado de cabeza el descuento para al albiceleste

El partido

A los 7 minutos Argentina tuvo una chance clarísima para abrir el marcador pero Gonzalo Higuaín definió mal a pocos metros del arco rival tras un centro de Maxi Meza.

Y en la primera chance que España tuvo para convertir, sacó rédito: a los 12 minutos Marco Asensio habilitó a Diego Costa, quien puso el 1 a 0 ante la desesperada salida de Sergio Romero.

En la jugada del tanto español se lesionó el arquero Romero, que a los 22 minutos dejó la cancha para que ingrese "Willy" Caballero.

Pero las malas noticias siguieron para Argentina. A los 16 Isco metió el 2-0 para los locales.

El descuento para nuestra selección llegó tras un córner que ejecutó Ever Banega en el cual Nicolás Otamendi cabeceó de pique al suelo y convirtió a los 39.

Al comenzar el complemento, la Furia volvió a gritar: a los 6 minutos Isco puso el 3 a 1 mientras todo el plantel argentino reclamaba una falta previa.

Y para colmo de males, en la jugada siguiente Alcántara liquidó todo al marcar el 4-1.

El quinto para la Roja llegó desde un saque de arco, donde agarró a la defensa adelantada y Iago Aspas enfrentó a Caballero que salió apurado pero no pudo evitar el tanto.
         
Rápidamente, llegó el sexto mazazo, otra vez desde una mala salida de la albiceleste. Isco aprovechó para sellar su hat - trick. 


Síntesis:

España 6

David de Gea; Dani Carvajal, Gerard Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Saúl Ñíguez, Thiago Alcántara, Andrés Iniesta, Isco Alarcón, Marco Asensio; y Diego Costa. DT: Julen Lopetegui.

Argentina 1

Sergio Romero; Fabricio Bustos, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo, Nicolás Tagliafico; Lucas Biglia, Javier Mascherano, Ever Banega, Maxi Meza, Giovani Lo Celso; y Gonzalo Higuaín. DT: Jorge Sampaoli.

Estadio: Wanda Metropolitano

Árbitro: Anthony Taylor (Inglaterra)

Goles: PT: 12' Costa (E), 25' Isco (E), 38´ Otamendi (A). ST: 6' Isco (E), 9' Thiago (E), 27' Aspas (E), 28' Isco (E).






domingo, 25 de marzo de 2018

Planes de reconversión en la Industria del Juguete… @dealgunamanera…

La industria del juguete se renueva y apunta a exportar.

Daniel Dimare, director Marketing de Rasti, en la planta donde producen los bloques de encastre.

El objetivo de la industria es que el 30% de la producción local se despache al exterior. Bolivia, México y Uruguay, en la mira.

Por la mejora en el tipo de cambio, la reconversión de los procesos productivos, los fabricantes de juguetes duplicaron las exportaciones en 2017 y van por más. Es un sector integrado por unas 200 pymes, muchas de ellas familiares de largo recorrido, que en conjunto facturan US$147 millones al año y que hoy orientan sus esfuerzos a recuperar mercados en la región para compensar la caída en las ventas en el país. “Si bien el total exportado representa el 5% de la facturación, el objetivo de la industria es que el 30% de la producción local se destine a otros países”, resume Matías Furió, presidente de la CAIJ (la cámara sectorial) y de Megaprice.

Los jugueteros argentinos se especializan en juegos de tablero, bloques de encastre y productos didácticos, entre otros. Hay casos notables, como el de Mis Ladrillos, la firma pionera en el país en fabricar piezas de construcción y que desde 2004 incursionó en el exclusivo mundo de la robótica. Hernán Mayolas, su CEO, explica que en ese nicho “tenemos ventajas y precios competitivos y hay pocos competidores nivel mundial”, dice, entre ellos el coloso danés Lego, una de las líderes globales junto a Hasbro y Mattel (ver abajo).

Desde 2017, Mis Ladrillos exporta a varios países en forma directa o por convenios, entre ellos EE.UU., México, Paraguay y Ecuador. Mayolas cree que existen las condiciones para recuperar mercados, “que se perdieron en los últimos años por el incremento de los precios en dólares”. Y remarca que, además de cierta recuperación en el tipo de cambio, “en nuestro caso, encontramos un nicho de valor agregado para competir”.

Estas iniciativas se superponen con acciones encaradas por las cámaras sectoriales para incrementar las exportaciones.

Estimaciones de la CAIJ indican que los tres principales destinos concentran el 68% de las ventas al exterior: Bolivia (38%), México (19%) y Uruguay (12%). Detrás aparecen EE.UU. (8%), Chile (7%) y Brasil (6%). El informe enumera varios casos de éxito, pero subraya “el de dos empresas nacionales altamente competitivas, como Calesita y Biemme, que lograron internacionalizar su operatoria en Brasil y hoy producen para los dos mercados”.

El mercado brasileño es un desafío. Por caso, Ruibal cerró un acuerdo para exportar juegos de tablero a Brasil, pero su director comercial, Diego Ruibal, aclara que se hace por medio “de un socio que compra las piezas plásticas”, que se empaquetan en destino traducidos al portugués. El empresario recuerda que en 2002 la firma llegaba a 14 países de la región, “que se fueron perdiendo por el retraso cambiario”. En este nuevo escenario, sostiene que “el objetivo es crecer exportando más” y que están en conversaciones para desembarcar en Chile y Perú.


“Cuando la industria empieza a mirar afuera es porque adentro las cosas no están del todo bien”, interpreta Alejandro Macchiavello, CEO de Caupur, controlante de la marca Duravit. Esta empresa prioriza el mercado interno y rechaza ofertas para exportar. “Tenemos la capacidad instalada al máximo y solo vendemos en Uruguay. Recibimos ofertas para ir a Chile, Brasil y Perú, pero no las podemos aprovechar por un tema de estructura”, agrega.

Duravit (1945) y Mis Ladrillos (1953) son dos de las marcas nacionales de mayor recorrido en el rubro. Lo mismo que Rasti (1965), que “en la década del 80 llegó a exportar el 35% de la producción, con llegada a países como EE.UU., Inglaterra, Sudáfrica, Marruecos y Brasil”, dice Daniel Di Mare, uno de los socios de la firma. Rasti rivaliza conMis Ladrillos y Lego en los juegos basados en bloques de construcción. La empresa acaba de trabar una alianza con una distribuidora paulista (Kosmika) para reingresar a Brasil. “La última vez que lo hicimos fue en 2008, cuando frenan el ingreso de juguetes argentinos a ese país”, detalló el empresario.

Las relaciones comerciales entre los principales socios del Mercosur siempre fueron complejas. “Las industrias brasileña y argentina son similares, pero hay casos muy notables, como Calesita Argentina, Biemme y Sudamericana, que instalaron fábricas allá y les va muy bien”, comenta Furió. Sobre el resurgir de las ventas al exterior, el titular de la CAIJ sostiene que hay varios factores: “Bajaron los aranceles a la importación de maquinaria y los precios hoy son más competitivos”, describe.

El mercado interno no repunta. Según la CAME (la cámara del comercio minorista), las ventas de juguetes cayeron 1,5% el año pasado, con una mayor incidencia del importado. Sin ir más lejos, entre enero y octubre el ingreso de mercadería desde el exterior experimentó una suba del 33%, medido en unidades. “El mercado está sobreofertado y esta sobreoferta genera incertidumbre en precios y plazos”, se lamenta Macchiavello, de Caupur. De larga trayectoria en el negocio, este empresario dice con cierta resignación: “En estos momentos hay que bancársela”.

La industria local del juguete no es pareja. El comercio exterior no es para todos, es decir, “hay fabricantes que siempre se dedicaron al mercado interno y encuentran un panorama complicado por la caída de las ventas”, explica Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market. Y este grupo de jugueteros padecen, además, el incremento de las importaciones, principalmente desde China (90% del total).


El ranking de las importaciones es liderado por los kit de juegos, triciclos y patines, cotillón, muñecos y artículos inflables, según datos de la Aduana. “Precisamente, la mayoría de la mercadería que ingresa al país compite directamente con la producción local”, subraya Di Pace y añade que “no todas las empresas tienen la posibilidad de exportar”.

Desde la CAIJ, sin embargo, señalan que el mercado interno está dividido por mitades entre la producción local y los importados.

Hasbro y Mattel también juegan de local.                                                                                

Con el aval del Gobierno, el sector juguetero alcanzó un acuerdo con los gigantes norteamericanos Hasbro y Mattel para fabricar localmente algunos juegos de mesa para destrabar importaciones. Hasbro es la creadora del célebre juego de las finanzas Monopoly y las licencias de Star Wars, Marvel y My Little Pony. Por su parte, Mattel es dueña de Barbie y del juego Pictionary, que en la Argentina es producido por Ruibal. “Nos vendieron la licencia y estamos trabajando en conjunto para otros juegos de mesa”, dijo Daniel Di Mare, socio y gerente de Marketing de la firma.



El A.R.A. San Juan (S-42) participó de una misión con toda la flota de la Armada… @dealgunamanera...

El A.R.A. San Juan (S-42) participó de una misión con toda la flota de la Armada…

Submarino A.R.A. San Juan (S-42) Fotografía: Archivo Clarín

Lo hizo unos días antes de explotar. El submarino pasó a 5 millas de la zona de Malvinas y tenía como misión controlar a los pesqueros británicos.

© Escrito por Nicolás Wiñazki el domingo 25/03/2018 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Presidente, le habla Aguad, le confirmo que no volvimos a tener comunicación con el submarino. Está perdido”.

Habían pasado 36 horas desde el último contacto del A.R.A. San Juan (S-42) con la Base Naval de Mar del Plata. Era el 16 de noviembre del 2017. Mauricio Macri entendió el problema.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, también le había comunicado la novedad, cuando todavía quedaban esperanzas de retomar contacto con la nave de inmersión furtiva al jefe de Gabinete, Marcos Peña.

“Oscar, tenemos que encontrarlo sí o sí. No se nos puede perder un submarino”, le contestó Mauricio Macri al Ministro.

Sí, se podía perder.

Pero eso no ocurrió en las circunstancias en las que el entonces jefe del estado mayor Naval, Almirante (hoy retirado) Marcelo Srur, persuadió a la Casa Rosada, y luego a la ciudadanía, sobre cómo se enmarcó esa pérdida.

El submarino no partió desde el Atlántico Sur hacia Mar del Plata en solitario. Más bien lo contrario. Toda la flota de la Marina argentina navegaba por la zona. Buques, corbetas, lanchas patrulleros con buzos tácticos y hasta aeronaves, se ejercitaban junto al San Juan en el mayor ejercicio naval de desplegado por la Armada desde 1983. Incluso, el submarino desaparecido participó de la operación de mayor riesgo militar en ese plan conjunto cumplido hasta el fin.

Se trató del hundimiento, adrede, de un buque en desuso de la Marina, que fue escogido como blanco de una ofensiva militar de naves de superficie y también submarinas como el San Juan. Lo hundieron con disparo de misiles y con minas que buzos tácticos colocaron en el barco, que finalmente explotó.

Ese antiguo buque se llamaba Comodoro Somllera. Las armas navales, algunas de ellas sigilosas, lo destruyeron según el procedimiento articulado por el plan del Ejercicio, la zona que este operativo confidencial de la Armada identificó como su “punto rojo” es un área cercana a la Isla de los Estados, frente a Tierra del Fuego.


Clarín accedió a documentos de la Marina, clasificados con la categoría de “Confidencial”, que demuestran que, más allá de la historia narrada por las más altas autoridades de esa fuerza, el A.R.A San Juan (S-42) no tenía como única misión patrullar por las aguas territoriales de la Argentina para detectar pesqueros extranjeros que podrían surcarlas y explotarlas de modo ilegal.

Que haya cumplido con su parte en el Ejercicio conjunto prueba que el San Juan, entonces, podía navegar. Y navegar incluso con solvencia tal como para participar, con protagonismo armamental variable según las diferentes fuentes consultadas por este diario, en la calculada explosión exitosa del Somellera.


Después, sí, el submarino partió hacia el Golfo San Jorge, y hacia Mar del Plata, y el 15 de noviembre ya no se supo más de él.

El Gobierno mostró en el Congreso documentación confusa que indicaba, con anotaciones manuscritas y tachaduras sobre el texto, que el submarino desaparecido, junto a sus cuarenta y cuatro tripulantes, habría entrado en las doscientas millas náuticas que, de acuerdo al Reino Unido, son los límites perimetrales de las islas Malvinas dentro de los cuales no podrían navegar otras naves de guerra que las tripuladas por marineros súbditos de la Reina Isabel II. O sea: la Royal Navy.

El plan naval del sur, que movilizó a toda la fuerza de la Marina, incluido el A.R.A. San Juan (S-42), y que tenía como duración un mes, y como teatro de operaciones también las aguas del canal de Beagle, había sido organizado por el contralmirante José Luis López Mazzeo, Comandante de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada.

A los ojos de la mayor parte de la Fuerza, López Mazzeo parecía el sucesor natural de su superior, Marcelo Srur.

La desaparición del A.R.A. San Juan (S-42) desencadenó una disputa interna en la Fuerza impulsada desde la propia cúpula de la Armada para evitar la promoción de López Mazzeo.


Esta situación fue reconocida por importantes funcionarios del Ministerio de Defensa, quienes pusieron fin al conflicto al zanjar la cuestión de modo rotundo.

En medio la crisis institucional provocada por la desaparición del San Juan, Srur le inició un sumario interno a López Mazzeo, en el que lo responsabilizó por la vida de los cua renta y cuatro tripulantes del submarino.

López Mazzeo respondió jurídicamente.

El ministro Aguad se sorprendió con la voluntad sumariante de Srur, y le pidió el pase a retiro.

Según se determina en la documentación que hoy revela Clarín, el A.R.A. San Juan (S-42) partió hacia los puertos del Sur, donde se unió al resto de la flora de la marina, con varios objetivos prefijados de antemano.

Están resumidos en un paper interno de la Armada, de este modo:

“ZARPAR A PARTIR DEL 27 OCT, EJECUTAR ACTIVIDADES DE ADIESTRAMIENTO NAVAL INTEGRADO EN ACCIONES DE DEFENSA AÉREA, ANTISUBMARINA, ANTISUPERFICIE Y ANFIBIAS. DURANTE LAS OPERACIONES REALIZAR RECONOCIMIENTO DEL LITORAL MARÍTIMO, VISITAR LOS PUERTOS DE ((USU)), DEL 6 AL 9 NOV Y ((DRY)), DEL 20 AL 22 NOV Y POSTERIORMENTE EJECUTAR UN ENCUENTRO TÁCTICO PREVIENDO TOMAR PUERTO BELGRANO A PARTIR DEL 25 NOV”.

Según admitieron a este diario fuentes de la Armada y del Ministerio de Defensa, el A.R.A San Juan, en un momento de su travesía, habría navegado guardando una distancia de cinco millas con el límite “de la Corona”, como llamaron a la zona de conflicto con el Reino Unido sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

Siempre de modo informal, en el Gobierno admiten que el San Juan tenía como una misión vigilar las aguas argentinas, pero en particular prestar atención a la ya antes comprobada aparición de pesqueros de bandera inglesa que sí superaban los límites de la Corona de Su Majestad: pero en sentido contrario, ingresando al Mar Argentino.

Según consta en el expediente judicial de la causa que instruye la jueza Martha Yañez, de Caleta Olivia, que investiga la desaparación del San Juan, el submarino, en un viaje anterior por el Atlántico Sur, efectivamente se topó con naves extranjeras. Algunas, manejadas por súbditos de la Reina Isabel II.

En la que resultó ser su última travesía, el San Juan tenía la orden de avistar e intentar conseguir material audiovisual de posibles naves intrusas en aguas de República Argentina.

En el punto 4 del documento de la Armada, también “Confidencial”, titulado: 

“ETAPA FINAL DE ADIESTRAMIENTO ESPECÍFICO INTEGRADO”, se advierte la importancia que se le daba al viaje del San Juan por las aguas nacionales: “DURANTE EL DESARROLLO DE TODA LA ETAPA SE DEBERA ENFATIZAR EL CONCEPTO DE CONCIENCIA DE DOMINIO MARITIMO (MDA) ASOCIADO A LA PERMANENTE VIGILANCIA Y CONTROL DE LOS ESPACIOS MARITIMOS JURISDICCIONALES, DE INTERES Y DE MANIOBRA COMO TAREA PERMANENTE DE LA FASE PREVIA DEL EMPLEO DEL INSTRUMENTO MILITAR CONFORME LOS PLANES EN VIGOR”, se lee en uno de sus párrafos.

Y agrega el texto del documento:

“LA FUERZA DE TAREAS DEBERA MANTENER EN TODO MOMENTO UNA CLARA SITUACION DE SUPERFICIE Y SUBMARINA QUE PERMITA, EN COORDINACION CON LA CENTRAL DE OPERACIONES DE ESTE COMANDO, CONTRIBUIR A LOS OBJETIVOS ESPECIFICOS DE LA VIGILANCIA ESTRATEGICA DEL ATLANTICO SUR. EN IGUAL SENTIDO, REPORTARÁ LOS CONTACTOS AEREOS QUE SE OBTENGAN A LA GUARDIA DEL CENTRO AEROESPACIAL EN MERLO (COAMER) CONTRIBUYENDO A LA VIGILANCIA Y CONTROL AEROESPACIAL…”.

Una comisión de expertos analiza aun qué fue lo que pasó con el San Juan.

No se sabe.

Los Estados Unidos, el Reino Unido y el organismo de búsqueda internacional de submarinos, conocido con las siglas de Ismerlo, coinciden en que hubo una explosión repentina de la nave en el lugar en el que las autoridades informaron al respecto.

El “Orden de Operaciones del Comando de la Flota de Mar N 14”, especifica, tras caracterizar la “situación” del operativo en el Atlántico Sur, nunca antes ejecutado en esta magnitud por una Armada, hoy diezmada presupuestariamente, remarca una cuestión crucial. Dice así: “Fuerzas enemigas: no hay”.

Ese documento era “Confidencial”.

Hasta hoy.



“El Loco de la gente”… @dealgunamanera...

“El Loco de la gente”…


Se abren las puertas del cielo y Masantonio recibe a René. En la tierra lo despide Miguel, que lo acompañó hasta el final como ese gran capitán que tuvo Huracán en el ‘73.

Elegiste hasta el día, René: “22”. Justo vos que fuiste el loco de la gente, de La Banda que te vio nacer, en el Bajo Belgrano crecer y en La Quema brillar.

Nadie faltó a tu despedida. Fue en nuestra casa,  debajo de esas tribunas en la que hiciste abrazar y gritar a miles de quemeros.

Al principio, la hinchada se juntó afuera, con camisetas de distintas épocas, pero todas con el 7 en la espalda. La gente, poco a poco, se arrimó a la puerta principal y espero la apertura.

Vos adentro, bajo la custodia del Teniente Coronel Tomás Ducó y la compañía de tus seres queridos, recibiste a todos los que te querían dar el último saludo. Hasta te vestiste de gala con tus dos casacas, las que siempre supiste defender y amar, uniendo las instituciones de Huracán y Excursionistas, que más allá de la diferencia en los colores, ambos supieron entender tu amor compartido.

Todos te vieron, te acariciaron y hasta pudieron darte un beso. En el cierre, esta mañana saliste por la puerta grande del Palacio bajo el grito de “dale campeón”.

Si bien el mundo del fútbol te lloró, nosotros, los que te conocemos, sabemos que te mandaste otra de las tuyas escapándote en un globo blanco de fuego hacia arriba, donde te espera Ringo para alentar juntos a nuestro equipo como lo hiciste siempre desde la popular.

Hasta pronto, René. Te vamos a extrañar. Pero ante todas las alegrías que nos diste, jamás te vamos a olvidar.

Marcelo Adrián Salvio
Gerente de Comunicación del Club Atlético Huracán


“René está presente en cada gambeta”…


César Luis Menotti fue el técnico que marcó a René Orlando Houseman para toda la carrera. Juntos llevaron al Club Atlético Huracán a la consagración en el Campeonato Metropolitano 1973. Cinco años después, “El Flaco” y “El Loco” dejaron bien alta la bandera de la Selección Argentina al cosechar el primer Campeonato del Mundo.

El entrenador se expresó tras hacerse eco del fallecimiento del wing derecho: “Es la vida, venía mal. Nos tenía acostumbrados a estas amenazas en los últimos tiempos, pero siempre salía ileso. Esta vez no pudo”.

“Este tipo de futbolistas, estas personas, que se ligan el cariño de la gente, no se van nunca. Siempre andan por ahí en algún potrero, en algún lugar de la Argentina o ahí en su barrio. Lo tomo como que está presente en cada pase, en cada túnel y cada gambeta. Está su vida ahí”, aseguró el DT en diálogo con Radio Cooperativa.

Además, Menotti recordó las habilidades que tenía El Loco: “Era impresionante. Un futbolista que nacía de la nada. Nunca razonó, era todo fruto de la inspiración. Elegía sin ninguna ayuda lo que era mejor para él, para el equipo, para la belleza y la eficacia”.

César Luis Menotti


#HistoriaQuemera Quién fue (y será) René Houseman…



No hay palabras. Nunca las hubo, hoy menos. Jamás se hallaron aquellas que pudieran describir con completa certeza su figura; en este funesto 22 de marzo, no existen las que describen el dolor de su partida. El corazón de René Orlando Houseman dejó de latir, y el vacío parece entronizarse en el corazón del Globo. No hay palabras…

Una lágrima de tamaño oceánico cae de las mejores páginas de Huracán. Confluye con miles otras de hinchas que sienten la mismísima partida de un familiar cercano. La noticia se disparse, «se nos fue René», y se va el aliento. Se puede escuchar por dentro el estruendo de un silencio que amenaza con ser eterno, y una ráfaga de viento desolado después. Todo es nada, y nada hay, sólo un abismo en el sentir y la caricia envenenada del anonadamiento. «Es imposible». Pero sí, es… Y no hay palabras.

En este otoño, que por estas horas se asemeja más a un invierno polar, las estadísticas resultan demasiado frías. Ellas cuentan que partió la magia de uno de los mejores elencos balompédicos de la historia, el goleador «albiceleste» del Mundial 74, un campeón abanderado del triunfado en 1978, el séptimo artillero de la Selección en esa competencia, el sexto de La Quema y séptimo con más presencias, propio al que más veces citó el combinado nacional. Pero no, Houseman fue mucho más.

Fue fútbol, barrio, villa y potrero. Fue un «Loco». A veces metía golazos y ni siquiera los gritaba. Era capaz de amagar hasta tres o más veces al mismo rival, sin parar hasta verlo encerrado en un chaleco de fuerza. Contagiaba su locura a la hinchada Quemera, y desde las graderías bajaba el «Olé, olé, ¿cómo lo paran a René?». O a los patrios que lo gritaban: «el Loco es lo más grande del fútbol nacional». Fue pícaro y atorrante. Estandarte de indisciplina, no se llevaba bien con el profesionalismo. En las concentraciones, cuando no se escapaba de éstas, compartía habitación con Carrascosa, hombre tranquilo y correcto por demás. Ni eso funcionaba: dormía poco y escuchaba la radio al máximo volumen. Eso sí, en cancha, se amagaba hasta a los pozos… Es que René, como profesional, era un profesional de su propio encanto. Uno que lo hubiera hecho ad honorem, sólo por sincero placer de «ser». Todo eso fue. «Es». Es y será, así el destino haya puesto fecha y clavado flecha.

Nació en La Banda, Santiago del Estero, el 19 de julio de 1953. Dejó a muy temprana edad esos pagos, que de tanto embarrarlo en sus zanjas lo bautizaron «Chancho», para mudarse a la gran ciudad. Su rutina de niñez empezaba a las 6:00hs., cuando se despertaba para patear su pelota con ambas piernas contra un paredón. Lo hacía por afición, sin pensar en el futuro. Curiosamente, en su primer club de barrio, «Los Intocables», fue marcador de punta. Tiempo más tarde quiso probar suerte en Excursionistas, dueño de la mitad de su amorío, aunque dirigentes le cerraron las puertas debido a su origen humilde y su físico no muy prometedor. Por eso fue Defensores la antesala de su gloria: su aporte de 16 goles en 36 partidos fundamentaron un inmediato ascenso y desnudaron sus condiciones fuera de lo común, por lo que se transformó en pretensión de muchos, aunque Huracán terminó ostentando, por pedido exclusivo del «Flaco» Menotti, la joya de la Villa del Bajo Belgrano.

Arribó al Globo en el verano de 1973 y tras su aparición comenzó el pasmo: por su apellido de origen alemán, esperaban a un rubio corpulento, más se sorprendieron al ver que «Hueso», lejos de aquel estereotipo, era delgado, medía 1,65 m y dejaba a la vista sus piernas chuecas y poco fibrosas con las medias arremangadas hasta los botines. Finalizado su primer amistoso, Menotti dejó garantías sin errores: «Ese flaquito desgarbado que ustedes vieron hoy, va a ser figura del fútbol argentino»; y el 4 de marzo, en su debut, Houseman fue una de las claves del 6-1 a favor.

Su trama en el Parque fue tan feliz como sus primeros pasos, y sus pasos, en definitiva, fueron los de un rey hacia el trono y del trono al pueblo. El mejor coronado del «Campeón del Siglo» en 1973 fue, a la vez, bandera de toda historia de la década del 70’ digna de ser contada. Con Huracán alcanzó una preciada estrella, el pase a las semifinales de la Libertadores de 1974, dos subcampeonatos, un tercer puesto y memorables actuaciones en torneos amistosos internacionales.

Como jugador no era tal, sino una maravilla. Pertenecía a la estirpe de Best y Johnstone, conocido como el «Garrincha Blanco». Muchos eruditos de tribuna más voces entendidas del ambiente aseguran que fue el más talentoso en su puesto y desafían a todos con las comparaciones. Y resulta esencia que los cotejos no son infundados. Existen reales parámetros, ya que el «Loco» se dio un gusto que muy pocos hombres del fútbol: enfrentó a Maradona, Pelé, Cruyff y Beckenbauer. Era imprevisible. Veloz, astuto, imaginativo. Pícaro, ingenioso, hábil con las dos piernas. Preciso con sus pases, guapo, goleador. Talento, brillo, desequilibrio y equilibrio a la vez. Dueño de un amague extraordinariamente beatífico y propio de él, y sólo de él, poseía un cambio de velocidad descollante y parecía quebrarse al gambetear. Enganchaba con el tobillo, casi con el taco. Deslumbraba tanto que más de una vez fue dueño de aplausos de la tribuna del rival, algo impensado en un fútbol tan vehemente.

En paralelo, su paso por la Selección fue grandílocuo. Debutó en 1973 y al año fue al Mundial 1974. En él, fascinó a la entera Tierra: fue el mejor y más goleador de Argentina con tres tantos (dos emblemáticos). Luego campeonó en el 78. En aquél marcó una vez y es, junto a otros, el séptimo máximo artillero argentino en Mundiales.

Tras esto, obtuvo una repercusión global como nunca antes. Hasta «Don Ramón», aquel gruñón entrañable de «El Chavo del 8», lo elogió. Y no fue el único. «Ringo» Bonavena, Rey de Golpes, una vez lo sorprendió: «¿Cómo andás, Loco? ¿Sabés que hasta Frank Sinatra me preguntó por vos?». Más allá, el desquiciado de la redonda nunca olvidó sus raíces ni perdió su brújula que siempre señalaba al barrio. Se autodenominaba «villero» con franco orgullo y no abandonó aquellas calles de tierra que hoy se encuentran asfaltadas. Podría haber tenido todo lo material, pero no le interesó; sus sentimientos pasaban por el fútbol y su gente. Tampoco era afín a la fama ni guardaba enigmas secretos en torno al «¿Qué dirán?». Sencillamente, fue dotado por una compleja humildad. Jamás pudo acudir al abandono de su libre espíritu de rebeldía: muchas veces, había que ir a buscarlo a la villa, su amado mundo, al ausentarse a entrenamientos y concentraciones por ir a jugar un picado.

Lamentablemente, tenía otros dos vicios mucho más insanos: cigarrillos y alcohol. Llegó al extremo de fumar en los entretiempos o jugar borracho, tras sinfines de duchas y litros de café, y así mutilar una y un millón de veces a las defensas rivales y salir ovacionado por ganadores propios y perdedores ajenos, que mucho más ganaban al ver a ese ajeno tan propio de admiración. La escena, sea cual sea su estado, era invariable: una locura del Rey de la Gambeta. No obstante, y pese a que «gambeteaba hasta las patadas», a veces no salía en pie: a menudo se hacía el lesionado para darle lugar a algún compañero. En ese ayer, quien no jugaba, no cobraba.

En suma, vivió 277 encuentros y marcó 109 goles en Huracán (1973-1980, 1981 y 1983). Se embanderó argentino 55 veces, siendo el Quemero más citado por la Selección con una notable observación: de los primeros en la lista de presencias, sólo él y Messi litigaron todos sus juegos con Argentina enrolados en un mismo club. Además, vistió de «Dragón» (1971-1972 y 1982), River (1981), Colo-Colo (Chile, 1982), AmaZulu (Sudáfrica, 1983) e Independiente (1984) hasta retiro en Excursionistas (1985).

En su cultura, libros y canciones se escribieron, y fue declarado «Personalidad Destacada del Deporte»… Pero no basta. Nada basta… Porque no hay palabras.

No hay palabras.

Nunca las hubo.

Las habrá…

Las habrá siempre para recordarlo. Siempre para homenajearlo. Por más que no basten para vestirlo, siempre tiene que haber palabras sobre Houseman. Siempre que haya sobre Huracán, tiene que haber sobre René Orlando Houseman. Porque, sin dudas, «H»ouseman y «H»uracán se escriben con la misma «H». Y su historia, ni aun en estos días con el ánimo tan hastiado, deja de comenzar con la misma letra. Seguramente, en un plano desconocido, Newbery lo invita al aerostato «El Huracán» para hacer su última ascensión, esa que lo lleve al encuentro con Masantonio, Stábile, Bonavena y tantos más.

Pero su fin no llegó. Ni llegará nunca. Será un eterno habitante de la memoria más meliflua; un eterno responsable de que, aún hoy, todo hincha de Huracán quiera la «7»; eterno responsable de que hasta algunos Quemeritos nazcan con su nombre.

Siempre habrá palabras, nunca exactas, pero sí fieles al intento de honrarlo como merece. Siempre habrá Houseman en la historia de Huracán. Siempre.

Hasta siempre, René.

Gonzalo Hernán Minici


“Cuando el talento no reconoce de fronteras ni de tiempos”…


La familia quemera despidió al Loco Houseman. Entre lágrimas, dolor y nostalgia se fue René. Nosotros hoy tenemos el privilegio de compartir y ser parte del sentimiento de esta familia, más no sea por un instante.

Los contemporáneos de René crecimos admirando su talento, como tantos otros que marcaron a fuego la impronta de un modo de sentir el fútbol. Desde aquel Huracán conducido por el Flaco Menotti, que terminó marcando un antes y un después del fútbol, ese Huracán era la mezcla ideal que todo equipo desea tener: un conductor, que no sólo se atrevía a soñar, sino que tenía la valentía de salir a atrapar sus sueños y hacerlos realidad. Una mezcla de talento, de personalidad y coraje. Por donde se lo mire, era un equipo que causaba admiración. Entre paredes, gambetas y sueños, hacía que los 90 minutos fueran muy poco.

Si bien es injusto no nombrar al Inglés o a Miguel, el Loco era el Loco. Con ese arrebato de barrio y locura, hacía que todos quieran imitar los indescifrables amagues y fintas, que hacían realmente que los marcadores quedarán mareados. Después, su talento se desparramó a la Selección Nacional, y el Loco sacó pasaporte a la inmortalidad.

Ya sentíamos todos los que amamos al fútbol que René ya no era sólo de Huracán: el Loco era de todos. Como aquellos pensadores cuyos razonamientos trascienden los tiempos, o los grandes escritores cuya escritura traspasa la frontera de las eras, el Loco tuvo esa magia y poder de los Elegidos. A fuerza de fintas de amagues y engaños, se fue quedando para siempre en  el corazón del hincha.

Con tiempo ya fuera del futbol, en muchas oportunidades lo crucé, cada vez que enfrentaba a Huracán, y siempre me dignaba con su saludo y con su abrazo, viniendo al vestuario. Un día lo crucé en Brasil, durante el Mundial 2014, y fui testigo de la admiración de la gente no sólo de nuestro País, sino del mundo. El Loco fue amado y reconocido en todos lados.

La última vez que lo vi fue después del partido de River. Afuera del vestuario me dio un abrazo y me dijo “qué bien juega Pussetto…”.

Hoy ya El Loco no está entre nosotros. Se nos escapó y nos tiró una gambeta. No veo la hora que llegue el viernes para que el Ducó estalle en un grito, en aplausos y en lágrimas. Él, como poeta omnipotente, seguirá viviendo para siempre en el corazón de la gente, en cada evocación, en cada grito, en cada “ole”, incólume, absoluto.

Como duende sagrado seguirá viviendo en su legado. Con el poder supremo de los elegidos, que a fuerza de coraje, habilidad, talento y humildad conquistó la admiración y el respeto de la pelota.
Gracias Loco por hacernos vivir el futbol de pié, al borde de la emoción y la pasión absoluta. A veces hay cosas que brillan tanto, que nos enceguecen, pero después de un tiempo, no pueden sostenerse.

Hay otras que brillan de un modo tan particular, que lo que parece imperceptible, con el paso del tiempo, hace que su luz brille eternamente, y perduren para siempre.

Gracias Huracán por haberme abierto las puertas de su casa y permitirme palpar de cerca estas historias y estos hombres. Mi admiración y mi respeto a René, que seguirá presente en el recuerdo y en la nostalgia. Un abrazo solidario a la familia. El Loco se fue con una mueca de sonrisa, y así quisiera recordarlo por siempre.

Gustavo Julio Alfaro


“Generaste siempre mi admiración”…


Donde estés en este momento…

Has hecho felices a millones de personas, René. A los hinchas de Huracán, desde ya, y a los que tuvimos la suerte de jugar con vos, de verte esa maravillosa gambeta.

Siempre me gustó decirte que eras “el Chaplin” del fútbol.

Te vamos a extrañar, pero como dijo “el Flaco” Menotti, hay gente que no se va, que sigue grabada en la memoria y en corazón del hincha del fútbol.

Gracias por todo lo que hacías que generaba mi admiración, ya sea desde niño yendo con mi viejo a la cancha, como en el momento en que fui tu compañero en mis primeros años en el plantel profesional de Huracán.

Claudio Morresi


La Selección Argentina homenajeó a René Houseman…

Seleccionado de Fútbol Argentino. Fotografía: Diario Clarín

El seleccionado argentino de fútbol disputó esta tarde un amistoso internacional frente a Italia en Manchester. En la previa al encuentro, los equipos realizaron un minuto de silencio por el fallecimiento de René Houseman, integrante del plantel campeón del Mundial Argentina 1978.

Los futbolistas de la Argentina se colocaron un brazalete celeste y blanco en homenaje al Loco y, además, la Asociación del Fútbol Argentino decidió que ningún jugador utilice la camiseta número 7.

© Publicado el viernes 23/03/2018 por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.