La causa Contraofensiva y los vuelos de la muerte...
Se
desarrolla el juicio oral de la causa conocida como Contraofensiva. Imagen:
Gustavo Molfino
El ex cabo Nelson González dio detalles sobre la
represión a los militantes montoneros en Campo de Mayo. El fusilamiento de
Frías y Zucker.
© Escrito por Sibila Gálvez Sánchez el viernes
31/05/2019 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
En el marco de la llamada causa Contraofensiva, que
investiga delitos de lesa humanidad cometidos por la última dictadura
cívico-militar en los años 1979 y 1980, el último martes el ex militar Nelson
Ramón González declaró como testigo y aportó información clave sobre los vuelos
de la muerte y el mecanismo de secuestros, torturas y desapariciones puesto en
marcha por el Ejército desde su accionar en Campo de Mayo. Además, brindó
detalles sobre el fusilamiento de Federico Frías, de Marcos “Pato” Zucker –hijo
del actor Marcos Zucker– y de otras dos personas que aún no fueron
identificadas. “El testimonio de González es muy importante, porque pone en la
escena judicial algo que no había sido judicializado hasta el momento y, al
mismo tiempo, contribuye a entender el nervio central de la represión en toda
la Argentina”, consideró Pablo Llonto, abogado querellante en el juicio.
Por videoconferencia desde Neuquén, González declaró
ante el Tribunal Oral Federal 4 de San Martín, integrado por los jueces Esteban
Rodríguez Eggers, Alejandro De Korvez y Matías Alejandro Mancini. Durante el
primer tramo de su relato, confirmó que tuvo como destino Campo de Mayo para el
momento de la Contraofensiva, el nombre con el que se llamó al regreso de un
grupo de militantes montoneros al país entre 1979 y 1980. En seguida, contó que
los fusilamientos de los militantes secuestrados Zucker y Frías sucedieron en
la zona del polígono de tiro del predio, y que de ellos participaron algunos
jefes del Ejército. Consultado sobre qué habían hecho los militares tras los
fusilamientos, González soltó: “Con todo respeto por los familiares, los
quemaron ahí con cubiertas. Lo reconoció Taborda, que era el encargado de
sección”.
Además, el ex cabo de Caballería agregó que por Campo
de Mayo “pasaron unas cuatro mil personas que luego fueron arrojadas vivas al
mar”. Según precisó González, los vuelos de la muerte salían de la Compañía de
Aviación: “Era sabido en todo Campo de Mayo. Ahí estaban los aviones Fiat y los
vuelos salían de ahí. En todos lados se comentaba”, completó.
“González habló, según dijo, porque le pesa en la
conciencia haber formado parte de un Ejército en el que él no quería estar. Su
testimonio fue muy valiente, muy transparente y muy veraz”, observó Llonto, en
diálogo con Página/12. El abogado destacó la importancia del relato de
González, quien “explicó claramente que había un grupo de ocho oficiales
permanentes, con un sistema de rotación por el cual se nutría de otra gente que
provenía de distintos lugares de Campo de Mayo”, principalmente, de los centros
clandestinos de detención que funcionaron allí, conocidos como La Escuelita y
Los Tordos. Además, el testigo señaló que funcionaban “con comisiones rotativas
de dos meses, bajo el comando de la patota y de los grupos de inteligencia,
sobre todo del Batallón de Inteligencia 601”.
El juicio de la Contraofensiva fue suspendido dos
veces y comenzó, finalmente, el 12 de abril pasado. En él serán juzgados nueve
represores por 94 acusaciones por delitos de lesa humanidad y contará con el
testimonio de más de 250 testigos. La particularidad de esta causa es que el
eje estará puesto, no en los crímenes de lesa humanidad cometidos en centros
clandestinos, sino en la estructura de inteligencia que montó el Ejército desde
sus operaciones en Campo de Mayo para llevar a cabo un plan ilegal de
secuestros a militantes montoneros que vivían en el exilio. “El objetivo, en
primer lugar, es apuntarle a la gran estructura, es decir, a la Jefatura II del
Estado Mayor del Ejército, al Batallón de Inteligencia 601 y al Destacamento
201 que funcionaba en Campo de Mayo”, explicó Llonto.
“Sabemos que la nómina de
imputados es bastante pequeña, pero esta causa va a mostrar gran parte del
organigrama para entender que la inteligencia no era solo obtener información
bajo tortura, sino también hacer contrainteligencia, generar noticias simuladas
y hacerlas circular en los medios de comunicación y hacer tareas de
infiltración, entre otras”, dijo.
La lista de imputados la integran Raúl Guillermo
Pascual Muñoz, ex jefe del departamento de personal del Estado Mayor, y los
miembros del Destacamento de Inteligencia 201, Carlos Blas Casuccio, Jorge
Eligio Bano, Eduardo Ascheri, Marcelo Cinto Courteaux y Alberto Daniel
Sotomayor.
Además, incluye a Roberto Dambrossi y Luis Angel Firpo, del Batallón
601, y al ex jefe de la división de Inteligencia Subversiva Terrorista del
Departamento Interior de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor
General del Ejército, Jorge Norberto Apa.
Por último, el abogado destacó que el juicio servirá
“para tirar abajo todas las historias malas que tiene la contraofensiva y
comenzar a pensarla como una acción muchísimo más amplia que tuvo que ver con
la resistencia a la dictadura”. “Esta telaraña gigante de desinformación que
cubrió al país durante tanto tiempo se está empezando a descubrir”, aseveró.