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lunes, 31 de diciembre de 2018

Juguetes a la deriva como en “Toy Story”… @dealgunamanera…

Las ventas para las Fiestas cayeron 20 por ciento, en cantidades, contra el año pasado…

Las fábricas de juguetes abren dos o tres días a la semana para reducir costos fijos. Imagen: Leandro Teysseire

Como la gran mayoría de los sectores, la industria del juguete sintió la crisis durante las ventas navideñas. Todos los segmentos del rubro tuvieron fuertes bajas en relación con el año pasado. Jugueteros dicen que hay stock para dos años.

© Escrito por Javier Lewkowicz el miércoles 26/12/2018 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las ventas de juguetes para las fiestas de fin de año registraron una caída del 19,8 por ciento medidas en cantidades frente a la temporada de 2017, informó ayer la Cámara del Juguete. En línea con la realidad del comercio minorista, todos los segmentos del rubro de juguetes tuvieron fuertes bajas en relación al año pasado en un momento del año que suele ser clave para encarar el receso veraniego. A pesar de la reapertura de algunas paritarias y el bono de fin de año decretado por el Gobierno nacional, el consumo quedó atrapado en la caída del poder adquisitivo. Se calcula que el salario real promedio registrado del sector privado se ubica un 13,3 por ciento por debajo del nivel que tenía cuando comenzó su mandato Mauricio Macri.

El juguete junto a los textiles, calzado, marroquinería, algunos segmentos de la metalmecánica y de alimentos y bebidas, entre otros, son sectores que dependen de la marcha del mercado interno, emplean mano de obra y sufren las importaciones baratas, especialmente desde Asia. Se trata por lo tanto del eslabón más fino de la estructura industrial, que tambalea cuando las condiciones macroeconómicas le son adversas.

El juguete cuenta en el país con unas 200 fábricas. En los últimos años, la industria nacional alcanzó un 50 por ciento de participación del mercado a partir de las inversiones y de un mercado protegido a las importaciones. 

Según datos de la cámara, la industria empleaba a 500 personas en 2001 y pasó a 10 mil el año pasado. “En el transcurso del 2018 no se han perdido puestos de trabajo de manera significativa pero se cortaron horas extras y los turnos rotativos y hay fábricas que no abren dos o tres días a la semana para reducir los costos fijos que se dispararon con el aumento de las tarifas de los servicios”, dice la Cámara.

Prácticamente la totalidad de las ventas del sector se realizan entre el Día del Niño, Navidad y Reyes. En agosto, las ventas del Día del Niño subieron 1 por ciento medidas en cantidades contra el año pasado gracias al plan Ahora 3 de cuotas sin interés. Sin embargo, ese dato escondió un comportamiento de mercado que tuvo incidencia en el resultado productivo del sector.

Damián Mondrik, de la empresa que fabrica Top Toys, explicó a este diario que “el año es muy malo, se habla de una caída del 40 por ciento promedio en cantidades durante la segunda parte del año. Lo que pasó fue que la Navidad del año pasado no fue mala y había expectativa de tener un buen año. Por hubo muchos importadores que se lanzaron a traer mercadería esperando un crecimiento del 30 por ciento del mercado. Pero mientras la mercadería importada ingresaba, comenzó el proceso devaluatorio. Lo que pasó entonces es que el mercado tiene stock para dos años con precios que encima son demasiado altos para el poder adquisitivo actual. Las jugueterías se quedaron con mucho stock y no compraron a las fábricas”.

La Cámara del Juguete detalló que “en estas fiestas todos los segmentos han presentado retrocesos debido a la recesión que está atravesando la economía argentina. Las ventas de juguetes de primera infancia cayeron un 16,8 por ciento, en línea con la caída en didácticos y material educativo, juegos de mesa, autos, camiones y motos. Peor desempeño tuvieron rompecabezas, instrumentos musicales de juguete y juguetes con radio control y motor incorporado, con caídas de entre 20 y 30 por ciento.

Las importaciones de juguetes de enero a noviembre tuvieron en kilogramos una suba del 18 por ciento interanual, a pesar del achicamiento del mercado. “Durante la gestión del actual gobierno las importaciones han aumentado el 90 por ciento en Kilogramos netos”, dice la Cámara.



domingo, 22 de abril de 2012

Sobre YPF... Aldo Ferrer... De Alguna Manera...

“Fue lo peor que nos hizo el 
Estado neoliberal”...

 Aldo Ferrer. Foto: Silvia Cartasso.

Aldo Ferrer, economista, embajador en Francia, sobre lo que significó la pérdida de YPF en los ´90. Recuperar YPF, señala Ferrer, es “otro paso hacia la gobernabilidad”, como lo fue el fin de las AFJP, la recuperación de la política cambiaria y la reforma del Banco Central.

“Un paso más en la recuperación de la gobernabilidad de la economía argentina.” Así califica el economista Aldo Ferrer la decisión del Gobierno de expropiar el capital de Repsol en YPF y estatizar la petrolera. En diálogo con Página/12, el embajador argentino en Francia, de paso por Buenos Aires, ubicó la medida sobre YPF en la línea de la recuperación de la política cambiaria, la estatización del sistema previsional y la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, todos avances en la búsqueda de la soberanía perdida en manos del neoliberalismo, explica. Ferrer resaltó el rol científico-tecnológico que YPF debe volver a tener y aseguró que los capitales interesados en realizar las inversiones necesarias junto a YPF para desplegar una política exploratoria agresiva van a aparecer. También destacó la potencialidad de los recursos propios derivados del ahorro interno.

–¿Cómo evalúa la intención del Gobierno de expropiar a Repsol y recuperar para el Estado la conducción de YPF?
–Creo que es una decisión correcta. La venta de YPF fue una de las peores medidas tomadas por el Estado neoliberal. En esa etapa se enajenaron herramientas fundamentales de la política pública. Brasil, por ejemplo, preservó el ejercicio de su soberanía, nosotros la entregamos. Entre esas entregas está la de YPF, con las consecuencias inevitables que conocemos. Como algunos lo advertimos en aquel momento, se verificó que las cosas no iban a andar bien. No sólo desde el costado específico de los hidrocarburos, sino también desde el punto de vista científico y tecnológico. Extranjerizar ese sector fue un retroceso muy grave. Este es el epílogo de un largo camino que llegó adonde tenía que llegar.

–Usted suele remarcar la diferencia entre el Estado neoliberal y el Estado nacional. ¿Cómo se inserta esta medida en ese esquema?
–La decisión es importante porque es un paso más en la recuperación del Estado nacional. En el período neoliberal se maniató al Estado para someterlo a los intereses privados, a la especulación financiera, que provocó el endeudamiento, desindustrialización, aumento en el desempleo, pobreza e indigencia. Desde la salida de la crisis reaparece el Estado nacional. Del mismo modo que la recuperación de la capacidad para hacer política monetaria, el manejo del tipo de cambio, la reforma del sistema previsional y la modificación del rol del Banco Central, YPF es un paso muy importante en la reconstrucción del Estado nacional. En el escenario mundial está claro que a los países que les va bien son aquellos que tienen fuertes políticas nacionales. El Estado neoliberal busca desmantelar la política pública para que no se puedan tomar medidas de transformación en un país en desarrollo como el nuestro. Se está recuperando la gobernabilidad de la economía argentina. Pienso también que la reparación del Estado nacional requiere de sólidos equilibrios macroeconómicos, en el plano fiscal y externo.

–¿Qué espera de una nueva YPF estatal?
–Espero que se amplíen las reservas de hidrocarburos y la producción, que haya un esfuerzo para fortalecer el acervo científico de la firma y poder vincularlo al resto de la sociedad. Hay que recordar que el desarrollo es la capacidad de gestión del conocimiento. Esa dimensión científico-tecnológica es fundamental. Desde el punto de vista financiero, hay infinidad de posibilidades de conseguir recursos del exterior, ese aspecto no es el más complejo. Pero también se pueden hacer las inversiones con recursos propios. Si lográramos frenar la fuga de capitales, tendríamos el dinero para aumentar la extracción de hidrocarburos. Hay que tener en cuenta que el ahorro interno es la principal fuente de desarrollo económico del país. Esto no es para volver a la YPF que en muchos aspectos fue negativo, sino para recuperar la YPF del pasado que tuvo muchos aspectos positivos. Hay que tener cuidado con los manejos corporativos en la firma.

–¿Qué recursos deberían utilizarse para afrontar el pago de la indemnización?
–Me parece que no es el aspecto más importante. Será con recursos propios o alguna otra variante. El monto a pagar se resolverá por las vías que están previstas.

–Como sucedía en la convertibilidad ante una potencial devaluación, hay sectores que aseguran que esta decisión hace de la Argentina un país poco creíble, que nos aísla del mundo y ahuyenta inversiones. ¿Cómo analiza la vigencia de ese planteo, cuando en alguna medida ya quedó refutado por el propio proceso de recuperación económica de los últimos años?

–Sucede que este tipo de decisiones confronta visiones de país. Desde la perspectiva de Raúl Prebisch de centro-periferia, algunos sectores tienen la idea de que nuestro país se vincule al mercado mundial de forma subordinada. Todo gesto que vaya en contra de eso no es bien visto. Se confronta la visión neoliberal que concibe a la Argentina como un segmento del mercado mundial y la visión del Estado nacional, la de un país que tiene que afianzar su soberanía a través de la aplicación de políticas industriales y tecnológicas, entre otras. En el plano externo, a pesar de la presión de algunos actores internacionales, las cosas se van a encarrilar.

–En particular existe la idea de que la falta de condicionamientos a los capitales es un factor que en sí mismo atrae inversiones.

–Eso es parte de la literatura neoliberal. Un estudio reciente de la OCDE analiza las regulaciones a la inversión de China y Corea, las dos más severas, y también de Japón, que son todos países muy atractivos para la inversión incluso habiendo hecho políticas de captación de capitales en el marco de su política de desarrollo nacional. En el otro extremo está la Argentina, que tiene un nivel de extranjerización extraordinario, donde la inversión no generó desarrollo, aumentó la pobreza y la deuda externa. La inversión extranjera va hacia los países que ofrecen oportunidades de ganar plata, y se adapta a las reglas del juego que establece el Estado receptor. Si el Estado que fija las reglas tiene una política de desarrollo en el marco de un proceso de crecimiento, atrae a la inversión extranjera. Por otra parte, existe la idea de que el proceso de formación de capital en el país descansa sobre los recursos externos. Eso no es cierto, ya que más del 90 por ciento de la formación de capital se financia con ahorro interno. La literatura neoliberal está cada vez más desacreditada y se mantiene sobre la base de prejuicios y la fortaleza del sector financiero. Esto se demostró en la Argentina y en el mundo. Esa visión pierde la perspectiva de que estamos en un mundo global y que debemos comandar nuestra propia realidad, y que esa es una condición indispensable para el desarrollo.

–¿Cómo explica que gran parte de la sociedad argentina haya de algún modo acompañado un proceso de privatización inédito en el mundo como fue el de YPF?
–La explicación pasa por la carencia de densidad nacional, la falta de suficiente cohesión social en Argentina. Eso sucede por una serie de cuestiones. Una de ellas es la falta de liderazgos con una impronta nacional. Hubo una sucesión extensa de líderes con una visión de país periférico, vinculados a intereses transnacionales. En segundo lugar, en el siglo pasado tenemos el record mundial de debilidad institucional, y eso se paga. Entonces se implantó el pensamiento alienado, el pensamiento neoliberal en la dictadura. Fue a través del terrorismo de Estado. Y en los ’90, a partir de un gobierno legítimo. Ese gobierno construyó el Estado neoliberal más ambicioso del mundo. No hay otro país que haya avanzado tanto, incluida la venta del petróleo. A la vez, existió una falta de pensamiento crítico. En definitiva, la falta de densidad nacional impidió tener un Estado al servicio del desarrollo. Eso explica que hayamos tomado cursos de acción tan negativos. En los últimos años se ha ido produciendo una cierta recuperación. Han emergido dirigencias con visión nacional, las instituciones mejoraron, existe pensamiento crítico con visión nacional mucho más fuerte y visible, como por ejemplo el Grupo Fénix. En definitiva, ha habido un fortalecimiento de la densidad nacional.

© Escrito por Javier Lewkowicz y publicadoo por el Díario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 21 de Abril de 2012.

viernes, 20 de abril de 2012

La YPF esperada... De Alguna Manera...

Petrobras, un espejo para la nueva YPF...

 El gobierno federal mantiene en Petrobras el 51 por ciento de los votos en el directorio.

La empresa fue fundada en 1953 por el presidente Getulio Vargas. Despegó en la década del ’80 y sobrevivió a la ola privatizadora de los ’90, permitiéndole a Brasil avanzar en materia energética y afirmarse en términos geopolíticos.

La nueva YPF, cuya estatización todavía le resta aprobar al Congreso nacional, tiene como uno de los ejemplos a seguir a Petrobras, cuya participación en el sector de los hidrocarburos de Brasil es muy valorada entre especialistas. De hecho, el ministro de Planificación e interventor de YPF, Julio De Vido, viajó a Brasilia y se reunirá hoy con autoridades de la petrolera para que incremente la inversión y acompañe a YPF en la recuperación de la producción. Hasta ahora, Petrobras aumentó sus ganancias en el país con una muy baja actividad exploratoria, una lógica distinta de la utilizada para sus operaciones en Brasil. Página/12 realiza aquí un detallado análisis de Petrobras, cómo despegó en la década del ’80 y sobrevivió a la ola privatizadora de los ’90, permitiéndole a Brasil avanzar en materia energética y afirmarse en términos geopolíticos.

La relevancia actual de los hidrocarburos es, en efecto, geopolítica. Las mayores reservas se concentran en pocos países, mientras que los mayores consumidores no poseen el recurso, indispensable para sostener procesos económicos de crecimiento y desarrollo. Por esta razón, destaca Diego Mansilla en “Petroleras estatales en América latina: entre la transnacionalización y la integración”, “el 90 por ciento de las reservas mundiales están en manos de petroleras estatales”. En la región, las mayores reservas se ubican en Venezuela, México y Brasil, donde actúan, respectivamente, Pdvsa, Pemex y Petrobras.

Petróleo Brasileño (Petrobras) fue fundada en 1953 por el presidente Getulio Vargas. “Su función fue refinar y distribuir subproductos de petróleo importado, ya que Brasil no contaba con reservas. Se tomó como base a YPF, una empresa estatal integrada”, destaca Mansilla. Vargas impulsó el monopolio estatal del mercado de hidrocarburos, para que Petrobras pudiera buscar petróleo a partir de su ganancia operativa.

Brasil mejoró su performance petrolera a partir del hallazgo de recursos off-shore en la costa carioca en la década del ’80, en una etapa fuertemente inversora que le permitió también ganar mucha experiencia en el desarrollo de ese tipo de tecnología de producción. En 1980 el país vecino tenía la mitad de las reservas probadas de petróleo que Argentina, en 1985 las igualó y en 1990 las triplicó. Petrobras cuenta hoy con reservas por 15 mil millones de barriles y Argentina con dos mil millones. Brasil alcanzó en 2006 por primera vez el autoabastecimiento energético, también a partir de la energía hidroeléctrica y el uso de etanol.

Antes de su consolidación, Petrobras tuvo que enfrentar la presión neoliberal. Desde mediados de la década de los ’80, el establishment financiero internacional, con el FMI y el Banco Mundial a la cabeza, comenzó a presionar a los países de la región para que cancelen los vencimientos de capital de su enorme deuda externa a través de la venta de empresas públicas.

El plan de Fernando Henrique Cardoso, que presidió Brasil entre 1995 y 1999, y luego hasta 2003, consistía primero en desregular el mercado de los hidrocarburos y luego privatizar Petrobras. El primer objetivo se concreta en 1995, cuando se quiebra el monopolio estatal del mercado hidrocarburífero. Sin embargo, la privatización nunca se llevó a cabo, aunque en 1997 Petrobras se abre a los inversores y se constituye como una empresa mixta, al tiempo que se les otorga a las empresas concesionarias la libre disponibilidad del recurso.

La participación accionaria del gobierno federal en Petrobras cayó desde 1997 del 51 al 32,1 por ciento, aunque mantiene el 51 por ciento de los votos en el directorio. El 30 por ciento de la firma cotiza en Nueva York, San Pablo y Buenos Aires. A diferencia del caso de YPF, Petrobras, a pesar de ser mixta y operar en un mercado desregulado, mantuvo la directriz estatal y consolidó su posición.

La desregulación no implicó un cambio sustancial porque las licitaciones son ganadas usualmente por Petrobras, que tiene excepcional know-how en la tecnología en aguas profundas. La empresa participa sola o en joint ventures con otras firmas, aunque siempre monopoliza la operación de los proyectos. De hecho, en 2009 Petrobras produjo el 98 por ciento del petróleo en Brasil y participó en el 93,5 por ciento de las exportaciones. Únicamente Shell extrae petróleo en el país vecino sin la participación de Petrobras. En 2008, Petrobras tuvo ingresos netos por 130 mil millones de dólares, beneficios netos por 19 mil millones e invirtió 32 mil millones de dólares. Desde que se quebró el monopolio del mercado, la compañía pasó de producir 600 mil barriles por día a 1,8 millón por día en 2009, y sus reservas subieron de seis mil millones de barriles a 13 mil millones. Además, la potencialidad del megayacimiento de la capa pre-sal es enorme.

Desde los años ’70, Petrobras encaró una estrategia agresiva de internacionalización. Actualmente es la octava multinacional de países en desarrollo, la tercera de América latina y la primera de Brasil. Sin embargo, la estrategia inversora que utiliza en Brasil no la replicó hasta ahora en Argentina. Con una lógica puramente empresaria, entre 2007 y 2010 sus reservas probadas de petróleo en el país bajaron un 29 por ciento y las de gas un 45 por ciento.

© Escrito por Javier Lewkowicz y publicado por el Diario Página/12 el jueves 19 de Abril de 2012.