Se hunde el Globo...
Instituto, que contó con el debut de Darío Franco como DT, comenzó de la mejor manera su participación en la nueva temporada de la B Nacional, con la mente puesta en lograr uno de los ascensos a Primera. Para eso, la Gloria presentó en su formación a tres juveniles que hacían su debut, como Nicolás López Macri, Paulo Dybala y Pablo Burzio. Así, derrotó 2-0 a Huracán en Córdoba.
Los goles del equipo cordobés los marcaron Claudio Fileppi, de penal, a los 18 minutos, y Facundo Erpen, a los 33, ambos en la primera etapa. Por su parte, Huracán no tuvo una buena presentación en el comienzo del certamen ya que se vio superado por un rival que solamente poniendo un poco de ganas se las ingenió para quedarse con la victoria, la que se vio reflejada en el primer tiempo con una delantera movediza. El segundo tiempo casi estuvo de sobra.
© Publicado por el Diario Deportivo Olé el viernes 12 de Agosto de 2011.
Los hinchas Quemeros estamos viviendo un “volver a creer” y un romance con el club que hasta unos pocos meses era impensado. Pero recibimos un baldazo de agua fría en la primera que nos toco jugar en este no querido nacional B.
El embale de la gente (basta con leer los foros, caminar por el barrio o ver la presentación del plantel en La Trastienda) es muy grande y creo que este crecimiento del club ya no se puede parar porque la confianza hacia el Presidente Nadur lleva a que todo sea positivo.
El partido en si, para Huracán duró hasta que llegó el penal. Bien parado, tratando de imponer la mayor jerarquía de sus jugadores, estuvo –por lo menos para mí- muy cerca de embocar algún gol. Pero la mano de Pautasso cambió la noche. Como que se dió vuelta la página y empezó a construirse una barranca que cada vez era mas jodido trepar. A partir de ahí, la defensa dejó de ser tal, el mediocampo, de la mano de Machín, ya no funcionaba y la delantera no recibía juego como para crear algo. Solo el arquero se puede salvar de lo frustrante que fue la noche cordobesa para los Quemeros.
Lo mismo puedo decir del Técnico, que creo que lo planteó bien de entrada pero con el gol de ellos no supo como trepar la barranca. Es muy evidente que a este plantel le falta futbol y, ante lo que vimos contra Instituto, cae de maduro que no hubo los partidos amistosos necesarios como para que los jugadores se conozcan entre sí y con el cuerpo técnico.
La diferencia de entendimiento entre los “players” de Instituto y Huracán fue muy grande.
Perdimos y en el segundo tiempo hasta baile nos comimos. ¿Hay que ponerse loco? ¿Arrancarse los pelos? ¿Putear mirando para arriba?
Para nada.
Todos sabíamos que este campeonato era muy difícil y que a Huracán nunca le regalan nada. Los periodistas dicen que tenemos plantel para pelear arriba y que somos candidatos. Pero les recuerdo, queridos Quemeros, que para volver a nuestro lugar en primera división debemos sanear económicamente al club. Volver para pelear cosas importantes y no subir para inmediatamente volver a bajar.
El camino comenzó y nosotros tenemos que apoyar. Esta Comisión está poniendo donde los anteriores sacaban. Solo con eso, mi apoyo y respeto lo tienen asegurado y espero que el de ustedes también.
El sábado próximo volvemos a casa y tenemos que estar todos juntos. Espero que sea lindo día!
¡Saludos Quemeros!
Son pocos los que creen que el nombre es "Central Córdoba", porque ese era el nombre en aquel entonces del Ferrocarril, en cuyos depósitos de locomotoras se fundó y esto se refuerza, por que la palabra "INSTITUTO" es un sinónimo de club.
El primer nombre que los fundadores le dieron fue el de "INSTITUTO FERROCARRIL CENTRAL CÓRDOBA".
Desde el inicio lo importante fue la concreción de un Instituto como resultado de la creación de un nuevo ser social y por ello, también desde el principio, los asociados, simpatizantes y público en general, acortaron su larga denominación (Central Córdoba) para identificar a nuestro Club sólo con el nombre de "INSTITUTO".
También al final de este periodo usa para cumplir sus compromisos oficiales la cancha de la Cervecería Río Segundo. Sin embargo, la Liga exigía que se dispusiera de cancha propia.
A principios de la década del 40 la comisión directiva se aboca a la consecución de un terreno de un terreno en Alta Córdoba, pero como los acreedores presionan con sus requerimientos de pago, cuatro dirigentes, los Sres. Domingo Napolitano, Carlos Bertilotti, Carlos Carnelli y Felipe Clementi, personifican la compra de la manzana comprendida por las calles Jujuy, Calderón de la Barca, Quevedo Funes y Sucre. Tal compra se efectúo a diez años de plazo.
El Club se hace luego del dinero de la venta del jugador Lidoro Soria ($22.000) y recién en Mayo de 1946, los que compraron aquel terreno de 12.000 metros cuadrados, se lo transfieren a Instituto por Escritura Pública Nº 65 labrada por el Escribano Roberto Pizarro, Registro Nº 229.
Se vende al jugador Torrielli a Platense en la suma de $7000 y con ese dinero se construye la tapia para circundar el terreno.
© http://www.ascensoya.com
