Messi
no es argentino…
Si Messi ama jugar en la Selección, lo
hace de un modo no argentino. Foto: AFP
A veces siento que más que
querer que gane Argentina, lo que quiero es ver a Messi campeón con la celeste
y blanca para taparles la boca a todos los miserables que lo critican.
Quienes critican a Messi
tienen razón en algo: Messi no es argentino. Que se entienda: Messi ama la
Selección y eligió jugar con la celeste y blanca por pura pasión, a pesar de
que no tenía por qué hacerlo. Pero Messi no es argentino porque no tiene nada
que ver con el fútbol argentino, ni con la Argentina.
Si Messi ama jugar en la
Selección, lo hace de un modo no argentino. Es decir, de un modo puro,
romántico, pero distante. Con la distancia de alguien para quien el fútbol es
algo que sucede en una cancha y nada más. Messi viene y juega, sin hacer ningún
gesto hacia la tribuna, ni la prensa. Messi no tiene historia argentina. Sin
embargo, elige la Argentina.
Se suele comparar a Messi
con Maradona, alguien que “de verdad sentía los colores” y que “ganaba las
finales”. Un absurdo. Por supuesto que Diego era un genio (como Messi) y que,
también como Messi, puso todo por la Selección. Pero aclaremos: en el Mundial 86,
Maradona jugó un Mundial excepcional, pero una final mediocre. Diego también
fue un fiasco en la Copa América 87, que se jugó en la Argentina, y hecha a la
medida de la flamante selección campeona del Mundo) y en la del 89, en Brasil.
El azar que separa a Messi
de Maradona es la de dos malas definiciones de Higuaín (Mundial y Copa
América), contra una mala definición de Burruchaga, que terminó adentro y selló
el 3-2 contra Alemania en México. Un azar que, invertido, hubiera bastado para
denostar a Maradona e idolatrar a Messi. Denostar con la crueldad argentina que
sufre Messi hoy. E idolatrar, con la demencia argentina que es la verdadera
droga que estimula y enloquece, que construye y destruye a Maradona.
¿Soportará Messi, este Messi
no argentino pero que ama la Argentina, una idolatría realmente argentina?
¿Podría pisar Messi la Argentina luego de salir campeón del Mundo y cuando aquí
se le exija ya no un resultado deportivo, sino también luchar contra la
pobreza, terminar con la corrupción y hacer de la Argentina una potencia
mundial?
Últimamente, cada vez que
veo un partido de la Selección me pasa algo extraño. Obviamente, quiero que
gane Argentina porque siempre quiero que gane Argentina. Pero a veces siento
que más que querer que gane Argentina, lo que quiero es ver a Messi campeón con
la celeste y blanca para taparles la boca a todos los miserables que lo
critican. Pero enseguida me doy cuenta que esos imbéciles nos están
transformando a todos en insensibles que no disfrutamos del buen juego, en desquiciados
del resultado como sea.
Una vez tuvimos un genio
llamado Diego Maradona al que todo el mundo criticaba (y critica) por su vida
personal, por sus adicciones, por sus declaraciones, por sus gustos políticos y
por lo que fuera. Como si a los genios en una determinada ocupación debieran
ser ejemplos en todo. Ahora tenemos a otro genio llamado Lionel Messi, al que
todo el mundo critica porque no logra ganar nada con la Selección.
Entonces agradezco. Desde lo
más profundo de mi corazón ateo y ácrata, agradezco a la vida, a la naturaleza,
al destino. Agradezco que Dios sea argentino. Pero, sobre todo, agradezco que
Messi no.
© Escrito por Pablo
Marchetti el sábado 11/07/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.