El rey de España se quebró mientras
cazaba elefantes...
Fuego. El rey
junto a un elefante muerto.
Ayer, Juan Carlos fue operado de la cadera que se lastimó en un lujoso
safari de US$ 58.500 en Africa. Una fractura de cadera y la indignación de
gran parte de la opinión pública española dejó como corolario un viaje del rey Juan
Carlos a Botswana, en el sur de Africa. Y es que el motivo de la “escapada” no
tuvo nada de protocolar: mientras el país ibérico atraviesa una de las peores
crisis económicas de su historia, el monarca se encontraba embarcado en un
safari de lujo para cazar búfalos y elefantes.
Según informó la Casa Real en un
comunicado, Juan Carlos de Borbón, de 74 años, “sufrió un tropezón casual en un
escalón” en la madrugada del viernes que provocó una “torsión en la cadera
derecha, con la consecuencia de una fractura desafortunada”. Así, debió ser
trasladado en avión a Madrid, donde ayer por la mañana fue sometido una exitosa
intervención quirúrgica.
Mal tiro. Más allá de la “desgraciada”
caída del monarca, la polémica en España se desató por una serie de fotos que
develaron el motivo de su estadía en el sur africano. Fue a través del sitio de
Rann Safaris –una empresa dedicada a organizar cacerías de animales salvajes en
Botswana– que comenzaron a circular por las redes sociales imágenes del rey
posando junto a los restos de dos búfalos y frente a un elefante muerto, una
especie que se encuentra en peligro de extinción. Lo llamativo es que, con la
controversia ya en marcha, la página comenzó a mostrarse “no disponible”.
Según la prensa ibérica, las fotos fueron tomadas
durante 2006, por lo que se deduce que el monarca ha incurrido en este tipo de
prácticas al menos en dos oportunidades. En la misma web se consignaba que la
tarifa por una safari cazando elefantes asciende a 58.500 dólares, un número
que resonó como un cachetazo para una España rigurosamente ajustada para
combatir su deuda interna y con más de
cinco millones de personas sin trabajo y un futuro que se preanuncia aun más
complicado.
Políticos de izquierda y asociaciones
ecologistas del país ibérico no demoraron en mostrar su disconformidad con la
actividad de Juan Carlos de Borbón. “Parece vergonzoso que, mientras el
presupuesto asignado a la
Casa Real sólo ha sufrido un recorte de un 2%, el rey
derroche dinero de todos en una práctica carente de ética hacia los animales”,
apuntaron desde el Partido Animalista, mientras que desde la Izquierda Unida
española se repudió la “falta de ética” imperante en la Casa Real.
El 2012 no empezó de la mejor manera para
los habitantes del Palacio de la Zarzuela. Tras el escándalo por el desvío de
fondos públicos presuntamente efectuado por el marido de la infanta Cristina,
Iñaki Urdangarin, la propia hija del rey se vio salpicada por la investigación
a comienzos de año. Por lo pronto, el propio Juan Carlos de Borbón habría
decidido alejar por un tiempo al cuestionado matrimonio de los actos oficiales,
tal como sucedió durante la última misa de Pascua –el pasado domingo– en la
catedral de Palma de Mallorca.
El lunes pasado, en tanto, trascendió que
uno de los nietos del monarca español, de tan sólo 13 años, resultó herido en
su pie derecho mientras realizaba prácticas de caza junto a su padre en una
finca en Soria. Se trata de Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón, hijo de
la infanta Elena y su ex marido, Jaime de Marichalar. Actualmente, el niño se
recupera en una clínica cercana a Madrid de una limpieza quirúrgica en la zona
afectada y se esperaba que mañana reciba el alta médica.
La mala racha de la familia real con las
armas y las situaciones de caza no es nueva: el 29 de marzo de 1956, Alfonso de
Borbón y Borbón Dos-Sicilias resultó mortalmente herido por un arma calibre 22
disparada accidentalmente por su hermano, el actual rey, durante unas
vacaciones en Estoril, Portugal. Por entonces, los hermanos tenían 14 y 18 años
respectivamente.
© Escrito por Martín Artigas y publicado
por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires el domingo 15 de Abril de 2012.