La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
Huracán tuvo un año espectacular. Más allá de haber cerrado la
Liga Profesional con una derrota ante Patronato en Paraná por 3-2, el equipo
tuvo una temporada que no se esperaba en la previa del torneo, menos del año.
Peleó por el título hasta la recta final, con serias chances de ganarlo, y se
terminó clasificando a la Copa Libertadores de 2023 (a repechaje, no grupos
directos). Y toda la gran unión en el grupo entre sí y la conexión con la gente
quedó demostrado en dos ocasiones.
La primera fue en la última fecha de la Liga Profesional de Fútbol en el Tomás Adolfo Ducó, donde la gente cantó por Diego Dabove, los jugadores y agradeció la campaña. A su vez, el equipo salió al campo de juego con un cartel agradeciendo el apoyo y cariño de la gente. Y la segunda, es en los festejos del cumpleaños 114 del club.
Claramente la hinchada quemera se siente identificada con este plantel y ahora el club mostró fotos que seguirán incrementando la identidad.
Cappa cree que Dabove responde
a la idiosincrasia del club. (Fotografía: Prensa Huracán)
El mismo DT de Huracán, Dabove, se fue
hasta España, Madrid, y visitó a un histórico muy identificado con el club:
Ángel Cappa. Y eso que no se conocían personalmente, más allá de las
comunicaciones. Hubo charla de fútbol y respecto al momento del club y el
equipo. También estuvo presente el profe Agustín Buscaglia. El ex técnico, en
Habla Huracán, comentó del entrenador: “Responde a la idiosincrasia
futbolística del club”.
Dabove y Buscaglia con Cappa
(Fotografía:Prensa Huracán)
"Hubo encuentro futbolero y bien
quemero entre Diego Dabove y Ángel Cappa en Europa. El técnico del Globo, junto
al profe Agustín Buscaglia, visitó al ex entrenador en España. ¡Pero qué lindo
verlos así!", escribió el Globo en sus redes sociales.
Presentación de la “Final Bastarda” con los estudiantes
de periodismo deportivo…
Los periodistas
Marcelo Benini y Pedro Fermanelli visitaron a los estudiantes de primer año de
la carrera Periodismo Deportivo para presentar su libro “La Final Bastarda”
escrito en base a más de 120 entrevistas y, también, charlar sobre el
oficio. La investigación aborda la polémica final del Torneo Clausura del año 2009
en el Estadio José Amalfitani entre Huracán y Vélez, y a su principal
protagonista, el árbitro Gabriel Brazenas.
La visita se dio
dentro del ciclo de charlas con profesionales en el marco de la materia
Técnicas Gráficas dictada por el profesor Damián Cáceres.
“Nos llevó más tres años de investigación saber qué es lo que pasó
realmente hace diez años en un partido de 90 minutos”abrió la charla
Pedro Fermanelli, en referencia al libro de su co-autoría, a los estudiantes de
primer año de la carrera de Periodismo deportivo.
Claro, el 9 de
julio de 2009, es una fecha en donde todos los hinchas de Huracán, de Vélez y
del fútbol argentino en general recuerdan. Se trata de la polémica final en el
que se disputaron el título el Vélez del Tigre Gareca y el Huracán de Ángel
Cappa, con un cerrado resultado de 0-1 a favor de Vélez y con la participación
decisiva del árbitro Gabriel Brazenas y su asistente Ricardo Casas.
Uno de los
fallos más discutidos fue cuando al defensor de Huracán, Eduardo Domínguez, le
anularon un gol válido por una posición adelantada inexistente. El segundo
error arbitral fue la falta previa al gol de Moralez de Joaquín Larrivey al
arquero Gastón Monzón. El árbitro Gabriel Brazenas no volvió a dirigir más tras
ese partido.
La temática del libro según sus autores, no
solamente aborda el partido en sí, sino que intenta mostrar algunos de los
entretelones de uno de los espectáculos deportivos más importantes en Argentina.
“Lo que
estamos poniendo en cuestionamiento con la excusa de este partido es cómo
funcionaba el sistema y a partir de ahí fuimos encontrando un montón de cosas
que iban más allá del partido, que nosotros lo utilizamos como núcleo
principal. Esta historia va de eso y de todos los personajes que la rodeaban y
sus principales protagonistas y, también, una mirada periférica de cómo
funcionaba el sistema en la última etapa de la era Grondona”, afirma el periodista Fermanelli.
Al tratarse de una de las pasiones de los
argentinos, los autores, intentan entrar a un terreno polémico con autocrítica
y responsabilidad intelectual:
“La mirada
de los hinchas es pasional y cada uno tiene una visión de lo que ocurrió que
puede tener algún grado de construcción necesario para poder sentirte bien con
lo que pasó. Después están los hinchas neutrales y ahí no podemos plantear una
mirada parcial (...) El lugar del periodista es el de sacarse prejuicios y
conocer a la persona sin demonizar. Este tipo de personajes -por Brazenas-
sirven mucho para humanizarlos, y fue una propuesta muy discutida entre
nosotros ver cómo lo contamos, ya que es un personaje con muchas caras y muchas
cosas para contar. Después quien completa la historia es el lector, nosotros no
recurrimos a la adjetivación de los personajes”,remarcó Marcelo Benini.
os periodistas, al final de la charla que
se extendió por más de dos horas, aprovecharon la ocasión para brindar, desde
su experiencia personal, algunos consejos a los estudiantes de Periodismo
Deportivo:
“Cuando uno
hace un relato, con tantos testimonios, tenés que ver qué es lo que te dicen.
No porque alguien te lo dijo algo, por más que haya sido autoridad o figura
importante, es palabra sagrada. Hay que contrastar con otros testimonios y, por
supuesto, con datos. Uno hace una construcción de la verdad, que no es lo mismo
que tratar de llegar a la verdad absoluta. Trabajamos para aportar una mirada
de lo que sucede”, aseveró Fermanelli.
Nahuel Guzmán es uno de los futbolistas más comprometidos con los
derechos humanos. Su nombre aparece siempre asociado al de Claudio Morresi, ex
futbolista y ex secretario de Deportes durante el kirchnerismo entre el 2004 y
el 2014. Morresi, hermano de Norberto, acribillado a balazos por un comando
militar durante la última dictadura, es hijo de Julio, un emblemático padre de
Plaza de Mayo y por eso mostró su compromiso con los organismos desde los
tiempos que asomaba en la primera de Huracán. Cuando dejó de jugar su
militancia cobró otra dimensión.
Miembro de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por
Razones Políticas, Morresi fue un activo propulsor de fotos y solicitadas de
futbolistas de clubes y de la selección nacional reclamando por la restitución
de los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo.
Morresi fue el creador del
espacio de Deporte y Derechos Humanos de la Ex ESMA en el que se recuerda muy
especialmente a todos los deportistas desaparecidos durante la dictadura entre
quienes se cuentan el delantero Carlos Rivada y el arquero Antonio Piovoso,
ambos futbolistas de Huracán de Tres Arroyos.
Morresi fue el nexo entre las
Abuelas y muchos destacados jugadores como Diego Maradona, Lionel Messi y Enzo
Francescoli, entre muchos otros que se fotografiaron con ellas para llamar la
atención sobre su lucha.
Ángel Cappa, que en su juventud tuvo una militancia
política comprometida, también se reconoció muchas veces admirador de la lucha
de las Madres y las Abuelas. Cuando dirigía a Huracán, en el 2009, fue a
visitar el predio de la Ex ESMA junto con Mario Bolatti, Carlos Arano y Paolo
Goltz, en representación del plantel.
Kurt Lutman, ex jugador de Newell’s, es otro de los que
se anotan en primera fila cuando se trata de manifestarse públicamente en favor
de los derechos humanos, como el caso de la desaparición y asesinato de
Santiago Maldonado. Lutman, autor de los libros El agua y el pez y Semillas
para barriletes, escribió un hermoso cuento recordando el caso de Mauro Amato.
En pleno gobierno de Bussi en Tucumán, Amato, que jugaba en Atlético hizo un
gol contra Godoy Cruz, se levantó una remera y mostró la inscripción que en los
medios locales causó sorpresa.
Inspirado en ese hecho Lutman escribió un hermoso
cuento ubicando la escena en un partido entre Atlético Tucumán y San Martín.
Pero lo que no cambió fue la descripción de la remera: cuatro pañuelos blancos sobre fondo negro y la frase "Aguanten las Madres".
¡¡¡Fue Choreo!!! Ángel
Cappa consuela a Carlos Arano: el sueño de Huracán no se cumplió. Fotografía: NA
Para el ex técnico del Globo no caben dudas de
que hubo una mano negra en favor del Fortín. Ese partido definió el título del
Clausura 2009. Video.
El entrenador Ángel
Cappa recordó el histórico partido entre Vélez y Huracán, que definió
el Clausura 2009: “Cada vez es más evidente que fue un robo”.
Huracán llegaba a Liniers un
punto por encima de Vélez. Se jugaba la última fecha y al equipo de Parque
Patricios, que ese semestre había exhibido un fútbol de alto vuelo, con
jugadores como Javier Pastore y Mario Bolatti, le alcanzaba con el
empate para coronarse.
El Fortín, dirigido por
Ricardo Gareca, se impuso 1 a 0 con un gol que debió haber sido anulado.
El volante Maximiliano Moralez definió cuando arquero de Huracán, Gastón Monzón
estaba tendido en el piso. Había caído tras recibir un terrible planchazo en el
tórax por parte del atacante Joaquín Larrivey.
Según el criterio del árbitro, Gabriel Brazenas, en esa jugada no hubo falta. Brazenas no volvió a dirigir nunca más.
¡¡¡Fue Choreo!!!
“Todavía
tengo todos los partidos en casa en DVD. Menos el último, claro. No lo
quise ver más. Vi algunas veces la repetición de esa jugada conflictiva en
alguna entrevista en televisión. Y cada vez que la veo no lo puedo creer, cada
vez es más evidente el robo. Fue un robo escandaloso”, contó Cappa desde
Madrid, España, en un mano a mano con el diario Clarín.
“La final no había sido un
buen partido y a esa altura ya no pasaba nada en ninguna de las dos áreas. Entonces
el árbitro tuvo que hacer semejante barbaridad porque se le iba de las manos y
terminaba en empate. Más que por mí, me queda el recuerdo amargo por la
gente. Fue una frustración muy grande. Vélez era un muy buen equipo y podíamos
perder. Pero cuando te roban es jodido. No se te va nunca eso”, agregó.
“Yo digo simplemente que
tengo indicios que me permiten sospechar que el árbitro no fue honesto en este
partido. Es algo que corresponde a la AFA investigar. No, él
directamente no. A través de un familiar, según esta gente de Huracán que me
informó”, cerró.
El entrenador dijo que si se
cruzara con Brazenas no le diría nada: “No, a mí no me interesa en absoluto. Ya
está. Esto es igual que si vas por la calle y un tipo le pega un tiro a
tu hermano o a tu hijo y después te dice ‘perdoname, me equivoqué’. ¿De qué
vas a hablar? ¿Sentarte en un café para qué? El daño ya está hecho. ¡¡¡Fue Choreo!!!
Y a él
seguramente le pesa en su conciencia. Si es que tiene conciencia y si es que es
culpable. Yo, ahora, creo que sí”.
AM
Vélez - Huracán: la final bastarda ¡¡¡Fue Choreo!!!
Hace
diez años, el Velez de Gareca y el Huracán de Cappa definían el Clausura 2009
mano a mano, en la última fecha del torneo. El gol mal anulado a Eduardo
Domínguez, el penal a Martínez, la falta a Monzón, el gol de Moralez que
definió todo y un apellido exiliado del fútbol: Gabriel Brazenas.
En Era
por abajo, Fernández Moores y Andrés Burgo recibieron a Pedro Fermanelli,
co-autor de "La final bastarda", para hablar de uno de los partidos
que marcaron la historia del fútbol argentino.
“Hasta el último día de mi
vida voy a decir que no fue foul”…
Enganche
encontró a Brazenas en el medio de Moscú y, gaseosa de por medio, charló
durante una hora con el ex árbitro sobre aquella mítica acción que lo marcó en
el Vélez-Huracán y que quedó en la historia.
Cuenta que habló apenas tres veces en
su vida con Julio Grondona. Una mañana de 2010, el árbitro tocó a la puerta del
mandamás y le dijo que quería dejar todo. El Don le respondió dos palabras:
“¿Estás seguro?”. Brazenas le insistió. El entonces presidente de la AFA, como
un apóstol, dudó hasta tres veces. Finalmente, ante la certeza del referí,
levantó el teléfono, llamó a recursos humanos y dictaminó: “Va Brazenas.
Arreglale todo al pibe”. Se saludaron. La reunión duró, como mucho, cinco
minutos. Gabriel Vito Brazenas asegura que ni ese día ni en los anteriores,
Grondona le preguntó jamás por Vélez-Huracán.
En los suburbios de Moscú, donde el ex
árbitro vive el Mundial de Rusia junto a su hija, Brazenas habla con Enganche
y, lejos de ser un hombre rodeado de los misterios que dejó aquel mítico
partido, se sienta durante una hora a comentar su historia sin tapujos.
“Decime, ¿cuánto me pagaron?”, suelta, un poco en broma, un poco en serio, como
para sacar solemnidad a su caso. Gran parte del fútbol argentino, ese
permanente constructor de mitologías aparentes, cree, con firmeza, que este
hombre sancionó con malicia el aquel encuentro que definía al campeón del
torneo Clausura 2009. Él, que dice que se sentaría a hablar del partido con
Ángel Cappa, se aguanta todas las preguntas y no se mueve un milímetro de su
relato.
“Hoy mi vida está perfilada fuera del
fútbol. Me dedico al manejo administrativo de una inmobiliaria grande del
barrio de Palermo. Nosotros, los árbitros, vivíamos en vivo. Uno en una oficina
está encerrado, no es lo mismo. Eso no lo voy a recuperar nunca”, suelta,
mientras un camarero ruso vuelve a hacer de las suyas y trae, en vez de tres
gaseosas sin azúcar, la misma cantidad de cafés con hielo. “¿Qué habrá
entendido?”, pregunta Brazenas. Y pone play: “Arranquemos”.
-¿Cómo se lleva un árbitro con el engaño?
-Es difícil, porque el origen de los
jugadores es el potrero, no este fútbol de teatro al que quieren llevarnos. Es
complejo. ¿El fútbol perdió el potrero o lo vamos a seguir dejando ser eso? El
origen de los grandes jugadores es el potrero. Si hay menos tolerancia, también
hay más engaño. ¿El jugador saca ventaja para lograr su objetivo? Es difícil.
Hay jugadores que entrenaban mirando la posición del árbitro para tirarse en el
otro costado. Y lo entrenaban. Eso es profesionalismo. Había técnicos que lo
practicaban, porque, claro, desde el ángulo más difícil el árbitro puede tener
jugadores delante y confundirse. El fútbol es un juego de engaños. ¿Y cuál es
el juego de cartas más preponderante de Argentina?
-El truco.
-Claro. ¿Y el truco qué es? El engaño
constante. El jugador trata de engañarme a mí y yo trato de que no me engañe.
-¿Te molestaba el engaño?
-Hay que saber que el jugador te quiere
sacar ventaja en todo. ¿Vos viste a algún jugador que diga algo cuando le dan
un gol que no es? Es así. El fútbol es así. En Argentina te dicen que hay que
ser honesto y festejamos todos el gol con la mano de Diego. Hay un mensaje
ambiguo. Entonces, o somos pícaros o somos honestos. ¿La trampa es picardía o
es engaño? Es bravo, eh.
-¿Por qué a los árbitros se les cuestiona la honorabilidad?
-El árbitro tiene un problema: cuando
se equivoca es un corrupto. En cambio, cuando un jugador se equivoca, no pasa
nada. Por ejemplo, cuando un jugador (Palermo) erró tres penales, siguió
jugando. ¿Te imaginás un árbitro que cobre mal tres penales en un partido? Lo
matan. El problema es la falta de credibilidad.
-¿La falta de credibilidad en los árbitro está bien fundada?
-Es el país. Es Argentina. En nuestro
país nadie le cree al presidente, ni al ministro de economía, ni a nadie. ¿Cómo
le voy a creer a un árbitro? Mirá la justicia ordinaria. La justicia es cuando
te favorecen. Cuando no, decís que te perjudicaron.
-¿Cuánto tiempo fuiste árbitro?
-Muchos años.
-¿Cuántas veces te ofrecieron plata?
-Ninguna. ¿Cómo arreglás a 22 tipos?
¿Cómo le decís a todos que tiren la pelota afuera? Yo tuve una conversación con
un jugador de primer nivel en la que me dijo: “Si vos me querés cagar, yo te
hago tres goles”. Es imposible. No se puede arreglar de esa manera.
-En la mitología del fútbol se dice que hay árbitros que te van empujando.
Dos tiros libres por acá, un par de amarillas por allá y te ponen contra tu
arco. ¿Es así?
-Eso es una payasada. Primero, si el
árbitro logra hacer eso, pierde plata, porque tiene una inteligencia con la que
podría ganar mucho más en otra cosa.
-¿Nunca escuchaste algo raro? ¿De verdad?
-Yo he escuchado que tal partido está
arreglado y después termina para el otro lado. Lo que sí puede pasar es que
haya tipos que se sienten a tomar un café con un árbitro y le digan al
dirigente que arreglaron el partido. Yo te voy a contar cómo es esto, porque es
interesante. El tipo va, es amigo o conocido de un árbitro, le dice al
dirigente: “Che, tal los dirige el fin de semana y voy a ver si puedo hacer
algo”. El tipo viene, se sienta a tomar un café con el árbitro, el dirigente lo
ve y después le dice que está todo listo. Si el equipo de ese dirigente gana,
pasa por caja a cobrar.
-¿Te pasó?
-Si me pasa, lo mato. Pero sé que pasó.
Ahora, ¿cómo es la historia? ¿El corrupto es el árbitro o es el dirigente? A mí
no me pasó, pero a otros árbitros sí.
-¿En la Libertadores tampoco escuchaste nada raro?
-Fui a todos lados y no me pasó jamás.
Por mis hijos te lo juro. Una sola vez, en Colombia, fuimos a dirigir con el
Sargento (Daniel) Jiménez y nos regalaron ropa antes del partido. Jugaba el
DIM. Y es normal que te regalen remeras los jugadores o ropa. Fuimos al
partido, el DIM perdió y cuando volvimos al hotel, nos habían sacado toda la
ropa. Parece que no merecíamos tener la camiseta del DIM porque el equipo no
ganó.
-¿Por qué te fuiste del fútbol?
-Por un problema físico. No por otra
cosa. Fue eso.
-¿No te cansaste de ser Gabriel Brazenas, el tipo más puteado?
-No me podría cansar de ser yo, porque
tendría que terminar con mi vida. Yo conozco el mundo gracias al fútbol. Fui un
privilegiado. Por eso, hay que entender a la gente. Las puteadas me las como,
porque, primero, no voy a hacer famoso a nadie. Por suerte, el fútbol me dio un
nivel de tolerancia tremenda. Si un tipo me insulta, le pego una piña mal dada
y pasa algo, después tengo una vida para pagarlo. Y no cambia nada. En vez de
diez, elijo contar hasta cincuenta. En el fútbol y en la vida, todo lo que
construiste podés perderlo en un segundo. También lo malo vende más que lo
bueno. Yo hoy abro los diarios y veo cosas triviales, que no son importantes.
Lo bueno nunca vende. Vende el lío.
-Te putearon en el Mundial hace poco. ¿Cómo lo viviste?
-Un hecho menor. Yo prefería dirigir
los partidos importantes, no quedarme abajo de un escritorio dirigiendo
partidos seis puntos y pasando desapercibido. Si querés estar arriba, tenés que
estar preparado para eso y para los precios que hay que pagar.
-¿Volviste a jugar Vélez-Huracán en tu cabeza?
-Jamás. Nunca. Partido jugado, partido
terminado. Para mí pasó y si decidí las cosas que decidí fue porque en ese
momento tenía los elementos para decidir así.
-¿No cambiarías ninguna decisión en tu carrera?
-Ni una. Las decisiones tomadas en ese
momento son así. Es el vivo. Uno no tiene la posibilidad de editar y volver
para atrás. Los que trabajan en vivo son los mejores, hablo de locutores,
famosos y figuras. El vivo te obliga porque no tenés marcha atrás. Por eso
Mirtha Legrand es la uno, Marcelo Tinelli es el uno y Susana Giménez también.
Ahí hay adrenalina pura.
-¿Manejaste mal el post Vélez-Huracán?
-En este país, todo lo que diga puede
ser usado en mi contra. Las cosas tienen que ver con un contexto. Me fui porque
la parte física predominaba sobre lo técnico, porque así lo empezó a dictaminar
la FIFA. Yo nunca fui un dotado físicamente. Me han criticado que no corría,
pero siempre trataba de estar al lado de la jugada. Después, sobre ese partido,
si la gente quiere pensar que atrás de todo eso hubo otra cosa, es un problema
de cada uno. Sabés la cantidad de cosas que yo pienso de todos y no las digo.
Cada uno hace lo que quiere con sus actos y sus ideas.
-¿Cómo lo tomó tu familia en ese momento?
-Nunca me dijeron nada de ese partido.
Mi señora falleció hace dos años. Mi viejo, también. En el mismo mes que mi
mujer. Mi hijo tiene el mismo nombre que yo y, cuando le han dicho algo, le
respondió que vengan a hablar conmigo. Mi hija, igual. Yo a mis hijos los
preparé. Sabíamos que teníamos que cambiar el número a cada rato. Pero todo
existió desde siempre, aunque hoy las redes sociales lo agranden. Hoy viene un
muchacho, me saca una foto, pone algo y se hace el piola. Me parece bien. Pero
internet no se creó para eso. La gente puede creer alguna decisión desacertada
y me parece bien. Cada uno es libre.
-¿Te sentarías a tomar un café con Ángel Cappa?
-Yo tomo un café con cualquiera. No
tengo nada que decirle, porque él defiende su postura y yo la mía. Es el
contexto. Cada uno sabe lo que hizo y lo que pasó. Hace unos meses me llamó la
producción de Coco Silly, que es hincha de Huracán, para que hable con él. Y
hablé. Yo tomo un café con cualquiera. Son ellos los que tienen problemas
conmigo, yo no tengo nada con ellos. Tengo la tranquilidad por cómo obré.
-¿Pensás que te van a preguntar muchos años por esto?
-Seguramente. A Guillermo Nimo le
preguntaron por el penal de Gallo hasta que se murió.
-¿Volviste a ver esa jugada, la de la supuesta falta de Larrivey a Monzón?
-Una o dos veces. Pero nada más. La
verdad, la decisión que tomé, la tomé tranquilo de lo que hacía. Y lo sigo
pensando.
-¿Qué significa la palabra “corrupto” para vos?
-Es alguien que no aplica la ley. Y no
es sólo conseguir dinero. Puede ser tener favores, o algún puesto mejor, o
alguna ventaja, o un beneficio...
-Para cerrar, ¿fue falta de Larrivey?
-Para mí no. Sigo insistiendo en lo
mismo. Para mí no y por eso no lo cobré.
-¿Hasta el último día vas a pensar igual?
-Sí, hasta el último día de mi vida voy
a decir que no fue foul. A veces las cosas son así.