La
memoria de los peces…
Dupla.
Esta fórmula no debería ser considerada antinatural. Fotografía:
Cedoc Perfil
En
su reciente libro La belleza del universo, sensible aproximación a temas
esenciales de la física, como el origen de la vida, los misterios del tiempo y
otros, el físico y filósofo alemán Stefan Klein explica con claridad por qué,
aun con decenas de miles de satélites especializados poblando el espacio, los
pronósticos meteorológicos fallan un 75% de las veces. Si eso ocurre donde la
más avanzada tecnología se interna en las leyes de la naturaleza, no debería
sorprender que los pronósticos políticos y electorales, así como las encuestas
ad hoc, resulten errados con mayor frecuencia aún.
© Escrito
por Sergio Sinay el Sábado 18/05/2019 y publicado por el
Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Es
que afortunadamente no hay tecnología que pueda penetrar en lo más profundo del
inconsciente individual y dé con la verdadera razón (no la supuesta o
especulativa) que impulsa las conductas humanas, ni que, mucho menos, logre
aprehender la cara oscura del alma. A diferencia del clima, las cuestiones
políticas, y a través de ellas los destinos de los países y las sociedades, las
determinan seres humanos, que ponen en eso sus valores, sus creencias, sus
ideas, sus pulsiones, sus intereses, sus sentimientos, sus emociones, sus
deseos, sus talentos, sus perversiones (sí, también eso), sus esperanzas y
hasta sus más inconfesables e inconfesadas intenciones. Y quienes hacen
cálculos y especulaciones en cuestiones políticas y electorales incluyen esos
mismos elementos en sus teorías.
Considerando
todo esto, la presentación de la fórmula Fernández-Fernández de Unidad
Ciudadana no debería ser vista como un fenómeno antinatural, por mucho que les
duela a los analistas políticos el haber sido sorprendidos por el anuncio.
Habrá que inventar nuevos supuestos, nuevas especulaciones, nuevas cartas para
el juego de la ficción política, que suele disfrazarse de realismo testimonial
y de verdad científica.
Como alguien dijo alguna vez, lo único que
se puede predecir es el pasado.
Según el ensayista libanés Nassim Nicholas
Taleb, padre de la categoría “cisne negro” aplicada a los hechos imposibles
que, a pesar de todo, suceden, todo lo demás, más aún en boca de expertos y
especialistas, son posdicciones.
Al contrario de las predicciones, que
vaticinan con anticipación, las posdicciones explican los hechos con
posterioridad pretendiendo haberlos previsto. Tratan de disimular el no haber
sabido, no haber previsto o no haber entendido lo que de veras ocurría.
Como
sucede a menudo (sobre todo en Argentina y sobre todo en política y economía,
además de la meteorología), los pronósticos fallaron, todo el dinero gastado en
encuestas se fue al tacho (¿cuánto de ese dinero es o fue de los
contribuyentes, a quienes se estudia como a conejillos de Indias?), y toda
próxima especulación nace bajo el signo de la desconfianza.
De manera que vayamos a lo seguro. El
pasado. De este hay pruebas, y pertenecen a la memoria histórica, no a la
memoria narrativa. Sobre ambas memorias escribí aquí hace dos semanas (https://bit.ly/2W9tUXP).
Esa memoria ofrece pruebas del desprecio, la
descalificación y la dureza con que el candidato presidencial Alberto Fernández
hablaba de la candidata vicepresidencial Cristina Fernández ayer nomás. Otros
testimonios recuerdan la ferocidad con que la candidata y sus cortesanos
trataban de traidor al candidato.
Ambos
son marxistas de Groucho (“Tengo estos principios; si no le gustan, tengo
otros”) y lo han demostrado sobradamente en el ejercicio del poder y de la
política. Lo que cocinen entre sí es cosa de ellos. Pero el destino de una
comunidad, de una sociedad, depende de la responsabilidad y la memoria de cada
uno de sus integrantes.
Una teoría ya desvirtuada por científicos
como Kevin Warburton, experto en el comportamiento de vertebrados de la Universidad
Charles Sturt, en Australia, sostenía que los peces tienen solo ocho segundos
de memoria. La buena memoria de los peces es hoy, sin embargo, cosa probada. Si
la candidatura presentada ayer cuaja en las PASO, la sociedad argentina (parte
esencial de ella) estará ante el desafío de demostrar que su propia memoria
dura más de ocho segundos.
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