Néstor Kirchner, legados
y desafíos...
Es indiscutible que la
inesperada y prematura desaparición de Néstor Kirchner tendrá un enorme impacto
sobre la vida política argentina. Sucintamente podría decirse, primero, que con
él desaparece el político más influyente de la Argentina, el que marcaba la
agenda de la discusión pública y el ritmo de la vida política nacional.
Segundo, que durante su
gestión como presidente cambió el rumbo por el que venía transitando la
Argentina -muy especialmente en materia de derechos humanos y política
internacional, pero también con una ejemplar renovación de la Corte Suprema,
reparando las vejaciones que en este rubro, como en tantos otros, había
cometido el menemismo.
Tercero: desaparece con
su muerte el único que reunía las condiciones requeridas para contener, como
ningún otro, la compleja y turbulenta realidad del peronismo, cuyas pugnas
internas en épocas pasadas sumieron al país en gravísimas crisis
institucionales. Éste tal vez sea el más serio desafío con el que tendrá que
lidiar la presidenta.
Cuarto, su muerte la
priva de una compañía irreemplazable: durante décadas Néstor Kirchner no sólo
militó codo a codo con ella, sino que también fue su consejero, aliado y
confidente. Su desaparición deja un vacío muy grande en la Casa Rosada. Pero,
contrariamente a muchas malintencionadas especulaciones expresadas en estas
horas, la presidenta es una política hecha y derecha y, además, una mujer de
mucho temple y carácter y que seguramente sabrá sobreponerse a su inmenso dolor
y honrar la memoria del ex presidente manteniendo con firmeza en sus manos el
timón del Estado y evitando que al interior del PJ se desencadene una feroz
pelea por la sucesión.
Nada autoriza a pensar en
un paralelismo entre su situación y la de Isabel Martínez de Perón ante la
muerte de su esposo, en 1974. Ésta no reunía las menores condiciones para
gobernar la Argentina, no tenía trayectoria política alguna y el país se
hallaba en una situación incomparablemente distinta a la actual, donde la presencia
de militares fascistas era el dato más significativo de aquella coyuntura. La
de hoy es completamente distinta en todas y cada una de aquellas dimensiones.
De todos modos, para responder a los desafíos del momento Cristina Fernández
tendrá que contar con mucho apoyo, reforzar su articulación con las clases y
capas populares mediante la rápida implementación de políticas sociales y
económicas más efectivas (y, en algunos casos, largamente demoradas) y, sobre
todo, mantener a raya a los aparatos que se arrogan una representación popular
que en realidad no tienen y que pueden interferir negativamente en el crucial
último año de su mandato y en sus perspectivas electorales. La Argentina se
asoma a una nueva etapa signada por la ausencia del ex presidente: el asesinato
de Mariano Ferreyra ya había iniciado este proceso; la muerte de Néstor
Kirchner lo acelera y profundiza aún más.
De Alguna Manera ha
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