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lunes, 3 de marzo de 2025

63 años de Titanes en el Ring... @dealgunamanera...

63 años de Titanes en el Ring: el programa de héroes, villanos y un espectáculo que nunca murió…


Con personajes icónicos, peleas inolvidables y un marketing innovador, el ciclo liderado por el inolvidable Martín Karadagian se convirtió en un fenómeno cultural a lo largo de seis décadas.  

© Escrito por Sebastián Volterri y publicado el lunes 03/03/202 por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

En la memoria colectiva de la Argentina, pocas cosas calaron tan hondo como Titanes en el Ring. No era solo un espectáculo de lucha libre, era una fábula de héroes y villanos, un teatro de mitos que, a más de seis décadas de su debut televisivo, sigue generando preguntas, desentrañando misterios y alimentando la nostalgia. Desde chocolatines hasta discos de vinilo, su impronta trascendió la pantalla y marcó la infancia de generaciones enteras.

Pero la historia de este fenómeno televisivo comenzó mucho antes de su irrupción en Canal 9. Su creador, el inigualable Martín Karadagian, ya cargaba sobre sus espaldas años de entrenamiento, trabajo duro y un instinto comercial infalible.

Martin Karadagian junto con su padre, Hamparzun Karadayijan.

Nacido en San Telmo en 1922, hijo de la española Paulina Fernández y del armenio Hamparzún Karadayijan, el futuro ídolo indiscutido de los niños aprendió temprano la dureza de la vida. A los 8 años, mientras otros niños jugaban en la vereda, él trabajaba como lustrabotas. Pero su ambición no tenía límites: “Yo en esa época fui empresario, compraba los cajones y se los daba a unos pibes para que trabajen para mí”, contaría años después.


La programación de la televisión argentina cuando se encontraba al aire Titanes en el Ring. Fotografía: Revista Canal TV. 

Así, entre otras historias, es recordado cómo se las ingeniaban con su compinche, el rengo Media gambapara poder hacerse de unos pesos recorriendo los tranvías, vendiendo caramelos a los que previamente manchaban con barro, así, mientras juntaban las monedas, la gente por desprecio terminaba devolviendo los caramelos. La ganancia era total.

Martín Karadagian junto con sus padres, Paulina y Hamparzún.  

Entre la historia y la leyenda, hay un desvío fascinante: se dice que a esa misma edad viajó a Detroit, donde ganó el título panamericano infantil de lucha grecorromana representando a la Asociación Cristiana de Jóvenes. Y que a los 12 años, en Londres, conquistó el título mundial en la categoría cadetes mayores. “Miren si será importante que “la mismísima Reina Isabel me dio el premio”, diría el campeón a cada uno que se lo consultara.
La leyenda de Karadagian empezaba a tomar forma. Se comenta que en una gira por Europa habría matado (de forma accidental) a un rival en el ring, y que en la Isla de Creta tuvo un combate con quien luego sería el papa Juan XXIII.

Martín Karadagian contra el Hombre Montaña, un clásico del catch en el Luna Park. 

Pero todas esas son “verdades” envueltas en el misterio. Lo concreto es que su físico se moldeó ayudando a su padre en la carnicería, cargando medias reses y forjando una fuerza que lo haría imbatible.     

A los 18 años, pisó por primera vez el gimnasio del 
Luna Park, un templo donde el catch brillaba con intensidad. El “cachacascán”, como se mencionaba en la calle al ‘catch as catch can’ (’agárrese cómo pueda’, en inglés), era casi exclusivo de los luchadores de Europa del Este que habían arribado a nuestro país. 


Martín Karadagian sufre ante la humanidad de William Boo, en ese momento aún luchador, para luego ser el referí estrella. 

Así se presentó ante dos figuras de peso: el imponente 
Hombre Montaña y el enigmático Karol Nowina, el conde polaco, quienes miraron con desconfianza a aquel joven de mediana estatura. Pero la historia diría que ese muchacho se convertiría en el alma de un espectáculo que aún perdura en la memoria. 

A fuerza de golpes, el recién aceptado Karadagián fue haciéndose un lugar en el catch y ganando fama. Y cómo habrá sido fama, que en 2008 fue incorporado al 
Hall of fame del Wrestling Observer Newsletter. Durante cinco años fue subcampeón (detrás del Hombre Montaña, claro) para luego ser campeón los siguientes seis años, acrecentando su fama y logrando que el catch convoque a más gente de lo imaginado hasta ese momento. 

El anuncio de la histórica pelea entre el Capitán Piluso y Martín Karadagian.

Con el tiempo, el furor por el catch comenzó a menguar. Karadagian, siempre un paso adelante, encontró en la televisión el medio ideal para revivirlo. Con una
 troupe de luchadores icónicos, llevó el espectáculo a la pantalla. Y entonces llegó la pelea que muchos creyeron el punto de partida: el enfrentamiento entre Karadagian y Piluso, el personaje de Alberto Olmedo.  

“Siempre se confundió que la lucha con
 Piluso es la que lo catapulta a conseguir el contrato con Canal 9”, recordó Paulina Karadagian, su hija, en charla con Teleshow. “Pero en realidad ese contrato ya estaba firmado. La pelea sirvió para masificar el programa”.

Martín Karadagian contra Piluso, el paso previo al desembarco en la T.V.

Fue una noche histórica: el 12 de noviembre de 1961, 
Pipo Mancera ofició de maestro de ceremonias y el canal estrenó su primer camión de exteriores. “En el estadio hay unas 40 mil personas”, aseguró el conductor. El espectáculo estaba en marcha y nada lo detendría.

El 3 de marzo de 1962, 
Titanes en el Ring hizo su aparición en la pantalla chica en horario nocturno, porque pese a todo era aún considerado como un espectáculo “para adultos”, y con un armenio interpretando el papel de malo, el ciclo llegaría a la pantalla chica. “Siempre fue el malo que amaban odiar -reconoció la heredera-, se hizo bueno cuando nací yo. ‘Nunca podría soportar la mirada de mi hija viéndome malo’, me decía”.


Programa de Titanes en el Ring en Canal 9.

El ciclo no fue solo un show de lucha, fue una mitología moderna donde héroes y villanos se enfrentaban domingo a domingo ante la ovación del público. Su impacto fue tal que, en las décadas siguientes, el programa pasaría por los cinco canales de aire argentinos, expandiendo su dominio más allá de la televisión y convirtiéndose en un verdadero fenómeno cultural.   

Pero no solo cautivó a la audiencia argentina. Su fama cruzó los límites territoriales, y a mediados de los años ‘70, el espectáculo emprendió una serie de giras internacionales que confirmarían su éxito en el resto de América Latina. Países como 
Uruguay, Panamá, Ecuador, El Salvador, Paraguay y Costa Rica recibieron con entusiasmo a la troupe de luchadores, convirtiéndolos en ídolos en cada destino.

Martín karadagian y Aída "Pichi" Lobov, a ambos lados de Paulina.

El show comenzó en Canal 9, pero con el tiempo y las distintas ediciones pasó por Canal 13, Canal 11, Canal 7 y Canal 2. Con una audiencia siempre fiel, crecía también el interés de otros países, que veían en el espectáculo algo más que simples peleas.   

La primera incursión internacional se dio en Uruguay, donde los luchadores fueron recibidos como verdaderas estrellas. Luego siguieron otras plazas inesperadas: en Panamá, los estadios se llenaban para ver en acción a Martín Karadagian, La Momia, El Caballero Rojo y El Indio Comanche. En Ecuador y El Salvador, el entusiasmo por el programa se reflejaba en la venta de discos, figuritas y merchandising, replicando el impacto que ya tenía en Argentina. En Costa Rica y Paraguay, la presencia de los titanes desató una euforia que los medios locales cubrieron con gran despliegue.


El Caballero Rojo y Martín Karadagian, dos de los amados del público infantil.

Lo que diferenciaba a Titanes de cualquier otro show de lucha libre era su capacidad para combinar deporte, teatro y marketing en un solo producto. No era solo ver peleas: era adentrarse en un universo de personajes inolvidables, cada uno con su historia, su canción y su técnica de combate.  

Desde el terror mudo de 
La Momia hasta la valentía de El Caballero Rojo, cada luchador representaba un arquetipo claro, lo que permitía que el público se identificara y tomara partido en cada combate. Los niños coreaban las canciones de los luchadores, los adultos se maravillaban con la destreza y el dramatismo del espectáculo, y la prensa lo cubría como un fenómeno sin precedentes.

Martín Karadagian, entre las dos momias.

63 años de su debut, sigue vivo en la memoria de quienes lo vieron y en la cultura popular de la Argentina y América Latina. Su impacto fue mucho más que televisivo: definió una era del entretenimiento y demostró que un buen espectáculo, cuando se hace con pasión y creatividad, no tiene fronteras. Porque Titanes en el Ring no fue solo un programa de televisión. Fue una epopeya de héroes y villanos que conquistó el corazón de un continente entero.


La Momia era uno de los personajes más temidos por los televidentes de Titanes en el Ring, a quien casi siempre Martín Karadagian lograba vencer al final del programa.


Titanes en el Ring Martín Karadagián vs. la Momia lucha final. Video: Canal 9 / Canal Volver. 

Titanes en el Ring. Historia y Curiosidades de este mítico programa.


miércoles, 29 de febrero de 2012

Titanes en el Ring… De Alguna Manera...

Las increíbles historias de Titanes en el Ring…

 "Martin y sus Titanes", de la Editorial Del Nuevo Extremo y el periodista Leandro D'Ambrosio. Foto: Editorial Del Nuevo Extremo.

El periodista Leandro D'Ambrosio las reunió en un libro. La vida de Martín Karadagian y las personas detrás de las máscaras. 

A punto de cumplirse 50 años de la primera emisión de "Titanes en el Ring" por Canal 9, el periodista Leandro D'Ambrosio (30 años) y la editorial del Nuevo Extremo lanzan la 'biografía' del ciclo de lucha, "Martín y sus titanes", que reúne anécdotas jugosas de las peleas de Martín Karadagian y sus 'enemigos' que deleitaron a varias generaciones.

 El 3 de marzo de 1962, el ciclo de "catch" o "lucha libre" vieron la luz luego que el entonces famoso luchador firmara un contrato televisivo con los directores de Canal 9, Manuel Alba y Ildefonso Recalde (Alejandro Romay se los compró a mitad de 1963). Por el aniversario, la Editorial Planeta también presentará este lunes "El gran capitán", de Daniel Roncoli.

Perfil.com habló con D'Ambrosio, egresado del Crírculo de Periodistas Deportivos y especialista en ciclos de la TV argentina, quien narró con lujo de detalles los secretos del ciclo y sus enigmáticos personales, además de la faceta desconocida de su promotor, Martín Karadagian.

 -¿Cómo nació Titanes en el Ring? 

D--Karadagian ya venía haciendo luchando libre, el "catch" desde 1947 y profesionalmente en el Luna Park. Era muy conocido. Resulta que en los '50 cayó el interés por la lucha Libre y él tenia la ambición de llegar a la TV. Le veía potencial como show. Pero no sabía cómo llegar. El pactó un desafío con el Capital Piluso en noviembre de 1961 en el Luna Park y lo llenó con 30.000 personas. Se generó mucha prensa. Pippo Mancera lo presentó. Tuvo un marco imponente y directivos de Canal 9 vieron que fue un éxito y le propusieron a Martín empezar un ciclo por TV. 

-¿Qué pudiste saber de aquella primera emisión en el ring? 

-El 3 de marzo de 1962, el primer programa salió a las 22.30. No estaba enfocado a los chicos, eso se fue distorsionando con el tiempo. Antes era un espectáculo para adultos. Para darles vistosidad, el ábitro Tobias Giordano viajó al exterior y trajo a luchadores extranjeros, muchos de ellos de Perú que tenía una buena escuela de luchadores. Las luchas eran con tipos de fisicos muy trabajados: aparecen el Indio comanche, que no era mexicano sino peruano.Tarasvulva: Karadagian vio la película y le dijo: "Vos, sos el kosako tarasbulba". Otro mastodonte de pieles que era "Dakar". Dos chilenos: "Míster Chile" y Joe Ficca. Mas otros argentinos que los hacian pasar por europeos, como el "Tano" Benito Durante. El Caballero Rojo fue el luchador enmascarado más emblemático. En 1962 fue una explosión y la prensa pensaba que la lucha era de verdad.

 -¿Cómo describirías a Martín Karadagian?

D-Yo entrevisté a 18 personas para el libro y hubo muchos elogios como críticas. No es una persona fácil, tuvo muchos problemas con los pagos a los luchadores. Muchas veces se le sublevaban. No largaba la plata tan fácilmente. En definitiva, el programa se basaba en su figura, que era "campeón del mundo". El era una empresa, un gran empresario que supo encontrar sponsors. En 1976 aparecen los "luchadores publicitarios", como el Capitán Minerva, Dink "C", STP, la marca de aceite de autos ("Su tuerca preferida", era su lema), hasta el hombre de la barra de hielo, que se hizo con el fin de que una empresa se interesara por publicitar el programa. Ahora, Martín K tuvo a Rodolfo Di Sarli, el relator, como gran socio. Le daba mucha emoción. 

-¿Y cuál es tu crítica a él como luchador? 

-Ojo, Karadagian era un luchador que hacia de malo hasta los '70. El estuvo dos años preso en una comisaría, con algunos beneficios, en 1969 por cagar a piñas a un arquitecto cuando se le cayó un techo de un gimnasio. Cuando vuelve a los dos años se transforma en un personaje para los chicos. En el 72, ya tenía 50 años. El usaba sólo dos trampas: piquete de ojos y el "cortito", dos maniobras de tramposo, era lo único que hacía durante años. O el "látigo", que te agarraba de la muñeca y te daba vueltas. En los 80, con 60 años, ya hacia muy pocas cosas. A Karadagian le amputaron una pierna en 1984 por diabetes y apartir de alli se deterioró mucho la salud. Murió en 1991, a los 69 años, muy avejentado de un paro cardíaco. 

-Hubo rumores que algunos luchadores eran militantes políticos del PJ. ¿Fueron ciertos? 

-Hubo dos grandes mentiras. Norberto Imbelloni, diputado del PJ compadre de Herminio Iglesias, en una nota mencionó algo de Titanes. Se terminó diciendo que era el Caballero Rojo. Hasta lo acusaron de asesinato y se tuvo que escapar a Paraguay. El verdadero Caballero Rojo era un luchador de San Pedro, Humberto Reynoso, desde 1962 hasta 1972. Después se peleó con Martín. El otro es sobre la La Momia. Oscar de Melli, otro militante peronista bonaerense, entra a inicios de los 70 como "segundo" de luchadores, era el que llevaba la toalla. De Melli se ponia los trajes y repartía volantes. En 1997 lo desenmascararon a Juan Manuel Figueroa, quien hacìa de Momia en esa època, porque De Melli seguía diciendo que era él. 

-Entonces, ¿quiénes interpretaron realmente a La Momia? 

-En los 60, Ivan Kowalski hacia de la Momia. Entre 1972 y 1975, lo interpretó quien hacía de Gitano Ivanoff, Juan Enrique Dos Santos. Los dos murieron en accidentes automovilisticos. Por eso se decia que la Momia era una maldición. Y el tercero, de 1975 a 1988, y en los 90', fue Juan Manuel Figueroa, campeón de lucha grecoromana de Vélez Sarsfield y hoy es instructor de pesas. 

-¿Cuál es la anécdota más increíble que recuerdes? 

-El primer año, Martin Karadagian pelea contra el Conde Jaime De Mora y Aragón, alias "Fabiolo", que era de la nobleza belga y actor en Europa. Su hermana era la Princesa Fabiola de Bélgica. El vino a programas de TV a tocar el piano y fue a ver una lucha en la que se cae Karadagian y le toca a propósito una pierna a su mujer. "Fabiolo" enfurece y lo desafía a un combate. Como una ordenanza municipal prohibía en 1972 la entrada a menores de 18 años, se realizó una pelea de judo, no de lucha libre, y se ponen el kimono. Sin embargo, la Embajada de Belgica le prohibió a Karadagian lastimar a su rival "porque era un noble". Fabiolo no sabía pelear. Llenaron el Luna Park.. Era una pantomima pública: se desafiaban con avisos en los diarios. Fue un combate único. 

-¿Cómo se masificó Titanes? 

-En 1972 hubo una explosión por Canal 13. Aparece el LP del disco de Titanes en el Ring con canciones como: Mercenario Joe, no te quiere ni tu madre ni padre; Benito Durante se lleva el mundo por delante, de puro caradura inventó la quebradura; Caballero Rojo es intrépido y leal, es valiente y es genial. Era un disco de culto, con letras poéticas. Los chocolatines Jack también se popularizaron con Titanes: en 1973 Karadgian hace un convenio con Felfort para meter a los luchadores en los chocolates. A su vez, en los '70 hicieron dos giras por América Latina. Las luchas se vieron en Panamá, Costa Rica, El Salvador. Desde el 72 se exportan los tapes al exterior. Llegaban y llenaban las canchas de fútbol. En Paraguay llevaron 40.000 personas a las cancha de Olimpia. Igual en Uruguay y Ecuador. 

¿Qué hacía al show tan atractivo? 

-Tenía un imán: los relatos, las luces, las explosiones, era una gran actuación. Todos sabían que siempre la final era Martin K contra la momia y lo seguía igual. Mirá, Karadagian y De Sarli leían libros de historia para generan nuevos personajes e historias, como Don Quijote y Sancho. Karadagian decía que el programa tenía que fomentar cultura. 

-¿Con "Lucha Fuerte" se intentó continuar el ciclo? 

- En los 90 la hermana de Karadagian relanzó Titanes, pero duró pocos meses. Lucha fuerte fue otro intento y hasta usó muchos luchadores de Titanes. Figueroa, "La Momia", hizo de Robox. "Cato en Ninja", era en Titanes el pibe 10/83 que entraba con rulos y nenas bailando. Y otros tantos.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 29 de Febrero de 2012.

 "Martin y sus Titanes", de la Editorial Del Nuevo Extremo y el periodista Leandro D'Ambrosio. Foto: Editorial Del Nuevo Extremo.
 
 El superclásico del ciclo de "catch" o lucha libre: Martín Karadagian, promotor y protagonista, contra La Momia. Foto: Editorial Del Nuevo Extremo.

La Momia, un personaje enigmático. D'Ambrosio devela quiénes lo interpretaron ante los falsos rumores que hubo durante años. Foto: Editorial Del Nuevo Extremo.

Luna Park lleno: La Momia contra Martín Karadagian en los '60. Foto: Editorial Del Nuevo Extremo.

Karadagian contra el "El Indio Comanche" también en Luna Park a mitades de los '60. Foto: Editorial Del Nuevo Extremo.

"Impacto catch", la revista de Titanes en el Ring. Foto: Editorial Del Nuevo Extremo.