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sábado, 30 de septiembre de 2017

Una especie de familia y Alanís, protagonistas en San Sebastián… @dealgunamanera…

Premios que llegan en el peor momento…

Sofía Gala Castiglione.

En una coyuntura en la que toda la industria audiovisual advierte sobre la gravedad de las nuevas medidas del Incaa, Anahí Berneri y Sofía Gala Castiglione fueron distinguidas como directora y actriz; Diego Lerman y María Meira fueron premiados por su guión.

La directora de "Alanis", Anahí Berneri (a la derecha) y la actriz Sofía Gala Castiglione, ambas premiadas en la 65° edición del festival en el País

© Escrito por Oscar Ranzani y publicado el sábado 30/09/2017 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Vaya paradoja: en el peor momento de la industria cinematográfica argentina, cuando está siendo vapuleada desde el gobierno con las resoluciones del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) que buscan asfixiar la producción local, y mientras la comunidad audiovisual resiste con fortaleza, los artistas del cine nacional demostraron anoche en el Festival de San Sebastián que, a pesar de esos vientos de cambio que propone la oleada neoliberal, el mar de la creatividad ruge con fuerza. Las dos películas argentinas que participaron de la Competencia Oficial de la 65º edición de la muestra donostiarra obtuvieron premios en rubros muy importantes: por Alanís fueron galardonadas Anahí Berneri y Sofía Gala Castiglione en las categorías Mejor Dirección y Mejor Actriz, respectivamente. Diego Lerman y María Meira fueron reconocidos en el rubro Mejor Guión por Una especie de familia, dirigida también por Lerman. La Concha de Oro a la Mejor Película, en tanto, fue para The Disaster Artist, del actor y director estadounidense James Franco.

Primera mujer en la historia del festival en ganar la Concha de Plata a la Mejor Directora, Berneri señaló al subir al escenario: “¡Qué honor enorme!  Agradezco al jurado. Es un premio soñado en el festival que más quiero”. No es para menos: la cineasta es muy reconocida en la muestra donostiarra ya que Alanís fue la tercera película de la cineasta en integrar la competencia del festival, que en esta edición lo cierra de la mejor manera. “Comparto este premio con todas las mujeres directoras de cine. ¡Es nuestro, chicas!”, dijo. También agradeció a la agrupación que integra, Proyecto Cine Independiente (PCI), a Fundación Sagai (que organizó la propuesta de un corto del que surgió este largometraje) y quiso compartirlo con todo el equipo del film, pero “muy especialmente con todas las mujeres que han inspirado esta película y que nos han contado con mucho valor sus historias de vida”, concluyó Berneri.

Las mujeres a las que refirió la realizadora argentina son personas que han tenido algún tipo de vínculo con la prostitución, tema que atraviesa la historia de ficción ya que Alanís pone el foco en la dignidad de una mujer que ejerce la prostitución, es madre de un niño muy pequeño al que amamanta y se ve obligada a sobrevivir en una contexto hostil. “¡Qué nervios!”, expresó Gala Castiglione al recibir la Concha de Plata, también con un gran mérito. “Quiero compartir este premio con todo el equipo de Alanís, con Anahí Berneri, la mejor directora lejos. ¡Te amo Anahí!”, expresó la actriz argentina, visiblemente emocionada. Luego enumeró una larga lista a quienes quiso dedicarles la distinción: a su padre que ya no vive, su madre (Moria Casán), su hijo y su marido. Y también: “A las mujeres que son las protagonistas de esta película. Y a las mujeres fuertes porque ¡podemos y el futuro es nuestro!”. Alanís también obtuvo el Premio paralelo de la Cooperación Española, concedido a la película latinoamericana que mejor contribuya al desarrollo humano, la erradicación de la pobreza y el pleno ejercicio de los derechos humanos.

El Jurado Oficial, presidido por el actor John Malkovich, premió a Lerman y Meira por el brillante guión de una película notable que habla sobre la adopción ilegal, las mafias en torno del tema y la necesidad imperiosa que tienen muchas mujeres de cumplir el sueño de ser madres y, a veces, a toda costa. “Quiero compartirlo con mis compatriotas cineastas argentinos que estamos viviendo una situación difícil y frágil porque está en riesgo hacer películas como Una especie de familia y tantas otras. Apoyo la diversidad, la pluralidad del cine y las miradas”, afirmó Lerman en alusión al conflicto que generaron las autoridades del Incaa y que está muy lejos de aplacarse.

En la Competencia Oficial el mejor actor fue Bogdan Dumitrache, protagonista de Pororoca, del rumano Constantin Popescu, mientras que el Premio Especial del Jurado lo obtuvo la española Handia. Algo que parecía poco probable era que no ganara en Horizontes Latinos una película argentina o en coproducción con otro país. El galardón, sin embargo, fue para Los perros, de la chilena Marcela Said.


domingo, 16 de abril de 2017

Cultura y Educación... @dealgunamanera...

Cultura y educación…


En la página 44 del “Documento de Trabajo” No 123 de la “Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas”, FIEL, titulado “El Sistema Tributario Argentino. Análisis y evaluación de propuestas para reformarlo” se aconseja la eliminación del 10 por ciento incluido en las entradas de cine según la Ley 17.741 que integra aproximadamente un 40 por ciento del Fondo de Fomento Cinematográfico administrado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.


© Escrito por Luis Puenzo, director y productor, el domingo 16/04/2017 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ante la alarma de la industria, los ministros Avelluto y Dujovne aseguraron que “ese 10 por ciento no se va a eliminar” sin hacer ninguna mención a otra acción aún más grave, también aconsejada por FIEL en el renglón siguiente del mismo documento: la eliminación del “impuesto a los servicios de Comunicación Audiovisual que tiene alícuotas variables por actividad”. Es decir, la eliminación del canon que pagan las empresas que explotan comercialmente la radiodifusión y la televisión abierta y por cable en Argentina, desde la privatización de dichos medios, por hacer uso de las frecuencias que pertenecen al país. Y si bien esto excedería sobradamente a la cinematografía, desde la promulgación de la denominada “Ley del Cine” parte de este impuesto constituye el restante 60 del Fondo de Fomento Cinematográfico.

Cabe señalar que pese a que la Ley le ordena al Incaa ser custodio y garante de nuestro cine, tampoco se manifestó públicamente al respecto. Sin embargo, dos meses después de aquella alarma, el presidente del Instituto fue removido de su cargo con una celeridad inusitada, por la supuesta causa de acusaciones vertidas en una lastimosa operación de prensa, hechos que en la práctica se parecen a una intervención.

Según Avelluto, el presidente del Incaa fue desobediente. Según Alejandro Cacetta, no aceptó cometer actos espurios. Así que coinciden. Pero dichos actos más otros posibles motivos de la renuncia siguen siendo oscuros. Y es improbable que el propio damnificado los aclare. Completa el cuadro de este conflicto interno de Cambiemos la noticia de que la Oficina de Anticorrupción y el Ministerio de Cultura se sumarían a la Asamblea Federal, autoridad máxima del Instituto, al Consejo Asesor, y al sub-Director en ejercicio de la Presidencia una vez que lo designe el Poder Ejecutivo (el triunvirato que “gobierna y administra” el Incaa, según la Ley) para trabajar juntos en la anunciada “reforma integral” que sería el inicio de “una nueva etapa”. Es de suponer que la Asamblea y el Consejo Asesor tendrán que pronunciarse a breve plazo.

Tengamos presente que el Incaa es un “ente público no estatal”, característica que lo distingue en términos legales. Que es autárquico. Que legalmente no es posible modificar impuestos por decreto. Que la Ley hace cargo al Instituto de la administración del Fondo de Fomento, y prevé que las sumas a transferirse al Fondo “solo pueden ser variadas por el Poder Ejecutivo únicamente en el supuesto de modificarse los gravámenes previstos, en cuyo caso la variación del porcentual deberá ser tal que el valor absoluto de las sumas a transferir sea igual al existente al momento de la modificación”.

Hace años teníamos un Ministerio “de Cultura y Educación”. Porque se entendía que la cultura y la educación deben ir juntas.




sábado, 20 de abril de 2013

El fantasma de la censura llega al cine... De Alguna Manera...


El fantasma de la censura llega al cine...


La posibilidad de que el relato estatal –esa invención discursiva que hace creer a algunos que se estaría realizando un proceso de transformación en el país, cuando florecen en realidad las historias alrededor del edificio Madero Center– sea exitoso implica que se expanda hacia todos los órdenes de la vida posible. A partir de este mes, esta posibilidad llega al cine, a la producción documental. Al menos, así se desprende de la lectura de la resolución 982, firmada este año por Liliana Mazure, presidenta del INCAA, y que cuenta con el rechazo de la gran mayoría de los realizadores de documentales argentinos –un género que experimentó un florecimiento durante los últimos años, aquí y en el mundo–.

Hasta el momento, la actividad cinematográfica documental que recibía subsidios del Instituto del Cine (INCAA) para su realización se canalizaba a través de un Comité de Evaluación compuesto por representantes de las seis asociaciones de documentalistas que aprobaban los proyectos presentados a la institución. Con la nueva resolución, se elimina tal instancia democrática de evaluación, se limitan los fondos para los subsidios y se crean tres comités que dilatarían la aprobación de los proyectos, uno de los cuales (el “Comité de Visualización”) reviste un carácter altamente polémico ya que podría tener un rol censor de los contenidos. Este comité debería cerciorarse de que el resultado fílmico se ajuste al guión presentado en el proyecto, algo que de no “comprobarse” plantearía la quita de los subsidios otorgados. En cine, como en toda realización creativa, es imposible la traslación literal de lo escrito en un guión a lo realizado para la pantalla, mucho más en un documental, género que trabaja con la realidad, que cambia constantemente, a la vez que la mirada del realizador también podría transformarse. Esta exigencia podría transformarse en un eje extorsivo, censor y de control ideológico de los contenidos audiovisuales.

“Es un retroceso absoluto –sentencia Víctor Cruz, director de La noche de las cámaras despiertas y miembro de ADN–. La forma actual que se quiere eliminar surgió de la lucha y consecuencia de trabajo de las asociaciones que permitieron que se produzcan cada año entre 50 y 60 películas. Con esta medida se imponen trabas que burocratizan el mecanismo de selección de proyectos y no se establece quiénes evaluarán las películas. El ‘Comité de Visualización’ que plantea la resolución supone, por lo menos, desconocimiento sobre cómo se hace un documental”.

“Tira para atrás todo lo que se viene trabajando desde 2006 en materia de documentales de bajo presupuesto y de diversa forma de producción –asegura Virna Molina, directora junto a Ernesto Ardito de Raymundo, la biografía del documentalista Gleyzar, y miembro de RDI–. A pesar de tener una buena relación con la gestión de Mazure, toda esa legislación se elaboró a nuestras espaldas. La resolución elimina la posibilidad de documentales realizados para la pantalla grande, como largometrajes, y los plantea como realizaciones para la televisión. El Comité de Visualización, como mínimo, condena a la película a una mirada mediocre: todo lo que podría enriquecer al documental podría ser censurado para que se ajuste al guión presentado. En el peor de los casos, podría querer intervenir en los contenidos, y se transformaría en un comité censor”.

“La 982 trata de imponer la censura y el control ideológico y el recorte y el ajuste en la producción documental –dispara Francisco Estrella Gutiérrez, del colectivo Silbando Bembas, cuya última realización es Hecha la ley… (sobre la ley de medios) y miembro de DOCA, asociación que hoy se moviliza a las 13 a las puertas del INCAA para protestar contra la nueva legislación–. A las dificultades de exhibición que tiene la producción documental tanto en pantallas privadas como públicas, se suma un avance que plantea la intervención directa sobre el material del realizador. En mi opinión, forma parte de las operaciones de control ideológico y regimentación que lleva adelante el oficialismo en todas las instancias. Es una resolución claramente regresiva impulsada por los sectores más conservadores del mundo del cine”.

El debate también se inscribe en la polémica sobre el rol del documental en el mercado cinematográfico, ya que ese tipo de producciones suelen tener escaso público, situación que los realizadores atribuyen al poco impulso que se le da a los lanzamientos de las películas por parte del INCAA y a la escasez de salas en las que exhibirlas. Cierto sector del periodismo de espectáculos plantea que se debería privilegiar un cine industrialista en lugar de otorgar subsidios al cine documental.

El 8 de abril las seis asociaciones de documentalistas (DOCA, ADN, DIC, DAC, RDI, PCI) entregaron una carta a la dirección del INCAA rechazando los términos de la resolución, que ya había sido firmada a sus espaldas. El debate sobre el recorte al cine documental ha llegado y, sobre todo, el temor a la injerencia ideológica estatal en los contenidos audiovisuales.

Los documentalistas se encuentran en estado de deliberación y alerta debido a una legislación que plantea recortes a la producción audiovisual y permite la injerencia del Estado en los contenidos.

© Escrito por Diego Rojas el miércoles 17/04/2013 y publicado por plazademayo.com