Cristina, Delfín y Monjarrita…
Este título es el único chiste que se me ocurre, Presidenta. Como ve, hoy no me da ni para llamarla Compañera Jefa.
No costaba nada.
Era más fácil. Alcanzaba con un discurso suyo de 15 minutos, por cadena
nacional el lunes al mediodía. Un mínimo de sensibilidad, humildad y estatura
ante las circunstancias. Transmitiendo
serenidad. Si quiere, explicando que usted es inocente de toda acusación, pero
poniéndose a disposición de la Justicia, como hace cualquier persona de bien
que no tiene nada que esconder. Se podría haber comprometido con el
esclarecimiento de los hechos y, sobre todo, acompañado el sentimiento de
angustia que envuelve al pueblo argentino. Ni hablar que el discurso debía
cerrar con las ineludibles condolencias a la familia del fiscal Nisman. Pero
no. Nada de eso. Ni siquiera las condolencias.
Eligió, una vez
más, el camino más provocativo posible. La peor respuesta al peor momento. Facebook, cartas, intrigas detectivescas, acusaciones al voleo, idas, vueltas,
descalificaciones. No quiero ni entrar en detalles. De eso ya se ocuparon
todos.
Lo único que
todavía no explicó Presidenta, es por qué un personaje como Luis D'Elía,
comprometido en todas las escuchas, estuvo sentado en la primera fila de todos
sus actos en la Casa Rosada.
No necesito ser
abogado para comprender lo que evidencian esas escuchas. El resto, lo que no sé,
me lo puedo imaginar.
En todas partes
ocurren cosas terribles. Lo que nos pasó estos días tiene equivalencias en
todos los países. La diferencia está en la idoneidad de aquellos en quienes
delegamos la responsabilidad de resolver estos asuntos.
Arrancaron
hablando de la CIA, el Mossad, la KGB, el MI6 y no sé cuánta cosa más, hasta
que apareció el cerrajero Pepe Galleta, un guapo en camiseta, diciendo "yo
puse un alambrecito, abrí la puerta y chau". Eso solo alcanzó para cambiar
el eje discursivo del proyecto nacional y popular.
Por eso hay que
pensar bien antes de abrir la boca, Presidenta. Mire lo que le pasó a su
diputada Diana Conti. En el embale de decir barbaridades contra el fiscal,
expresó: "Le decimos a la hija de Nisman que se quede tranquila, que no
vamos a agredir ni a insultar a su papá". ¿Y ahora? ¿Cómo se vuelve de
eso, Presidenta?
Pasamos de aquel
lunes en que Julián Domínguez y Juliana Di Tullio leyeron una cosa mientras sus
rostros decían otra muy distinta, a este jueves con el documento del PJ que
incluyó la famosa teoría de Capitanich: "Esto es una conspiración para
tapar el éxito de la temporada marplatense". Que el tipo haya dicho
semejante pelotudez en caliente, vaya y pase. Pero ponerla después por escrito
en un documento oficial del PJ, me parece que la historia del peronismo no se
lo merecía.
Toda la
impericia ha quedado al desnudo, Presidenta. Siempre me llamó la atención que
hasta 2003 ustedes nunca hubieran viajado a ningún lado. Siendo que eran
políticos pudientes y ambiciosos, jamás tuvieron la inquietud de reunirse con
algún alcalde español, algún ex primer ministro italiano, o algún legislador
alemán o canadiense. Intercambiar ideas, experiencias, caminar otra ciudad,
conocer otras culturas. Nada. Treinta años en Río Gallegos sin salir. Eso
explica, no sólo la estrafalaria y perimida visión del mundo que siempre han
tenido, sino también el soberbio empeño por enseñarles sus teorías a cuanto
mandatario se les cruzaba. Parafraseando a Cortázar: un kirchnerista es un
menemista que no conoció París.
Sólo así se
entiende que haya nombrado Canciller a un tipo cuyo único mérito es conocer qué
restaurantes están de moda en Nueva York.
Y para
rematarla, aparecen un par de ñatos hablando por teléfono, yendo y viniendo con
mensajes entre la Rosada y Teherán. Hablando en clave con suficiente torpeza
como para que entendamos todos. Más que espías, parecen dos reclutas salidos de
"Canuto Cañete, conscripto del Siete".
Permítame hacer
un breve punteo de hechos incontrastables. Indiscutibles. Fehacientes.
•El atentado a
la Embajada fue reivindicado por un brazo del Hezbollah (éste responde a Irán),
y el de la AMIA involucra a varios iraníes.
•Ambos fueron
cometidos por suicidas. Si bien en la Argentina tenemos turros a rolete, no
conozco ninguno dispuesto a inmolarse. Estos vinieron de afuera.
•Fueron ayudados
por tipos que aún caminan entre nosotros.
•Durante el
menemismo hubo un plan de encubrimiento.
•Kirchner
designó al fiscal Nisman y lo puso a trabajar con la SIDE.
•Kirchner
denunció con valentía a Irán en la ONU entre 2003 y 2007.
•Kirchner
rechazó a patadas varias propuestas iraníes de negociar impunidad por negocios,
según ha contado el ex canciller Bielsa.
•Usted denunció
con valentía a Irán en la ONU hasta el año 2011.
•En marzo de
2011, el respetado, democrático, progresista y querido Pepe Eliaschev, denunció
un acuerdo secreto con los iraníes. Timerman lo descalificó con insultos.
•En septiembre
de 2012 usted dijo en la ONU que no tomaría ninguna medida sobre el tema sin el
apoyo unánime de todas las fuerzas políticas y de las instituciones judías.
•En enero de
2013 se firma el Memorándum de Entendimiento con Irán y en febrero se aprueba a
toda velocidad en el Congreso, pese al rechazo unánime de todas las fuerzas
políticas no kirchneristas y las instituciones judías.
•El acuerdo
nunca fue ratificado por el parlamento iraní. Ni siquiera considerado.
•En mayo de 2014
es declarado inconstitucional por la Justicia Argentina.
•El dirigente
ultra K Luis D'Elía, defensor abierto de la causa iraní, vinculado al gobierno
de Teherán, y habitué de todos los actos en Casa Rosada, aparece en las
escuchas que claramente sugieren negociaciones secretas.
•El fiscal
Nisman los denuncia a Usted, a Timerman, a D'Elía y a otros de montar un plan
de impunidad.
•El día que iba
a presentar la denuncia en el Congreso, el fiscal Nisman aparece muerto con un
tiro en la cabeza.
La pregunta del
millón es: ¿qué parte no se entiende?
Frente a la
tragedia, la sospecha y las denuncias, el gobierno se pasó toda la semana
preguntando por qué Nisman interrumpió sus vacaciones.
Ah, me acordé de
un viejo chiste. Un tipo vuelve a la noche a su casa y encuentra a su mujer en
la cama con otro hombre. Antes de que reaccione, la mujer lo increpa:
"¡¡¡¿Estas son horas de llegar?!!!". El marido, absorto, balbucea:
"...¡¡¡pero... estás en la cama con otro!!!..." Ella le contesta:
"¡¡¡No me cambies de tema!!!".
Eso es lo que
pasó esta semana. Encontramos al Gobierno en la cama con otro y ante el estupor
de todo un país, lo único que se les ocurrió decir fue "¿Estas son horas
de llegar?".
Fin de
temporada.
© Escrito por Alejandro Borensztein el domingo 25/01/2015 y publicado por
el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.