La máquina de la longevidad: viaje al enigma del envejecimiento…
La máquina de la longevidad pretende responder a
diversas preguntas sobre el envejecimiento. ¿En qué consiste este experimento?
¿Qué han encontrado hasta ahora? Descúbrelo en el siguiente artículo.
© Escrito por Edith Sánchez el sábado
29/04/2023 y publicado por La Mente es Maravillosa de la Ciudad de Salamanca, Reino
de España.
La
máquina de la longevidad es el nombre coloquial que se le ha dado a uno de los
experimentos más ambiciosos de la actualidad. Se trata de una plataforma llamada Lifespan Machine,
desarrollada por científicos del Centro de Regulación Genómica de Barcelona. Su
objetivo: descifrar los misterios del envejecimiento.
Este es un tema sobre el que subsisten
muchas preguntas sin resolver. De hecho, uno de los investigadores cataloga a
este proceso como «un juego de ruleta», debido a que, por ejemplo, dos gemelos
idénticos muchas veces envejecen de forma muy diferente. Lifespan Machine pretende
descifrar enigmas como ese.
En principio, la edad se calcula tomando como punto
de referencia la fecha del nacimiento. Sin embargo, es posible
que una persona luzca mucho más joven que otra de la misma edad, incluso si
ambas llevan el mismo estilo de vida. ¿Por qué ocurre? Esta máquina busca
aclararlo.
«La existencia de una máxima longevidad sigue siendo algo controvertida.
Los expertos pueden mirar los mismos datos y sacar conclusiones opuestas. Lo
que se sabe seguro es que, en muchos países, hemos visto que la esperanza de
vida ha subido de promedio diez años en el último siglo. ¿Por qué esto no
debería continuar?».
-Nicholas Stroustrup a El
Mundo-
La
máquina de la longevidad.
El
experimento busca respuestas a los misterios que rodean el sendero del
envejecimiento.
El grupo
que trabaja con la máquina de la longevidad es dirigido por Nicholas Stroustrup, quien imaginó el proyecto cuando era estudiante de
doctorado en la Universidad de Harvard. Sus primeros sujetos experimentales
fueron gusanos, examinados en equipos precarios.
Los resultados iniciales de sus
observaciones aparecieron en la Revista Nature,
en 2016, y señalaron que la dinámica de envejecimiento del organismo, en
contextos genéticos y ambientales invariables, proporcionan las bases para
evaluar procesos que determinen la duración de la vida.
En la actualidad, lo que se hace en el Centro de
Regulación Genómica es analizar el comportamiento de miles de
gusanos, desde que nacen hasta que mueren. Estos ejemplares son
monitorizados de manera continua. Los aparatos generan una imagen de cada
animal a la hora.
Así sucede durante meses, produciendo al
final una enorme cantidad de datos, que serán objeto de un análisis estadístico
posterior. Con las conclusiones, los investigadores quieren obtener modelos
matemáticos para predecir la esperanza de vida y la salud futura de los
organismos.
Se estima que en el laboratorio hay más de
20.000 gusanos. Cuentan con 35 escáneres activos de modo permanente en cámaras
refrigeradas. A primera vista, se nota la diferencia entre los gusanos jóvenes
y los viejos: los primeros no paran de moverse, mientras
que los segundos son mucho más pasivos.
Esto apoya una de las hipótesis de
Stroustrup, derivada de sus primeras pesquisas como estudiante: el envejecimiento y la
movilidad son factores estrechamente ligados.
Las
edades biológicas.
El
gran propósito de Lifespan Machine es aportar datos valiosos para predecir la
esperanza vida.
El ser humano sigue tomando como parámetro la
edad cronológica, pues hasta el momento no hay ningún dispositivo que mida la
edad biológica de forma precisa. Sin embargo, de manera intuitiva, hace tiempo se
sabía que hay personas en las cuales las dos edades no coinciden. Por ejemplo,
algunos tienen 30 años, pero se ven como de 45 o más. Otros tienen 50 y todo el
mundo piensa que son más jóvenes.
Sea cual sea la edad, como menciona un
artículo del Cuaderno de Cultura Científica,
este número no coincide con la edad de los tejidos. El argumento es que algunas
estructuras que conforman el cuerpo tienen horas mínimas de existencia y solo
unas pocas son las que acompañan desde el nacimiento.
Gracias al proyecto Lifespan Machine, hoy se sabe que no solamente
existe una edad biológica, sino al menos dos. Así lo señalan
las conclusiones publicadas en la revista Plos Computational Biology.
Una de
esas edades está determinada por lo que los científicos llaman «cese del
movimiento vigoroso». Esto quiere decir
que los cambios en la fortaleza de los movimientos del cuerpo están asociados
al envejecimiento. Cuanto menos movimiento vigoroso haya, sin importar cuál sea
la edad cronológica, mayor envejecimiento.
La otra edad biológica es la que determina la
muerte del organismo. Ambas se correlacionan de manera positiva.
Un largo camino
para la máquina de la longevidad.
El doctor
Nicholas Stroustrup está convencido de que en realidad existe toda una constelación de
edades en un mismo organismo. En el caso de los humanos, una
persona podría tener 60 años, pero las células de sus órganos podrían ser de
menor edad.
La dificultad para resolver estos misterios
está en que, en la actualidad, es imposible realizar experimentos de este tipo
con los seres humanos. Quizás tardarían siglos en producir resultados. De todos
modos, ya es un gran avance contar con una base sólida para afirmar que en un mismo individuo es
posible que se produzcan en simultáneo diversos procesos de envejecimiento.
La máquina de la longevidad aportaría
datos valiosos para lograr lo que la ciencia ha buscado siempre: prolongar la
vida por más tiempo. Por lo pronto, se adelantan en el estudio de cómo cambia
cada gen con el transcurrir de los años. Aún está lejos de entenderse si es
posible detener el envejecimiento y cuál es el camino para lograrlo.
Artículo
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Este artículo ha sido revisado en profundidad por el psicólogo Sergio De Dios González, para garantizar que la
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