El problema de Cristina…
El problema de Cristina puede no ser la economía, Clarín, Griesa o Moyano.
La popularidad de Cristina no necesariamente decayó por el cepo cambiario, la
desactualización del mínimo no imponible, los cortes de luz, la inseguridad o
la retención de la fragata Libertad. Algunas de estas situaciones ya se
producían hace un año, cuando su imagen positiva era el doble de la actual. El
problema de Cristina sería que después de ganar las elecciones con el 54% dejó
de lucir vulnerable, y a la gente no le gustan las personas invulnerables. Por
eso tampoco gusta Macri y sí gusta Scioli. O los mismos defectos eran más
tolerables en un Kirchner feo y bizco.
Siendo Presidenta ya le había pasado lo mismo en 2009, pero la muerte de su
marido le inoculó toneladas de vulnerabilidad que la hicieron querible a pesar
de su tono autoritario. Pero el 54% de votos dejó atrás a la viuda doliente
para recuperar a la maestra implacable que sabe todo de todo.
La profesora en Ciencias Sociales Brené Brown es conocida en Estados Unidos
como la investigadora de la vulnerabilidad. Su charla titulada “El poder de la
vulnerabilidad” ya fue vista por más de seis millones de personas en YouTube y
es una de las conferencias con más reproducciones en internet (se la puede ver
con subtítulos en español en:
"El poder de la vulnerabilidad"
Para Brown “ser vulnerable es absolutamente esencial; la vulnerabilidad no
es debilidad, y ese mito es profundamente peligroso. La vulnerabilidad es la
perfecta medida de la valentía”. Hay que tener coraje para mostrarse
imperfecto, pero ése es el único camino hacia la autenticidad, y no hay forma
de ser querido sin ser auténtico. “Lo que los hacía vulnerables los hacía
hermosos”, dice Brown de las personas populares.
El miedo a la vulnerabilidad genera deseos enfermizos de control, paranoia y
fundamentalismo que deriva en “sólo certezas”. Hay horror ante la vergüenza de
parecer débil.
“La exposición de la incertidumbre, el riesgo emocional al que nos
enfrentamos todos los días, no es opcional. Nuestro deseo de poseer y
comprometerse con nuestra vulnerabilidad determina la profundidad de nuestro
valor y la claridad de nuestro propósito.” Y continúa Brown: “La vergüenza que
nos produce el hecho de dejar ver ciertas partes de nosotros mismos nos hace
sentir vulnerables, y aunque muchas veces ésta sea la razón por la que evitamos
las conexiones, la vulnerabilidad es requisito imprescindible para generar
conexiones verdaderas y sanas”.
Después de haber entrevistado en profundidad durante 12 años a miles de
personas, Brown concluye que “si queremos que ocurra la conexión con los otros
tenemos que ser vulnerables para permitir que otros nos vean de verdad”.
Brené Brown es autora de
tres libros sobre el tema, el primero es How the Courage to be Vulnerable
Transforms the Way we Live, el segundo, Telling the Truth about Perfectionism,
Inadequacy and Power, y el tercero, The Gifts of Imperfection.
Tratar de ser “perfecta”, lejos de sumarle votos a Cristina, se los quita.
Se puede pensar que en una cultura machista como la política ella crea que debe
sobreactuar el carácter masculino del poder. En las manifestaciones anti K como
las del 8N se percibió que las mujeres expresan un mayor rechazo por la figura
presidencial que los hombres, quizás porque ellas pueden percibir mejor una
eventual impostura fálica que exagere la asociación entre poder y saber.
También relacionado con las cuestiones de género, y dado que la
invulnerabilidad no genera empatía sino distancia, vale recordar los trabajos
del psiquiatra inglés Simon Baron Cohen, que describen el autismo como una
forma extrema de cerebro masculino debido a la mayor predisposición del cerebro
de las mujeres a la empatía.
Más allá de las conjeturas, las encuestas muestran que tras la crisis del
campo la Presidenta padeció mayor desaprobación entre mujeres que entre
hombres; que, al revés, en su viudez recibió más apoyo de las mujeres que de
los hombres; y que nuevamente ahora cosecha más críticas entre las mujeres.
Las mujeres no sufren más especialmente el cepo cambiario, la inseguridad,
el mínimo no imponible o los cortes de luz. Algo del orden de lo no material
podría –también– estar pesando en la caída de popularidad de Cristina.
© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires el viernes 30 Noviembre de 2012.