La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
¡La
poesía es el lenguaje! El lenguaje comienza con la poesía, después hubo la
prosa». Ha muerto Ernesto Cardenal a los 95
años, el hombre de estas palabras, el 1 de marzo de 2020. Un nicaragüense que
tuvo tres amores: Dios, los más necesitados y la poesía. Y los empezaba a
atender desde muchos antes de que el sol saliera para comenzar cada día en
guardia. Una persona entregada a los demás que se dedicó al sacerdocio,
representante de la Teología de la Liberación, y un activista político cuando
lo consideró necesario: en los años setenta del siglo XX con el Frente
Sandinista de Liberación Nacional que combatió el régimen de Anastasio Somoza,
de más de cuatro décadas, donde tras la victoria de la Revolución Nicaragüense,
en 1979, fue ministro de Cultura del Gobierno del FSLN hasta 1987; y en los
últimos años denunciando los desmanes del gobierno de Daniel Ortega.
«He reivindicado lo social, lo político y lo revolucionario»,
solía afirmar con vehemencia Ernesto Cardenal. Entre los galardones que recibió
destaca el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2012. Sobre su obra
decía: «He tenido siempre el mismo estilo, sin estilo». Versos que en su
primera etapa se caracterizaron por ser una poesía de juventud, amorosa, del
enamoramiento. Fue el preámbulo a su relación con un amor más profundo y
trascendente para él, su relación con Dios, algo que cambió su vida. Tras
aquellas etapas poéticas llegaron las relacionadas con los aspectos sociales y
en los últimos años de carácter más científico.
Es autor de libros como Hora 0, Epigramas,Oración
por Marilyn Monroe y otros poemas, El estrecho dudoso, Mayapán y Tocar
el cielo. Cardenal tenía una vocación poética influenciada por
nombres como Rubén Darío, Walt Whitman y Ezra Pound: «Todos los poetas que
estén influidos por Pound me gustan. También los estadounidenses como T. S.
Eliot. La poesía yankee es muy distinta de la escrita en castellano». Recriminado
por Juan Pablo II.
Con una actividad sacerdotal, social y política muy importante
en Nicaragua, Ernesto Cardenal era muy conocido en América Latina. Su nombre
salto al mundo, sobre todo, cuando en 1983 el Papa Juan Pablo II visitó
Nicaragua y al bajar del avión, en Managua, le dio una regañina pública cuando
Cardenal estaba de rodillas saludándolo. Lo reprendió por pertenecer a la
Teología de la Liberación y por su actividad revolucionaria que se salía de los
cánones de la Iglesia, según el Papa. Un año después Juan Pablo II le suspendió
del ejercicio sacerdotal. El Papa Francisco lo rehabilitó el año pasado, tres décadas
después. Un 2019 que coincidió con el libro de su poesía completa y sus últimos
versos relacionados con la ciencia, el cosmos y la mortalidad. Ernesto Cardenal siempre estuvo del lado de buscar justicia y
luchar contra la dictadura de Somoza antes de ordenarse sacerdote en 1965.
«Nunca he sido un disidente sino un poeta de la Teología de la Liberación, que
es la teología de los pobres”, explicó Cardenal a Javier Rodríguez Marcos del
diario español El País en 2012. Añadió que
“evangelio en griego significa buena noticia y la buena noticia para los pobres
es la justicia. Resultó que esa teología no era la del Vaticano. Nosotros
creíamos en Jesús de Nazaret”. Nació en Granada el 20 de enero de 1925, salió de allí rumbo a
Managua donde estudió literatura para luego dar el salto a México y de allí a
Estados Unidos y Europa. Hasta que con 40 años fue ordenado sacerdote. Después,
en el famoso archipiélago de Solentiname, en el Gran Lago de Nicaragua, creó
una comunidad de artistas primitivistas y pescadores. Empezó a dar rienda
suelta a su vocación social y ayuda a los necesitados mezclada con la poesía
dando a luz El Evangelio de Solentiname. Allá en aquel archipiélago será enterrado. En ese lugar de sus
inicios donde concilio sus tres amores: Dios, los más necesitados y la poesía. Poemas: Al
perderte yo a ti. Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo. La
mañanita. Hermano, amaneció. Mirá.
Ahora podemos ver ya el volcán Masaya
y su humo
saliendo del cráter, y la laguna, verde, de Masaya,
más allá la laguna de Apoyo, muy azul,
las Sierras, y serranías de color cielo
hasta la lejanía, la verdad es
que nuestra tierra es de color de cielo,
más lejos, ¿lo ves? el Pacífico,
casi puro cielo bajo el cielo, la verdad es
que estamos en el cielo y no lo sabemos,
mirá, del otro lado el lago de Managua y el Momotombo
junto al agua como
un triángulo de lago levantado o
una pirámide de cielo.
Todo esto desde antes estaba allí
pero una oscura noche lo cubría,
y no se veía. La noche de las tentaciones.
Cada uno tenía su tentación.
La tentación del falso amanecer que aún no podía ser.
El yacer en una cama en plena noche soñando que es el amanecer.
Ahora sí fue el amanecer, Pancho Nicaragua,
todo está iluminado
alrededor de este rancho.
La tierra y el agua. Lo podés ver.
Y en aquella casita oigo cantar:
«Qué alegre y fresca
la mañanita». Oración
a Marilyn Monroe. Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de
Marilyn Monroe
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a
los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia
(según cuenta el Time)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también más que eso…
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz)
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y radioactividad
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda.
Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos
-el de nuestras propias vidas- Y era un script absurdo.
Perdónala Señor y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
Por esta Colosal Súper-Producción en que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes
para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda, Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena-
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleada de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva. Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y apagan los reflectores!
y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable. La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan sólo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER.
O como alguien que herido por los gánsteres
alarga la mano a un teléfono desconectado.
Señor
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Ángeles
¡contesta Tú el teléfono! Tiempo,
yo te odio. Tiempo, yo te odio. Aunque sin ti no existiera.
Y por tu pasar moriré aunque por tu pasar nací.
Como San Francisco de Borja yo quiero ahora
amar a alguien a quien no toque el tiempo
y que alquilemos un cuarto donde la noche no pase
ni se apaguen uno a uno los anuncios de neón. Por
qué me has abandonado (Salmo 21). Dios mío Dios mío ¿por qué me has abandonado?
Soy una caricatura de hombre el
desprecio del pueblo
Se burlan de mí en todos los periódicos
Me rodean los tanques blindados
estoy apuntado por las ametralladoras
y cercado de alambradas las
alambradas electrizadas
Todo el día me pasan lista
Me tatuaron un número
Me han fotografiado entre las alambradas
y se pueden contar como en una radiografía todos mis huesos
Me han quitado toda identificación
Me han llevado desnudo a la cámara de gas
y se repartieron mis ropas y mis zapatos
Grito pidiendo morfina y nadie me oye
grito con la camisa de fuerza
grito toda la noche en el asilo de enfermos mentales
en la sala de enfermos incurables
en el ala de enfermos contagiosos
en el asilo de ancianos
agonizo bañado de sudor en la clínica del psiquiatra
me ahogo en la cámara de oxígeno
lloro en la estación de policía
en el patio del presidio en la
cámara de torturas. en el
orfelinato
estoy contaminado de radioactividad y nadie
se me acerca para no contagiarse
Pero yo podré hablar de ti a mis hermanos
Te ensalzaré en la reunión de nuestro pueblo
Resonarán mis himnos en medio de un gran pueblo
Los pobres tendrán un banquete
Nuestro pueblo celebrará una gran fiesta
El pueblo nuevo que va a nacer. Detrás
del monasterio. Detrás del monasterio, junto al camino,
Ernesto Cardenalmurió este domingo en Managua debido a
complicaciones de salud. Tenía 95 años.
Fue un poeta y sacerdote revolucionario.
La religión y la poesía. La militancia y el ejercicio de un
cargo público. La extensa (inmensa) labor social y cultural, el encuentro con
los circuitos de poder pero -fundamentalmente- con los sectores más
necesitados. Teólogo y filósofo. Escultor y revolucionario. Buceador de las
profundidades del alma.
La vida de Ernesto Cardenal cubre más de nueve décadas, apasionadas, intensas.
Se fue
apagando recientemente, y alcanzó a recibir el perdón de la Iglesia, que le
concedió el Papa Francisco, 35 años después de ser
sancionado por uno de sus antecesores, Juan Pablo II. Cardenal fue la referencia obligada en el campo
cultural y social de los evolucionarios sandinistas, que terminaron con la
tiranía de Somoza a fines de los 70.
Pero
mucho después, la nueva etapa sandinista, con el régimen autoritario y
personalista impuesto por Daniel Ortega, fue alejando a casi todos
sus ex compañeros. Y con Ernesto Cardenal se ensañaron particularmente:
juicios, persecuciones, difamación. Lo sufrió desde comienzos de los 90 y
prácticamente hasta el final de su vida.
El
autor de “Salmos”, “Oráculo sobre Managua” (1973), “Cántico cósmico” y el
inmenso “Evangelio en Solentiname”,
había nacido en Granada, Nicaragua, en 1925.
Allí transcurrió su infancia. Estudió con los jesuitas en el Colegio
Centroamérica y, más tarde, Filosofía y Letras en la Universidad Nacional
Autónoma de México.
Completó sus estudios en la Universidad de Columbia
(EE.UU.) y desde 1949 viajó por Europa. En 1952 fundó una pequeña editorial de poesía (El hilo
azul) y luego participó en un grupo
armado que intentó atacar a Somoza (La Rebelión de Abril). Su
vida dio un giro total en 1957: se hizo monje trapense e ingresó al Monsterio
de Gethsemani en Kentucky EE.UU.
El sacerdote poeta de la
guerrilla sandinista junto al comandante Fidel Castro, en 1978. | Foto Archivo
FSLN Ernesto Cardenal fidel castro poeta y cardenal nicaragüense.
Allí
Thomas Merton se convirtió en su maestro, consejero espiritual y amigo. “Nunca
terminaré de agradecerle a Merton. Y él me aconsejó que volviera a Nicaragua y
fundara la abadía de Solentiname”. También señaló que “Merton era un buscador
apasionado, leía en varios idiomas y buscaba maestros espirituales de todo el
mundo, desde el Dalai
Lama hasta el monje budista zen Daiset Suzuki”. Cardenal siguió su camino.
Cardenal
permaneció dos años en el Monasterio Benedictino de Cuernavaca, México, antes
de retornar a su país. Durante
la década del 60 fue activo promotor de la comunidad campesina del archipiélago
de Solentiname, en el Gran Lago de Nicaragua. Allí también reafirmó su compromiso
con los revolucionarios, que llegarían al poder en 1979. Designado
ministro de Cultural sostuvo que “entendemos que la cultura es igual a la
revo,lución y la nueva cultura, es el pueblo”.
Ese
compromiso, o definiciones como
“soy cristiano y marxista”, le valieron el enojo del Papa Juan Pablo II quien,
luego de su visita a Managua (1983) lo suspendió como sacerdote. Después, aquel
régimen sandinista derivó en otra cosa y Cardenal también lo padeció.
Con el papa Juan Pablo II (AP Photo/Barricada,
File)
Desde
principios de los 90, con el sandinismo fragmentado, Cardenal acusó: “Daniel Ortega asesinó al movimiento
con sus ambiciones personales”. Prefiguraba las tendencias
dictatoriales que se manifestarían años después.
Su
obra nunca se detuvo. Y
en 2007, disfrutó de jornadas de agasajos, homenajes y ediciones especiales de
sus obras: un disco-libro, una antología (“Hidrógeno
enamorada”) y la versión ilustrada de “El celular y otros poemas”. Ese mismo
año había recibido el Premio Reina Sofía, de poesía iberoamericana, en el
Palacio Real de Madrid.
La
docente María Pérez López, de la Universidad de Salamanca, definió allí que “en la obra de Cardenal se halla no
solo a un poeta, sino además al historiador, al antropólogo, al
místico, al revolucionario, al científico, al que en conjunto, aspira a nombrar
una verdad colectiva cuya raíz es el amor”. Cardenal le dedicó el premio “a los oprimidos y los
pobres”.
Otro
de los grandes referentes culturales de Nicaragua -y su compañero de revolución
y de Gobierno- Sergio Ramírez señaló que “la
naturaleza narrativa de la poesía de Cardenal, que la acerca a
las fronteras de la prosa y no pocas veces las traspasa, es lo que se ha dado
en llamar exteriorismo. Lo que hace es utilizar los elementos del mundo
exterior, ese que creemos visible y palpable, para llevarlos hacia la intimidad
y hacer que nos hablen al oído”.
Cardenal reconocía, admiraba y respetaba por igual a la
ciencia y a la religión,
y nunca sintió contradicciones. “Nunca se me plantearon dudas sobre mi fe
cristiana. Esta me explica que la creación es un hecho de Dios. Y que Dios
también hizo la evolución de la creación”.
En
2017 residía en una modesta casa del barrio de Los Robles, en Managua, Cardenal
y denunciaba que “el
mundo se debe enterar que soy un perseguido político”. Fue
cuando un fallo de la Justicia, manipulada por Ortega, lo había condenado al
pago de una multa de casi 800 mil dólares, por supuestos daños a una familia de
ex integrantes de su comunidad en Solentiname.
Finalmente, la decisión judicial se congeló. Cuando el régimen de Ortega se
radicalizó desde el 2018, Cardenal se colocó nuevamente al frente de las
denuncias. “El mundo
debe saber lo que pasa en Nicaragua. Daniel Ortega y su mujer,
la vicepresidenta Rosario Murillo, son dueños absolutos de todo el país. Hemos
tenido masacre, prisioneros, secuestros, torturas. Exigimos que cese
inmediatamente esta represión”, denunció.
Cardenal visitó varias veces la Argentina, en inclusive
en las últimas décadas. En
2004 participó en el Congreso de la Lengua en Rosario, y siete años después regresó
para presentar un documental sobre su tarea religiosa, social y artística. En
Cosquín asistió al Encuentro Nacional de Poetas con la Gente, en el marco del
festival folclórico. Allí sostuvo que “soy
cristiano y marxista, no lo siento como una contradicción. Tampoco
hay contradicción entre ser cristiano y demócrata. O contradicción entre
cristianismo y medicina. No son la misma cosa, pero tampoco son incompatibles”.
La Teología de la Liberación: De la Iglesia para los
pobres a la Iglesia de los pobres. Ser cristiano es ser testigo de la
resurrección de Jesús, y significa también superar la pobreza, que es muerte,
algo inhumano, contrario a la voluntad de Dios. Si la pobreza es contraria a la
voluntad de vida de Dios, luchar contra la pobreza es una forma de decirle sí
al reino de Dios.
La Teología de la Liberación es un movimiento que nace en el contexto de la reforma que supuso el Concilio Vaticano
II. Es un conjunto de corrientes ideológicas de difícil composición pero que en
esencia supusieron un cambio significativo
en la manera de entender la labor pastoral de numerosos sacerdotes en América latina. En el contexto
histórico, la Teología de la Liberación viene marcada por la eclosión de los
movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XX y su proyección abarca
hasta principios del S. XXI.
En este trabajo, no se pretende
redescubrir los principios ideológicos, sólo es una breve síntesis histórica a
través de sus protagonistas.
II. ¿Qué es la Teología de la Liberación?
Muchas han sido las voces que en
intentado dar una definición un informe sobre la
Teología de la Liberación. En este trabajo, nos limitaremos a destacar las
principales características que han sido comunes y que se han repetido en buena
parte de los teólogos.
En primer lugar, la Teología de la Liberación
se define como una vuelta al evangelio. Dios toma partido por los pobres, los
pobres son los protagonistas del Reino de Dios y por lo tanto, ellos deben
protagonizar y la historia de la
humanidad
En segundo lugar, los sacerdotes deben servir
y vivir del lado de los más débiles, las estructuras económicas deben modificarse para garantizar la igualdad de todos los
seres humanos. Hay que crear un hombre nuevo.
Un texto de
referencia permanente para ellos serán las bienaventuranzas.
En tercer lugar, destaca la preocupación no
sólo por el bienestar espiritual y económico, sino también, el compromiso con
la educación. Ligado a
la teoría de la
liberación surgen nuevas doctrinas pedagógicas. De alguna forma se considera
que la Educación es universal y no obligatoria. Los teólogos apuestan por una pedagogía interesada
en las actitudes y aptitudes
del niño. Hay una vuelta al Emilio de Rousseau.
En cuarto lugar, el compromiso de la Teología
de la Liberación está por encima de los poderes sociales establecidos, es un
compromiso entre personas y no entre instituciones. En este apartado, será el que genere mayor número de conflictos.
El nacimiento de la Teología de la
Liberación, viene marcado por diversos acontecimientos. Quizá uno de los más
destacables es lo que se conoce como la Misión de Francia cuyo máximo
responsable fue el cardenal Emmanuel Suhard de París. Este movimiento introdujo
sacerdotes para trabajar en las zonas industriales y en los muelles, sin
embargo, los cura obreros fueron acusados de comunistas y denunciados en Roma, lo que les obligó a abandonar los
espacios más obreros.
El Concilio Vaticano II
Celebrado entre 1962 y 1965, este fue el
acontecimiento más determinante para el surgimiento de la Teología de la
Liberación. Gracias a esta reunión, la Iglesia apuesta por
una renovación de las formas y del mensaje social. Los sacerdotes abandonan el
ritual para acercarse al pueblo. Se entiende que los feligreses forman parte
activa del desarrollo de la Iglesia y se les hace partícipes de la labor evangelizadora.
En Latinoamérica, los obispos se reúnen en la Conferencia de Medellín
de 1968 supone el manual de uso de
los principios del Concilio Vaticano II, allí los obispos latinoamericanos
definen las líneas de actuación de esta nueva corriente y una de sus herramientas será la Teología de la Liberación.
Camilo Torres. (1929-1966)
Sacerdote boliviano, fue uno de los
promotores de la guerrilla colombiana conocida como el Ejército de Liberación
Nacional. Estudió teología en la Universidad de Bogotá, en Londres y en Bélgica, se doctoró y participó
activamente en la configuración de una conciencia social que propugnaba la apuesta por los pobres. Su compromiso con
la justicia social
obligaba a la lucha armada contra las oligarquías.
Falleció en 1966 en un enfrentamiento contra
las tropas regulares en la localidad de Patio Cemento. Su muerte supuso
un ejemplo para la movilización militar de otros sacerdotes como el grupo Golconda,
brazo armando de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional de Colombia.
IV. Los ideólogos
Según la bibliografía consultada, hay dos nombres que repiten
constantemente como los precursores ideológicos del movimiento.
Gustavo Gutiérrez (Lima, 1928)
Premio Príncipe de Asturias 2.003 el jurado destacó:
Gustavo Gutiérrez ha centrado
su vida en la Teología, que él, manteniendo la naturaleza de
ésta en cuanto reflexión sobre la fe y desde la fe, entiende, con una gran
riqueza de matices, como un diálogo,
nos ha dicho, "con la cultura contemporánea",
como una "aproximación desde la libertad al
Evangelio", "como una manera de hablar de Dios en el mundo de
hoy". Desde esta perspectiva, mantiene viva la fe en los seres humanos, a
pesar de los graves problemas de
injusticia y desigualdad que tan profundamente conoce. Fundamenta su pensamiento en
el convencimiento de que la esperanza transmitida por el mensaje cristiano pervive
hoy con toda su grandeza y es esencial para hacer frente a las situaciones más
penosas del mundo en que vivimos.
En 1971, escribió Teología
de la Liberación, dónde sienta las bases del movimiento. A
los principios mencionados anteriormente, Gutiérrez,
añade que la causa de la pobreza es resultado de un sistema social injusto que permite que la
riqueza sea de unos pocos mientras gran parte de la población latinoamericana vive en la pobreza. El sacerdote señala como responsables de
esta situación a las oligarquías locales. Estas ideas no han sido las que le
han generado críticas dentro de la curia romana. Desde el punto de vista
teológico, la Iglesia nunca ha visto con buenos ojos el hecho
de que interprete los evangelios desde el punto de vista de la pobreza.
La interpretación de la Biblia es patrimonio de la Iglesia.
Desde el punto de vista político, son indudables las similitudes entre las
ideas de la Teología de la Liberación y el marxismo. Gutiérrez defiende que su Teología se sirve
de nociones del marxismo pero sólo como una herramienta más de las ciencias sociales y añade "jamás hemos pretendido una síntesis entre
la fe cristiana y el análisis marxista"
Leonardo Boff (Concordia 1928)
Es el otro gran ideólogo de la Teoría de la Liberación. Nacido en Brasil, se doctoró en 1959 en teología y filosofía y entró a formar parte de la
congregación de los franciscanos. Ha escrito más de 60 libros y ha sido profesor en diversas universidades
estadounidenses y europeas, actualmente es profesor emérito en la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
En 1984, tras la publicación de Iglesia, Carisma y poder es
llamado al orden por parte del Vaticano. Fue sometido a proceso por parte de la Sagrada Congregación
para la Defensa de la Fe. Sentado en la misma silla que Galileo, fue condenado
a un año de silencio, no pudiendo publicar ni dar clases. La presión internacional provocó que se suprimiese
la sanción.
En 1992, Leonardo Boff se ve obligado a colgar los hábitos ante la amenaza
de una nueva sanción.
En su pensamiento palpita el compromiso con los pobres, y aboga por
la acción social para arreglar las injusticias
del mundo. Al igual que Gustavo Gutiérrez, no es partidario de la violencia y tampoco se reconoce como marxista.
Últimamente, a sus reivindicaciones sociales se le han sumado otras de carácter ecologista.
V. Otros
nombres
Ernesto Cardenal (Granada,1925)
Sacerdote y poeta nicaragüense que partición en la Revolución de abril de 1954 para derrocar la dictadura de Anastasio Somoza. Sin embargo, no se
ordena sacerdote hasta el año 1965. Fue el fundador de Solentiname, una comunidad cristiana en el lago Cocibolca. Cuando
el Frente Sandinista de Liberación Nacional obtiene el poder en Nicaragua en 1979 es nombrado Ministro
de Cultura. Cargo que ostentará hasta 1987. Son evidentes sus relaciones con
este movimiento revolucionario.
Sin embargo, Ernesto Cardenal es recordado por el incidente con el Papa
Juan Carlos II en el aeropuerto de Managua. Cuando cámaras de todo el planeta
retransmitían el evento, el pontífice regañó al cura por su actitud poco acorde con la nueva filosofía
vaticana.
Ignacio Ellacuria (1930, Portugalete)
Como en los casos anteriores, Ellacuria era un sacerdote de sólida
formación filosófica y teológica. Estudio en Quito, Austria y España donde se doctoró en filosofía. Jesuita,
realiza su primera profesión de votos en 1949. En 1969 forma parte del equipo
rectoral de la Universidad Centroamericana de El Salvador. Siempre defenderá
la independenciapolítica y espiritual de la universidad
salvadoreña. El editorial A sus órdenes, mi capital es el
inicio de una serie de incidentes que le obligarán a abandonar el país durante
ocho años. Vuelve a España y predica la Teología de la Liberación por diversos
foros y publicaciones. En 1988 regresa a El Salvador. Un año más tarde, es asesinado junto a sus
compañeros jesuitas: Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Amando
López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López y López, y la
asistente Elba Julia Ramos y su hija de 15 años. No se conoce con exactitud
quienes fueron los responsables de este asesinato pero se apunta fuerzas paramilitares.
Hélder Câmara (Fotaleza, 1909 – Recife, 1999)
Brasileño como Leonardo Boff, fue una de las voces más respetadas dentro de la Iglesia.
Participó activamente en la conferencia de Medellín que, como ya hemos indicado
anteriormente, fue precursora del movimiento de la Teología de la Liberación.
Fue obispo auxiliar de Río de Janeiro en 1952 y arzobispo de Olinda y
Recife en 1964. Su actuación pública preconizando la reforma social, le
acarrearon el acoso del régimen militar; en 1968 su residencia fue ametrallada.
Falleció en 1999.
Jon Sobrino (Barcelona, 1968)
Jesuita catalán, es una de las personas con gran valor histórico dentro de la Teología de la
Liberación. Fue amigo íntimo de Oscar Romero y se libró por poco de ser
asesinado junto a Ignacio Ellacuria. Su vida y labor es similar a la de otros
compañeros de ideología. Curiosamente, prolonga a lo largo del siglo
XXI la historia de la Teología de la Liberación. El 11
de marzo del año 2007 fue sancionado por El Vaticano a través de la
Congregación para la Doctrina de la Fe. Se le prohibió enseñar en escuelas
religiosas y se le privó de "visto bueno eclesial" a sus obras.
Actualmente está en proceso de beatificación y su imagen se puede ver en la abadía de
Westminter. Asesinado por fuerzas militares salvadoreñas, propició un interés internacional por los derechos humanos en El Salvador. Su opción por los
pobres y por la denuncia de las injusticias sociales está clara. Sin embargo,
su adscripción a la Teología de la Liberación es dudosa. Para algunos teólogos
participó del movimiento, para otros, su respeto por la doctrina oficial de la Iglesia
le impedía pertenecer a este movimiento.
En 1977 toma posesión del cargo como arzobispo de El Salvador. El 24 de
marzo de 1980, un francotirador asesina a Romero durante la homilía. Años más
tarde, se iniciará el proceso para su beatificación la Congregación para la
Doctrina de la Fe, la misma que condenó a Leonardo Boff o a Sobrino, aclaró
sobre el salvadoreño:
"Romero no era un obispo revolucionario, sino un hombre de la Iglesia, del Evangelio y de los pobres"
Un día antes de su muerte hizo un enérgico llamamiento al
ejército salvadoreño:
Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del
ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la
policía, de los cuarteles... Hermanos son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus
mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe
prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar".
Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una
ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la
orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación.
Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas
si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido
pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les
suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión".
VI. La opción armada
La mayoría de los sacerdotes que participaron de la Teología de la
Liberación no eran partidarios de la violencia para obtener sus objetivos de justicia social. Aunque en numerosas ocasiones
se mostraron tibios a la hora de condenar las actuaciones de las guerrillas
latinoamericanas. También participaron, en ocasiones, como enlaces entre las
guerrillas y los gobiernos. Es el caso de Ellacuría en El Salvador o Ernesto
Cardenal en Nicaragua. Sin embargo el caso colombiano es diferente. En Colombia, grupos de sacerdotes y cristianos se alistaron
en las filas de la guerrilla del Frente de Liberación Nacional. El ya
mencionado cura Camilo Torres fue el precedente que se convirtió en un mito para sacerdotes y seglares, algunos de
los cuales, decidieron seguir su ejemplo.
Golconda
El grupo sacerdotes Golconda quiso ir un paso
más allá en la Teología de la Liberación, o mejor dicho, La Teología de la
Liberación supuso un refugio cristiano e ideológico para explicar su apuesta
por la lucha armada.
El grupo nace en una reunión en 1968 en la localidad de Golconda en
Colombia. En un principio se pretende profundizar en la encíclica Popolurum
Progressio del Papa Pablo VI. Poco a poco, configuran
una organización que cambia la organización social en Cartagena de Indias. Acosados
por el ejército, algunos de sus participantes entran a formar parte del Frente
de Liberación Nacional.
En una segunda reunión en Buenaventura Valle, deciden establecer cuáles
serán las directrices del grupo Golconda. Entre las que destacan:
1. Mantener un compromiso con la acción revolucionaria en contra del imperialismo y la burguesía.
2. Actualizar internamente a la iglesia y liquidar su maridaje con el Estado.
3. Reprobar el capitalismo e instaurar una sociedad que eliminara la explotación del hombre
por el hombre.
4. Unidad de acción de los luchadores populares, para crear un frente
revolucionario.
En el movimiento Golconda se encuentran los sacerdotes Vicente Mejía, René
Gracia, Roberto Becerra, Manuel Alzate, y los aragoneses Domingo Laín, Manuel
Pérez y José Antonio Jiménez.
Domingo Laín, Manuel Pérez y José Antonio Jiménez
En la mayoría de la bibliografía consultada aparecen los tres sacerdotes
juntos, si bien es cierto que la experiencia revolucionaria la viven los tres a
la vez, sólo sobrevive uno de ellos: Manuel Pérez
Manuel Pérez Martínez nació en Alfamén, Zaragoza, el 9 de mayo de 1943, en
una familia de agricultores. A los doce años, Pérez
fue enviado al seminario menor de Alcorisa (Teruel) y en 1959
pasó al seminario mayor de Zaragoza, donde estudió filosofía.
El padre Agustín Flores, rector del centro en aquella época, recuerda a
Manuel como "seminarista normal, que no destacaba en nada y no tenía madera de líder".
Pérez conoce en Zaragoza a Domingo Laín y a José Antonio Jiménez. En 1962,
Manuel se afilió a la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano-Americana (OCSHA)
y cursó sus estudios teológicos en el seminario que esa asociación poseía
en Madrid. En 1966 fue ordenado sacerdote en Roma por el Papa Pablo VI. Su primera labor pastoral la
ejerció en el municipio obrero de Getafe, cerca de Madrid, con Domingo Laín y
José Antonio Jiménez. Allí se formaron política e ideológicamente. Juntos
realizan un viaje a Francia. En Lile trabajan con fils de la Charité y
realizaron diversos trabajos en fábricas y oficinas.
Vuelven a España pero un año más tarde, en 1967, parten en secreto hacia
Santo Domingo, probablemente a través de Francia. Allí conocen la pobreza mucho
más de cerca. Concretamente, en San Juan de la Maguana, provincia ubicada en
la frontera con Haití.
Organizan a las comunidades campesinas y con ellas van emprendiendo el
camino de la unidad y la lucha. Esta labor comunitaria les acarrea problemas y
amenazas de los terratenientes. El Obispo de la diócesis, Monseñor Reily,
norteamericano, les invita a abandonar el país.
De Santo Domingo parten a Cartagena de Indias Manuel, Domingo y José
Antonio. En Cartagena se encuentran con el sacerdote español Carmelo Gracia.
Manuel Pérez y José Antonio Jiménez se instalan en Cartagena de Indias. En
1968, conocen al sacerdote de Gerardo Valencia Cano. A través del cual
descubren Golconda y, por ende, en el Ejército de Liberación Nacional. Fueron
expulsados del país a finales de ese año pero regresan a Bogotá de forma
clandestina y se integran en las filas del ELN. Ocho meses después de la
incorporación de los tres sacerdotes al ELN, muere José Antonio Jiménez Comín
cuando tenía 34 años de edad de una picadura de serpiente. Seis años más tarde,
Domingo Laín Sáenz cae en combate. Trató de recuperar el arma de un soldado
abatido y éste, reaccionó disparándole tres bala en el pecho.
Manuel Pérez continuó en la guerrilla hasta su muerte por una hepatitis en 1998. Llegó a ser su comandante en
jefe en el año 1983 y se le acusa como responsable de las acciones más violentas del ELN.
Su compromiso con la Teología de la Liberación es difuso, sin embargo,
María López Vigil en una entrevista que realizó con él para el libroCamilo camina en la sombra extrae
estas palabras:
"El cristianismo es una motivación, no es la ciencia para la revolución.
La ciencia para la
revolución es el marxismo. Y el marxismo no es una ciencia terminada. El socialismo se ha ido
construyendo de acuerdo con esa ciencia y es una experiencia nueva, con
limitaciones, con deficiencias y por eso debemos estar preguntándonos siempre
cómo hacer participativa la economía… Marxismo y
cristianismo: las dos cosas caben, no son contradictorias. Yo creo que hay tres
clases de creyentes. Hay compañeros que han vivido su compromiso revolucionario
como creyentes, pero han tenido que vivir su fe muy solos, buscando respuestas
en la realidad que vivían, con una fe cada vez más interiorizada y más pegada a
la vida diaria. Hay otros compañeros que empezaron igual que éstos, pero al no
encontrar respuestas a los interrogantes que salían de la realidad y de su
compromiso revolucionario, terminaron renunciando a su fe y siguieron con la
revolución. Hay otros compañeros que han podido hacer una búsqueda colectiva a
esos interrogantes y han vivido su compromiso revolucionario y su motivación de fe en
comunidad. Esos son los que están corriendo por los caminos de la teología de
la liberación. Han hecho su búsqueda de fe dentro del compromiso que viven,
atentos permanentemente a la realidad"
VII. El Vaticano y la Teología de la Liberación
El movimiento de la Teología de la Liberación tuvo en sus inicios una
fuerte inspiración Vaticana, no en vano, nació al amparo del Concilio Vaticano II. Durante cerca
de veinte años se expandió por toda América Latina sin que hubiese críticas por parte de
la jerarquía romana. Sin embargo, esta situación va a cambiar.
El Papa Juan Pablo II solicitó de la Congregación para la Doctrina de la
Fe, que entonces presidía el cardenal Ratzinger, que investigase a los teólogos
de la liberación. Como consecuencia de estos estudios se publicaron en 1985 dos
textos: Libertatis Nuntius y Libertatis Conscientia.
En ellos se llegaba a algunas conclusiones:
1 - Desde un punto de vista teológico, el análisis marxista no es una
herramienta científica para el teólogo, que debe, previo a la utilización de
cualquier método de investigación de la realidad, llevar a cabo un examen
crítico de naturaleza epistemológica más que social o económico.
2 - El marxismo es, además, una concepción totalizante del mundo,
irreconciliable con la revelación cristiana, en el todo como en sus partes.
3 - Esta concepción totalizante impone su lógica y arrastra la Teología de la Liberación
a un concepto de la praxis que hace de toda verdad una verdad
partidaria, es decir, relativa a un determinado momento dialéctico.
4 - La violencia de la lucha de clases es también violencia al amor de los unos con los otros y a la unidad
de todos en Cristo; es una concepción puramente estructuralista, para legitimar
esa violencia.
5 - La nueva hermenéutica de los teólogos de la liberación
conduce a una relectura esencialmente política de las Escrituras y a una
selectividad parcial en la selección de los textos sacros, desconociendo la
radical novedad del Nuevo Testamento, que es liberación del pecado, la fuente
de todos los males.
6 - También entraña el rechazo de la Tradición como fuente de la fe y una
distinción inadmisible entre el "Jesús de la Historia" y el "Jesús
de la Fe", a espaldas del magisterio eclesiástico.
Lo cierto es que a partir de este momento las relaciones de la jerarquía
con los teólogos de la liberación cambia. Se inicia la época de las críticas y
las sanciones a sus representantes. Es la época de la reprimenda a Ernesto
Cardenal, de la excomunión a Manuel Pérez… y más recientemente, las sanciones a
Leonardo Boff o Jon Sobrino.
VIII. Conclusiones
Desde mi punto de vista, quizá lo más interesante de la Teología de la
Liberación es la fuerza transformadora de la ideas. El
descubrir que a raíz del Concilio Vaticano II surge un movimiento que es
intelectual pero también popular y que pone las ideas se ponen al servicio de los más pobres. La Teología de la
Liberación tiene una expansión extraordinaria en multitud de países en muy poco
tiempo. Esto teólogos, además, no estaban interconectados ni eran una
organización. Era una filosofía de comportamiento que pretendía cambiar el mundo. También
es cierto que nace en un momento especial. El alumbramiento de la Teología de
la Liberación se produce en los años sesenta. Una década especialmente
recordada por la eclosión de los movimientos sociales.
Sin embargo, considero que este movimiento tuvo su cara más amarga con la
inclusión de la lucha armada.
Otro aspecto muy significativo fue el silencio de la Iglesia, durante más
de veinte años apenas se pronunció y cuando por fin lo hizo, fue de manera
rotunda.
La Teología de la Liberación latinoamericana caló hondo en no pocas
conciencias cristianas adormecidas, contribuyó a revitalizar importantes
movimientos eclesiales renovadores, ha penetrado en las viejas aulas de
seminarios y facultades de teología, y dejó una impronta en los más
prestigiosos y creativos teólogos.
IX. Bibliografía
Existen un buen número de publicaciones sobre la Teología de la Liberación,
es un asunto que provoca un profunde debate religioso y social. Sin embargo, no he
encontrado ninguna monografía sobre la Historia del movimiento. Sólo
retazos sueltos y alguna "hagiografía". Los libros más prometedores
están publicados en Latinoamérica por lo que Internet ha sido una herramienta fundamental
para realizar este trabajo. También fue muy clarificador hablar con
Ángel Delgado Pérez, compañero de seminario y amigo en Zaragoza de Laín,
Antonio Jiménez y Manuel Pérez. Algunas de las referencias consultadas son las
siguientes:
- Arregui, Ion: Los sueños intactos. Tercera Prensa. 1998. Madrid.
- Boff, L.: Teología del cautiverio y de la liberación,
Paulinas, Madrid 1978; id.: Ecología. Grito de la Tierra. Grito de los Pobres, Trotta, Madrid, 1996.
- Gutiérrez, Gustavo: Teología de la Liberación.
Perspectivas, Sígueme, 1972.
- Maccise, Camilo: La Teología de la Liberación, Paulinas,
Bogotá, 1989.
- López Giménez, A.: Política y Religión en América Latina. Universidad de Zaragoza. 1995. Zaragoza.
- Restrepo, Javier Darío: La revolución de las sotanas. Golconda 25 años después.
Planeta, Bogotá, 1995.
- Sobrino, John.: El principio misericordia, Sal Terrae,
Santander, 1992.
- Sols Jiménez, Juan: Teología de la Marginación.
(Cristianismo y Justicia). 1994. Madrid.
- Sancho, Roberto: La encrucijada de la violencia armada en la segunda
mitad del s. XX en Colombia y España: ELN y ETATesis doctoral. Publicada en Internet.